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Publicaciones adventistas sobre Elena de White durante la década de 1940

La década de 1940 trajo varias obras importantes relacionadas con Elena de White. En 1943, Dores E. Robinson, que había sido secretario de Elena de White, publicó The Story of Our Health Message. Hasta la fecha, ha habido tres ediciones y se ha contemplado realizar una cuarta.454 El estudio de Robinson, bien documentado y completo, del mensaje prosalud adventista hace extensas referencias a Elena de White y su papel en el desarrollo del enfoque adventista en la salud. En 1945, el Patrimonio Elena G. de White publicó Notebook Leaflets, que era material mayormente escrito por Elena de White. Incluía distintos folletos misceláneos para ayudar al lector a entender la visión de Elena de White, la obra del Patrimonio White y otros temas importantes.455 La mayor parte del material fue desarrollado en Elmshaven durante las décadas de 1920 y 1930.456

En 1946 George K. Abbott, un médico que escribía libros sobre hidroterapia y estaba asociado íntimamente con la obra médica adventista, presentó una serie de estudios de evangelismo a través de la salud en el Pacific Union College, California. Los materiales se presentaban en un plan de estudios que consistía en un manuscrito impreso y cuyo título era Studies in the Testimonies and Science. 457 Al año siguiente se publicó como un libro titulado The Witness of Science to the Testimonies of the Spirit of Prophecy.458 En 1948, lo publicó la Pacific Press y tuvo amplia distribución entre los adventistas.459

En 1947, Lewis Christian escribió, desde una perspectiva providencial, sobre el papel de las visiones de Elena de White y la influencia de ellas en el desarrollo de la Iglesia Adventista del Séptimo Día.460 También proveía información acerca del don de profecía de las Escrituras, con un examen de la legitimidad de las visiones de Elena de White.

Publicaciones adventistas acerca de Elena de White durante la década de 1950

Hasta la fecha, la publicación más completa y significativa sobre Elena de White y el don de profecía fue Ellen G. White and Her Critics, de Francis D. Nichol.461 Como editor de la Review and Herald y editor general del Comentario bíblico adventista del séptimo día, Nichol era uno de los escritores adventistas más influyentes y creíbles de su época. Su libro erudito sobre el movimiento millerita, The Midnight Cry, había prácticamente desterrado mitos antiguos respecto de William Miller y de los adventistas que se unieron a su movimiento.462 El libro de Nichols Ellen G. White and Her Critics, de 730 páginas, fue la respuesta adventista definitiva a Life of Mrs. E. G. White, de Canright. Nichol reconocía que el libro de Canright “expuso más plenamente en forma impresa las acusaciones principales contra la Sra. White” y que otros “mayormente se copiaron de él”.463 Nichol demostró la importancia del tema al identificar la manifestación del don profético como una “marca distintiva” para los adventistas del séptimo día. Aunque algo desactualizada, la obra de Nichol da respuestas detalladas a un amplio espectro de desafíos contra el don profético de Elena de White. En 1964, salió otro libro escrito por Nichol, esta vez en un estilo popular y coloquial, dirigido al público general. Esta obra, Why I Believe in Mrs. E. G. White, presentaba a Elena de White y su ministerio profético,464 pero no estaba escrito en estilo apologético; en cambio, ofrecía una breve presentación positiva que abordaba cuestiones y asuntos de preocupación para los adventistas.

