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Conclusiones

En el presente trabajo se realizó una definición general sobre el concepto de ciudadanía retrotrayendo el análisis a las visiones clásicas del propio término, hasta incorporar nociones más actuales como la visión participativa de la ciudadanía con objeto de poder construir posteriormente el concepto de ciudadanía digital. En este sentido, aun advirtiendo la dificultad para generar definiciones claras sobre los conceptos debido a su constante evolución, se definió a la ciudadanía en términos de la pertenencia a los individuos a una comunidad determinada, lo que les genera tanto derechos como obligaciones ante la misma comunidad.

Por otro lado, se propuso la idea de ciudadanía participativa para enriquecer los planteamientos básicos del concepto de ciudadanía. Así, la participación ciudadana puede estar mediada o no por las autoridades públicas o gubernamentales, lo que abre un abanico muy amplio de capacidad de injerencia de los individuos con relación al gobierno y a los asuntos públicos. Esto deja de lado visiones conservadoras que veían al gobierno como único actor encargado y capacitado, para atender los asuntos públicos. Con ello, además de reconocimiento ciudadano se abre la posibilidad de incluir a más actores en la gestión de políticas bajo un enfoque que corre más por las vías de la coordinación y consenso de la gobernanza.

Se evidenció la importancia de la información para la construcción de la idea de ciudadanía. La información resulta necesaria desde una visión mínima en el entendimiento de ciudadanía al hacer posibles el cumplimiento, en primera instancia por el conocimiento de ellos, de los derechos y las obligaciones ciudadanas. En el plano de la ciudadanía participativa, la información se vuelve aún más importante, pues resulta esencial que los ciudadanos estén informados para que su participación resulte de interés, de oportunidad y con conocimiento de causa de los fenómenos sociales a los que se dirija la propia participación.

De igual forma, la definición de la ciudadanía digital haría referencia a estas temáticas generales concentradas en la definición de ciudadanía con la incorporación de la mediación de las tecnologías de la información y la comunicación, principalmente Internet, para el ejercicio y participación ciudadanas. Así como en la visión clásica de ciudadanía, la ciudadanía digital necesita estar constantemente informada sobre los asuntos de interés público, pero esa información tendrá que ser verídica con el objeto de que la participación en los procesos sea adecuada.

En este punto se tocó, mediante el análisis de estudios nacionales e internacionales, la temática del aumento de los usuarios tanto de Internet como de las redes sociales digitales para informarse y formarse una opinión de los temas públicos, además de la importancia que los individuos le dan ahora a las tecnologías digitales y a la conectividad en sus vidas.

En definitiva, aún existen asimetrías muy marcadas entre los porcentajes de conectividad y capacidad de uso entre diversas regiones del orbe, pero una constante fue el significativo aumento en el número de usuarios en países como México y España. Para el caso de México, resultó particularmente interesante el aumento tanto de usuarios de redes sociales digitales, como de individuos que se informan y forman una opinión pública; un amplio porcentaje de ellos de forma exclusiva mediante la utilización de sus redes sociales digitales. Un número muy elevado de usuarios de Internet en nuestro país considera que le ha sido de gran utilidad para acercarse a los procesos políticos y democráticos del país, ya sea mediante la información del contexto público nacional o mediante el acercamiento a procesos políticos que anteriormente consideraban muy alejados de sus vidas.

A la par de estas ventajas reconocidas en el uso de estas tecnologías para la participación social, surgen problemáticas particulares que los especialistas de la información, así como los tomadores de decisiones públicas, deberían tomar en consideración en sus análisis. Algunas de estas problemáticas pasan por la calidad de la información que se está consumiendo a través de Internet y las redes sociales digitales con temas específicos como los de las noticias falsas, los hechos alternativos, la posverdad e inclusive la seguridad (o vulnerabilidad) de los datos personales de las personas en el ámbito digital. En este punto, se pusieron en consideración algunos esfuerzos que han surgido en los últimos años en México, los cuales han tenido por objetivo verificar la veracidad de las noticias que circulan en internet. Aún existe un reto mayúsculo en el tema de fomentar la cultura de la verificación de la información, y en general mejorar la calidad de la información con la que la ciudadanía digital se está informando y formando opinión pública; tanto los especialistas de la información como las bibliotecas tienen un papel central en las discusiones.

