Kitabı oku: «La Leyenda de los Dolgias», sayfa 2

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CIUDAD DE DODAINE, CAPITAL DEL PLANETA DODANESK

REGIÓN ORBITAL CENTRAL DE LA FEDERACIÓN DOLGIA

CIENTO VEINTE AÑOS DESPUÉS

II

SENTIMIENTOS ENCONTRADOS

—Gizz, llegaron tus amigas —le dice Janvie a su hija.

Le habla desde su panel en la planta baja, y tanto su voz como su imagen se reproducen en el panel de la jovencita.

Gircelle, sin embargo, está totalmente concentrada en su atuendo de graduación. Se siente muy orgullosa de él. Se trata de un diseño creado por ella misma, y es un secreto incluso para su familia. No puede dejar de mirarse en el espejo. Sus ojos azules brillan. El vestido es blanco y elegante, original respecto a los estándares de la moda, y su cabello ondulado a los hombros, de un negro intenso, lo enmarca y lo complementa. Gircelle se ve hermosa. Acaba de cumplir dieciocho años. Es la víspera de su graduación de preparatoria, y sabe que al día siguiente abandonará la casa que la vio crecer para comenzar su carrera universitaria en el planeta capital de la Federación.

—Gizz, ya están aquí tus amigas —insiste su madre.

Gircelle vuelve en sí y toma su panel portátil.

—En un momento bajo, mami —dice.

No se tarda en hacerlo. Baja por la sección móvil de la escalera para ganar tiempo.

En la sala, tanto su madre como sus amigas se sorprenden al verla así vestida.

—¡Qué hermosa, Gizz! —dice Madania Lyntar, su mejor amiga—. Siempre has sabido cómo llamar la atención.

Janvie, su madre, permanece boquiabierta, mirándola de arriba abajo, hasta que parece encontrar las palabras adecuadas:

—Serás la princesa de la noche. ¿Cómo no me habías dicho nada?

—¿Del vestido? —pregunta Gircelle, inclinándose para ver la caída de la tela—. Bueno, es que quería ser original. Siempre quise hacer algo como esto.

—¿Es un diseño tuyo? —dice Madania, incrédula.

Gircelle asiente con una sonrisa.

—Es una noche única. Quería intentarlo.

—Eres candidata al Diploma Estond —interviene Gironed Sonjorz, otra de sus amigas—. Vas a acaparar el panel escolar.

Gircelle se mesa el cabello.

—No había pensado en eso. Estaba pensando más bien en el viaje a Dolgiania —le responde—. Imagínense si los medios se me fueran encima. Toda la Federación Dolgia me acabaría conociendo —añade, con una mueca de preocupación.

Las tres jovencitas ríen y se acomodan en la sala mientras esperan al padre y al novio de Gircelle.

La puerta principal se abre. Entra a la casa Arkend Lotpar, el joven que logra conquistar todos los días el corazón de Gircelle. De cabello oscuro, lacio, y estatura promedio, procura pasar desapercibido porque trae un regalo para su novia. Busca en el recibidor el equipaje de su novia y lo encuentra dentro de los gabinetes para prendas y accesorios de cambios de estación. Coloca con cuidado el obsequio en uno de los compartimentos de la maleta. Silenciosamente, sale de los gabinetes y abre la puerta corrediza de cristal polarizada. Después, se dirige a la sala donde se encuentran todas.

—Veo que están listas para una noche memorable —les dice Arkend.

Ellas lo miran sorprendidas. No sabían que el joven ya estaba dentro de la casa.

El traje de Arkend llama la atención de Gircelle. Por un instante, ambos se miran. Madania se da cuenta de que los dos están compenetrados.

—Arkend —los interrumpe Madania—, ¿pudiste arreglar el diametral de los timones del Diastro? Recuerda que está afectando la estabilidad de los alerones auxiliares. No me olvido más del día que fuimos a los Escaparates de Virtunmend y casi nos estacionamos dentro del local de los dulces congelados.

Gircelle, su madre y Gironed ríen.

—La falla no tenía importancia, Madi, pero sí fue crucial detectarla a tiempo. La verdad es que quería sorprenderlos. Mi tío Jaelian y yo hicimos un viaje de prueba la semana pasada y nos aseguramos de actualizar los sistemas principales. Ahora se puede decir que tendremos un viaje configurado automáticamente y solo será necesario vigilar los controles cuando atravesemos la estratósfera de Dodanesk.