En 1952, W. E. Read publicó su libro basado en la Biblia acerca del don de profecía. El título de su libro reflejaba tres formas por medio de las cuales Dios “ha elegido darse a conocer a los hombres”: The Bible, the Spirit of Prophecy, and the Church.465 El libro A Prophet Among You, de T. Housel Jemison, era un texto universitario indexado, de 505 páginas, que salió en 1955.466 El libro de Jemison era notable porque abordaba en detalle las cuestiones teológicas y bíblicas relacionadas con el don profético. De contenido similar, pero no con el formato libro de texto, era Believe His Prophets, de Denton E. Rebok. Publicado originalmente en India como Divine Guidance, llegó a ser una obra de referencia de la Biblioteca del Hogar Cristiano para los adventistas del séptimo día y ha tenido una influencia extendida.467

En 1953, Arthur W. Spalding publicó There Shines a Light, una historia popular de Elena de White sobre momentos claves de su vida.468 Ese mismo año, Gladys King-Taylor publicó un examen de la claridad, la fuerza y la belleza del estilo retórico que Elena de White utilizó al escribir la serie del Gran Conflicto, de cinco tomos.469 Literary Beauty of Ellen G. White’s Writings, el libro de King-Taylor, recurría a las teorías y aplicaciones de la crítica literaria como las entendían los distintos profesores de retórica de la época, en particular John Franklin Genung.

El Patrimonio White publicó dos tomos de referencia acerca de la comprensión y la interpretación de los escritos de Elena de White, y un tomo de Notes and Papers usado por Arthur White para dar clases en el seminario. Estos permanecieron como importantes obras de referencia a lo largo de los años. Ellen G. White, Messenger to the Remnant, publicado en 1954 y revisado en 1969,470 estaba basado en cinco folletos del Patrimonio White, escritos por Arthur White,471 originalmente publicados como artículos en Ministerio. Spirit of Prophecy Treasure Chest, preparado como libro de texto para el Curso por correspondencia sobre orientación profética de La Voz de la Profecía, tenía material de Arthur White, D. A. Delafield y otros.472 En 1956, Arthur White preparó una colección de materiales para la clase de Orientación profética que daba en el Seminario Teológico Adventista del Séptimo Día. Notes and Papers se continuó publicando y revisando a lo largo de los años, y todavía está disponible en el Patrimonio White.473 En 1963, D. A. Delafield escribió un folleto de 90 páginas para los nuevos estudiosos de Elena de White, titulado Ellen G. White and the Seventh-day Adventist Church.474

Examen evangélico de Elena de White en conexión con Questions on Doctrine

Los años 1955 y 1956 trajeron debates entre los líderes adventistas y los evangélicos Donald Grey Barnhouse y Walter Martin. El antecedente de estas reuniones fue la correspondencia entre T. E. Unruh, presidente de una Asociación adventista, y Barnhouse, editor de la revista Eternity e importante líder evangélico conservador. Alrededor de 1950, Unruh le envió a Barnhouse un ejemplar de El camino a Cristo, de Elena de White; él hizo una crítica en Eternity con la conclusión de que era “falso en todas sus partes”.475 En 1954, Barnhouse y Zondervan Publishing le pidieron a Walter Martin, el joven erudito evangélico asociado con la revista Eternity, que escribiera un libro sobre los adventistas del séptimo día. Entonces, Martin se puso en contacto con Unruh, que arregló una reunión con LeRoy Froom, con W. E. Read y, después, con R. A. Anderson, de la Asociación General de los Adventistas del Séptimo Día. El resultado de esta y de otras reuniones fue notable. La sospecha en ambas partes fue reemplazada por respeto genuino. El resultado final fue la publicación por parte de la Review and Herald del libro Seventh-day Adventists Answer Questions on Doctrine; y una declaración, hecha por Barnhouse y por Martin, de que los adventistas del séptimo día eran realmente “hermanos redimidos y miembros del Cuerpo de Cristo”.476 La reacción a esta declaración, y a una posición similar tomada por Martin en 1960 y expresada en su libro The Truth About Seventh-day Adventism, fue un frenesí de debates realizados por los evangélicos sobre si los adventistas eran realmente ortodoxos en las cuestiones básicas del cristianismo.477 Martin se distinguía de muchos otros evangélicos críticos del adventismo, pues intentaba entender correctamente las doctrinas adventistas, y las trataba con honestidad y justicia. Él dedicó un capítulo su de libro a Elena de White y concluyó: “Los cristianos de todas las denominaciones pueden discrepar acaloradamente con la actitud adventista hacia la Sra. White, pero todo lo que ella escribió acerca de temas como la salvación o la vida cristiana la caracteriza como una cristiana en todo sentido del término”.478