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Democracia e información en América Latina

María Graciela Martha Técuatl Quechol

Escuela Nacional de Biblioteconomía y Archivonomía-IPN

Introducción

A lo largo de la evolución humana, la información ha facilitado recrear ideas que han trascendido como una fuerza constitutiva de la sociedad, lo que ha permitido que el humano tenga permanencia, evolución e innovación. La información en tanto clara y comprensible, apropiadamente gestionada y orientada hacia el usuario indicado, propicia habilidades cognitivas, de análisis y de toma de decisiones.

En el transcurso del siglo XXI, la información se confirma como un insumo indispensable en todos los ámbitos del ser humano en la ciencia, la investigación, lo económico, social, cultural, político y lo educativo. La información relacionada con la democracia genera un gran impacto en la sociedad puesto que permite establecer la organización y la participación de los ciudadanos en la vida política.

El término democracia surgió en la cultura griega y en el devenir histórico ha sido impulsada en 167 países1 con diferentes grados de desarrollo democrático. La forma de democracia que conocemos actualmente es producto del siglo XX. A finales del siglo XIX, los países democráticos representaban el 14 por ciento de todos los países y a lo largo del siglo XX, pasó al 33 por ciento en 1950; al final del siglo era el 34 por ciento (Dahl 2012, 11).

En Estado de la democracia en el mundo, se menciona que el número y porcentaje de países que se consideran democracias electorales ha crecido. En 2016, la cifra aumentó a 132 países, 68 por ciento (Instituto Internacional para la Democracia y la Asistencia Electoral, 1).

La democracia ha sido uno de los temas mundiales abordados abundantemente por la ONU. Las Naciones Unidas en su resolución A/62/7 reafirmó su valor universal (Naciones Unidas 2007, 2).

También reafirmó que:

[…] si bien las democracias comparten características comunes, no existe un modelo único de democracia y que ésta no pertenece a ningún país o región, y reafirmando además la necesidad de respetar debidamente la soberanía, el derecho a la libre determinación y la integridad territorial (Naciones Unidas 2007, 2).

La democracia quedó implícita en la Declaración Universal de Derechos Humanos en 1948 en el artículo 21 (Naciones Unidas 1948) y se precisó en el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (Naciones Unidas 1966), donde se enmarcan los derechos políticos y las libertades civiles en los que se basa la democracia, y que entró en vigor el 23 de marzo de 1976. En 1997, los Parlamentos miembros de la Unión Interparlamentaria adoptaron la Declaración Universal sobre la Democracia (Unión Interparlamentaria 1997).

En la Cumbre Mundial de las NU del 2005, los Estados Miembros expresaron que “la democracia es un valor universal basado en la libertad libremente expresada del pueblo para determinar sus sistemas políticos, económicos, sociales y culturales y su plena participación en todos los aspectos de su vida” (Naciones Unidas Cumbre Mundial 2005, 32-33).

En 2008, las NU determinaron celebrar el 15 de septiembre como el Día Internacional de la Democracia como recordatorio de la importancia de que los ciudadanos sean los soberanos de su estado y para que elijan libremente a sus representantes y dirigentes políticos.

La Unión Interparlamentaria hizo consideraciones para presentar en el Fórum Mundial para la Democracia en Estrasburgo, en 2012, la Declaración Universal de la Democracia (Fundación Cultura de Paz) e incluir las diferentes dimensiones de la Democracia y propone:

Artículo 1. La democracia es un régimen político, económico, social, cultural e internacional, fundado en el respeto de la persona humana, cuyos derechos y deberes son indivisibles, en la supremacía y la independencia de la justicia y del derecho, así como en la posibilidad de toda persona de participar en la vida y en el desarrollo de la sociedad, en libertad y paz, siendo plenamente consciente de la igual dignidad y de la interdependencia de los seres humanos, en un medio cultural y natural favorable. Todos los derechos humanos deben ser promovidos y protegidos.

