Kitabı oku: «Feminismos y antifeminismos», sayfa 7

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Nada más producirse las elecciones, y pese a que el PURA conservó la mayoría en la capital y en la provincia, aunque habían concurrido solos a las elecciones y en 1931 fueron con los socialistas y Acción Republicana, algún artículo de El Pueblo acusaba a «la mujer, recién nacida a los derechos políticos» de dejarse seducir por «impresión de hechos religiosos», y solicitaba que por este motivo se enmendase legalmente y cuanto antes, la cuestión del voto femenino «que constituía un peligro para la República».[115]Contrariamente, Amalia Carvia defendía incluso el hecho de que las monjas de clausura hubieran obtenido permiso para ir a votar y afirmaba: «bienvenidas sean esas enemigas si se acogen a las leyes del progreso, y esos umbrales que ahora han traspasado pueden quedar como camino abierto al paso de esos tristes seres».[116]

Tras las elecciones de 1933, la cultura política compartida por los blasquistas con­tinuaba actuando como elemento cohesionador, donde hombres y mujeres representaban y daban distintos significados a las experiencias femeninas, produciendo identidades colectivas y tratando de definir y redefinir sus diferentes intereses ciudadanos.

CONCLUSIONES

En términos generales, durante el período republicano en Valencia la proliferación de instituciones y actividades dedicadas a la educación femenina, tanto la formal como la no formal, contribuyeron a que descendiera de una forma notable el analfabetismo entre las mujeres.[117]Tras proclamarse la República, las elites más activas del feminismo hispa­no de tendencia progresista intensificaron esfuerzos por ver consolidadas sus demandas de derechos igualitarios, y se aprestaron a organizar masivamente a amplios sectores femeninos, con el apoyo y beneplácito de los partidos republicanos y del socialista.

Al igual que las AFR en Valencia, la Unión Republicana Femenina, liderada por Clara Campoamor y constituida en junio de 1931, multiplicó sus afiliadas en el territorio nacional, defendió el ejercicio activo de derechos políticos, sociales y jurídicos para las mujeres y programó actividades que combinaban charlas culturales y de formación cívica y política con otras actividades benéficas y asistenciales.[118]También María Lejárraga –que en 1933 sería elegida diputada– puso en pie la Asociación Femenina de Educación Cívica, posicionada a favor del socialismo. La «Cívica» pretendía proporcionar a las jóvenes empleadas y «proletarias», carentes de estudios universitarios, un foro cultural y social que acrecentara su formación en el nuevo contexto democrático.[119]En Cataluña las mujeres de Esquerra Republicana de Catalunya organizaron también secciones es­pecíficas para encuadrar y coordinar la militancia femenina. María Dolors Bargalló fue una de las dirigentes feministas de las secciones femeninas y del partido.[120]

Pese a la tensión aún presente en estas formaciones que, en muchos casos, oscila­ban entre la afirmación del protagonismo femenino en la política y la reproducción de ciertas jerarquías de género, esta nueva modalidad de educación ciudadana aludía a la capacitación de las mujeres para ejercer una ciudadanía progresivamente equivalente entre los sexos.

Las estrategias mantenidas durante décadas por el minoritario feminismo republi­cano valenciano, pero también por otros feminismos socialistas o progresistas que habían reivindicado la igualdad de derechos y particularmente el derecho al voto, manifestaban finalmente su eficacia. En el bienio republicano-socialista la formación cultural, cívi­ca y política de la población femenina dependía, en mayor medida que en momentos anteriores, de la capacidad de las mujeres para articular discursos, auto-organizarse y actuar con cierta independencia. El sufragio femenino, como había sucedido también con la concesión en 1890 del sufragio universal masculino, se revelaba además como el elemento dinamizador de una sociabilidad democrática. Una sociabilidad que permitía a un creciente número de republicanas desarrollar en mayor medida una identidad laica, moderna, instruida y activa, que tendía a multiplicar su acción política y social.

[1] Los citados artículos publicados en El Pueblo fueron posteriormente publicados en el libro de Julio Just: Veteranos de la República. Estampas, Valencia, L’Estel, 1931.