Barnhouse y Martin no aceptaban que Elena de White manifestara el don profético y rechazaron muchas de sus opiniones. Aun así, tanto el debate dado por estos hombres como sus consiguientes publicaciones comenzaron, en los círculos protestantes, una nueva tendencia que se ha fortalecido a lo largo de los años. Hoy, una cantidad de eruditos adventistas asisten a las reuniones de la Sociedad Teológica Evangélica y, en años recientes, la Sociedad Teológica Adventista ha sido anfitriona de uno de los encuentros y ha presentado estudios regularmente. La revista Ministerio, publicaciones sobre libertad religiosa adventista y publicaciones académicas de la Andrews University Press también se encuentran, por distintos medios, a disposición de evangélicos y de un amplio espectro de pastores y eruditos cristianos.

Desde la década de 1980, más evangélicos se han vuelto de cierto modo amigables con los adventistas; sin embargo, durante la década de 1960, muchas de las reacciones a Questions on Doctrine y a The Truth About Seventh-day Adventism que fueron publicadas eran negativas. La mayoría de las respuestas negativas apuntaban directamente a Elena de White y a su supuesta experiencia profética como razón para rechazar a los adventistas del séptimo día como cristianos, y para afirmar que eran una secta o casi lo eran. La tesina de Julius Nam, escrita cuidadosamente, documentó las distintas reacciones publicadas por los evangélicos al libro Questions on Doctrine, y las posiciones de Barnhouse y Martin.479

La primera respuesta a Questions on Doctrine que fue publicada en un periódico estaba escrita por M. R. DeHaan y apareció en The King’s Business, en marzo de 1958.480 DeHaan concluyó que el libro era “solo una justificación de [la] posición inalterada [de los adventistas] y de la defensa de la Sra. Elena de White, su profetisa”.481

Harold Lindsell, del Seminario Teológico Fuller, se involucró en el asunto desde Christianity Today. Como DeHaan, su respuesta se concentró en Elena de White y su papel en relación con la Biblia. Lindsell afirmó que los adventistas creían en la “naturaleza inmaculada de las enseñanzas y de la vida de la Sra. White”. Después, declaró que los evangélicos nunca sostendrían tal opinión de los “escritos de Agustín, de Calvino, de Lutero y otros”. Luego, concluyó diciendo: “La Sra. Elena G. de White es la luz guía de los adventistas; es considerada como una voz autorizada y final”. F. D. Nichol respondió a Lindsell y rechazó la idea de que los adventistas sostuvieran que Elena de White fuera “inmaculada”, afirmando que, en cambio, la veían como “un ser humano frágil como así también uno que recibía revelaciones de Dios”.482