Bobbio dice:

[…] que la única manera de entenderse cuando se habla de democracia, en cuanto contrapuesta a todas las formas de gobierno autocrático, es considerarla caracterizada por un conjunto de reglas (primarias o fundamentales) que establecen quién está autorizado para tomar las decisiones colectivas y bajo qué procedimientos (Bobbio 2001, 24).

Dahl anota que la democracia ofrece oportunidades para:

 1. Participación efectiva.

 2. Igualdad de voto.

 3. Alcanzar una comprensión ilustrada.2

 4. Ejercitar el control final sobre la agenda.3

 5. Inclusión de los adultos (Dahl 2012, 44).

El mismo autor menciona que “desde el momento en que se incumple cualquiera de estos requisitos, los miembros no serán iguales políticamente” (Dahl 2012, 45). Dahl establece que la democracia moderna produce las siguientes ventajas:

1 Evita la tiranía

2 Derechos esenciales

3 Libertad general

4 Autodeterminación

5 Autonomía moral

6 Desarrollo humano

7 Protección de intereses personales esenciales

8 Igualdad política

9 Búsqueda de la paz

10 Prosperidad (Dahl 2012, 54)

La autora Rodriguez Burgos (2015, 49-56) describe diferentes tipos de democracia y menciona a la democracia liberal: social y económica; la democracia participativa; la democracia directa y otros tipos, entre los que anota a la democracia deliberativa, la consensual, la procedimental y la constitucional.

Para fines de este capítulo, se ha considerado a la democracia directa, que tiene como elementos esenciales los valores de libertad y respeto a los derechos humanos y como principio el celebrar elecciones periódicas y genuinas mediante el sufragio universal, donde los ciudadanos votan directamente.

A la democracia se le ha definido, teorizado e idealizado. Está en la opinión pública, está presente en la participación electoral en la mayoría de los países y, como información digital, está disponible en Internet, uno de los recursos más utilizados por la disponibilidad de la información, por su posibilidad de difundirla y compartirla de forma abierta.

Abordar la democracia en América Latina abre senderos que ofrecen ópticas desde diferentes puntos de vista y permite acercarse a uno de los temas que está siempre presente en la vida de cualquier ciudadano, que cuando ejerce su voto con plena conciencia informativa apuesta al pluralismo, a que su voto es importante para el futuro gobierno, a que es participe de toma de decisiones, y a que aporta a las libertades civiles y cultiva su cultura política.

Sartori, uno de los teóricos sobre la democracia, para establecer lo que es y lo que no es democracia realiza la pregunta ¿Cuánta democracia?, para precisar el grado o nivel de democracia (G. Sartori 2015, 54), tal pregunta se dilucidará para América Latina.

La Democracia en América Latina

El desarrollo de la democracia en América Latina constituye una experiencia histórica única, caracterizada por especificidades íntimamente relacionadas con los procesos de construcción de cada Nación y de las sociedades latinoamericanas, incluyendo sus diversas identidades culturales (Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo 2004, 54).

En los países de América Latina, uno de los desafíos de las sociedades es detener las tendencias negativas que se han manifestado a nivel global, tales como gobiernos autocráticos, coerción, violencia y hambruna. Ante ello, los países que integran las Naciones Unidas han resuelto ponerles fin a través de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, conocida como Agenda 2030 (Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo). La Agenda en su objetivo 16 afronta directamente la democracia, y se centra en la promoción de sociedades pacíficas, la provisión de acceso a la justicia para todos y la construcción de instituciones eficaces a todos los niveles.

Las aspiraciones de la Agenda, como lo afirma la Unión Interparlamentaria (UI), “solo se lograrán si existe más democracia en todo el mundo” (Centro de Información de las Naciones Unidas 2016).

