Kitabı oku: «El infierno está vacío», sayfa 11
114 «Cuando llegaron al robusto roble, el espíritu se acercó a él y lo hizo estallar desde sus raíces, sin producir ninguna clase de viento en esta ocasión. El propio Sherif reconoció que lo hizo explotar con una gran calma» [«When they came to a mighty Oke-tree, the spirit went about it, and presentlye the Tree blew up by the roots: and no winde at all stirring at this time: which Master high Sheriffe acknowledged to be blown down in a great calme»]. The Apprehension and confession of three notorious Witches, A4v.
115 Tal como mencionamos, el panfleto de 1619 sería una notable excepción. Oldridge señala que en la literatura popular el poder del demonio estaba limitado por la creencia de que solo podía atacar a quienes llevaban vidas malvadas, asociado con una soteriología semipelagiana basada en la idea de que a partir de una convivencia pacífica con los demás y el respeto de los diez mandamientos podía alcanzarse la salvación. Oldridge, 2010, p. 85. La idea de la restricción de la acción de los espíritus malignos sobre las personas reprobables, sin embargo, no aparece en los libelos sobre brujería, por lo que debe ser típico de baladas y otro tipo de relatos folclóricos.
116 [«But this Examinate [Chattox] would not then consent unto him: For which cause, the sayd Deuill would then haue bitten her by the arme; and so vanished away, for that time»]. Potts, 1613, Dv3. Esta característica también puede considerarse como área de contacto entre los familiares y las hadas, que con frecuencia se comportaban de ese modo. E. Wilby: Cunning Folk and Familiar Spirits, p. 19.
117 Gibson, 1999, p. 15.
118 Thomas, 1971, p. 519; Gaskill, 2005, p. 44.
119 [«Also he saith that he had a book of hys said maister, which had great circles in it, wherein he would set two waxe candels a crosse a virgn waxe, to raise the familiar spirit»]. The Examination of John Walsh, A5. El académico francés Antonie Faivre define al esoterismo occidental como «una forma de pensamiento» que puede ser reconocida por seis características, cuatro de ellas intrínsecas y dos extrínsecas. Entre las primeras enumera la creencia en correspondencias invisibles y no causales entre las dimensiones visible e invisible del cosmos; la comprensión de la naturaleza como permeada y animada por una presencia divina; la ponderación de la imaginación religiosa como un poder que brinda acceso a mundos y niveles de realidad que median entre el mundo material y la divinidad; y la creencia en un proceso de transmutación espiritual a través del cual el hombre interior se regenera y conecta con lo divino. Las no intrínsecas, consideradas así por no ser condiciones sine qua non, aluden a la idea de una concordancia fundamental entre varias o todas las tradiciones espirituales y a la transmisión secreta de conocimiento espiritual. A. Faivre: Access to Western Esotericism, Nueva York, State University of Nueva York Press, 1994, pp. 10-15. Consúltese W. J. Hanegraaff: «Esotericism», en W. J. Hanegraaff (ed.): Dictionary of Gnosis and Western Esotericism, Leiden / Boston, Brill, 2006, pp. 336-340.
120 [«Two Sprites did appeere unto her within the said Circle, in the similitude and likenes of two black Frogges, and there demaunded of her what she would have, beeing readye to doo for her what she would desire so yt she would promise to give them her soule for their travaile, for otherwise: they would doo nothing for her»]. The Apprehension and confession of three notorious Witches, A3.
121 A true and just recorde, D7.
122 The Apprehension and confession of three notorious Witches, A3v.
123 Potts, 1613, D2.
124 Oldridge, 2010, p. 174. Dos excepciones serían un león (W.W. A true and just recorde, B3) y un oso (The Wonderfull Discoverie of Witches, E3v).