Gircelle escucha emocionada a su novio. Desde pequeña soñaba con tener un vehículo que pudiera realizar viajes interplanetarios.

—Me vienen recuerdos de los paseos que hacíamos con papá por la Vía Entbed —dice Gircelle con ojos brillantes—. Seguro se sentirá orgulloso cuando me vea conducir el Diastro por la Ruta Thende. He querido hacerlo desde que su equipo lo diseñó.

Desde la puerta principal surge una voz que interrumpe las palabras de la joven:

—Lo conducirás. El sistema tramitó tu permiso de pilotaje justo a tiempo, Capitana Ganeve.

Se trata de Jaelian Ganeve, su padre, y también, el arquitecto de los destinos de la familia. Le da un cariñoso abrazo a su hija y le entrega el permiso.

—No te detengas, mi flor del cielo. Es hora de salir de este planeta.

Gircelle se muestra entusiasmada.

—Lo haré, papá —dice, sin poder creer todavía lo que tiene en sus manos—. Gracias por hacer realidad mi sueño de tantos años.

Arkend interviene:

—Pero si apenas tienes dieciocho años, hermosa.

—Es verdad, amor, pero será la primera vez que conduzca. Creo que la atmósfera de Dodanesk y la Ruta Thende serán un buen comienzo —dice Gircelle, sonriendo.

—Me sentiré honrado de ser tu Primer Oficial. Tu papá me ha enseñado varios secretos nuevos del Diastro que no conocía. Mañana podré mostrártelos.

Gircelle esboza una sonrisa y le dedica una mirada dulce.

Jaelian mira a Arkend con aprobación y asiente. Luego se vuelve hacia su hija:

—Mañana será un gran día para ti y para todos. Serás la segunda de la familia en conocer el planeta capital, y esto debe celebrarse.

Saca un sobre de la bolsa de su saco y se lo entrega.

—Esperaba ver tu carita de asombro al abrirlo —le dice.

Gircelle mira dentro del sobre. Se trata de una reservación en su lugar favorito, el Creative Lounge. Sonriente, se lo muestra a los demás.

Varios recuerdos de los preliminares escolares llegan a su mente.

—¡Gracias, papá! No olvido esa canción yamchana, y tampoco el día que la canté en el Festival de Término del Equinoccio Cindente en los preliminares. Me gustaría volver a hacerlo.

Todos salen de la casa para ir al pasillo de abordaje del vehículo de Jaelian. Es una vagnett Diometric de diseño ergonómico y buena potencia aérea.

—Es una bonita noche para graduarnos, Gizz —le dice Madania mientras caminan hacia la vagnett—, aunque no sé por qué tengo el presentimiento de que saldrás del auditorio con dos papeles.

Las miradas se centran en Gircelle. Ella sonríe discretamente.

—La decisión está en manos de la Rectoría. Hay compañeros que sí lo merecen de verdad —afirma la joven y se vuelve hacia su novio—. Me gustaría tener una noche tranquila. Necesitamos energías para mañana —le dice.

—Vamos, hermosa —Arkend intenta tranquilizarla—. La Rectoría sabe más que nadie quién merece el Diploma Estond. Esta noche será tuyo. Cuando te lo entreguen, te acordarás de mí.

Gircelle le dedica una sonrisa, y después se queda mirando el horizonte a través de la ventanilla. Es una tarde despejada. Los astros brillan con intensidad al ser bañados por el sol dolgia del atardecer. A lo lejos, percibe un resplandor extraño. Entiende que se trata del fenómeno que se aprecia una vez al año en el cielo de Dodanesk.

—Miren, son las luces del Equinoccio Cindente —dice—. En segundo año de los preliminares leí sobre esto. La mitología Dolgia dice que su aparición predice que van a haber cambios en la vida de todos.

—Serán muy buenos —interrumpe su madre mientras le acaricia el cabello.

—¿Alguna vez vieron algo así? —pregunta Gircelle a sus padres.

—Claro, Gizz —le dice Jaelian—. Justamente el día en que naciste.

La jovencita les sonríe, y vuelve a mirar por la ventanilla. En el fondo del área, donde están descendiendo en la vagnett, se encuentran unos edificios con diseños que le resultan familiares. Su corazón se agita al darse cuenta de que ese lugar es el auditorio de la Preparatoria de Dodaine. Es un momento muy emotivo para ella. También para su novio y sus amigas. Esta será la última vez que lo visiten.

