Kitabı oku: «Un mensaje de @Dios para ti», sayfa 6

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6 de febrero

Provisión para los pobres

«No rebusques todas las uvas de tu viñedo ni recojas las uvas caídas; déjalas para los pobres y los extranjeros. Yo soy el Señor, el Dios de ustedes». Levítico 19: 10

En Levítico 19, Dios da pautas para que su pueblo viva una vida santa en el diario vivir. En los versículos 9 y 10 Dios da un mandato interesante: una orden vertical, o sea dada por Dios, pero con aplicación horizontal, orientada hacia el prójimo y que muestra el interés que debe tener el pueblo de Dios por una mejor sociedad.

Un evangelista estaba impartiendo una campaña de evangelización en una población. La primera semana decidió visitar a los miembros de la iglesia. Primero visitó a los de un sector de la población y se sintió feliz al ver que aquellos hermanos eran los más ricos del pueblo. Vivían en casas muy cómodas y hermosas. Luego visitó otro sector de la población y encontró un cuadro muy deprimente. Aquellos hermanos eran extremadamente pobres. Vivían en casuchas elaboradas de cartón, latas y plásticos negros, y los pisos eran de tierra.

El siguiente sábado de tarde se llevó a cabo una reunión con los hermanos más adinerados. El pastor les hizo ver que era un mal testimonio para la comunidad el hecho de que mientras ellos vivían en abundancia, otra parte de la feligresía estuviera en condiciones tan deplorables. Ellos entendieron el mensaje y trazaron un plan para solucionar el problema. Crearon un fondo con dinero de todos y se propusieron cada cierto tiempo sacar a una familia de la miseria, construirle una mejor vivienda y crearle un negocio donde pudieran trabajar para ganar su sustento.

Los resultados fueron sorprendentes y generaron una reacción positiva en la comunidad. «Si tenemos la verdadera religión de la Biblia, sentiremos que es un deber de amor, bondad e interés el que hemos de cumplir para Cristo en favor de sus hermanos; y no podemos hacer nada menos que mostrar nuestra gratitud por su incomparable amor manifestado hacia nosotros mientras éramos pecadores indignos de su gracia, revelando un profundo interés y un amor abnegado por aquellos que son nuestros hermanos, y que son menos afortunados que nosotros» (El ministerio de la bondad, p. 39). Joven que me lees, tú y yo podemos iniciar un proceso para restaurar a aquellos que lo necesitan. @Dios te dice hoy: «No tienes que ser millonario, basta con renunciar a un poquito de lo que tienes y compartirlo con otros».

7 de febrero

Él pelea por ti

«El Señor su Dios marcha al frente de ustedes y combatirá por ustedes, tal como vieron que lo hizo en Egipto». Deuteronomio 1: 30

Moisés estaba llegando al final de su vida. Este pasaje forma parte del primer discurso de despedida del gran líder. Les dice que no deben temer nada porque con ellos está un Dios que es mayor que cualquier problema que pueda presentárseles. ¿Y sabes algo? Ese Dios continúa siendo el mismo hoy.

Después de diez años de violencia en Colombia, el general Gustavo Rojas Pinilla dio un golpe de Estado a Laureano Gómez. Pero la violencia continuó, y nuestros hermanos y pastores vivieron momentos muy difíciles. Luis Flórez, un colega que vivió durante esa época, me contó que se encontraban en la iglesia de Los Naranjos, en la Bricha Santander. Durante dos semanas habían realizado reuniones para reorganizar las iglesias esparcidas por la cruenta violencia. Él y el pastor Roy Hennberg se hospedaban en la casa de un hermano.

Después de las labores de la mañana, que incluyó una ceremonia bautismal, estaban recostados en su habitación tomando un descanso para continuar en la tarde. Repentinamente se escuchó a una joven gritando:

—Huyan, pastores, que los vienen a matar.

Los dos pastores salieron hacia el templo y en el camino encontraron a los soldados, quienes por orden del comandante los encañonaron y detuvieron. Revólver en mano y bajo el efecto del alcohol, el comandante los sentenció:

—Ustedes no valen lo que vale una bala. No voy a desperdiciarlas. Si tienen propaganda religiosa nadie los salvará.