125 Véase Purkiss, 2000, pp. 134-135.
126 Una vez más, The Wonderful Discovery of the Witchcrafts of Margaret and Phillip Flower se diferenció por su singularidad notable. Su anónimo autor vuelve a hacer gala de su conocimiento de tratados demonológicos ingleses, destacando como allí sucede la omnisciencia de la Providencia y la absoluta necesidad del permiso divino para que los demonios pudiesen intervenir en el mundo material: «Primero, que Dios es el supremo comandante de todas las cosas, y permite acciones maravillosas en el mundo, para probar a los piadosos, castigar a los impíos y para su propia gloria, sin que los hombres deban conocer sus razones. Segundo, que el demonio es un mero sirviente de Dios, encargado de perseguir a quien se le ordene cuando se le dé permiso para hacerlo; está limitado por su propia naturaleza, no puede ir más lejos que los límites que se le marcaron». [«First, that God is the supreame commander of all things, and permitteth wonderfull actions in the World, for the tryall of the godly, the punishment of the wicked, and his owne glory: of which man shall never attaine to know the reason or occasion. Secondly, that the Diuell is the meere servant and agent of God, to prosecute whatsoeuer hee shall command rather then giue leave unto; limiting him yet thus farre in his owne nature, that he can go no further then the bounds within which hee is hedged»]. The Wonderful Discovery of the Witchcrafts of Margaret and Phillip Flower, G2-G2v.
127 Sharpe, 1996, p. 13.
128 Thomas, 1971, p. 519.
129 A Rehearsall both straung and true, A7v.
130 White, 1579, A5v.
131 Witches Apprehended, A4v.
132 [«These aforesaid Witches have confessed that they did raise the great windes in March last, and caused a Hoy to be cast away, wherein were many passengers»]. A True Relation of the Arraignment of Thirty Witches at Chensford in Essex, p. 7.
133 [«This mother Waterhouse confessed that shee fyrst turned this Cat into a tode by this meanes, she kept the cat a great while in woll in a pot, and at length being moued by pouertie to occupie the wol, she praied in the name of the father, and of the sonne, and of the holy ghost that it wold turne into a tode, and forthwith it was turned into a tode, and so kept it in the pot without woll»]. The Examination and Confession of certaine Wytches, B2-B2v.
134 [«Elizabeth Stile confesseth herself often tymes to have gon to Father Rosimund House where she found hym sittying in a Wood, not farre from thence, under the bodie of a Tree, sometimes in the shape of an Ape, and otherwhiles like a Horse»]. A Rehearsall both straung and true, B.
135 Algunos ejemplos: «Sus familiares, sin los cuales no pueden hacer nada». [«Their Familiars without the which they could not doo anything»]. Galis, 1579, B3.
136 Thomas, 1971, p. 521. En este sentido, la visión popular coincidía con la definición del crimen de brujería en los estatutos puestos en funcionamiento en 1563 y 1604. Ambas, por otra parte, se diferenciarían notablemente del modo en que los demonólogos conceptualizaron el delito de brujería, basado en una interpretación religiosa de raigambre bíblica, tema que se desarrollará en el capítulo VII. Resulta necesario aclarar que no consideramos que los testigos y denunciantes acusaran a las hechiceras por practicar maleficia debido a una imposición de las autoridades judiciales o con la intención de inscribir las acciones de aquellas en el marco legal. Si bien las preguntas de los magistrados se guiaban por el contenido de las leyes, el modo en que entendían la brujería y su funcionamiento quienes planteaban la acusación no estaba determinado por el sistema legal, sino por la dinámica de las relaciones en el interior de las comunidades donde habitaban y la creencia en un universo poblado de criaturas y fuerzas –tanto positivas como neutras y negativas– prodigiosas capaces de afectar a los seres humanos y su entorno natural.
137 [«Wee all see that one kernell of Wheat beeing sowne, a whole eare growes up, and sometimes brings forth an hundreth kernils in it. If an error be planted, who can tell what increase it may yeild in time? The ground doth not bring forth the corne with such increase as the heart of Man doth errors»]. The Witches of Northamptonshire, A4.
138 A lo largo de la presente monografía se tendrán en cuenta y analizarán otras motivaciones para el surgimiento y desarrollo de la tratadística demonológica en Inglaterra durante la modernidad temprana. Véanse los capítulos IV, V, VI y VII.
