Kitabı oku: «Un mensaje de @Dios para ti», sayfa 7

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14 de febrero

Una muestra de amor

«El amor más grande que uno puede tener es dar su vida por sus amigos». Juan 15: 13

Son muchas las canciones, pinturas, esculturas y construcciones inspiradas en el amor de una persona por otra. Una de las más fascinantes es el Taj Mahal. Es un complejo de edificios construido entre 1631 y 1653 en la ciudad de Agra, Estado de Uttar Pradesh, India, a orillas del río Yamuna, por el emperador Shah Jahan de la dinastía mogola. El imponente conjunto se erigió en honor de su esposa favorita, Arjumand Bano Begum, más conocida como Mumtaz Mahal, que murió en el parto de su decimocuarta hija. Se estima que su construcción necesitó el esfuerzo de unos 20,000 obreros. Este monumento ha alcanzado fama internacional por el carácter romántico de su inspiración. Aunque el mausoleo cubierto por la cúpula de mármol blanco es la parte más conocida, el Taj Mahal es un conjunto amurallado de edificios que ocupa 17 hectáreas y que también incluye una gran mezquita, una casa de invitados y jardines.

En 1983, el Taj Mahal fue reconocido por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad por ser «la joya del arte musulmán en la India y una de las obras maestras del patrimonio mundial admiradas universalmente». Descrito por el poeta Rabindranath Tagore como «una lágrima en la mejilla del tiempo». El mausoleo atrae entre 7 y 8 millones de visitantes cada año y además, en 2007, fue designado una de las nuevas siete maravillas del mundo moderno. ¡Cuánto amaba el emperador a su esposa!

Pero cuando pienso en la demostración suprema del amor no puedo pensar en otra persona que en Dios y su amor hacia la humanidad. Él mostró amor por nuestros primeros padres no dándoles una edificación, sino el mundo entero, preparado para servirles de hogar. Cuando pecaron los vistió de túnicas. Cuando el pecado reinaba cruelmente el Dios de amor envió a su único Hijo a mostrarnos que «el amor más grande que uno puede tener es dar su vida por sus amigos» (Juan 15: 13). Y ese mismo Dios de amor ha prometido crear un mundo nuevo, donde no exista la muerte, ni el llanto, ni el dolor (ver Apoc. 21: 4). Me estremece pensar que alguien pueda amarme tanto.

Hoy se celebra el Día del Amor y la Amistad. Lamentablemente el amor que vemos en las redes y los demás medios de comunicación suele ser enfermizo, pasajero y enfocado en lo externo. Hoy @Dios te invita a celebrar el mayor amor que existe en el mundo, el que él manifestó en la cruz por ti.

15 de febrero

¿Coincidencia o providencia?

«Los ojos del Señor están sobre los justos, y sus oídos, atentos a sus oraciones». Salmo 34: 15, NVI

Durante muchos años, su trabajo había sido igual: levantarse temprano, caminar en compañía de su esposo hasta la central de autobuses en Santa Marta y tomar uno de los buses que viajan a Maicao. Hacer el recorrido de aproximadamente tres horas y media y allí, en Maicao, comprar la mercancía y en la tarde regresar a casa.

Pero aquel día amaneció diferente. No sentía el mismo entusiasmo de siempre. Un extraño presentimiento se había anidado en su cabeza. Se levantaron bien temprano, se arreglaron y salieron. Su esposo caminaba delante.

—Apúrate, mujer, mueve esos pies que vamos a perder el primer bus —le dijo, tomándola de la mano para hacerla caminar a su ritmo.

Cuando llegaron a la avenida del ferrocarril, miraron a ambos lados para cruzar. Al verificar que no venía ningún vehículo, se dispusieron a atravesar la calle. Pero en ese momento ella lanzó un grito y se soltó de la mano de su esposo. Cuando él volteo a mirar ella estaba petrificada en medio de la calle, señalando a un lote baldío que había enfrente.

–¿Qué pasa, mujer? Nos va a dejar el bus —dijo el esposo exasperado.

Pero ella no se movió.