[2] Ramir Reig: «Entre la realidad y la ilusión: el fenómeno blasquista en Valencia, 1898-1936», en Nigel Townson (ed.): El republicanismo en España (1830-1977), Madrid, Alianza, 1994, p. 396. Del mismo autor, véase también: Obrers i Ciudadans. Blasquisme i moviment obrer, Valencia, Institució Alfons El Magnànim, 1982; Blasquistas y clericales, Valencia, Alfons El Magnànim, 1986.

[3] Alfons Cucó: Sobre la ideología blasquista, Valencia, Eliseu Climent, Col·lecció 3i4, 1979.

[4] Julio Just: Veteranos..., pp. 11-22.

[5] Julio Just, miembro destacado del movimiento blasquista, fue elegido diputado por Valencia en las elecciones de 1931 en representación del Partido Republicano Radical. En 1933 renovó su escaño en repre­sentación de Unión Republicana Autonomista, y en 1936 lo hizo en representación de Izquierda Republica. Fue ministro de Obras Públicas entre el 15 de septiembre de 1936 y el 15 de mayo de 1937.

[6] Maurice Halbwachs: La memoria colectiva, Zaragoza, Prensas Universitarias de Zaragoza, 2004, p. 50.

[7] Rafael del Águila: «Desmemoria y rememoración: la guerra y el franquismo hoy», Historia y Política, 16 (2006/2), p. 181. Véase también Paul Ricoeur: La memoria, la historia, el olvido, Madrid, Trotta, 2003.

[8] Luz Sanfeliu: Republicanas. Identidades de género en el blasquismo. (1895-1910), Valencia, PUV, 2005; «Familias republicanas e identidades femeninas en el blasquismo», Ayer, 60 (2005), pp. 75-103.

[9] Alessandro Pizzorno: «Identidad e interés», Zona Abierta, 69 (1994), pp. 135-152.

[10] Joan Scott: «La experiencia como prueba», en Nuria Carbonell y Merry Torras (eds.): Feminismos literarios, Madrid, Arco, 1999, p. 106.

[11] «El acto del domingo en la agrupación femenina republicana entre Naranjos, en honor de doña Amalia Carvia», El Pueblo, 13 de enero de 1932; y «En la Casa de la Democracia. Homenaje a doña Elena Just», El Pueblo, 21 de febrero de 1932.

[12] Julio Just: Veteranos..., p. 26.

[13] Ibíd., pp. 25-27.

[14] El Pueblo, 11 de febrero de 1897.

[15] Ramiro Reig: Obrers i Ciudadans..., p. 353.

[16] El Pueblo, 14 de diciembre 1896.

[17] El Pueblo, 25 de abril de 1902.

[18] Estas cualidades se atribuyen a la «valerosa mujer de Congre, cuadillo del ejercito bóer [que había] corrido todos los riesgos de la guerra junto a su esposo». El Pueblo, 12 de marzo de 1901.

[19] José Álvarez Junco constata también que las apelaciones a la «virilidad» de las mujeres es una metáfora sexual habitual entre los republicanos. José Álvarez Junco: El Emperador del Paralelo. Lerroux y la demagogia populista, Madrid, Alianza, 1990, p. 250.

[20] Nicolás Estévanez: «La agonía de la revolución», El Pueblo, 10 de marzo de 1898, «A la chita callando», El Pueblo, Francisco Roig Bataller «Congreso Socialista de Gotha», El Pueblo, 13 de octubre de 1896.

[21] Luz Sanfeliu: «Género y cultura política: Construcción de identidades femeninas y acción social de las mujeres en el republicanismo blasquista (1896-1910)», Arenal, 10 (julio-diciembre 2003), pp. 191-217, pp. 207-208.

[22] Gisela Bock señala al respecto las connotaciones de género que de una forma imperceptible, habitualmente incorporan los lenguajes políticos. Gisela Bock: «La historia de las mujeres y la historia del género: aspectos de un debate internacional», Historia Social, 9 (invierno de 1991), pp. 69-72.

[23] Sobre el citado modelo de feminidad véase Bridget A. Aldaraca: El Ángel del Hogar: Galdos y la ideología de la domesticidad en España, Madrid, Visor, 1992.