139 Entre la extensa bibliografía dedicada al autor en las últimas décadas destacan los siguientes aportes de S. Anglo: «Reginald Scot’s Discoverie of Witchcraft: Scepticism and Sadduceeism», en S. Anglo (ed.): The Damned Art: Essays in the Literature of Witchcraft, Londres, Routledge / Kegan Paul, 1977, pp. 106-139; R. West: Reginald Scot and Renaissance Writings on Witchcraft, Boston, Twayne, 1984; R. Littlewood: «Strange, Incredible and Impossible Things. The Early Anthropology of Reginald Scot», Transcultural Psychiatry, 42(2), 2009, pp. 348-364; P. Almond: England’s First Demonologist. Reginald Scot & The Discoverie of Witchcraft, Londres / Nueva York, I.B Tauris & Co. Ltd, 2011; A. Méndez: «Las Brujas imposibles: la teología de Reginald Scot. Escepticismo radical y distanciamiento de la divinidad», Tiempos Modernos, Revista de Historia Moderna, 7(24), 2012, pp. 1-31; S. Davies: «The Reception of Reginald Scot’s Discoverie of Witchcraft: Witchcraft, Magic and Radical Religion», Journal of the History of Ideas, 74, 2013, pp. 381-401; A. Méndez: «Ni brujas ni amuletos: la otredad católica en The Discoverie of Witchcraft (1584) de Reginald Scot», en F. Campagne (ed.): Poder y Religión en el mundo Moderno. La cultura como escenario del conflicto en la Europa de los siglos XV a XVIII, Buenos Aires, Biblos, 2014, pp. 257-297; A. Méndez: «‘Cruel sacrifices of popish preests’. Teología y cuestión eucarística en The Discoverie of Witchcraft de Reginald Scot», Sociedades Precapitalistas, Revista de Historia Social, 4(2), 2015; P. Kapitaniak: «Reginald Scot and the Circles of Power: Witchcraft, Anti-Catholicism and Faction Politics», en M. Harmes y V. Bladen (eds.): Supernatural and Secular Power in Early Modern England, Farnham, Ashgate Publishing Company, 2015, pp. 41-66.
140 Clark, 1997, p. 182; Elmer, 2016, p. 2.
141 Además de haber leído los libelos, Scot pasó toda su vida en Kent, que entre 1565 y la publicación de The Discoverie registró una de las mayores cantidades de juicios por brujería de toda la región. Almond, 2011, 14; Sharpe, 1996, p. 111. En su libro más reciente, Peter Elmer propuso que una de las razones de Scot para escribir su tratado fue su oposición al clero no conformista de Kent. El demonólogo asoció el desorden social y la destrucción de la armonía religiosa que su intransigencia causaba con aquel creado por la persecución de un crimen inexistente. El celo de los puritanos y de los cazadores de brujas –sostiene Elmer– habrían sido considerados igualmente peligrosos por el autor de The Discoverie of Witchcraft. Elmer, 2016, pp. 18-32.
142 G. S. Williams: «Demonologies», en B. Levack (ed.): The Oxford Handbook of Witchcraft in Early Modern Europe and Colonial America, Oxford, Oxford University Press, 2013, p. 70.
143 Sharpe, 1996, 51; Almond, 2011, pp. 35-49. Sydney Anglo señala que es probable que Scot haya sido Justice of the Peace, aunque Almond se opone a ello por la ausencia de documentación que lo avale. A pesar de señalar que no ocupó un cargo, Almond acepta que Scot tuvo experiencia de primera mano en procesos judiciales relacionados con la brujería. Anglo, 1977, p. 135; Almond, 2011, p. 13.
144 Recordemos, además, que en caso de que Darcy no hubiese sido el autor del panfleto al menos había intervenido considerablemente en su redacción, impulsada en parte para defender su rol y enaltecer el funcionamiento del sistema judicial del cual era un engranaje más. Purkiss, 2000, p. 92; Millar, 2017, p. 102. Ya sea que hubiese sido el autor o un asesor en la redacción, el magistrado se inspiró y citó directamente a Bodin, uno de los blancos principales de las críticas de Scot. Véase el análisis de Gibson sobre la utilización de fragmentos de la Démonomanie des Sorciers en A true and just Record (Gibson, 1999, pp. 131-133).
145 R. Scot: The Discoverie of Witchcraft, Londres, 1584 (cito por la edición dirigida por B. Nicholson (ed.), Londres, Elliot Stock, 1886, pp. 13-14 y 455-456). En total, trece personas fueron sometidas a juicio en Saint Osyth, de las cuales solo dos resultaron ejecutadas: Ursley Kemp y Elizabeth Bennet. Véase Almond, 2011, pp. 40-49.
146 Sobre la imposibilidad del crimen de brujería en Scot, véanse Sharpe, 1996, pp. 50-57; Almond, 2011, pp. 31-48; y Méndez, 2012, pp. 1-31. A Brian Darcy, especial objeto de sus burlas, el de Kent le criticó su desempeño como magistrado a partir de su mezcla de malicia e ineptitud. Scot, 1886, p. 455.