El vehículo de Jaelian finalmente se estaciona en el ala este del auditorio. Sin llegar a bajar, las jovencitas son reconocidas por unas compañeras que caminan por el túnel transparente que conecta las instalaciones de la preparatoria.

—¡Gircelle, Madania! —les gritan.

Las amigas bajan y se acercan a ellas para saludarlas.

—Lo lograste, Gircelle. Toda la generación ya lo sabe —dice una de las compañeras.

—Sí, ya se sabe que te van a dar el Diploma Estond —agrega otra.

Gircelle sonríe tímidamente. Primero mira hacia el pasillo y luego hacia una de sus compañeras. Se lleva la mano derecha a su boca y después mira el suelo con timidez.

—Creo que lo mejor será ir festejando desde ahora. Sin ustedes no lo hubiera podido lograr.

Todos la abrazan.

—No hay imposibles, Gizz. Siempre te lo dijimos —le susurra su padre—. Ahora ve y vive tu noche. Te veremos en el vestíbulo.

Gircelle camina junto con sus amigas y compañeras a la entrada del auditorio, de la mano de Arkend.

III

GRADUACIÓN

Gircelle y sus compañeros son transportados por la banda móvil. Desde allí pueden ver la fachada principal, de estilo tradicional. Está rematada por un domo gigante de Distrum blanco y el cristal es de Virtunmend. Además, tiene los patrones arquitectónicos Terráneos característicos de Dodanesk.

Mientras la banda móvil los desplaza a baja velocidad, Gircelle aprovecha para admirar detalladamente el espacio del auditorio. Solo había estado allí una vez, tres años antes, durante la graduación de los estudios intermedios.

Desde donde están ubicados, se escuchan ruidos ambientales que provienen del interior, y a través de un sistema sofisticado de sonido, los estudiantes pueden oír lo que ocurre dentro del recinto aunque se encuentren en el exterior.

Gircelle no deja de observar las esculturas de los grandes maestros Federados, gran fuente de inspiración para los estudiantes. Entre ellas se encuentra la de Engelmor Juvte, antepasado de su familia materna y uno de los fundadores de la Alianza de Yamchem, asociación que ha ayudado a consolidar la red educativa y cultural de la Federación. Mientras contempla la estatua, se le vienen a la mente varias historias relacionadas con su antepasado que su familia le contó. A algunos de sus compañeros les llama la atención la forma en que se la queda mirando.

—Engelmor Juvte fue mi tatarabuelo —les explica, y ellos la miran asombrados—. Él siempre ha sido un ejemplo a seguir. Madania y yo crecimos con las leyendas que nos contaban nuestros abuelos en Promend. Sus hazañas vivirán por siempre en la historia de la Federación.

—Nos gustaría escuchar esas leyendas —dice Gironed.

—¿Qué tal el Creative Lounge para festejar después de la ceremonia? —les pregunta Gircelle, y sus compañeros asienten con la cabeza sin pensarlo.

Mientras continúan el camino por medio de la banda móvil transparente, se escucha un timbre que les resulta familiar. Es el primer aviso de la Asamblea Directiva anunciando a los alumnos que ocupen sus lugares en el auditorio. En el tercer aviso la ceremonia comenzará.

Gircelle aparenta estar tranquila frente a sus compañeros, pero sus nervios comienzan a aumentar conforme se acerca al vestíbulo del auditorio. Una emoción indescriptible inunda su corazón y su mente.

Los rumores que circulan dicen que ella será quien reciba el Diploma Estond, y esa idea no se la puede quitar de su mente. En el momento en que suba al presídium deberá pronunciar un discurso frente a la Asamblea. Ahora sabe que tiene que improvisar algo, pero no se siente inspirada debido a sus sentimientos a flor de piel.

En el presídium y los lugares centrales se encuentran los invitados de honor. Entre ellos hay algunas de las celebridades de la comunidad artística de Dodanesk, quienes tendrán el privilegio de entregar los diplomas a los estudiantes.

La Asamblea sabe que es importante llevar un buen ritmo para la logística de la ceremonia, por esta razón, la Preparatoria recibe el apoyo de la Flota Tavet. Los militares forman una valla en el impresionante vestíbulo del auditorio. Además de proteger al alumnado y maestros, sus uniformes de gala dan solemnidad al evento.