Acto seguido ordenó a uno de sus soldados que revisara el cuarto donde se hospedaban.

El pastor Flórez pensó en la caja de literatura con temas bíblicos que tenía en el cuarto. Pero el soldado, después de varios minutos, regresó diciendo que no había encontrado nada. Así que después de varias horas de retención les cobraron una multa y los liberaron. El pastor Flórez regresó a la habitación y allí estaba la caja, debajo de tres bultos de maíz que le habían colocado encima y que la ocultaban de la vista. Aquel día el pastor entendió que Dios pelea por sus hijos.

No sé si estás enfrentando persecución o algún otro tipo de batalla, pero hoy @Dios te dice: «Yo marcho al frente de la juventud, yo pelearé por ti».

8 de febrero

A menos que olvidemos

«El Señor y Dios de ustedes los ha bendecido en todo lo que han hecho; durante estos cuarenta años ha estado con ustedes y los ha cuidado en su marcha por este inmenso desierto, sin que nada les haya faltado». Deuteronomio 2: 7

En el libro de Deuteronomio, Moisés les recuerda a los israelitas la providencia divina que experimentaron durante su largo peregrinaje rumbo a la tierra prometida. Hoy deseo transmitirte la misma seguridad que Moisés le transmitió al pueblo. Dios siempre ha estado con nosotros, por eso no tenemos nada que temer al futuro.

En 2014, el Foro Económico Mundial estableció los diez desafíos que el mundo actual enfrenta.1 El informe inicia diciendo: «Estamos en una encrucijada crítica, un período de decisión que dictará la salud y viabilidad de nuestra civilización en las próximas décadas». Estos son los desafíos: la desigualdad creciente, la persistencia del desempleo, el aumento de la contaminación en el mundo en desarrollo, la mayor frecuencia de catástrofes naturales, el avance del nacionalismo, mayor estrés por el acceso al agua, el sentimiento antiinmigración, déficit de liderazgo, el crecimiento de la competencia geoestratégica y el debilitamiento de la democracia.

El panorama se hace más oscuro cuando consideramos el alcance global de las redes terroristas. Inquietan las tensiones entre la Unión Europea y Rusia, el rearme de China y sus roces con Japón por el control del espacio marítimo y el empeoramiento de la situación en Oriente Medio. A esto se le suma la falta de credibilidad en las instituciones, tanto públicas como privadas. Podríamos decir la famosa frase del show de Chespirito: «Y ahora, ¿quién podrá defendernos?».

Es en este contexto que las palabras del versículo de hoy cobran valor. Elena G. de White realizó una declaración muy similar: «Como he participado en todo paso de avance hasta nuestra condición presente, al repasar la historia pasada puedo decir: “¡Alabado sea Dios!”. Al ver lo que el Señor ha hecho, me lleno de admiración y de confianza en Cristo como director. No tenemos nada que temer del futuro, a menos que olvidemos la manera en que el Señor nos ha conducido, y lo que nos ha enseñado en nuestra historia pasada». (Eventos de los últimos días, p. 64). Un famoso dicho dice que «recordar es vivir». Hoy @Dios desea invitarte a recordar, a recordar que él ha estado contigo, que te ha cuidado, protegido y defendido siempre. Si es así, ¿no es lógico suponer que lo hará también en el futuro?

1 https://ethic.es/2014/11/los-10-grandes-desafios-a-los-que-se-enfrenta-el-mundo/

9 de febrero

No les tengas miedo

«Si al salir ustedes a combatir a sus enemigos ven que ellos cuentan con caballería y carros de guerra, y con un ejército más numeroso que el de ustedes, no les tengan miedo, pues ustedes cuentan con el Señor su Dios, que los sacó de Egipto». Deuteronomio 20: 1

Adriana Vega Forero se inscribió para presentar los exámenes de admisión en la Universidad Nacional, programados para los días 29 de abril o 21 de octubre, ambos sábados. Como ella es adventista, presentó ante el departamento de admisiones una petición escrita, donde explicó que «es miembro fiel y activo de la Iglesia Adventista del Séptimo Día», y solicitando la oportunidad de presentar el examen un día diferente al sábado, o por lo menos en un horario diferente, pues «guardamos y consagramos el día sábado a la adoración del Señor desde la puesta del sol del día viernes hasta la puesta del sol del sábado, en conformidad con el mandato bíblico».