147 Scot, 1886, pp. 87 y 109. Como se observa, la idea de que las hadas estaban relacionadas con las creencias populares sobre brujería ya estaba presente en la elite inglesa del siglo XVI, que rechazaba ambas.
148 [«To hurt children with their eies, or lambs with their lookes, or that pull downe the moone out of heaven, or make so foolish a bargaine, or doo such homage to the divell»]. Scot, 1886, p. 88.
149 Scot, 1886, p. ix. Sobre la relación de Scot con su primo, véase Elmer, 2016, pp. 18-32.
150 «¿Qué tipo de trato puede existir entre un cuerpo carnal y un espíritu» [«What firme bargaine can be made betwixt a carnall bodie and a spirituall?»]. Scot, 1886, p. 34. Scot, que utilizó el Malleus Maleficarum como fuente principal de información sobre las –para él imposibles– relaciones sexuales entre humanos y espíritus, decidió ignorar las discusiones metafísicas más sustanciosas realizadas por Krämer en su opus magnum, aquellas inspiradas en la angelología de Tomás de Aquino. Al no referir a la explicación teórica que daba sustento la posibilidad de que tales encuentros tuviesen lugar, el autor pretendía guiar a los lectores a la inevitable conclusión de que aquello «no podía no ser falso». Almond, 2011, p. 105. Sobre la manipulación documental y argumental en The Discoverie of Witchcraft, véanse Méndez, 2012, pp. 19-23 y Méndez, 2014, pp. 282-297.
151 Al momento de publicarse la demonología de Scot, la noción de sexo entre brujas y demonios no estaba extendida en Inglaterra; de hecho, fue él quien la introdujo a partir de sus referencias al Malleus Maleficarum y a la Démonomanie. Almond, 2011, pp. 71-117. Por ello, su rechazo a la idea respondería a un debate con Krämer y Bodin antes que con la literatura popular inglesa. Lo mismo ocurrió con la referencia a las transvecciones aéreas de seres humanos, que no aparecieron en los panfletos hasta 1592 (ocho años después de la publicación de The Discoverie), por lo que allí también discutiría directamente con el mainstream de la demonología continental tardo-medieval y moderna.
152 [«Tittie and Tiffin, Suckin and Pidgin, Liard and Robin, his white spirits and blacke spirits, graie spirits and red spirits, divell tode and divell lambe, divels cat»]. Scot, 1886, pp. 455.
153 [«Some saie they can transubstantiate themselves and others, and take the forms and shapes of asses, woolves, ferrets, cowes, apes, horsses, dogs»]. Scot, 1886, pp. 8 y 52.
154 Véase Méndez, 2012, pp. 24-28.
155 [«For the divell indeed entreth into the mind, and that waie seeketh mans confusion»]. Scot, 1886, p. 10. Sobre la influencia del demonio en la mente humana en el tratado de Scot, véase Méndez, 2014, pp. 257-297.
156 De todos los críticos de Scot, el más formidable en términos de su estatus fue Jacobo VI, quien lo amonestó expresamente en su Daemonologie: «Scot, un inglés, no se avergüenza de negar públicamente y por escrito la existencia de la brujería, manteniendo así el error de los saduceos, quienes negaban a los espíritus». [«Scot an Englishman, is not ashamed in publike print to deny, that ther can be such a thing as Witchcraft: an so mainteine the old error of the Sadducees, in denying the spirits»]. Jacobo Estuardo: Daemonologie, Edinburgh, 1597, ff. 2r-v. La oposición del monarca dio a luz al mito de que tras su llegada a Londres para ser coronado ordenó la quema pública de ejemplares de The Discoverie, versión actualmente desacreditada. Sobre otras oposiciones a Scot en Inglaterra, véase Sharpe, 1996, pp. 55. Las primeras reivindicaciones, en cambio, no fueron inmediatas. Los primeros ingleses que defendieron abiertamente a Scot fueron Thomas Ady, autor de A Candle in the Dark (1656), y John Webster, responsable de The Displaying of Supposed Witchcraft (1677), quienes basaron su oposición a las persecuciones repitiendo todos los argumentos planteados por el de Kent el siglo anterior. I. Bostridge: Witchcraft and its Transformations c. 1650-c.1750, Oxford, Clarendon Press, 1997, p. 3. Almond, 2011, p. 3.
157 Quien estuvo a cargo de la edición de la demonología de Perkins fue Thomas Pickering, otro egresado de Cambridge y ministro en Finchngfield (Essex). J. Sharpe: «Perkins, William», en R. Golden (ed.), 2006e, p. 890.
