Kitabı oku: «Enciclopedia de Elena G. de White», sayfa 21
Publicaciones limitadas durante la década de 1890
Hubo un paréntesis en los materiales publicados sobre Elena de White durante la década de 1890. Quizás esto sea resultado de su extendido servicio misionero en el Pacífico Sur y en Australia. Ella salió de los Estados Unidos en el otoño de 1891, a los 64 años, para realizar un viaje que, finalmente, duró nueve años. Durante ese tiempo, mantuvo correspondencia activa con líderes de la Iglesia Adventista en los Estados Unidos y escribió El Deseado de todas las gentes, su bien conocido libro acerca de la vida de Cristo. En 1896, se publicó un índice de referencias de la Escritura en los escritos de Elena de White. El prefacio afirmaba claramente que los escritos de Elena de White no tenían la intención de “ocupar el lugar de la Biblia, sino de llamar la atención hacia ella y estimular un estudio cuidadoso de los principios que contiene”.405
J. H. Kellogg, Frank Belden, A. T. Jones y los hermanos Ballenger
Otro oponente prominente de Elena de White de esta época fue J. H. Kellogg y aquellos asociados con él. Los años que Elena de White estuvo en el Pacífico Sur hicieron que le fuera imposible reunirse personalmente con muchos líderes eclesiásticos y médicos. Su activa correspondencia y sus consejos escritos se desconectaron de la comunicación directa en persona. Mientras se desvanecía el siglo XIX, Kellogg llegó a creer que Elena de White estaba más influenciada por lo que le decían otras personas que por sus visiones, en particular en los testimonios que le escribía a él. Su respuesta fue muy parecida a la de Uriah Smith, durante la década de 1880, sobre la crisis del Colegio de Battle Creek y el conflicto en el Congreso de la Asociación General de 1888. Al final, los desacuerdos de Kellogg sobre la naturaleza y la personalidad de Dios, y sus intentos de controlar las instituciones médicas adventistas dieron como resultado su expulsión como miembro de la Iglesia Adventista del Séptimo Día, en 1907.
El conflicto se desarrolló alrededor del momento en que ocurrieron, en Battle Creek, los dos grandes incendios que destruyeron los edificios del Sanatorio de Battle Creek y de la Review and Herald. Los defensores de Kellogg y otros eran críticos de los líderes de la Review and Herald y de la Asociación General. Entre estos se encontraba Frank Belden, sobrino de Elena de White. Alrededor de 1903, el conflicto entre Belden y la Review and Herald aumentó a causa de varios asuntos pero, quizá, la mayor razón fue que la Review and Herald rechazó publicar el manuscrito de su libro “Conscience in Every Age” [La conciencia en cada era]. Belden había incurrido en gastos importantes al desarrollar ilustraciones y había recibido pagos a cuenta de futuras regalías del libro. Cuando la obra no se publicó, apeló a su tía Elena. Su correspondencia contiene palabras fuertes contra varios obreros de Review and Herald y el liderazgo de la Asociación General. Belden supuso que Elena de White lo apoyaría, ya que ella había escrito sobre algunos problemas en la Review and Herald y el peligro del “poder monárquico” en el liderazgo de la Iglesia Adventista.406 Él llegó a creer que Elena de White le había escrito, pero que W. C. White y otros habían retenido las cartas. Luego, cuando finalmente recibió un reproche de Elena de White, él supuso que su hijo y otros la habían influenciado.407 Esto desempeñó un papel importante en su rechazo del don profético de su tía y, hasta el fin de su vida, Belden fue un amargo antagonista de Elena y William C. White. Reeditó con comentarios algunos de los primeros periódicos de la Iglesia Adventista en un intento por demostrar la creencia de Elena de White en la puerta cerrada.408 También cooperó con otros antagonistas.