Mientras recorren los últimos metros de la banda móvil, Gircelle muestra emoción en su rostro al ver a los soldados escoltándolos en la entrada. Algo así solo lo había visto a través de Interjogue, en las ceremonias de Estado en la plaza principal de Dodaine.

El vestíbulo se encuentra adornado por los emblemas de cada planeta de la Federación Dolgia, y el gran domo de cristal deja pasar los últimos rayos de sol de la tarde. Los estudiantes ingresan allí, y el vestido de Gircelle no pasa desapercibido.

Los reporteros de la gaceta interna de la preparatoria se acercan con sus paneles. Saben que Gircelle es una de las candidatas a recibir el Diploma Estond.

—Señorita Ganeve, voltee un momento —le dice uno de ellos.

Gircelle les sonríe aunque está un poco desconcertada.

—En primera plana no, por favor —les dice.

La buena iluminación de los paneles realza su belleza y encanto natural. Todos sus compañeros le clavan la mirada, porque intuyen las posibilidades que tiene Gircelle de ganar.

El impresionante domo de cristal del auditorio resalta desde el techo, debido a su particular iluminación, inspirada en las luces de los antiguos faros del puerto de Promend, que guiaban a las embarcaciones comerciales y turísticas. Es probable que en unos de estos barcos hayan viajado los antepasados de Gircelle, ya que sus abuelos y varios miembros de su familia son de Promend.

La Asamblea Directiva de la Preparatoria hace el segundo llamado.

Arkend se encarga de acomodar al grupo en sus respectivos lugares. Las butacas son amplias, cómodas y de diseño vanguardista pero elegante. Esto permite que los estudiantes tengan libertad de movimiento, especialmente las jovencitas que llevan pomposos vestidos.

Madania, Gironed y un primo de esta última, Luvan Sonjorz, son los primeros en recorrer la fila de butacas que les ha sido asignada. Desde allí, en la zona central derecha, tienen una de las mejores vistas del escenario donde estará ubicada la Asamblea.

Gircelle ingresa a la fila una vez que Arkend la toma de la mano y le cede el paso. Las miradas del resto de los alumnos se dirigen hacia ella. Quizás sea por la originalidad del vestido, por la personalidad que proyecta, o porque se trata de una de las aspirantes al Diploma Estond.

Gircelle camina y sonríe tímidamente, sabiendo que llama la atención de todos. Madania la espera alegre a su lado.

—Han pasado tres años desde la última ceremonia —dice Madania.

—Y el auditorio sigue imponente como siempre —le contesta Gircelle mientras se voltea a ver todas las zonas del recinto.

—Te veo nerviosa, Gizz —le susurra su amiga.

—Un poco, Madi —dice mirando su bolsillo de noche. Luego, parpadea fuertemente y aprieta su boca—. Si llego a recibir el Diploma Estond, mi vida va a cambiar y mucho.

—Todos nacemos para destacar en algo, y llegó el momento de que la Federación te reconozca.

Ni bien Madania termina de decir sus palabras, el sistema de sonido del auditorio anuncia el tercer llamado.

En el área de butacas, la zona más amplia, se ubican los estudiantes. En el primer piso de palcos, se encuentran los invitados miembros de la Alianza de Yamchem, entre otras asociaciones benefactoras de la Preparatoria, así como la prensa escrita y audiovisual, y en el segundo se ubican las familias de los estudiantes.

La iluminación principal del recinto se apaga y en el escenario resalta la presencia de la Orquesta Sinfónica de la Preparatoria, quien interpreta el Himno de la Federación Dolgia. Todos los presentes lo escuchan de pie y con respeto. Luego tocan el Himno de la Preparatoria.

El escenario se ilumina gradualmente para dar inicio de manera oficial a la ceremonia de graduación. La maestra de ceremonias pronuncia un discurso de bienvenida para después presentar a los miembros del presídium. Entre ellos se encuentran los Directores de las divisiones académicas y también miembros destacados de la comunidad musical de Dodanesk, como Yald Logrest, ídolo de Gircelle desde su niñez.

Luego de la presentación de los miembros, el Director Edrand Misdal se dirige al estrado y pronuncia:

—Estimados alumnos y comunidad de Dodaine, sean muy bienvenidos. Ha terminado un ciclo para iniciar otra etapa de su vida académica y personal. Las metas están al alcance de todos, solo es cuestión de que sean firmes a la hora de perseguir sus sueños. Una vez que dominen esto, nada ni nadie podrá detenerlos. Seguramente extrañarán los días de clases, las convivencias en los pasillos y las fiestas mensuales. Pero ahora vendrán semestres que implicarán tener una responsabilidad mayor, con nuevos compromisos y actividades. Todas estas acciones determinarán el camino de lo que se han propuesto. Tengan esto siempre en cuenta.