[24] El Pueblo, 13 de abril de 1902.

[25] El Pueblo, 25 de febrero de 1910.

[26] Geraldine Scanlon se refiere a las atribuciones femeninas en el republicanismo histórico español. Geraldine M. Scanlon: La polémica Feminista en la España contemporánea. (1868-1971), Madrid, Siglo XXI, 1976, p. 30.

[27] El ideario político republicano, cargado de elementos éticos y morales, sustituía con frecuencia la legitimidad cristiana por una moralidad positiva y científica que emulaba la religiosidad. José Álvarez Junco: «Los “amantes de la libertad”. La cultura republicana española a principios del siglo XX», en Nigel Townson (ed.): El republicanismo en España..., pp. 274-275.

[28] Irene Palacio Lis: Mujer, trabajo y educación. (Valencia, 1874-1931), Valencia, Universidad de Valencia, Cuadernos del Departamento de ECHE, 1992, p. 162.

[29] Ángel Duarte afirma también ideas similares respecto a la feminidad en el caso de Cataluña. Ángel Duarte: Història del republicanisme a Catalunya, Lleida, Eumo, 2000, pp. 32-33.

[30] Mary Nash explica también, que durante la Guerra Civil española, al politizarse las funciones tradicionales de las mujeres y al asignárseles el bienestar colectivo de la retaguardia, se les adjudicó un estatus social de mayor valor. Mary Nash: Rojas. Las Mujeres republicanas en la Guerra Civil, Madrid, Taurus, 1999, p. 104.

[31] Rosa Dasí Asensi: «Procés de Politització de les dones en la Segona República 1931-36», Ideco, 6 (1989-1991), pp. 167-168.

[32] El Pueblo, 14 de agosto de 1931.

[33] Luz Sanfeliu: «La sociabilidad en el republicanismo blasquista. Un lugar de encuentro entre los géneros», Asparkía. Investigació Feminista, 17 (2006), pp. 39-59.

[34] «La mujer republicana en acción», Entrevista con Paquita Almarche presidenta de la Agrupación Femenina La Barraca, El Pueblo, 22 de diciembre de 1931.

[35] «El Ropero Autonomista a Blasco Ibáñez. La fiesta más simpática», El Pueblo, 2 y 3 de noviembre de 1933.

[36] Rosa Dasí Asensi: «Procés de politització...», pp. 178-179.

[37] El Pueblo, Las charlas corresponden a la Agrupación Femenina de Fraternidad Republicano Socia­lista del distrito del puerto, 8 de diciembre de 1931; Agrupación Republicana La Barraca, 29 de diciembre de 1931; Agrupación Republicana Autonomista, 14 de diciembre de 1931, y Agrupación Femenina La Barraca 30 de enero de 1932.

[38] «Conferencias. Agrupación Femenina Republicana Entre Naranjos», El Pueblo, 30 de enero de 1932.

[39] «Agrupación Femenina Republicana La Barraca», El Pueblo, 12 de febrero de 1933.

[40] «Agrupación Femenina de la Vega», El Pueblo, 23 de diciembre de 1931.

[41] «En el Congreso siguió discutiéndose la ley del Divorcio», El Pueblo, 20 de febrero de 1932.

[42] «Casamiento civil», El Pueblo, 27 de marzo de 1932.

[43] Rosa Dasí Asensi: «Procés de politització...», p. 177.

[44] «Discurso político de D. Melquíades Álvarez en el Teatro Principal», El Pueblo, 2 de febrero de 1932.

[45] «Agrupación Femenina de la Vega», El Pueblo, 23 de diciembre de 1931.

[46] M.ª Pilar Salomón mantiene esta misma idea respecto a la organización Unión de Mujeres Republi­canas fundada por Clara Campoamor. Pilar Salomón Chéliz: «Las mujeres en la cultura política republicana: Religión y anticlericalismo», Historia Social, 53 (2005), pp. 103-118, p. 115.

[47] J. Just: Veteranos..., p. 181.

[48] El Pueblo, 13 de abril de 1902.