La universidad rechazó la petición. Así que Adriana y su familia decidieron llevar la batalla a las cortes de aquel país. Dado que ella era menor de edad tuvo que recurrir a un proceso que en aquel país se llama «tutela». No obstante, el fallo fue adverso, ya que el tribunal juzgó que «resulta improcedente la tutela teniendo en cuenta que el padre de la accionante funge como agente oficioso de su hija quien está en capacidad física y mental de acudir por sí misma en defensa de sus derechos fundamentales». En vista del resultado, la familia decidió apelar, argumentando que la ley establece que los padres ejercen la patria potestad y representación legal sobre sus hijos hasta que ellos lleguen a la mayoría de edad, siempre y cuando no se hayan emancipado ni suspendido tales facultades.

En esta segunda instancia lograron que se revocara el fallo anterior y se le diera al padre la facultad de representar a su hija. La universidad impugnó el veredicto y después de mucha lucha, el caso llegó hasta el tribunal constitucional, donde los jueces fallaron: «Se ordena a la Universidad Nacional que efectúe la reprogramación del examen de admisión para Adriana, en fecha que debe establecerse un día diferente al sábado, esto en razón que la menor pertenece a la Iglesia Adventista del Séptimo Día y sus miembros guardan el mencionado Shabat con exclusividad para la realización de las actividades relacionadas con sus creencias». No importa lo intimidante que parezca tu situación o tu adversario. El Dios que le dio la victoria a Adriana es también tu Dios. @Dios te dice hoy: «No temas, yo estoy contigo para defenderte».

10 de febrero

Nadie puede oponerle resistencia

«Asá invocó al Señor su Dios, diciendo: “Señor, para ti es igual ayudar al fuerte que al débil. Por tanto, ¡ayúdanos, Señor y Dios nuestro, ya que confiamos en ti, y en tu nombre hemos venido contra este ejército! Tú, Señor, eres nuestro Dios. ¡Muestra que nadie puede oponerte resistencia!”». 2 Crónicas 14: 11

Hace un tiempo que leí un libro titulado ¿Por qué a la gente buena le ocurren cosas malas? Asa es precisamente una de esas personas buenas a las que uno esperaría que no le ocurrieran cosas malas. Había hecho siempre lo recto ante los ojos de Dios, derribó los dioses paganos, guio al pueblo hacia Dios, obedeció los mandamientos, fortaleció las ciudades fortificadas y reunió un ejercito de 380,000 soldados.

Cuando estás haciendo las cosas bien, esperas que todo te salga bien. Pero nota cómo se puede pasar de la alegría a la tristeza en tan solo instantes: «Zera el cusita marchó contra ellos al frente de un ejército de un millón de soldados y trescientos carros de guerra» (2 Crón. 14: 9, NVI). El ejército enemigo lo sobrepasaba en número, en tecnología, velocidad y poder con las armas de destrucción más modernas del planeta en el año 900 a.C. Sin temor a equivocarme puedo decirte que aquella hubiese sido una de las masacres más grandes de la historia.

Probablemente Asa sintió lo mismo que experimenta una persona cuando se sienta delante del médico para que le dé los resultados de un examen y lo escucha decir: «Tienes seis arterias obstruidas en el corazón», o «tienes sida», o «tienes un tumor cerebral». O quizás es la misma sensación que cuando tu novio o novia te dice: «No podemos seguir juntos, ya no te quiero». O cuando te dicen: «Estás despedido». ¿Qué podemos hacer en esos casos? ¡Lo mismo que hizo Asa! Él invocó al Señor. Oró. Confió en Dios y, como resultado, obtuvo la victoria.

