Kitabı oku: «Enciclopedia de Elena G. de White», sayfa 20
H. C. Blanchard
En 1877, H. C. Blanchard, también asociado de Brinkerhoff en Marion, Iowa, publicó un folleto titulado The Testimonies of Mrs. E. G. White Compared With the Bible,354 que estaba dedicado al tema de la dieta. Blanchard se hizo adventista del séptimo día en 1861, antes de la visión de 1863 de Elena de White acerca de la salud. Él rechazó la promoción del vegetarianismo presentado en la visión sobre salud, afirmando que era incongruente con la Escritura. Insistió con el asunto en la Asociación de Kansas y Missouri, y perdió sus credenciales ministeriales en 1876.355 Su folleto trazaba la historia del consumo de carne desde la década de 1850, cuando James y Elena de White, y hasta Uriah Smith, habían enseñado públicamente que el cerdo era un alimento aceptable.356 Entonces, Blanchard presentó el argumento clásico a favor de comer cualquier tipo de carne y de la abolición de la distinción entre animales limpios e impuros (Mar. 7:15; 1 Tim. 4:4; Hech. 10, 15; Rom. 14; Gál. 2; etc.), e hizo la acusación de que las visiones de Elena de White no estaban en armonía con la Escritura. Comparó la cuestión de la dieta con la reforma del vestido, y sugirió que los adventistas del séptimo día eran incongruentes al aplicar estrictamente la reforma de la dieta y no en hacer cumplir un estilo de vestido más corto para las mujeres. El folleto terminaba abruptamente con unos pocos argumentos adicionales. Blanchard parece no haber comprendido la naturaleza progresiva de la interpretación y de la enseñanza adventista del séptimo día acerca de la dieta.
Miles Grant y World’s Crisis
Miles Grant, editor de World’s Crisis, fue el segundo gran oponente no sabatario de Elena de White. Se puede decir que fue el miembro de la Iglesia Cristiana del Advenimiento más prominente y polémico de la década de 1870. Su publicación de 1874, The True Sabbath: Which Day Shall We Keep? An Examination of Mrs. Ellen White’s Visions, presentaba una amplia exposición de los argumentos en contra de Elena de White.357 Mientras William Sheldon, el primer gran oponente no sabatario de Elena de White, estaba ubicado en el oeste pionero del territorio de Wisconsin, Grant estaba en la refinada Boston y el litoral este habitado. De las 104 páginas del libro de Grant en contra del sábado, unas 40 estaban dedicadas a argumentos en contra de Elena de White. Se volvió a editar el libro en 1877 y en 1890.358 Grant citó un voto, entonces reciente, de la Asociación General, que la respaldaba como “una profetisa verdadera del Señor” como su razón para publicar una crítica a los escritos de Elena de White.359 Incluyó varios fragmentos extensos del libro de Carver.
Antes de publicar su libro, Grant publicó una serie de artículos en World’s Crisis, presentando su lado del debate sabático con D. M. Canright en Napa, California.360 Después, Grant continuó con artículos en contra de Elena de White.361 Después de publicar su libro, continuó escribiendo artículos basados en el contenido de este.362
Un número de la Review and Herald Extra desarrolló la oposición pública de Grant durante 1866, y las consecuencias de un debate sobre el sábado entre J. N. Andrews y T. M. Preble. World’s Crisis había publicado un desafío a los adventistas del séptimo día a “arriesgarse” a publicar un debate. J. N. Andrews aceptó el desafío, pero World’s Crisis se negó a publicar ningún artículo. Una cuestión de justicia e integridad continuó interponiéndose entre Grant y Andrews por algunos años.363
El contenido de las acusaciones de Grant contra el don profético de Elena de White fue tomado primero de otros oponentes. En 1871 Grant publicó un artículo recurriendo al libro de Carver. Acusó a Elena de White de ser un oráculo para los adventistas del séptimo día y la comparó con Ann Lee y los Shakers.364 Este y otros altercados culminaron en su publicación de 1874.