[49] Elena Just Castillo llegó a obtener el grado 9, y no en el Rito de Adopción sino como «Caballero Elegido del nueve», condición que no era usual entre las mujeres. En 1903 estaba integrada en la logia masculina Federación Valentina, n.º 93 del Gran Oriente Español. M.ª José Lacalzada de Mateo: «Perfiles masónicos de señoras entre hojas de acacia», La Acacia, 21 (2004), p. 12.

[50] En 1914 Carmen Soler era profesora en la escuela racionalista «Escuela Nueva». «Festival laico escolar», El Pueblo, 20 de junio de 1914. Citado por Luis M. Lázaro Lorente: Las Escuelas Racionalistas en el País Valenciano (1906-1931), Valencia, Universitat de València, Cuadernos del Departamento de Educación Comparada e Historia de la Educación (ECHE), 1992, p. 98.

[51] El Pueblo, 16 de abril de 1899.

[52] Palmira Luz: «A las Mujeres», La Antorcha Valentina, 7 de enero de 1911.

[53] «Huelga de hilanderas», El Pueblo, 22 y 23 de octubre de 1902, y 10 de noviembre de 1902.

[54] Ramir Reig: Obrers i ciutadans..., p. 164.

[55] Numerosos artículos del periódico difunden esta imagen. Véase por ejemplo «A las obreras», El Pueblo, 10 de mayo de 1900, «Las oficialas modistas», El Pueblo, 24 y 28 de mayo de 1904, «El congreso de la Unión General de Trabajadores: el parto y el jornal», El Pueblo, 7 de junio de 1905.

[56] «¿Y aquí?», El Pueblo, 21 de septiembre de 1908.

[57] «El trabajo de las mujeres», El Pueblo, 22 de enero de 1909.

[58] El Pueblo, 1 de noviembre de 1906.

[59] Consuelo Flecha describe la trayectoria académica de la doctora Manuela Solís, y señala que fue una de las primeras universitarias españolas que desarrolló una carrera brillante. Consuelo Flecha García: Las primeras universitarias en España, Madrid, Narcea, 1996, p. 127.

[60] «Triunfos de una Dama Valenciana. La doctora D.ª Manuela Solís Claras», El Pueblo, 2 de julio de 1908.

[61] «Homenaje a doña María Carbonell», El Pueblo, 13 de diciembre de 1915. Sobre María Carbonell véase también M.ª Carmen Agulló Díaz: Mestres valencianes republicanes, València, Universitat de València, Cuadernos del Departamento de ECHE, 2008, pp. 30-32.

[62] Germán Perales Birlanga: El estudiante liberal. Sociología y vida de la comunidad escolar uni­versitaria de Valencia, 1875-1939, Madrid, Biblioteca del Instituto Antonio de Lebrija de Estudios sobre la Universidad, 2009, pp. 38 y 47.

[63] Juan Manuel Fernández Soria y M.ª Carmen Agulló Díaz: Los temas educativos en las Memorias del Magisterio valenciano (1908-1909), Valencia, Universitat de València, Cuadernos del Departamento de ECHE, 2002, pp. 110-111.

[64] Luis M. Lázaro Lorente: «La educación de la mujer en la comarca de l’Horta (1860-1940)», Ideco, 6 (1993), pp. 25-100, p. 80.

[65] El Pueblo, 24 de octubre de 1902, 19 de noviembre de 1900, 20 de abril de 1902, 5 y 22 de abril de 1902. Los actos se celebraron en el Club Republicano del Grao y en el Casino de Unión Republicana del distrito de Misericordia. Al día siguiente, el periódico ofrecía una amplia reseña de las ideas que Elena Just había expuesto en las charlas.

[66] El Pueblo, 23 de marzo de 1902; 7 de abril y 21 de octubre de 1902; 1 de enero de 1904.

[67] El Pueblo, 19 de octubre de 1902.

[68] «Los beneficios de la Instrucción laica», 2 de noviembre de 1906 y «Instrucción como base de la República», El Pueblo, 3 de enero de 1908.

[69] Luis M. Lázaro Lorente: Las Escuelas Racionalistas..., p. 99.