—Allí hay alguien, vi unos ojos en los matorrales —dijo ella.

Él se acercó y la abrazó para tranquilizarla. Cuando se sintió mejor, cruzaron y, al llegar a la central de transporte, vieron que el primer autobús ya había partido. Él se molestó mucho, pues otros se les adelantarían en las compras. Se fueron en el siguiente autobús, una hora más tarde y se durmieron en los asientos.

Repentinamente, los gritos de varios pasajeros los despertaron. Miraron a un lado del camino, fuera de la carretera, y entre los matorrales estaba el bus que había salido primero. Había sido asaltado, varios pasajeros estaban heridos de bala y les habían robado el dinero a todos los comerciantes que viajaban en él. Entonces ella recordó aquellos ojos que había visto entre los matorrales y que le habían hecho perder el tiempo. Se arrodilló y agradeció a Dios por su protección.

¿Coincidencia? No, providencia divina. A veces Dios utiliza los mecanismos más extraños para guardarnos del peligro. @Dios le reveló a Elena G. de White que: «Los que siguen a Cristo están siempre seguros bajo su protección. Ángeles de gran poder son enviados del cielo para ampararlos. El maligno no puede forzar la guardia con que Dios tiene rodeado a su pueblo» (El conflicto de los siglos, p. 506).

16 de febrero

Cantos en la noche

«Te ruego, Dios de mi vida, que de día me muestres tu amor, y que por la noche tu canto me acompañe». Salmo 42: 8

Puede que te parezca extraño, pero incluso hoy en día existen grupos indígenas en algunas zonas del planeta que viven como lo hacían sus antepasados y prácticamente no han tenido contacto alguno con la civilización. Uno de esos grupos son los Nukak Makú, una tribu que habita en la región Amazónica de Colombia. A pesar del paso de los siglos y los avances tecnológicos, ellos siguen realizando las mismas actividades que sus ancestros: caza, pesca y recolección. Los Nukak Makú llevaban cientos de años habitando las selvas, sin saber del mundo exterior y sin que nadie supiera de ellos (no tienen Tik Tok ni Twitter). Pero en 1988, unos investigadores que sobrevolaban la selva trajeron la noticia de la existencia de esa comunidad. Desde entonces, los antropólogos y otros grupos de científicos los han visitado para conocer más sobre ellos y estudiar sus hábitos, sus creencias y sus costumbres.

Hace algún tiempo vi un documental sobre los Nukak Makú donde aprendí que ellos cantan todo el día, mientras realizan sus actividades cotidianas. Pero el canto adquiere un mayor significado durante la noche, porque en la tradición de esta tribu, en la noche vienen los espíritus que pueden hacer daño a las personas. Por eso se reúnen en grupos y cantan hasta ahuyentar el temor y hacer que los espíritus se alejen. Por medio de las canciones obtienen seguridad, protección y paz durante la noche que les permite dormir tranquilos.

La noche es símbolo de lo inesperado, de la calamidad, del peligro que nos asecha (Salmo 91: 5). No es de extrañar que, de niños, todos le temíamos a la oscuridad. Incluso después de que nos hacemos adultos persiste el miedo al peligro que se oculta tras las tinieblas. ¿Cómo podemos enfrentar la duda y la inseguridad? En el Salmo 42, los hijos de Coré elevan una petición al Señor: «Que por la noche tu canto me acompañe» (vers. 8).

Los Nukak Makú tenían la clave: la música puede ayudarnos a enfrentar nuestros temores, pero hay algo más que el Salmo añade: «tu canto», no es cualquier música, es aquella que proviene del Señor. ¿A qué «noche» te estás enfrentando hoy? ¿A qué le temes al iniciar este día? Eleva hoy una canción al cielo. Cántale al Señor hasta que él, con su presencia, disipe todos tus temores. @Dios desea que sepas que «no importa cuán oscura sea la noche que atraviesas, él está contigo».