La oposición de Grant se enfocaba casi exclusivamente en la cuestión de la puerta cerrada. Él incluía una cantidad de testimonios de personas que habían estado asociadas con Elena de White durante los primeros años de experiencia de ella. Al igual que Snook, Brinkerhoff, Sheldon y Carver, él argumentaba que las visiones de Elena de White enseñaban que la gracia o la “puerta de la misericordia” se había cerrado al mundo. Estas acusaciones provocaron una respuesta de Elena de White. Ella escribió: “Junto con mis hermanos y hermanas, después del tiempo pasado en 1844, yo creía firmemente que no se convertirían más pecadores. Pero nunca tuve una visión de que no se convertirían más pecadores”.365
Durante 1874, Isaac Wellcome publicó una extensa historia del adventismo millerita temprano. Siguiendo el estilo de las publicaciones en contra de Elena de White, Wellcome la presentó como una partidaria clave del punto de vista de la puerta cerrada. D. M. Canright cuestionó algunas de las afirmaciones de Wellcome, incluyendo su declaración de haber visto a Elena de White en visión.366 El 14 de abril de 1874, la Review and Herald Extra presentó la historia de las interacciones entre Miles Grant y los adventistas del séptimo día.367 Este importante ejemplar también tenía un artículo sobre la base bíblica de la perpetuidad de los dones espirituales.368 Los artículos y las referencias negativas continuaron en el World’s Crisis, Voice of the West y otros periódicos durante la última mitad de la década de 1870.
Publicaciones adventistas del séptimo día de la década de 1870 acerca del don de profecía
Durante la década de 1870, los adventistas del séptimo día prepararon nuevas publicaciones presentando el punto de vista adventista sobre el don de profecía. En 1877, J. H. Waggoner publicó The Spirit of God: Its Offices and Manifestations, to the End of the Christian Age, que trazaba las actividades proféticas y sobrenaturales en la era postapostólica y, en particular, durante los siglos XVIII y XIX.369 Los adventistas, además, continuaron reeditando y expandiendo Miraculous Powers de M. E. Cornell,370 pero se le sacó el nombre de Cornell, quizá porque también contenía material escrito por otros. En 1878, James White publicó otro folleto significativo, titulado Spirit of Prophecy.371 Después, fue ampliado levemente y revisado con el título The Spirit of Prophecy or Perpetuity and Object of the Gifts.372 Las dos ediciones de este folleto cubrían un terreno similar al de los escritos por Cottrell, por Cornell y por Waggoner. Incorporaba una nueva frase general para designar los escritos de Elena de White –“Espíritu de Profecía”– que también aparecía en el título de la serie, de múltiples tomos, que ella escribió sobre el gran conflicto entre Cristo y Satanás.
Acusaciones de supresión y la reedición de Primeros escritos
En el otoño de 1882, apareció Primeros escritos como respuesta a los muchos pedidos que los creyentes hacían de los primeros materiales de Elena de White y para acallar la acusación de supresión.373 El libro se publicó como la segunda edición de Christian Experience and Views, el folleto de 1851, aunque tenía material adicional, incluyendo el tomo 1 de Spiritual Gifts. El prefacio declaraba que “no se realizó ningún cambio de la obra original”.374 G. I. Butler, al dar aviso en la Review and Herald de la publicación de Primeros escritos, quizá con imprudencia, desafió a los oponentes diciendo que ahora los adventistas del séptimo día no podrían ser acusados de suprimir los primeros escritos de Elena de White.375
La Facción Marion tomó el prefacio y la declaración de Butler como un desafío, lo que condujo a una nueva ronda de intercambios. Se retomó la acusación de supresión con nuevo vigor al comparar las declaraciones de Elena de White hechas en A Word to the “Little Flock” (1847) y en Christian Experience and Views (1851) con la edición de 1882 de Primeros escritos. Esta vez, A. C. Long realizó el ataque a través de un artículo en Advent and Sabbath Advocate, que después fue publicado en un folleto de 16 páginas, titulado Comparison of the Early Writings of Mrs. White With Later Publications. Long declaró que se quitaron 59 líneas de texto de la edición de 1851 de Experience and Views, aunque reconocía que la edición de 1882 era una “reedición correcta” del folleto de 1851.376
Como en publicaciones previas de Marion, Iowa, el foco central era la puerta cerrada. La suposición crucial del folleto de Long era la de una visión verbal de la inspiración. Él negaba la naturaleza dinámica del proceso de inspiración y acusaba que, para ser inspirados, los escritos de Elena de White no podían ser alterados. Según su opinión, que ella cambiara u omitiera algo del contenido era “suprimir porciones de la palabra de Dios”.377 A Long se le unieron J. S. Green, abogado adventista del séptimo día de Battle Creek; y Alexander McLearn, el reciente expresidente del Colegio de Battle Creek. McLearn había participado en el conflicto que había llevado a la clausura del Colegio de Battle Creek en 1882.378 Una actividad adicional de la Facción Marion fue la publicación, en 1884, de la tercera edición del folleto de Brinkerhoff en contra de Elena de White.379
En respuesta a la acusación de Long, Butler dijo que la razón por la cual el material antiguo no había sido publicado era porque no estaba disponible para los editores.380 En 1883, agregó que solo recientemente había sabido de la existencia de A Word to the “Little Flock”.381 Elena de White misma, al responder en privado a las acusaciones de Long, escribió que ella había “[perdido] toda huella” de sus “primeras obras publicadas”. Ni siquiera tenía una copia personal de su Experience and Views de 1851. Entonces, ella dijo que quien tuviera “un ejemplar de cualquiera de mis primeras visiones o de todas ellas tal como se publicaron antes de 1851, me haría un gran favor si me los envía sin demora” para que ella pudiera hacer una copia.382 Butler informó también que una reedición de las visiones de Elena de White en A Word to the “Little Flock” estaba disponible para los que estuvieran interesados.383 Cabe señalar que ni siquiera Long, cuando escribió su folleto de 1883, tenía copia de los artículos originales de Day-Star o de las primeras circulares.384 Hoy los investigadores pueden leer con detenimiento todos los documentos originales.