[70] Luis M. Lázaro Lorente: «La escuela laica de la «Casa de la Democracia» de Valencia (1914-1939)», Cuadernos de Pedagogía, 95 (noviembre 1982), pp. 43-47.

[71] Mary Nash: «Representaciones culturales y discurso de género, raza y clase en la construcción de la sociedad europea contemporánea», en Mary Nash y Diana Marre (eds.): El desafío de la diferencia: representaciones culturales e identidades de género, raza y clase, Bilbao, Universidad del País Vasco, 2003, pp. 21-36, p. 21.

[72] M.ª Carmen Agulló Díaz: Mestres valencianes republicanes..., p. 93.

[73] Cándido Ruiz Rodrigo: Política y Educación en la II Republica. (Valencia 1931-1936), Valencia, Universitat de València, Cuadernos del Departamento de ECHE, 1993, p. 172.

[74] «A todas las mujeres republicanas y especialmente a las del distrito del Teatro», El Pueblo, 31 de enero de 1932.

[75] Rosa Dasí Asensi: «La integración política de las mujeres valencianas», en VV.AA.: Las mujeres en la Guerra Civil Española, Madrid, Ministerio de Cultura, 1991, p. 75.

[76] «En la Casa de la Democracia. Homenaje a doña Elena Just», El Pueblo, 21 de febrero de 1932.

[77] «In Memoriam, El Partido de Unión Republicana a doña María Blasco», El Pueblo, 21 y 22 de enero de 1932.

[78] «Las Agrupaciones Femeninas regresan de Madrid», 27 de febrero de 1932 y «Cultura Cívica Femenina», El Pueblo, 8 de agosto 1934.

[79] Amalia Carvia: «Ofrenda de agradecimiento. A. J. Deleito Piñuela», El Pueblo, 6 de enero de 1909.

[80] El Pueblo publicaba los nombres de las mujeres que componían la Asociación General Femenina y los cargos que ocupaban el 21 de mayo de 1897.

[81] Sobre las redes del feminismo laicista véase M.ª Dolores Ramos: «La república de las librepensa­doras (1890-1914): laicismo, emancipismo, anticlericalismo», Ayer, 60 (2005/4), pp. 45-74; «Heterodoxias religiosas, familias espiritistas y apóstolas laicas a finales del siglo XIX: Amalia Domingo Soler, Belén de Sárraga Hernández», Historia Social, 53 (2005), pp. 65-83.

[82] El Pueblo, 13 de julio de 1896.

[83] El Pueblo, 3 de abril de 1897.

[84] El Pueblo, 11 de julio de 1897.

[85] Colegio de niños, calle de Balmes n.º 39, y Colegio de niñas, calle Recaredo n.º 10, de la Asociación Femenina. AUV/Escuelas Privadas. Leg. 140-268.

[86] El Pueblo, 18 de agosto de 1903, 11 de octubre de 1905, 1 de noviembre de 1906, 14 de noviembre de 1906.

[87] Memorias de la Junta Valenciana de Colonias Escolares. Años 1914-1933. Edición facsímil con prólogo de León Esteban, Valencia, Generalitat Valenciana, Conselleria de Cultura, Educació i Ciencia, 1989, pp. 11-12 (correspondientes al año 1914) y pp. 5-9 (correspondientes al año 1915).

[88] Irene Palacio Lis: Mujer, trabajo..., pp. 163-164.

[89] Desde febrero hasta septiembre de 1909 se publicó en El Pueblo, de una forma regular, la sección «Movimiento femenino». Los artículos los firmaban tanto María Marín como «Ella». Entre septiembre de 1909 y febrero de 1910, María Marín publicó, igualmente con regularidad, otra serie de artículos titulados «Conferencias femeninas».

[90] Amalia Carvia: «Ofrenda de agradecimiento. A J. Deleito Piñuela», El Pueblo, 6 de enero de 1909.

[91] María Marín era maestra de la escuela laica El Siglo XX que sostenía el Casino «El Ideal» de Pueblo Nuevo del Mar. En marzo de 1909 es nombrada maestra interina de Buñol. Pertenecía a la Agrupación de Pro­fesores Racionalistas. Véase al respecto Luis M. Lázaro Lorente: Las Escuelas Racionalistas..., pp. 134-139

[92] Irene Palacio Lis: Mujer, trabajo..., p. 125.