La controversia que rodeaba el conflicto con Kellogg provocó publicaciones colaterales antagónicas a Elena de White y su ministerio profético. En 1906, A. T. Jones puso en duda la representación de parte de Elena de White de los eventos que rodearon el conflicto en Battle Creek acerca de la organización eclesiástica y la obra médica.409 La comisión de la Asociación General de los Adventistas del Séptimo Día dio una respuesta unos meses más tarde.410 En medio de este conflicto, Elena de White en visión, fue motivada a responder preguntas sinceras de obreros médicos acerca de sus testimonios.411 Pronto llegaron muchas preguntas, y ella o su personal dieron respuestas. El archivo del Patrimonio White tiene más de treinta cartas, escritas por Elena de White entre abril y octubre de 1906, que tratan con estas preguntas.412 La colección más extensa de preguntas fue publicada por C. E. Stewart en un folleto de 89 páginas que llegó a ser conocido como “El Libro Azul”.413 Este libro fue visto como un ataque a Elena de White expresado en forma de preguntas y no una obra cuyo objetivo era responder a malentendidos sinceros. Elena de White trató el libro de Stewart igual que a otras publicaciones opositoras de años anteriores, a las que había rehusado responder. Stewart y otros ganaron mucho crédito cuando ella se negó a responder esa publicación. Elena de White escribió que “apenas se aclara una [pregunta de oposición], se hace otra. Se me instruyó que diga: ‘El Señor no quiere que ocupe así mi mente’ ”.414 Más adelante, E. S. Ballenger reeditó el folleto de Stewart, con un índice.415
Mientras Elena de White llegaba al fin de su vida, hubo quienes argumentaron que ella no tenía más el don profético debido a su ancianidad. Alrededor de 1910, E. T. Russell respondió en un folleto a las acusaciones de A. T. Jones de que otros habían manipulado los escritos de Elena de White o habían influido en ella, en particular a sus declaraciones respecto de si los adventistas del séptimo día debían abstenerse de trabajar en domingo para evitar un delito.416 Además de su larga respuesta a esta acusación, Russell también defendió de forma sucinta el don profético de Elena de White y dio algunos argumentos bíblicos nuevos en su defensa. Abordó específicamente tres cuestiones: (1) su ancianidad ¿la descalificaba como mensajera profética? (2) Ya que ella no había tenido visiones públicas por muchos años, ¿estaba recibiendo todavía revelación especial? (3) ¿Era manipulada por otros? Russell usó ejemplos como el de Jacob, el de Ahías y el del apóstol Juan para demostrar que Dios continuaba usando a algunos profetas hasta el final de su vida. Después, Russell dio ejemplos bíblicos de profetas que fueron guiados por sueños nocturnos, e ilustró que se mantenía el carácter sobrenatural de los mensajes que Elena de White recibía en sueños. Para presentar ejemplos, se concentró particularmente en Testimonios para la iglesia, tomo 9, y lo comparó con lo que ella había escrito en décadas previas.