Apreciado joven, la vida cristiana es intensa. Las luchas son intensas y a veces las pruebas también pueden serlo. Pero las victorias lo son por igual. Si deseas experimentar el gozo cristiano, la alegría de tener a Jesús en el corazón y, sobre todo, la victoria en tus empresas y proyectos, hoy te invito a buscar al Señor, a llevarle tus preocupaciones y a confiar en él. @Dios te promete hoy: «¡Nadie podrá hacerle resistencia!».

11 de febrero

Sobreviviente

«Señor, los que te conocen, confían en ti, pues nunca abandonas a quienes te buscan». Salmo 9: 10

El 13 de noviembre de 1985, comenzó como cualquier otro en Armero, con la salvedad de que se temía una posible erupción del volcán Nevado del Ruiz y un deshielo que bajaría por el río Lagunilla produciendo una inundación. Aquel miércoles en la tarde se sentía un olor a azufre en el aire y caía una ceniza muy fina. Muchas personas llamaron a los organismos de socorro, pero recibieron la orden de no alarmarse.

Hacia las once de la noche, Elizabeth y su familia oyeron gritar gente desesperada que pedía que los dejaran refugiar en la terraza de su casa de dos pisos. Bajaron a abrir, y el agua ya les daba a las rodillas. Ella se abrazó de su madre y entonces se escuchó un estruendo espantoso. Cuando recobró el conocimiento, se sintió atrapada entre escombros, solo la cara sobresalía entre el lodo, y su pierna derecha había quedado destrozada: perdió casi todo el tejido del muslo y quedó con los huesos expuestos y un hueco en el pie. Observó que estaba rodeada de cadáveres y sobrevivientes que pedían auxilio. Entonces tomó una decisión muy difícil para una niña de quince años.

Les tocaba la cara para saber si respiraban o no. Les hablaba, antes de apoyarse en los cadáveres y hundirlos para poder pasar y sobrevivir. Pasó cuatro noches y cinco días esperando un rescate que tal vez nunca llegaría. Cuando por fin llegó un helicóptero, los socorristas no la reconocían como herida. Creían que era un cadáver más porque había quedado como una momia de barro. Con el último aliento que le quedaba, dio un quejido y fue rescatada. Estuvo en coma durante ocho días. Cuando despertó, su pierna estaba gangrenada, y los médicos la iban a amputar. Ella se negó. El médico le dio 50% de probabilidades de vida si se oponía a la cirugía, pero ella persistió. Después de trasplantes e injertos de tejidos de la pierna buena a la pierna herida, evitó la amputación. Tres meses después de la avalancha, muchas intervenciones quirúrgicas y horas de terapias, volvió a caminar y hoy sirve al Señor predicando el evangelio.

@Dios te dice en este día: «Tú no tienes que haber sobrevivido a una catástrofe similar para confiar en mí. Tampoco tienes que haber soportado difíciles pruebas para hoy tomar la decisión de entregarme tu vida y servirme con todo tu ser». ¿Te gustaría hoy colocar tu confianza en el Señor?

12 de febrero

No se trata de merecer, sino de insistir

«Pidan a Dios, y él les dará. Hablen con Dios, y encontrarán lo que buscan. Llámenlo, y él los atenderá. Porque el que confía en Dios recibe lo que pide, encuentra lo que busca y, si llama, es atendido». Mateo 7: 7, 8, TLA

El filosofo alemán Arthur Schopenhauer escribió que «muchas veces las cosas no se le dan al que más las merece, sino al que sabe pedirlas con mayor insistencia». Pedir es un arte. Tanto que las universidades han incluido en su oferta de carreras una maestría que enseña a los que la cursan a pedir grandes cantidades de recursos.

La Biblia presenta que a Dios le agradan las personas que piden. Pedir lo que necesitamos es un principio fundamental de nuestra relación con él. «Pidan a Dios, y él les dará. Hablen con Dios, y encontrarán lo que buscan. Llámenlo, y él los atenderá. Porque el que confía en Dios recibe lo que pide, encuentra lo que busca y, si llama, es atendido» (Mateo 7: 7, 8, TLA). Si hay luz, ¿por qué quedarnos en la oscuridad? Si hay un cielo ilimitado, ¿por qué contentarnos con arrastrarnos en tierra? Si hay oportunidad de cambiar, ¿por que no intentarlo? Si los milagros existen, ¿por que no pedir uno para ti?