[93] Luis M. Lázaro Lorente: «La educación de la mujer...», pp. 25, 80, 99.

[94] Ramir Reig: Blasquistas..., pp. 275-276.

[95] María Marín: «Las sufragistas inglesas», El Pueblo, 15 de abril de 1909.

[96] Este enfoque de la prensa como educadora y «formadora» de identidades femeninas en M.ª José, Rebollo Espinosa y Marina Núñez Gil: «Tradicionales, rebeldes, precursoras: instrucción y educación de las mujeres españolas a través de la prensa femenina (1900-1970)», Historia de la Educación, 26 (2007), pp. 181-219.

[97] Redención, Valencia, 1 de septiembre de 1915.

[98] Concha Fagoaga: La voz y el voto de las mujeres El sufragismo en España 1877-1931, Barcelona, Icaria, 1985, pp. 106-107.

[99] Concha Fagoaga: «La herencia laicista del movimiento sufragista en España», en Ana Aguado (coord.): Las mujeres entre la historia y la sociedad contemporánea, Valencia, Generalitat Valenciana, 1999, pp. 91-111.

[100] Concha Fagoaga: La voz y el voto..., pp. 148-151.

[101] María Espinosa: «Influencia del feminismo en la legislación contemporánea», en Amalia Martín-Gamero (Introducción y Comentarios): Antología del feminismo, Madrid, Alianza, 1975, pp. 193-200.

[102] «La Juventud Universitaria Feminista», Redención, Valencia, abril y marzo de 1921.

[103] «Doña Belén Sárraga», El Pueblo, 29 de diciembre de 1931.

[104] José Llorca: «Una mujer que luchó por la libertad en España y América. Doña Belén Sárraga nos habla de la función social y política de la mujer», El Pueblo, 1 de enero de 1932.

[105] Luis Bello: «Las Constituyentes. Una incógnita», El Pueblo, 10 de diciembre de 1931.

[106] Dr. Altabas, El Pueblo, 3 de diciembre de 1931.

[107] Trinidad Pérez P. De Ribelles: «En torno al voto femenino. Para la mujer», El Pueblo, 1 de enero de 1932.

[108] Amalia Carvia: «Sobre el voto de la mujer», El Pueblo, 30 de marzo de 1932.

[109] Amalia Carvia: «A nuestras correligionarias», El Pueblo, 30 de marzo de 1932.

[110] El Pueblo, 7 de mayo de 1933.

[111] «El acto del domingo en la agrupación femenina republicana entre Naranjos, en honor de doña Amalia Carvia», El Pueblo, 13 de enero de 1932.

[112] «Discurso de doña Amalia Carvia pronunciado en el acto de su homenaje», El Pueblo, 17 de febrero de 1932.

[113] «Actos de propaganda electoral», El Pueblo 14 de noviembre de 1933.

[114] Amalia Carvia: «Odios, no», El Pueblo, 10 de noviembre de 1933; 13 de enero de 1932; «¡A votar, mujeres, a votar!», Paula de la Cal y Lerroux, Presidenta de la Agrupación Femenina María Blasco; «A las mujeres liberales del distrito del Puerto», Concha Brau; «Un artículo de la Constitución Española», Vicenta Borreda, Maestra municipal. Presidenta de la Agrupación Femenina Nostra Senyera, 16 de noviembre de 1933.

[115] «Los desastres del voto femenino», El Pueblo, 28 de noviembre de 1933.

[116] Amalia Carvia: «Después de la lucha», El Pueblo, 28 de noviembre de 1933.

[117] Luis M. Lázaro Lorente: «La educación de la mujer...», p. 83.

[118] M.ª Pilar Salomón Chéliz: «Las mujeres en la cultura política republicana...», p. 115.

[119] Antonina Rodrigo: María Lejárraga: Una mujer en la sombra, Madrid, Vosa, 1994, p. 240.

[120] Maria Dolors Ivern: Les dones d’Esquerra Republicana de Catalunya (1931-1939), Barcelona, Fundació Joseph Irla, 2000, p. 38.

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