Review and Herald Supplement de 1883
Las publicaciones tempranas más importantes que respondían a los oponentes de Elena de White y presentaban una posición sobre cómo interpretar sus escritos son el cuadernillo de 1866 The Visions of Mrs. E. G. White por Uriah Smith y el Review and Herald Supplement del 14 de agosto de 1883. Este suplemento de 16 páginas tiene muchos artículos significativos, incluyendo dos escritos por G. I. Butler y uno por W. H. Littlejohn. Dos de estos tres artículos –“The Visions” [Las visiones], de Butler, y el de Littlejohn– iban más allá de la apología. El artículo de Butler ocupaba seis columnas y abordaba cómo veían los adventistas las visiones de Elena de White. Él argumentaba que las personas que aceptaban las visiones manifestaban buenos frutos en su vida. Además, argumentó que los adventistas mantenían la Biblia como la “autoridad más alta” para juzgar si un profeta era verdadero o no. Él concluía negando que las “visiones” fueran “una condición para la admisión de los miembros”.385 El breve artículo de Butler “Testimonies Public and Private” [Testimonios públicos y privados] definía la diferencia entre los testimonios públicos y los privados.386 El artículo de nueve columnas escrito por Littlejohn quizá sea el más importante. Él desarrolló un argumento bíblico para los profetas modernos más allá del ampliamente promovido argumento de la “perpetuidad de los dones espirituales”. En un estudio exegético que usaba Apocalipsis 12:17, 14:9 al 12, y 19:10, él concluía que “la última generación de cristianos debe tener el espíritu de profecía”. Además, conectaba Apocalipsis 12:17 con los Mandamientos de Dios y el sábado para argumentar que dos marcas distintivas del pueblo remanente de Dios son el espíritu de profecía y guardar los Mandamientos, incluido el sábado.387
Elena de White rara vez reconoció públicamente críticas contra sus visiones o discutió con sus oponentes. Su artículo del 28 de agosto de 1883 en la Review and Herald, titulado “Our Present Position” [Nuestra posición actual], daba sus razones: “Muchos preguntan: ‘¿Por qué no contradice estos informes? ¿Por qué permite que circulen?’ Se ha hecho la misma pregunta una y otra vez durante los últimos cuarenta años. Mi respuesta es, parafraseando a los de antes: ‘Estoy haciendo una gran obra y no puedo detenerme’ ”.388
Resumen: 1866-1883
Una de las características más comunes de los que se oponían a Elena de White era una visión estática de la inspiración y la revelación profética, lo que no permitía que el mensajero profético creciese en comprensión. Snook y Brinkerhoff argumentaron que, como Elena de White creía en una puerta cerrada después de recibir su primera visión, ella no podía ser un profeta verdadero.389 Al año siguiente, William Sheldon, el primer adventista no sabatario oponente de Elena de White que fue publicado, argumentó que ella no podía ser un profeta verdadero porque no creyó en el sábado hasta más de un año y medio después de haber recibido su primera visión, y recién en años posteriores consideró que guardar el primer día de la semana era la “marca de la bestia”. Carver continuó los mismos argumentos y Blanchard se convirtió en una baja del adventismo sabatario cuando no aceptó el mensaje emergente de la Reforma Prosalud. Estos antagonistas tempranos rehusaron reconocer que Dios, aunque siempre tiene el cuidado de asegurarse de que la revelación sea entendida y comunicada correctamente por su mensajero, no le exige a este que tenga infalibilidad personal de interpretación o de perspectiva.