158 S. Clark: «Protestant Demonology: Sin, Superstition, and Society (c. 1520-c.1630)», en G. Henningsen y B. Ankarloo (eds.): Early Modern European Witchcraft: Centres and Peripheries, Oxford, Clarendon Press, 1993, p. 57.
159 A. Macfarlane: «A Tudor anthropologist: George Gifford’s Discourse and Dialogue», en S. Anglo (ed.), 1977, p. 149.
160 [«The devill have no power for to hunt us: but if the Lord doe give him leave to afflict us»]. G. Gifford: A Discourse of the Subtill Practises of Devills by Witches and Sorcerers, Londres, 1587, p. 66, Cornell University Library’s Witchcraft Collection: <http://ebooks.library.cornell.edu/cgi/t/text/text-idx?c=witch;cc=witch;rgn=main;view=text;idno=wit052> (consulta: 2/7/2019). Gifford es junto a Reginald Scot el demonólogo inglés sobre el que más han escrito los historiadores. Se recomienda ver J. Hitchcock: «George Gifford and Puritan Witch Beliefs», Archiv für Reformationgeschichte, 58, Berlín, 1967, pp. 90-99; A. Macfarlane: «A Tudor Anthropologist: George Gifford’s Discourse and Dialogue», en S. Anglo (ed.), 1977 pp. 140-155; D. Wallace: «George Gifford, Puritan Propaganda and Popular Religion in Elizabethan England», The Sixteenth Century Journal, 9(1), 1978, pp. 27-49; T. S. McGinnis: «‘Subtiltie’ Exposed: Pastoral Perspectives on Witch Belief in the Thought of George Gifford», The Sixteenth Century Journal, 33(3), 2002, pp. 665-686.
161 «Defiendo firmemente que cada acto sobrenatural ocurre por el poder de Dios» [«I do hold most firmly that every supernatural worke is by the power of God»]. G. Gifford: A Discourse of the Subtill Practises of Devills by Witches and Sorcerers, p. 34. «Todos los milagros verdaderos tienen causas sobrenaturales, las cuales no están presentes en los engaños del demonio» [«For all true miracles have supernatural causes, and so haue not the deceitfull delusions of the devill»]. H. Holland: A Treatise Against Witchcraft, 1590, p. 21, Early English Books On Line: <http://quod.lib.umich.edu/e/eebo/A03468.0001.001?rgn=main;view=fulltext> (consulta: 14/7/2019). «El poder para realizar milagros corresponde unicamente a Dios» [«For the power of working miracles, is proper onely to the Godhead»]. W. Perkins: A Discourse of the Damned Art of Witchcraft, Londres, 1608, p. 62, Cornell University Library’s Witchcraft Collection: <http://ebooks.library.cornell.edu/cgi/t/text/text-idx?c=witch;cc=witch;rgn=main;view=text;idno=wit075> (consulta: 13/7/2019).
162 Una de las limitaciones demoníacas universalmente aceptadas era su incapacidad para cambiar la forma de los objetos y los cuerpos. «Va en contra de la piedad creer que los demonios pueden (...) cambiar la forma de un cuerpo por la de otro, ya que esas cosas son sólo propias de Dios» [«Against pietie is to beleeve, that Divels can (...) change one body into another for those things are proper to God»]. Gifford, 1587, p. 28. «No niego que las brujas pueden tener ilusiones diabólicas, que abundan en los casos de melancolía, pero sí que puedan sufrir transformaciones verdaderas» [«Howbeit I denie not, but witches may haue also sundrie such Sathanicall delusions in many, which abounde in melancholy, but no reall transformations indeede»]. H. Holland, 1590, p. 46. «No pueden ser verdaderas las brujas que se metamorfosean en criaturas debido a que el demonio no posee la capacidad de cambiar una sustancia en otra» [«Witches really metamorphosed into such creatures, cannot bee true; considering that it is not in the power of the devil, thus to change substances into other substances»]. Perkins, 1608, pp. 13-14. En este caso, es probable que en lugar de haber tenido en mente las creencias populares inglesas (que referían al poder de las brujas –y no de los demonios– para cambiar su forma o la de terceros) hubieran pensado en la Démonomanie des Sorciers de Jean Bodin, no solo la única demonología de la modernidad temprana en afirmar que las metamorfosis eran posibles, sino una de las más influyentes a finales del siglo XVI en Inglaterra, reino que el jurista y teólogo francés visitó dos veces (1579 y 1581-2). Sharpe, 1996, p. 22. El problema de la metamorfosis en la literatura demonológica inglesa será analizado con detenimiento en el capítulo III.