En 1913, comenzó a publicarse Gathering Call en Alderson, Oklahoma, con Lee Eylar como editor. La energía detrás del movimiento que el periódico representaba venía de A. F. Ballenger, G. G. Rupert y A. T. Jones. El propósito del periódico era reunir a los que habían dejado la Iglesia Adventista del Séptimo Día o a los que habían sido expulsados. También se oponía a 1844, a la expiación de Jesús en el Lugar Santísimo del Santuario celestial en el tiempo del fin y a la inspiración de los escritos de Elena de White. A los dos años, la oficina editorial se mudó a Riverside, California, con Ballenger como editor, y Jones y Eylar como editores colaboradores.417
Ballenger definió su posición sobre Elena de White en una serie de artículos durante 1914.418 Estos fueron modificados levemente y compilados en un folleto titulado The Spirit of Prophecy and the Gift to Prophesy.419 Se lo publicitó primero en Gathering Call, en junio de 1916; y durante el siglo XX, por varias ediciones. Una premisa fundamental era que el “espíritu de profecía” equiparado con el “testimonio de Jesús” en Apocalipsis 19:10 no era lo mismo que el “don de profecía” como lo manifiesta la Biblia.420 Ballenger escribió que “hay dos clases de profetas y dos clases de profecía que se ven en las Escrituras. Una clase incluye a los profetas por medio de quienes Dios ha dado la profecía original, el testimonio de Jesús original que se encuentra en la Biblia. Esta clase de profecía está completa. No habrá más de esa clase de profecía. No habrá adiciones a la Biblia. [...] pero hay otra clase de profetas y otra clase de profecía que continuará hasta el fin. Estos son los que profetizan, o dan testimonio [de] las profecías originales de Jesús que están escritas en el libro, como ‘alimento a tiempo’ para el mundo”.421
En el mes en el que Elena de White murió, Ballenger escribió: “Creemos que ella era sincera, pero que estaba equivocada al creer que su obra era el cumplimiento de Apocalipsis 12:17 y 19:10, donde se representa a un remanente que guarda los Mandamientos de Dios y tiene el testimonio de Jesús, que es el Espíritu de Profecía. El error se cometió en pensar que el Espíritu de Profecía es lo mismo que el don de profetizar. Con esta interpretación equivocada, es fácil caer en el error de que la obra de Sra. White era un cumplimiento de esa profecía”.422
Otros, como W. W. Fletcher y John I. Easterly, siguieron la interpretación de Ballenger de que el Espíritu de Profecía y el testimonio de Jesús se referían a lo que el Espíritu Santo hace en la vida de cada cristiano para dar testimonio de Jesús.423
Luego de la muerte de Elena de White, Ballenger y Jones enfatizaron que como ya no había un profeta vivo en la Iglesia Adventista del Séptimo Día, esta ya no podía reclamar que tenía el Espíritu de Profecía.424 Ballenger hizo énfasis en la obra del Espíritu Santo y en el poder de este para sanar y dar poder pentecostal. Después de la muerte de A. F. Ballenger en 1921, su hermano E. S. Ballenger se convirtió en el editor de Gathering Call,425 y continuó como editor hasta su fallecimiento en 1955.426 La oficina de Gathering Call publicó muchos folletos y cuadernillos en oposición a Elena de White y a la doctrina adventista del Santuario.427 También cooperó con otras denominaciones y grupos con los que tenía puntos de vista en común.
Durante unos pocos años, Donald E. Mote ayudó a John Easterly a seguir publicando Gathering Call y, en 1961, se convirtió en el editor. Bajo la dirección de Mote, el periódico continuó en la misma dirección que con Ballenger. Al final, el apoyo a la publicación comenzó a menguar y el último número salió en 1994. Mote vendió los archivos y la biblioteca de Gathering Call a la Universidad Andrews, donde forma parte del Centro para la Investigación Adventista.