También en Christianity Today, Herbert S. Bird reaccionó a Questions on Doctrine diciendo que los adventistas resolvían sus “problemas doctrinales” por medio de las revelaciones de Elena de White. Al final, decía: “¿Hay alguna otra conclusión posible aparte de que sus escritos son equiparados, en un sentido real, con la Santa Escritura?”483 Luego, Bird fue un paso más lejos y publicó un libro contra Elena de White.484 A su vez, afirmó el punto de vista evangélico de la revelación bíblica infalible, inspirada verbalmente; y escribió: “Cuando Dios habla, habla de manera infalible; el Dios de la verdad no desciende a tal equivocación como la que se insinúa en la exposición adventista del carácter de la autoridad de la Sra. White. O sea, si en sus escritos ‘es Dios y no un mortal que ha hablado’, no hay ninguna razón para negarles las cualidades, incluyendo la infalibilidad”.485 En una respuesta más detallada a Questions on Doctrine y a The Truth About Seventh-day Adventism, Bird publicó Theology of Seventh-Day Adventism. Su libro, de 137 páginas, rechazaba a los adventistas como cristianos ortodoxos. En cuanto a Elena de White, su conclusión fundamental incluía el reconocimiento de que los adventistas aceptaban la inspiración de la Escritura. Sin embargo, él negaba que creyeran en la “suficiencia” de la Biblia. Para Bird, el papel profético de Elena de White violaba el “principio de Sola Scriptura” de la Confesión de Fe de Westminster.486 Él no veía ninguna diferencia entre escritos canónicos y no canónicos. Así, las “expresiones de personas como Agabo o las hijas de Felipe, o los mensajes escritos de Iddo el vidente llegaron a sus destinatarios con precisamente la misma autoridad que las Escrituras canónicas llegaron a la iglesia de hoy”.487 Para Bird, si los escritos de Elena de White eran inspirados por Dios, la autoridad y el rol de estos debían ser los mismos que los de la Escritura. Aunque no lo dijo explícitamente, el razonamiento de Bird sugiere que, como el canon de la Escritura está cerrado, los profetas modernos no pueden ser legítimos sin socavar la Escritura. Al final, rechazó a la Iglesia Adventista del Séptimo Día como denominación cristiana. Las dos creencias que lo inclinaron en esa dirección fueron el don profético de Elena de White y la doctrina del Santuario. Él los veía como una “grave corrupción del evangelio”.488 Walter Martin reseñó el libro de Bird en 1962; concluyó que su refutación exegética a la doctrina adventista era la “mejor”, pero que no había analizado suficientes fuentes adventistas contemporáneas. También presentó la objeción de que Bird no era justo al acusar a los adventistas de “legalismo” o de cristología defectuosa.489 También durante la década del 1960, aparecieron muchos otros libros que rechazaban a los adventistas por ser una secta o casi una secta.490

Publicaciones sobre Elena de White durante la década de 1960 y principios de la de 1970

Para la década de 1960, muchos de los que habían trabajado de cerca con Elena de White ya habían falleciendo. Familiares de Elena de White y el Patrimonio Elena G. de White desarrollaron publicaciones que revelaban qué clase de persona era ella, con hechos biográficos y respuestas a preguntas. Las obras incluían “I’d Like to Ask Sister White...” que se publicó como el volumen que acompañaba His Messenger, de Ruth Wheeler.491 Ella Robinson, medio hermana de Arthur White y la nieta mayor de Elena de White, escribió Stories of My Grandmother, en 1967.492 Este libro fue tan apreciado por los adventistas que la Review and Herald lo reeditó en 1995.493 Luego de la muerte de Ella Robinson en 1977, su hijo Virgil compiló y organizó recuerdos adicionales de primera y de segunda mano de la vida de Elena de White en Over My Shoulder, publicado en 1982.494

En 1971, el Patrimonio White publicó un cuadernillo comparando los escritos de Elena de White con la ciencia médica moderna.495 Mantenía que las enseñanzas de ella sobre salud y nutrición estaban muy avanzadas para su época.

Arthur L. White, secretario del Patrimonio Elena G. de White, publicó dos libros sobre Elena de White: Ellen G. White: The Human Interest Story y The Ellen G. White Writings.496 El primero era un obra breve que retrataba, por medio de historias y de imágenes, aspectos de la vida de Elena de White, incluyendo los de ama de casa, escritora, consejera y mensajera de Dios. El segundo trataba, cuidadosamente, asuntos como la inspiración, la autoridad, la integridad y la hermenéutica de los escritos de Elena de White. Mientras cubría varios temas importantes, Arthut White reconocía y explicaba el uso que ella había hecho de fuentes literarias en el ámbito histórico, aunque no extendió su explicación a la teología y a la ciencia médica. Fue en estas áreas menos cubiertas, y en particular en la ciencia médica, que llegaría el mayor desafío unos pocos años después.