Los estudiantes lo aplauden por sus concisas pero inspiradoras palabras, y este hace una reverencia en señal de agradecimiento.

La generación más numerosa es la de la división de Ingeniería de Teclados, por lo que Arkend se siente emocionado.

—En ese grupo hay varios compañeros con los que compartimos conceptos y programaciones —le comenta Arkend a Gircelle y a Luvan.

—Ahora entiendo tu habilidad para interpretar y componer música—dice Gircelle a su novio.

—Son muy importantes las armonías y la sensibilidad, hermosa, pero lo más esencial es la capacidad para recrear en la gente el mismo sentimiento que brota en ti cuando compones o interpretas.

—Pienso igual que tú. Me gusta que la gente que te escuche se emocione contigo.

Gircelle no deja de mirar a los ojos de su novio, mientras este habla sobre el gusto y la sensibilidad que comparten por el arte. La música ha unido sus vidas y sus corazones.

—Sin ella no podríamos impulsar a nuestras mentes —le dice el joven mientras toma sus manos suavemente.

Gircelle asiente.

—Sin ella, nuestras almas no tendrían la energía suficiente para seguir adelante —se acerca lentamente a Arkend—, es la energía que fluye, reinventándose a sí misma, desarrollando nuestros sentidos... —no termina de decir esto cuando sus labios se sellan con un beso.

Sus siluetas generan un contraste cuando la iluminación del recinto disminuye su intensidad. Los reflectores del domo y del escenario dejan al lugar en completa oscuridad. El enorme panel principal proyecta una semblanza de la historia de la Preparatoria y de la cultura de Dodanesk.

La Orquesta Sinfónica interpreta los primeros acordes de la versión instrumental de una de las canciones más representativas de Dodanesk. El alumnado y el resto del público aplauden.

Llega uno de los momentos más emotivos de la noche. El panel muestra diferentes imágenes de los estudiantes que se gradúan esa noche, haciendo hincapié en los momentos más importantes del semestre. Ellos reaccionan con asombro, porras y aplausos.

Gircelle, Arkend y sus amigos se sienten sorprendidos al verse en varias ocasiones posando de manera espontánea. El video termina cuando muestran el escudo de la Preparatoria.

La división de Ingeniería de Teclados es la primera en pasar por sus diplomas. Gircelle siente orgullo por su novio.

—Ve, mi amor. Ve, mi Ingeniero favorito.

Arkend le sonríe mientras se incorpora a la fila de la generación que se dirige al escenario.

Los reflectores que los iluminan adquieren una tonalidad azul Tonuvd, que representa a la división a la que pertenece Arkend.

Uno a uno, los alumnos reciben sus diplomas. Yald Logrest los está entregando personalmente. Su atuendo formal sorprende gratamente a los jóvenes de Dodaine.

Arkend es anunciado por el maestro de ceremonias y se acerca a Yald. Su carismática y mediática presencia no lo intimida. Con la mano derecha le da un fuerte saludo, y con la otra recibe el diploma.

Gircelle y sus compañeros de Ciencias de la Música exclaman palabras de alegría, y su novio a los lejos la saluda alzando su diploma.

Arkend llega a la fila de su asiento y Gircelle lo sorprende con un fuerte abrazo. Los amigos y conocidos que se encontraban cerca, aplauden.

—Tu apoyo y tu amor han sido muy importantes, mi flor del cielo —le susurra al oído—. Tu conocimiento y tu sensibilidad en las materias más difíciles permitieron que estuviera aquí contigo esta noche.

Los dos se separan para verse a los ojos. Gircelle le sonríe y le guiña el ojo.

—Te debo mucho a ti, amor. La Preparatoria fue testigo de nuestras locuras—le dice Gircelle sonriendo.

Toman asiento para continuar con la ceremonia que sigue su curso de manera fluida.