163 [«He alone hath created them, the devils are not able to create any thing, though never so small, much lesse those greate tinges»]. Gifford, 1587, p. 24.
164 Holland, 1590, p. 56; Perkins, 1608, p. 14.
165 Oldridge, 2010, p. 46; Johnstone, 2006, p. 1; Arpaci, 2008 p. 64.
166 Johnstone, 2006, p. 8. Millar, 2017, pp. 36-37.
167 [«The power of devils is in the hearts of men, as to harden the heart, to blinde the eies of the mind, and from the lustes and concupiscences which are in them, to inflame them unto wrath, malice, envy, and cruell murthers: to puffe them up in pride, arrogancy and vaine glory: to entice them unto wantonnesse»]. G. Gifford: A Dialogue Concerning Witches and Witchrafts, Londres, 1593 (cito por la reedición: Londres, The Percy Society, 1843, p. 22).
168 Oldridge, 2010, pp. 105-106.
169 R. W. Scribner. «The Reformation, Popular Magic, and the “Disenchantment of the World”», The Journal of Interdisciplinary History, 23(3), 1993, p. 487. Oldridge, 2010, p. 10; Arpaci, 2008, p. 65.
170 Arpaci, 2008, p. 63.
171 Holland y Perkins utilizaban la noción de «familiar» no para referirse a entidades que adoptaban apariencia animal, como ocurría en la literatura popular, sino para aludir a los espíritus que acompañaban a hechiceros o magos bíblicos, como la bruja de Endor o Janes y Jambres. El término simplemente era un sinónimo de espíritu auxiliar, y su existencia se ubicaba en el pasado. El único momento en que Perkins los menciona es al abordar las bases a partir de las cuales podría condenarse a una persona como bruja, incluyendo entre ellas la existencia de dos testigos que dieran evidencia de que la acusada «ha albergado un espíritu familiar y tenido contacto con él cuando se manifestó como un ratón, ganado u otra criatura visible» [«hath intertained a familiar spirit, and had conference with, in forme or likenesse of a mouse, cattle, or some other visible creature»]. En la misma sección donde analizaba las pruebas para juzgar a las hechiceras, incluyó la «marca del demonio», aunque la misma no se producía como resultado de la succión de un espíritu familiar –como ocurría en los panfletos– sino como evidencia de que esa persona había establecido un pacto con el demonio. La idea teológica de la alianza entre demonios y humanos se imponía sobre la folclórica de la aspiración de sangre. Perkins, 1608, p. 45.
172 Es necesario recordar que The examination and confession of certaine Wytches (1566), A Detection of damnable driftes (1579), A true and just Recorde (1582) y The Apprehension and confesson of three notorious Witches (1589) narraban episodios ocurridos en el condado de Essex: en Chemsford los dos primeros y el último, y en Saint Osyth el tercero. Ambas localidades estaban próximas a Maldon (la primera aproximadamente a diez millas, la segunda a menos de treinta), lugar donde Gifford desarrolló sus tareas pastorales. Gibson, por otra parte, señaló que Gifford se inspiró directamente en el panfleto de 1582 como fuente para criticar las ideas populares sobre la brujería. M. Gibson: Witchcraft and Society in England and America, 1550-1750, Nueva York, Cornell University Press, 2003, p. 25. En el Discourse, el predicador parece realizar otra alusión directa pero solapada a los juicios de 1582, al advertir el peligro que se encontraba detrás de la utilización de niños como testigos en juicios por brujería: «en muchas oportunidades la evidencia brindada por niños contra sus propias madres indica que alimentaban con leche a pequeñas criaturas que guardaban en sus ovillos de lana. Años después, aquellos reconocen que fueron guiados a realizar las acusaciones. ¡Cuántas impiedades se han cometido en esos casos!» [«Yea sundry tymes the evidence of children is taken accusing their owne mothers, that they did see them give milke unto little thinges which they kept in wooll, The children comming to yeares of discretion confesse they were entised to accuse. What vile and monstruouse impieties are here committed».] Gifford, 1587, p. 51. El panfleto escrito o encargado por Brian Darcy da cuenta de las palabras declaradas por Thomas, el hijo de ocho años de Ursley Kemp, en contra de su madre: «El mencionado Thomas Rabbet dijo que su madre, Ursley Kemp alias Grey, tenía cuatro espíritus» [«The saide Thomas Rabbet saith, that his said Mother Ursley Kemp alias Grey hath foure severall spirites»]. A true and just Recorde, 2A3v. Es necesario aclarar que los testimonios de infantes menores de nueve años no eran aceptados en la corte. Darr, 2011, pp. 199-204 y 227-242.