En 1974, D. A. Delafield, secretario asociado y fideicomisario del Patrimonio Elena G. de White, escribió Ellen G. White in Europe: 1885-1887 (luego traducido como Elena de White en Europa).497 Para ello, utilizó información del Patrimonio White y fuentes históricas europeas; hoy sigue siendo el estudio fundamental sobre este período de la vida de Elena de White.

En 1973, Herber E. Douglas compiló y editó un compendio de testimonios personales de líderes de la iglesia de la historia del adventismo del séptimo día.498 What Ellen White Has Meant to Me combinaba autores contemporáneos y del pasado para demostrar el efecto de los escritos de Elena de White, a lo largo de los años, en la experiencia personal de los adventistas y en su creencia respecto del don profético de Elena de White.

Otra compilación más pequeña apareció un año después, en 1974, pero con un propósito diferente. Preparada por Ronald E. Ruskjer, la obra se titulaba Ellen G. White: Prophet of the Last Days499 y contenía una guía de lectura sistemática de 32 páginas. Esta guía de lectura estaba enriquecida por artículos breves de unos 21 autores adventistas, incluyendo a H. M. S. Richards, George Vandeman, E. E. Cleveland, Ruth Murdoch y S. Douglas Waterhouse; así como también a obreros del Patrimonio White y otros, como Arthur White, Grace Jacques, Kenneth Wood y Paul Gordon. Los artículos complementarios constaban de 62 páginas.

Ese mismo año, salió Prophets Are People, de Bobbie Jane Van Dolson. Aunque no hablaba específicamente sobre Elena de White, retrataba la humanidad de los profetas bíblicos, lo que sugería, de manera indirecta, que lo mismo se aplicaría a Elena de White.500

Ellen G. White: Prophet of Destiny de Rene Noorbergen, publicado en 1972, estaba escrito en un estilo popular y apropiado para el público general.501 Noorbergen, un escandinavo con trasfondo adventista, era conocido como periodista, editor y autor. Logró algo de notoriedad al escribir, junto con Jean Dixon, My Life and Prophecies,502 una obra sobre la vida de Dixon, que resultó un éxito de ventas. Además, había publicado un libro sobre David Bubar, un médium bien conocido.503 Noorbergen contrastó a Elena de White con estos y otros que experimentaron fenómenos sobrenaturales. Presentó diez pruebas bíblicas de un profeta verdadero, y repasó la vida y las enseñanzas de ella, en particular en el área de la salud y sobre el tema del Gran Conflicto. Su análisis de Elena de White en general fue congruente con la perspectiva adventista del séptimo día.

Publicaciones opositoras

Aparecieron algunas publicaciones opositoras de críticos tradicionales. Ballenger y Mote continuaron publicando su periódico y sus folletos, y buscaron alcanzar la mayor circulación posible. Algunas denominaciones, como los nazarenos y los bautistas del séptimo día, también publicaron material opositor. La Iglesia Cristiana del Advenimiento tenía artículos ocasionales en sus periódicos de iglesia en contra de Elena de White y de los adventistas del séptimo día. De particular importancia fue una serie que salió en World’s Crisis, durante 1947 y 1948; constaba de cinco partes y un artículo complementario, escritos por Arthur V. Fox, y criticaba a la Iglesia Adventista del Séptimo Día y a Elena de White.504

Resumen: 1920-1975

Durante este período se escribieron y se publicaron muchos libros y folletos escritos por adventistas del séptimo día. Unas pocas publicaciones abordaron cuestiones teológicas y hermenéuticas, aunque no de manera sistemática. Esta época fue un contraste marcado con la anterior, que estuvo dominada por los oponentes. Sin embargo, durante la década de 1970, el surgimiento del secularismo, junto con el activismo de los años 60, preparó el escenario para el resurgimiento de la evaluación crítica de la vida, el ministerio y los escritos de Elena de White.

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