Otras publicaciones: 1900-1915
Además de los materiales antagonistas desarrollados por aquellos conectados con Kellogg, con A. T. Jones y con A. F. Ballenger, hubo una cantidad de otros oponentes que, entre 1900 y 1915, publicaron material acerca de Elena de White y de la doctrina adventista del séptimo día. Entre no adventistas o exadventistas, existe un amplio espectro de actitudes. Aaron Nyman, un hombre de negocios de Chicago, Illinois, escribió una vasta obra de más de 400 páginas para refutar las interpretaciones proféticas de los adventistas del séptimo día y de Charles T. Russell. Una buena porción del libro analiza a Elena de White y sus visiones.428 Nyman también escribió un folleto complementario exclusivamente sobre Elena de White.429
En 1912, salió un folleto singular, escrito por el supuesto profeta Helge T. Nelson con formato de carta abierta, que condenaba fuertemente a Elena de White. Nelson usó sus propias “visiones” como base de su mensaje.430
Esta época está llena de publicaciones negativas. Además de las mencionadas, quizás haya otra docena escrita por distintas personas, incluyendo a Charles Barr, L. R. Conradi, David Hughes, E. B. Jones, Charles Stewart, Will Trowbridge y F. E. Washburn.431 A algunos de estos autores, se los continuó publicando en la siguiente época. Hubo unas pocas obras de apoyo. Dos obras pequeñas fueron escritas por G. A. Irwin y Mary McReynolds.432
Un folleto por J. Franklin Coon, un médico osteópata, usó los escritos de Elena de White extensamente en un intento de demostrar que ella apoyaba la práctica de la osteopatía como la manifestación correcta del ministerio de salud adventista. Además, sugirió que Jesús usaba métodos de la osteopatía en sus curaciones (Luc. 13:10-13).433 Elena de White rechazó el uso de sus escritos para apoyar esa teoría y la práctica de la osteopatía.434
J. N. Loughborough y The Prophetic Gift
Quizá la publicación positiva más importante de este período fue The Prophetic Gift in the Gospel Church, por J. N. Loughborough, en la Biblioteca de Estudiantes de la Biblia de 1901.435 El libro, de 120 páginas, estaba dividido en dos partes. La primera analizaba el don de profecía en tiempos bíblicos y posbíblicos; y la segunda, examinaba la experiencia profética de Elena de White. Loughborough observó que, desde 1884, ella no había recibido “visiones abiertas” o públicas, sino que, en cambio, había recibido “visiones en la noche”.436 Construyó su argumento demostrando que los profetas bíblicos también experimentaban visiones o sueños en la noche. En la segunda parte, el autor da siete “reglas” para juzgar si la afirmación de un profeta es verdadera y, luego, las aplica a Elena de White. Una segunda edición revisada salió en 1911.437 Loughborough también escribió otras historias de la Iglesia Adventista del Séptimo Día que trataban extensamente otros asuntos relacionados con Elena de White.438
Cuando Elena de White murió el 16 de julio de 1915, se publicaron varios estudios de su vida que trataban de su contribución a la Iglesia Adventista del Séptimo Día y también a la sociedad en general. 439
Resumen: 1884-1919
Las tres décadas y media de esta época estuvieron marcadas por una multitud de publicaciones opositoras contra Elena de White y su don profético. En el mismo período, hubo relativamente pocas publicaciones de apoyo. Los mayores oponentes de Elena de White fueron D. M. Canright, J. H. Kellogg, A. T. Jones y A. F. Ballenger. Muchas de sus publicaciones fueron en formato libro, y como artículos en Gathering Call, un periódico que fue publicado por mucho tiempo. Las pocas publicaciones adventistas eran folletos que respondían de manera inadecuada los desafíos planteados por los oponentes de Elena de White.
Los rivales de Elena de White, por lo general, eran superficiales en su investigación y, con frecuencia, usaban acusaciones falsas, ataques a su carácter, doble sentidos y técnicas de debate. Ninguno abordó adecuadamente las cuestiones teológicas, tales como el proceso de inspiración y el modo en que funciona la revelación especial. Muy poco se escribió sobre el papel de las visiones de Elena de White en la doctrina y la práctica adventistas, o en sus consejos y la misión de la iglesia.
IV. Época de promoción importante (1920-1975)
A mediados del siglo XX, se ve una progresión constante de extensas obras acerca de Elena de White y el don profético. Finalmente, la Iglesia Adventista del Séptimo Día empezó a abordar con seriedad el don profético de Elena de White en publicaciones en formato libro.440 La balanza se inclinó hacia el lado opuesto al de la época anterior; surgieron muchas publicaciones en formato libro para responder a los argumentos de oponentes, y para dar una base teológica e histórica a las visiones y la conducción profética de Elena de White. En los primeros años después de su fallecimiento, aparecieron unos pocos libros antagonistas, que continuaron la tendencia de las publicaciones de los años anteriores a su muerte.441 A mediados del siglo XX, también se vio el surgimiento de nueva erudición respecto de Elena de White y sobre la historia adventista.