El siguiente grupo en pasar, que también destaca por su gran número de alumnos, es el de Ciencias de la Composición Orquestal. Entre ellos se destaca Lena, la nieta del célebre Director de la Sinfónica de Dodaine, Svengder Belfrud. Naturalmente, ella es aplaudida, cumpliendo el ideal de su abuelo de verla crecer con su herencia musical. Lena también recibe el aplauso de sus compañeros de generación mientras voltea al piso superior en busca de su abuelo. El Director de la ceremonia se da cuenta y les concede una sorpresa a los dos. Los reflectores ubicados en el domo del techo los iluminan. Lena, sorprendida, saluda a su abuelo, que se levanta del asiento para aplaudirla. El resto de las personas que están en el auditorio también aplauden sonoramente. La joven sonríe y sus mejillas blancas se ruborizan. Las tradiciones y el legado de la Preparatoria se reflejan en ambos. Gircelle le sonríe y aplaude con entusiasmo cuando recuerda las clases y las fiestas que compartieron juntas.

El maestro de ceremonias anuncia la entrega de diplomas de los alumnos de Ciencias de la Música. Muchas emociones invaden los pensamientos y el corazón de Gircelle. Los rumores del Diploma Estond crecen cada vez más. Solo se limita a sonreír tímidamente, Arkend y Madania la motivan.

—Ve por él, amor. Es tuyo, la noche es tuya.

Gircelle se acerca y lo besa lentamente en los labios. Luego se aleja de él para incorporarse a la fila de compañeros que van recogiendo sus diplomas por el orden alfabético de sus nombres.

Aunque sabe disimularlo, no puede controlar su corazón impaciente de emociones. Está segura de que en cualquier momento anunciarán su nombre. Para calmar su ansiedad, se queda contemplando los reflectores del escenario y voltea su mirada al techo. La luz brillante del atardecer ilumina la mayor parte del domo y por primera vez percibe su imponente altura y magnitud. Los recuerdos invaden la mente de la jovencita dodana. Su niñez, sus ocurrencias y experiencias con amigos, sus inicios en la música, la primera vez que vio el Mar de Terran y sus atardeceres, y la convivencia con su familia recorriendo los lugares históricos de Dodaine. Ella sabe que estos recuerdos deben quedarse a un lado, y enfocarse en sus metas. Desde la tribuna superior del auditorio, su familia la acompaña compartiendo este momento sublime.

El maestro de ceremonias menciona su nombre. Gircelle lo escucha mientras se ve a sí misma en el panel. Su vestido y su presencia hacen que toda la audiencia fije su mirada en ella.

Un compañero que está detrás de Gircelle le toca su hombro derecho y le anima en voz alta, llamando la atención de los alumnos de las butacas cercanas e incentivando a que ellos hagan lo mismo. Su nombre es coreado y aclamado por todo el público presente. La jovencita baja la mirada, lleva su mano derecha a la boca y con las mejillas sonrojadas se limita a sonreír, mientras el maestro de ceremonias la ayuda a subir los escalones. Se acerca a la mesa del presídium, y los reflectores del escenario hacen que su vestido blanco luzca más deslumbrante.

En el centro del escenario, Yald Logrest observa la personalidad que proyecta Gircelle. Este la saluda con un apretón de manos y una sonrisa debajo de su tupido y elegante bigote.

—Te he admirado desde niña, Yald —le dice, nerviosa, en medio de los aplausos del auditorio—. Crecí con tu música. Me inspiraste para que siguiera este camino.

Yald le sonríe mientras su largo y oscuro cabello se mueve por el aire que emana el regulador de temperatura del escenario.

—Me da mucho gusto conocerte y haberte ayudado en algo a lograrlo. Veo en ti algo especial. ¡Muchas felicidades, Gircelle!

Sus palabras la hacen muy feliz. Este besa su mejilla derecha al entregarle el diploma. Los estudiantes y sus familiares aplauden fuertemente de nuevo.

Una sorpresa más aguarda a Gircelle. Yald le entrega otra carpeta y acto seguido enciende el micrófono en la solapa de su saco. Hace una pausa y se dirige a ella:

—Es un honor para mí hacerte entrega del Diploma Estond, en nombre de la Asamblea Directiva y del personal docente de la preparatoria de Dodaine. Te deseamos lo mejor. Muchas felicidades, Gircelle Ganeve.

Un sentimiento de alegría muy grande la invade. Recibe el diploma, voltea hacia el público y lo levanta en el aire mientras el auditorio entero le aplaude de pie. Sus brillantes ojos azules se cristalizan, pero su temple le hace contener las lágrimas. Simula sus emociones cuando la asistente del maestro de ceremonias la guía hacia el templete, al lado derecho del escenario.