Los últimos años del período de oposición organizada fueron de transición. Los años 1881 y 1882, y el fiasco que condujo al cierre temporal del Colegio de Battle Creek trajeron desarrollos significativos. Uriah Smith rechazó el testimonio de Elena de White para él, y empezó a diferenciar entre lo que se le “mostraba” en realidad a ella en visión y las cartas que ella escribía. Por varios años, él creyó que las cartas de ella expresaban opiniones personales que, a menudo, estaban influenciadas por otros. Cuando Alexander McLearn dejó la presidencia del Colegio de Battle Creek, se asoció con los provocadores miembros de la Iglesia de Dios en Marion, Iowa. Quizá su asociación con ellos y los problemas que habían surgido en Battle Creek influyeron para que ellos renovaran su desafío a los adventistas del séptimo día y a Elena de White en particular. El pequeño folleto escrito por A. C. Long parece haber tenido mayor influencia debido a las dificultades que enfrentaba el Colegio de Battle Creek.
Quizá la persona más afectada por las dudas que tenía Smith sobre Elena de White fue D. M. Canright. Él dejó el ministerio por un tiempo durante 1883, regresó por unos pocos años, y después, finalmente, lo dejó para siempre en 1887. Por el resto de su vida, fue el adversario más importante de la Iglesia Adventista del Séptimo Día y de Elena de White; y sus publicaciones continúan ejerciendo su influencia en la actualidad.
III. Canright, Kellogg y la nueva oposición (1884-1919)
Durante las últimas décadas de la vida de Elena de White, mucho del material publicado en contra de ella fue generado por una nueva colección de oponentes. La Facción Marion continuó agitando asuntos polémicos, pero fue eclipsada por la obra de D. M. Canright, quien fue un líder de la Iglesia Adventista por largo tiempo, y por aquellos asociados con John Harvey Kellogg, un médico destacado y director médico del Sanatorio de Battle Creek.
D. M. Canright
Poco después de abandonar definitivamente su fe adventista a principios de 1887, Canright comenzó a publicar, en distintos periódicos religiosos y seculares de Michigan, artículos en contra de las enseñanzas de sus excolegas. Su libro de mayor distribución, Seventh-Day Adventism Renounced, tuvo 14 ediciones entre 1889 y 1914.390 El contenido básico fue extraído de una serie de artículos publicados en el Michigan Christian Advocate, un periódico metodista de Detroit. El libro de Canright es una extensa reseña crítica de la historia y de las enseñanzas de los adventistas del séptimo día. No se enfocó principalmente en Elena de White aunque, a lo largo del libro, se encuentra un hilo de comentarios hostiles acerca de su don profético y de su influencia, y hay un capítulo dedicado al tema.391 Artículos escritos por Canright también aparecieron en varios otros periódicos, como Christian Oracle de Des Moines, Iowa; World’s Crisis, Daily Telegraph, de Kalamazoo; Union, de Otsego; y Christian Herald, de Detroit.392 Estos artículos llevaron a una larga respuesta publicada el 22 de noviembre de 1887 en un número de la Review and Herald Extra. Este ejemplar de veinte páginas, junto con otro de cuatro páginas del 21 de febrero de 1888, fue reeditado en 1888 y en 1895 como un cuadernillo titulado Replies to Elder Canright’s Attacks on Seventh-day Adventists.393
Canright publicó otras obras contra las enseñanzas adventistas, como Adventism Refuted in a Nutshell (una serie de diez folletos), The Complete Testimony of the Early Fathers y The Lord’s Day From Neither Catholics Nor Pagans.394 Desde 1887 hasta el fin de su vida en 1919, D. M. Canright publicó y predicó contra las enseñanzas de la Iglesia Adventista del Séptimo Día y Elena de White.
Canright conservó correspondencia que había recibido de James White y de Uriah Smith, y que creía que ponía en duda el contenido y la manera en que Elena de White compartía sus testimonios.395 Estas cartas, junto con publicaciones tempranas como A Word to the “Little Flock”, eran documentos importantes para Canright; y después de su muerte, siguieron siendo usados por E. S. Ballenger y quienes publicaban Gathering Call. Ahora los originales forman parte de la Colección Ballenger/Mote, que se encuentran en la Biblioteca James White del Centro para la Investigación Adventista de la Universidad Andrews, en Berrien Springs, Michigan.
Life of Mrs. E. G. White de Canright
La publicación más importante de Canright fue su libro de 291 páginas, Life of Mrs. E. G. White, Seventh-Day Adventist Prophet: Her False Claims Refuted, publicado en 1919.396 La mayoría de los argumentos en contra de las visiones y el don profético de Elena de White publicados desde entonces tienen como punto de referencia este libro, que sigue siendo la respuesta negativa más extensa al don profético de Elena de White.