Dios siempre responde cuando sus hijos le piden. Recuerdo cuando uno de nuestros jóvenes colportores decidió vender sus libros en una zona distinta a la que habitualmente visitaba. Era una zona rural y no tomó las precauciones necesarias. En un paraje solitario fue abordado por hombres armados que lo capturaron acusándolo de ser un espía y lo llevaron al campamento para investigarlo. El joven entendió que estaba en serios aprietos y que su vida corría peligro. Pensó en su familia y se angustió. En la celda, se arrodilló y clamó a Dios para que cuidara su vida.

Aquella misma noche, la esposa del comandante enfermó con fiebres altísimas. El joven ayudó utilizando uno de los libros que vendía. Preparó tratamientos naturales, y la dama se recuperó. Al día siguiente fue dejado en libertad, aquellos hombres le compraron todos sus libros y lo escoltaron hasta un lugar seguro. Frente a las grandes necesidades y los desafíos que se te presenten, recuerda pedir, pedir con insistencia. @Dios desea que recuerdes hoy que «muchas veces las cosas no se le dan al que más las merece, sino al que sabe pedirlas con mayor insistencia».

13 de febrero

La cura para el rechazo

«Aunque mi padre y mi madre me abandonen, tú, Señor, te harás cargo de mí». Salmo 27: 10

El rechazo es una de las peores actitudes que como seres humanos tenemos que soportar. Los amigos, los compañeros de trabajo, la familia, entre otros, pueden hacernos sentir rechazados, provocando sensaciones negativas con las que a menudo resulta difícil lidiar.

Guy Winch ha identificado seis consecuencias que comúnmente experimentan las personas cuando se enfrentan al rechazo: (1) El rechazo activa las mismas zonas del cerebro que se ponen en funcionamiento cuando experimentamos dolor físico, pero (2) el dolor del rechazo permanece por más tiempo que el dolor físico debido a que la memoria es capaz de recordar a la perfección el sufrimiento que experimentamos en el pasado al ser despreciados y repetir el trauma si no sabemos manejar el recuerdo. (3) El rechazo pone en riesgo nuestra sensación de pertenecer, (4) fomenta la ira y la agresividad, (5) destruye la autoestima, y (6) hace descender temporalmente el coeficiente intelectual.

Frente a un enemigo como el rechazo, ¿qué podemos hacer? El versículo de hoy nos dice que todos pueden rechazarnos, incluso nuestra madre, aunque sea difícil de comprender. Pero hay Uno que nunca nos rechazará, al contrario, cuando todos nos abandonen él se ofrece para hacerse cargo de nosotros. Me refiero por supuesto a Dios.

Luna es un ejemplo de cómo Dios se hace cargo incluso de los más rechazados. Nació de la relación entre una mujer que vivía en las calles y un hombre en proceso de rehabilitación de las drogas. El padre la ofreció a cada uno de sus familiares, pero ellos pensaron que era un riesgo tener una bebé en esas condiciones y le ordenaron entregarla al Instituto de Bienestar Familiar para que le encontraran un hogar, pero Dios tenía planes mejores para Luna.

Providencialmente el día en que pensaba entregarla, el padre se encontró con una dama que se ofreció a adoptarla. Aquella dama era adventista. Hoy Luna tiene seis años y asiste al colegio adventista de su zona. Luna es la niña consentida en la Iglesia Adventista de Ama. Cuando la conocí, me dijo con orgullo:

—Soy adventista del séptimo día porque Dios usó la iglesia para proveerme de un hogar.

¿Lo ves? Si en este momento estás experimentando algún tipo de rechazo recuerda que Dios siempre tiene los brazos abiertos para ti. Él te acepta como eres, suplirá tus necesidades emocionales y llenará tus vacíos. Solo dale un espacio en tu corazón. @Dios te dice: «Yo pensé en Luna y también pienso en ti».

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