“Si me viera ahora la maestra Valmdend de los preliminares, dejaría de decirme que no tendría futuro como pícara alborotadora” —pensó Gircelle.

El Diploma Estond lleva el nombre de una leyenda musical de la Federación Dolgia, Wilcad Domenid Estond. El músico fue un genio de la composición de melodías, ya que sus melodías trascendieron más allá de los límites orbitales de los ocho planetas de la Federación. Cada año, el alumno con el mejor promedio y con habilidades musicales y sociales, se les otorga este diploma en cada uno de los ocho planetas federados. El diploma concede una serie de privilegios durante la estadía en la universidad que elijan. Es una beca completa que incluye preferencias de horarios, accesos, planes de hospedaje y servicios en general. Gircelle no lo esperaba. Desde niña solo quería emocionar a la gente con sus piezas musicales y también un poco con su voz.

Gircelle acomoda un micrófono en su vestido. El público no deja de aplaudirle. A lo lejos, en las butacas, se escucha un nutrido grupo de compañeros coreando su nombre. Sus sentimientos están a flor de piel y esto le genera un gran esfuerzo para disimularlo. Después de cerrar sus ojos y respirar profundamente, la jovencita voltea a ver el domo del auditorio iluminado por los últimos rayos del sol del atardecer. Estar así le permite relajarse, recobrar energías y dirigirse con más calma a la Asamblea y al público.

—Esto es inesperado para mí. No sé cómo asimilar lo que estoy viviendo. No vine con un discurso preparado, porque realmente no imaginé tener este diploma entre mis manos. Doy gracias a mis maestros, Directores, la gente de la que recibí consejos y lecciones, al personal, y sobre todo a los guardias que de tantos apuros nos libraron —hace una pausa y continúa hablando—, pero principalmente a quienes me guiaron en el camino para estar aquí: mis papás, mi familia, mi amor a quien le debo mucho, mis amigas, también los compañeros que me dieron su apoyo en los momentos difíciles, como en las pruebas e investigaciones... ¡Gracias a todos! —baja su mirada y sus ojos se ponen vidriosos.

Todo el público aplaude.

La jovencita dodana hace otra pausa mientras respira profundamente y junta sus manos frente a su rostro como ademán de agradecimiento.

—Muchas cosas nuevas han sucedido en los últimos tiempos. La evolución en la tecnología contrapuso dos maneras de pensar muy distintas: la nuestra con la de la generación de nuestros padres. Todavía hay misterios e historias de las que aún no entendemos su significado, pero que seguimos y respetamos —toma una bocanada de aire, y un impulso de confianza en sí misma la motivan a seguir—. Con tantos cambios en nuestra Federación, me he dado cuenta de que el futuro no es claro en los tiempos venideros. El recuerdo de mi tatarabuelo y su estatua en el corredor, me hicieron reflexionar mucho. Hay algo que tengo muy claro, y es que no podemos detenernos entre tantas dudas, debemos tener siempre presentes los principios del legado que nos dejaron. Debemos continuarlo, recordarlo y agradecerlo siempre. Gracias por tanto, gracias por todo.

El público le dedica un fuerte y prolongado aplauso.

Al bajar por las escaleras y recorrer el pasillo del auditorio, sus compañeros estiran sus brazos hacia ella con intención de saludarla. Gircelle hace gala de su sencillez y les corresponde con una sonrisa. Luego regresa a la fila y es recibida por su novio que la abraza y la besa. Ambos se separan en medio de un silencio imaginario en sus mentes. La realidad es que el auditorio entero los observa y aplaude. Ellos se dan cuenta, ríen y bajan sus cabezas de manera tímida.

—Me cuesta describirlo. Tengo en mis brazos a la mujer más hermosa e inteligente de la Federación.

Gircelle se sonroja y sonríe ante las palabras de su novio.

—Esto no lo hice sola, amor —le susurra Gircelle al oído—, la labor de equipo es muy importante.

Muchas emociones invaden su mente y corazón, su vida está dando un vertiginoso giro. Se queda mirando detalladamente sus diplomas, en especial el Estond. El particular y elegante diseño de tipografías y arte llama su atención. Sus ojos se cristalizan y sonríe. Arkend acaricia su barbilla y ella apoya su cabeza en su hombro.

Al finalizar la ceremonia, la Sinfónica de la Preparatoria interpreta el tema de clausura y el alumnado lo escucha de pie.

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