Libros adventistas acerca de Elena de White durante las décadas de 1920 y de 1930
Las obras sobre Elena de White, en formato libro y escritas por adventistas del séptimo día empezaron en 1922 con la publicación de Divine Predictions, una compilación de 464 páginas, realizada por F. C. Gilbert, con el aporte de J. N. Loughborough, de S. N. Haskell, de W. C. White y de G. B. Starr.442 Previo a esto, la obra más voluminosa dedicada exclusivamente a Elena de White y su ministerio era Life of Mrs. E. G. White, de 291 páginas, escrita por D. M. Canright. El libro de Gilbert pasó a ser el tomo más extenso y así permaneció durante las siguientes dos décadas. Divine Predictions es una biografía de Elena de White y sus contribuciones al desarrollo de la Iglesia Adventista del Séptimo Día, y está escrito desde una perspectiva providencial de la historia con foco en las profecías de Elena de White que se cumplieron.
Nueve años después, en 1931, el evangelista adventista Carlyle B. Haynes publicó el primer tratado bíblico exhaustivo sobre el don de profecía. The Gift of Prophecy fue ampliado en una segunda edición en 1946 y, posteriormente, fue traducido a otros idiomas.443 Este tomo fue un recurso importante para toda una generación de adventistas. Abordaba cuestiones clásicas, como el modo en que Dios se comunica con los seres humanos, las pruebas bíblicas de la manifestación profética verdadera, y la naturaleza sobrenatural de visiones y sueños.
Durante la década de 1930, aparecieron otros tres tomos de referencia: The Testimony of Jesus (1934), de F. M. Wilcox, editor de la Review and Herald; y dos libros escritos por expresidentes de la Asociación General: The Abiding Gift of Prophecy (1936), de A. G. Daniells; y The Spirit of Prophecy and the Advent Movement (1937), de W. A. Spicer. Wilcox abordó cuestiones difíciles, como las limitaciones humanas de Elena de White, la inspiración verbal, la puerta cerrada y la creencia en sus escritos como condición para ser miembro de iglesia. Su libro se reeditó en 1944 debido a la alta demanda.444 The Abiding Gift of Prophecy, de Daniells, presentaba un pantallazo de la historia, demostrando que el don de profecía había estado activo desde la era patriarcal. El último tercio del libro explicaba cómo el don de profecía ha guiado a la Iglesia Adventista del Séptimo Día.445 El libro de Spicer cubría material similar al de Haynes y al de Wilcox, aunque su meta era mostrar la influencia de la conducción profética en la historia y el desarrollo de la Iglesia Adventista del Séptimo Día.446 La naturaleza providencial del movimiento adventista era un tema favorito para Spicer.447 Él también publicó folletos sobre temas similares y una respuesta a los escritos de D. M. Canright.448
En 1933, William H. Branson escribió una respuesta de 319 páginas a Seventh-day Adventism Renounced, de D. M. Canright, que había permanecido en catálogo mucho después de la muerte de Canright. La obra de Branson incluía un capítulo respecto de la obra de Elena de White.449 El punto subyacente del libro era que Canright había rechazado no solo la enseñanza adventista del séptimo día, sino “también las enseñanzas fundamentales de las grandes iglesias protestantes, concernientes a la Ley de Dios”.450 Branson respondió a la acusación de Canright de que los escritos de Elena de White eran otra Biblia. Usó el testimonio de Canright escrito en 1877, cuando todavía era adventista del séptimo día, para mostrar que había entendido que la Biblia era el fundamento de la fe adventista y no los escritos de Elena de White.451
En 1939, Ruth Wheeler publicó His Messenger, el primer libro de historias acerca de Elena de White dirigido a los jóvenes y a un público popular.452 Esta obra tuvo una larga vida y la edición más reciente es de 2001.453 En los siguientes años, salieron muchos otros libros de historias acerca de Elena de White.