Resolver la pregunta ¿cuánta democracia? llevó a localizar tres fuentes que permitieran tener un diagnóstico sobre la democracia en América Latina. Se analizaron Democracy Index 2017 (Economist Intelligence Unit s.f.), el Índice de Desarrollo Democrático de América Latina (Fundación Konrad Adenauer 2016) y el Latinobarómetro (Corporación Latinobarómetro 2017). En cada uno se analizó la información para dieciocho países de América Latina. Los resultados revelan a través de indicadores y a manera de diagnóstico la situación que prevalece en cada país.

1. Democracy Index 2017

El índice de la Democracia ofrece anualmente una imagen sobre la democracia en 165 países y dos territorios. El Índice inició desde 2006 y se publica en inglés. Los resultados mostrados tiene como base un cuestionario con sesenta indicadores en las siguientes cinco categorías, lo que permite realizar un análisis de la situación, y para valorarla se asignan puntuaciones en rangos de 1 a 10.

A continuación se describen las categorías utilizadas y en la tabla siguiente el significado del rango de puntuación para cada tipo de democracia. Se agregan cuadros con resultados de los indicadores aplicados y sus resultados para los países analizados: Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana, Uruguay y Venezuela.


Tabla 1. Categorías de análisis del Democracy Index
CATEGORÍAS PROPÓSITO
Proceso electoral y pluralismo Se establece a través de doce preguntas: si las elecciones son libres y justas; si votan todos los adultos; si son seguras; si se realizan en igualdad de condiciones; si el financiamiento es transparente; si la transferencia de poder es transparente; si los ciudadanos pueden formar partidos políticos independientes del gobierno; si hay posibilidades que la oposición pueda gobernar; si hay acceso abierto de oficinas públicas a todos los ciudadanos, y si los ciudadanos pueden formar organizaciones políticas y cívicas libres de la vigilancia e intervención del estado.
Funcionamiento del gobierno Hay catorce preguntas tendientes a conocer: si los representantes libremente elegidos son los que determinan la política del gobierno; si es la legislatura el cuerpo político supremo; si hay un sistema eficaz de controles y equilibrios en el ejercicio de la autoridad del gobierno; si el Gobierno está libre de la influencia indebida de los militares o los servicios de seguridad; si las organizaciones y las naciones extranjeras no determinan funciones importantes del gobierno o la políticas; si hay grupos económicos, religiosos o de otra índole paralelos a las instituciones democráticas; si existen mecanismos e instituciones suficientes para asegurar la responsabilidad del gobierno ante el electorado; si la autoridad del gobierno se extiende en todo el país; si el funcionamiento del gobierno es abierto y transparente y con acceso a la información pública; cuán generalizada es la corrupción; si el servicio civil dispuesto y capaz de implementar la política del gobierno; percepción popular de que los ciudadanos tienen libertad de elección y control sobre sus vidas; confianza pública en el gobierno, y confianza pública en los partidos políticos.
Participación política Se establecen nueve preguntas referentes a la participación política: participación de los votantes en las elecciones nacionales; grado de autonomía y voz de minorías étnicas, religiosa u otras en los procesos políticos; mujeres en el parlamento; grado de participación política de miembros de partidos políticos y organizaciones no gubernamentales; participación ciudadana en la política; preparación de la población en tomar parte en manifestaciones legales; alfabetización de adultos; medida en que la población adulta muestra interés y sigue la política en las noticias, y si las autoridades hacen un esfuerzo serio para promover la participación política.
Cultura política Se plantearon ocho preguntas para conocer si hay un suficiente consenso social y cohesión para sostener un funcionamiento estable de la democracia: percepción del liderazgo; percepción de la proporción de militares en el gobierno; percepción de decisiones de expertos o tecnócratas, no el gobierno, en las decisiones del país; percepción de la democracia y el orden; percepción de la democracia y el sistema económico; grado de soporte popular por la democracia; fuerte tradición por la separación de la iglesia y el estado.
Libertades civiles Se estructuran diecisiete preguntas sobre medios electrónicos libres; medios impresos libres; libertad de expresión y protesta; una robusta cobertura de medios; restricciones políticas sobre el acceso a internet; libertad de los ciudadanos para formar organizaciones profesionales o sindicales; las instituciones proveen a los ciudadanos con la oportunidad para pedir al gobierno reparación de agravios; uso de la tortura por el estado; grado en que el poder judicial es independiente de la influencia del gobierno; grado de tolerancia religiosa y libertad de expresión religiosa; grado de trato igualitario de los ciudadanos ante la ley; disfrute de los ciudadanos por seguridad básica; medida en que los derechos de propiedad están protegidos y la empresa privada es libre de influencia del gobierno; medida en que los ciudadanos disfrutan de libertades personales como igualdad de género, derecho a viajes, trabajo y estudio; percepción sobre la protección a los derechos humanos; discriminación por motivos de raza, color o creencias religiosas; medida en que el gobierno invoca nuevos riesgos, y amenazas como excusa para limitar las libertades civiles.
Fuente: Democracy Index 20 (Economist Intelligence Unit s.f., 66-75)