17 de febrero

Mi refugio y mi castillo

«Tú eres mi refugio, mi castillo, ¡mi Dios, en quien confío!». Salmo 91: 2

El Salmo 91 es uno de los capítulos más conocidos de toda la Biblia. Esto no debiera sorprendernos, pues trata sobre uno de los temas que más necesitamos: protección y seguridad. En el verso 2 se nos invita a decirle al Señor: «Tú eres mi refugio, mi castillo, ¡mi Dios, en quien confío!». ¿Y qué pasa después que nos acogemos a la protección divina? Fíjate lo que dice el Salmo a continuación.

«Solo él puede librarte»: Eso no significa que no enfrentarás problemas, sino que cuando quedes atrapado en las deudas, los miedos y las tentaciones, él puede librarte. Puede ser que mañana caigas, pero Dios vendrá en tu auxilio y estará dispuesto a pelear para rescatarte a ti y a tu familia.

«De trampas ocultas y plagas mortales»: El salmista utiliza la metáfora de las trampas que colocaban los cazadores de su época. Pero «trampas» también puede referirse a un estado emocional: puedes quedar atrapado en un estado de pavor, de miedo incontrolable, de terror, de pánico por algo inesperado, que se te presenta cuando no lo esperabas. Las «plagas mortales» pueden ser circunstancias externas, como la pandemia del Coronavirus o cualquier desgracia que venga después. Dios nos ofrece liberación de todo eso y el resto del Salmo 91 menciona tres circunstancias en las que tú puedes reclamar la salvación y la protección que solo vienen de Dios:

1 Si has hecho del Señor tu refugio y lugar de protección (vers. 9): Estas expresiones no aluden a una relación esporádica con Dios, sino que transmiten la idea de vivir con Dios, de estar siempre a su lado. ¿Cómo puedo lograr esto? Por medio de una comunión diaria con Jesús. Cada día, al estudiar su Palabra y buscarlo en oración, lo estás escogiendo como tu refugio y morada.

2 Si lo amas (vers. 14): Amar a una persona implica darle preferencia y prioridad. El amor verdadero es más que un sentimiento que calienta nuestro interior. Es un compromiso, una decisión.

3 Si lo conoces (vers. 14): Conocer a Dios es más que adquirir información con respecto a él, es una experiencia que hemos de vivir cada día.

Hoy @Dios te invita a refugiarte en él, a caminar con él cada día. Esa es la mejor póliza de seguro que podemos adquirir hoy. Hazlo tu esperanza y tu castillo. Deposita toda tu confianza en él.

18 de febrero

Su sangre fue semilla

«Mucho le cuesta al Señor ver morir a los que lo aman». Salmo 116: 15

«Lo mejor que podemos hacer es estar en estrecha comunión con Dios, y si él quiere permitir que seamos mártires por causa de la verdad, esto puede ser el medio de traer a muchos otros a la verdad» (Eventos de los últimos días, p. 128). ¡Nadie quiere morir! Esa es la verdad. Lamentablemente la muerte es el fin inevitable de todos los seres humanos. Y en muchos casos, Dios usa una realidad tan triste como la muerte para sacar de ella buenos resultados.

Este fue el caso de Vicente Jiménez, su esposa Rosita Cifuentes, sus tres hijos: de seis y cinco años, y un bebé de tres meses. En la década de 1960 ellos eran los únicos adventistas en la región. Eran personas bondadosas, muy gentiles y muy espirituales, aunque el rechazo al evangelio era feroz. Los vecinos los injuriaban, les tumbaban las cercas y les soltaban las bestias y el ganado para que destruyeran sus cultivos. Ellos simplemente arreglaban todo y guardaban silencio.

Pero una noche ocurrió lo inesperado. Los dos hijitos mayores ya estaban acostados en su cuarto. Aun no se habían dormido cuando oyeron ruidos y lamentos. La niña miró por las hendijas de las paredes de bahareque y vio a dos hombres con el rostro cubierto con trapos negros. Tomó a su hermanito y se escondieron debajo de la cama. Todo quedó en absoluto silencio, y finalmente se durmieron.