173 Gifford, 1843, pp. 18-22.
174 Perkins mencionó que uno de los signos que podía considerarse como presunción de culpabilidad del crimen de brujería era la marca que en los cuerpos humanos se producía al establecerse un pacto demoníaco y que servía como prueba de la apostasía cometida [«Some do adde this for a presumption; If the party suspected be found to have the devils marke: for it is commonly thought, when the devil maketh his covenant with them, he alwaies leaveth his marke behind him, whereby be knowes them for his owne. Now if by some casuall meanes, such a marke be descried on the body of the party suspected, whereof no evident reason in nature can be given, the Magistrate in this case may cause such to be examined»]. Perkins, 2008, p. 45.
175 Perkins aclara que aquel episodio ocurrió porque Cristo lo había permitido [«for by Gods permission, the holy body of Christ himselfe was by Satan transported from place to place»]. Perkins, 2008, p. 48.
176 [«I will not denie, Mysodaemon, but the devill may delude his witches many waies in these transportations, & that many fabulous pamphelets are published, which give little light and lesse proofe unto this point in controversia»]. Holland, 1590, p. 39.
177 No obstante, acepta como posibles los vuelos referidos por teólogos o demonólogos como Peter Martyr Vermigli o Jean Bodin, así como también los de las Escrituras. Véase capítulo IV.
178 [«Our Saviour Christ saith that a spirite hath neither flesh nor bones»]. Gifford, 1587, p. 28. [«He can search more deeply and narrowly into the grounds of things, then all corporall creatures that are cloathed with flesh and blood»]. Perkins, 1608, p. 12.
179 [«It is no more but an apparition and counterfeit shewe of a bodie, unlesse a body be at any time lent them. And when as they make one body to beare the likenes of another, it is but a color»]. Gifford, 1587, p. 28.
180 [«We may not staye heere within they limites of our owne reason, which is not able to reach onto, or to comprehend what way Devils should be able to have such operations»]. Gifford, 1587, p. 28.
181 «By assuming to himselfe a true body». Perkins, 1608, p. 14.
182 [«For he is able having gathered fit matter to joyne member to member, and to make a true body, either after the likeness of man, or some other creature; and having so done, to enter into it, to move and stir it up and down, and therein visibly and sensibly to appeare unto má: which though it is a strange work, and besids the ordinarie course of nature, yet it is not simply above the power thereof»]. Perkins, 1608, p. 14.
183 Johnstone, 2006, p. 106.
184 [«The multitude is in this grosse errour Mysedaemon, that witches have power to turne the world upside down at their pleasure: but the trueth is, it is nothing so. For, as I taught thee before, they are but Sathans instruments, and can not worke these wonders without him, and as for Sathans power also, it is limited by the Lord»]. Holland, 1590, p. 54.
185 [«It is the common opinion among the blind ignorant people that the cause and the procuring of harme by witchcraft, proceedeth from the Witch»]. Gifford, 1587, p. 43.
186 Elmer, 2016, p. 42.
187 [«Shall they be so folish as to imagine, that things are effected by the vertue of wordes, gestures, figures, or such lyke: doubtless all those are but to deceive, and to draw men forward, and to plunge them more deeply into errors and sinnes»]. Gifford, 1587, p. 7.
188 Para Gifford, Holland y Perkins, el crimen de brujería estaba definido no como un acto de maleficium –puesto que las brujas carecían de poder alguno– sino como una apostasía originada por el pacto que se establecía con el demonio, rompiéndose así el que se poseía originalmente con la divinidad. Esa idea se volvió un lugar común del pensamiento demonológico inglés a lo largo de todo el periodo analizado en este libro. Véanse capítulos III, IV y VII.
189 Después de Hopkins y Stearne, Roger Nowell (el cazador de brujas de los juicios de Lancashire) fue el más notorio del siglo XVII, y el que más acusados por brujería ejecutó. Almond, 2012, pp. 12-13.