Con las puntuaciones obtenidas en cada categoría, en una escala entre 1 a 10, donde el valor más bajo corresponde a 1, y el más alto a 10, se clasifican los países en cuatro tipos de democracia:


Tabla 2. Tipos de democracia del Democracy Index
Fuente: Democracy Index 2017 (Economist Intelligence Unit s.f., 64). TIPO DE DEMOCRACIA
GRADO DE PUNTUACIÓN Democracia plena
Se otorga a los países que obtienen puntuaciones mayores a 8. Se otorga a los países en los que no solo se respetan las libertades políticas fundamentales y las libertades civiles, sino que también tiendan a estar avalados por una cultura política propicia para el auge de la democracia. El funcionamiento del gobierno es satisfactorio. Los medios de comunicación son independientes y diversos. Hay un sistema eficaz de controles y equilibrios. El poder judicial es independiente y se aplican las decisiones judiciales. Existen sólo problemas limitados en el funcionamiento de las democracias. Democracia imperfecta
Se asigna a países con puntuación mayor a 6 y menor a 8. Los países con democracia imperfecta también tienen elecciones libres y justas, e incluso si hay problemas; por ejemplo, las infracciones a la libertad de los medios de comunicación, se respetan las libertades civiles básicas. Sin embargo, hay debilidades significativas en otros aspectos de la democracia, incluyendo problemas de gobernanza, una cultura política poco desarrollada y bajos niveles de participación política. Régimen híbrido
Se da a países con puntuación mayor a 4 pero menor a 6. Las elecciones tienen irregularidades sustanciales que impiden a menudo que sean libres y justas. Presión del gobierno sobre los candidatos y partidos de oposición pueden ser comunes. Las deficiencias graves son más frecuentes que en las democracias imperfectas, en la cultura política, funcionamiento del gobierno y de la participación política. La corrupción tiende a ser generalizada y el estado de derecho es débil. La sociedad civil es débil. Por lo general, hay acoso y presión sobre los periodistas y el poder judicial no es independiente. Régimen autoritario
Se otorga a países con puntuación igual o menor a 4. En estos estados, el pluralismo político del estado está ausente o muy circunscrito. Muchos países en esta categoría son dictaduras absolutas. Pueden existir algunas instituciones formales de la democracia, pero estos tienen poca sustancia. Las elecciones, si ocurren, no son libres y justas. Hay desprecio por los abusos y violaciones de las libertades civiles. Los medios de comunicación son típicamente estatales o controlados por grupos conectados al régimen gobernante. Hay represión de la crítica al gobierno y censura omnipresente. No hay ninguna independencia del poder judicial.

Con base en este Índice, la democracia se expresa con los siguientes resultados en los dieciocho países de América Latina enunciados.

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