Canright admitió que había recibido ayuda de otros expastores adventistas. “Varios ministros adventistas han provisto ayuda valiosa en la preparación de estas páginas. Una vez fueron creyentes en la inspiración divina de la Sra. White, pero los simples hechos, finalmente, los obligaron a renunciar a la fe en los sueños de ella”.397 Uno de estos pastores fue William Allen Colcord, que quedó amargado tras un conflicto con A. G. Daniells, en 1913, por un problema de regalías con la Review and Herald. Su confesión de 1934 incluía “ayudar a D. M. Canright a escribir su libro Life of Mrs. E. G. White”.398
La influencia duradera de la obra de Canright exige que se dé un breve resumen. La introducción del libro compara a Elena de White con otros aspirantes a profeta: Emanuel Swedenborg, Ann Lee, Joanna Southcott, Joseph Smith, Mary Baker Eddy, Charles Russell y Alexander Dowie. En el primer capítulo, el autor argumenta que a los escritos de Elena de White se los coloca “al mismo nivel que la Biblia” y que son aceptados por los adventistas del séptimo día como “la palabra de Dios”.399 El segundo capítulo continúa con el tema y concluye que, si los escritos de Elena de White son igual de inspirados que la Biblia, entonces deben ser una parte de la “Biblia” adventista. Además, afirma que los adventistas, engañosamente, ocultan este hecho en sus publicaciones.400 Canright, que había sido un líder de la Iglesia Adventista del Séptimo Día, eligió exponer una postura que, como adventista, había sabido que era falsa. Rehusó reconocer que los adventistas del séptimo día, y la misma Elena de White, consideraban que sus escritos estaban sujetos a la Biblia y tenían el propósito de dirigir a la gente a la Biblia. Aunque los adventistas del séptimo día siempre creyeron que los escritos de Elena de White están inspirados proféticamente, nunca los consideraron canónicos. La Biblia sigue siendo la base de la fe y de la práctica, y define la doctrina adventista. Otro de los capítulos de Life of Mrs. E. G. White es un esbozo de la vida de Elena de White. En su descripción de ella, Canright la presenta intencionalmente con un sesgo peyorativo. Al hablar de su niñez, utiliza adjetivos como “débil, enfermiza, sin estudios, influenciable, y anormalmente religiosa y excitable”. Su conclusión es que las visiones de Elena de White eran meras influencias religiosas y que, si no hubiera sido por el ánimo y el apoyo de su esposo, James White, y de otros líderes, probablemente ella habría renunciado a sus visiones considerándolas un error.401 Esto llevó a Canright a afirmar que otros influían en sus escritos.402 Él sugiere que Elena de White tuvo una mayor influencia después de la muerte de su esposo, pero que todavía dependía de otros para preparar sus mensajes. Asevera que ella, durante los últimos años de su vida, “a menudo no conocía a sus amigos más cercanos, ni siquiera a sus ayudantes a quienes veía casi diariamente”. Cuestiona la “supervisión” de sus libros y argumenta que, en realidad, eran sus ayudantes quienes escribían.403 El capítulo termina declarando que Elena de White era “egoísta, y en ocasiones jactanciosa”, “fanática por naturaleza” e “inclinada a tener puntos de vista extremos”; que “nunca toleraba ningún cuestionamiento a su autoridad” (lo cual causaba en ella “la mayor ira”), y que “[manipulaba] los mensajes que dice que Dios le dio” y que nunca los “[escribió] bien”; y por último, afirma que ella tenía la “tendencia a ser hiriente y severa”. Para Canright, el “efecto general de los ‘testimonios’ ” era crear, entre sus “seguidores, un espíritu de espionaje, de buscar faltas, de crítica y de juzgar a los demás”, lo que conducía a una actitud “cerrada, intolerante, hostil” hacia los que no eran adventistas del séptimo día.404 Para otros que conocían bien a Elena de White y para quienes habían examinado de cerca su vida, estas descripciones eran extrañas y esas características no eran para nada típicas de su vida, su experiencia y su ministerio. En el resto del libro de Canright, hay capítulos temáticos que hablan de cuestiones como la puerta cerrada, escritos suprimidos, visiones causadas por ataques de epilepsia, plagio, enriquecimiento por medio de las visiones, inexactitudes históricas y la simpleza mental de ella. En general, el autor usa ilustraciones incompletas, insinuaciones, generalizaciones y afirmaciones, a la vez que no aborda con claridad cuestiones teológicas fundamentales como la revelación y la inspiración, la humanidad del profeta en el proceso de la inspiración, y la hermenéutica. La única cuestión teológica que sí aborda superficialmente –Elena de White y la Escritura– es representada incorrectamente. Él veía los escritos de ella como escrituras adicionales para los adventistas del séptimo día.