Cuando el sol que se filtraba por las paredes y el techo de paja los despertó, la niña llamó a su hermano y salieron del cuarto. Allí tendido boca abajo estaba el padre sin vida. Corrieron a la cocina para buscar a la mamá y la encontraron tendida en el piso, sin vida. Corrieron sin parar por la carretera hasta la casa de los abuelos para ponerse a salvo. Vicente y Rosita fueron parte de los más de cincuenta mártires que durante casi 17 años de violencia dieron su vida por la verdad. Pero la sangre de estos dos hermanos fue la semilla que Dios utilizó para llevar la verdad.

Hoy en aquella misma zona hay más de veinte iglesias y tres colegios. Después del martirio de aquellos hermanos hubo un despertar y un creciente interés por la verdad en toda aquella región. Apreciado joven, Dios puede utilizar incluso los episodios más trágicos de nuestra vida para producir buenos resultados. A @Dios le duele ver la muerte de sus hijos; por eso, muy pronto regresará para poner fin al dolor e inaugurar un mundo mejor.

19 de febrero

Esperando a Godot

«Con toda mi alma espero al Señor, y confío en su palabra. Yo espero al Señor más que los centinelas a la mañana. Así como los centinelas esperan a la mañana». Salmo 130: 5, 6

Esperando a Godot es una tragicomedia escrita a finales de la década de 1940 por Samuel Becket. La obra se divide en dos actos y en ambos aparecen dos vagabundos llamados Vladimir y Estragón, que esperan en vano junto a un camino a un tal Godot, con quien tienen una cita. El lector nunca llega a saber quién es Godot, o qué tipo de asunto van a tratar con él. En cada acto, aparecen el cruel Pozzo y su esclavo Lucky, seguidos de un muchacho que hace llegar el mensaje a Vladimir y Estragón de que Godot no vendrá hoy, «pero mañana seguro que sí». Esta trama, que intencionalmente no tiene ningún hecho relevante y es altamente repetitiva, simboliza el tedio y la carencia de significado de la vida humana, tema recurrente del existencialismo.

Aunque Becket siempre lo negó categóricamente, muchos interpretan a Godot como un símbolo de Dios y lo inútil que resulta esperar que él resuelva todos los problemas de la humanidad. Desde esta perspectiva, los cristianos seríamos simplemente «vagabundos» que colocamos nuestras esperanzas en un mito. El final de la obra resume con claridad lo tedioso y repetitivo de la existencia humana:

—¡Qué! ¿Nos vamos? —dice Vladimir.

—Sí, vámonos —responde Estragón.

Pero no se mueven.

¿Es este el destino de los que esperan en el Señor? ¿Somos como Vladimir y Estragón? No, para nada. La Biblia declara explícitamente que esperar en Dios es nuestra mejor opción. Jesús prometió: «Vendré otra vez» (Juan 14: 3) y yo creo que él cumplirá su palabra. A veces puede ser desafiante esperar en el Señor, pero es siempre lo mejor para nosotros. El profeta Isaías escribió que «los muchachos se fatigan y se cansan, los jóvenes flaquean y caen; mas los que esperan en Jehová tendrán nuevas fuerzas, levantarán alas como las águilas, correrán y no se cansarán, caminarán y no se fatigarán» (Isaías 40: 30, 31). Tú y yo, que esperamos el cumplimiento de la bendita esperanza (Tito 2: 13), hemos de mantenernos firmes. @Dios tiene hoy palabras de ánimo para ti: «Sigue esperando, no desistas, no desmayes, Jesús viene pronto».

20 de febrero

El guardián que nunca duerme

«No, él nunca duerme; nunca duerme el que cuida de Israel». Salmo 121: 4

Se cuenta que en cierta ocasión una pobre mujer demandaba del sultán de Turquía una indemnización por la pérdida de su propiedad.

—¿Cómo la perdiste?

—Me dormí, y los ladrones vinieron y me robaron.

—Pero ¿por qué te dormiste? —le preguntó el sultán.

—Me dormí porque creí que su majestad estaba despierto.

Al sultán le agradó aquella respuesta y la confianza que expresaba en su gobierno y ordenó que se le pagase lo que había perdido.

Esta anécdota expresa lo que esperamos como ciudadanos de un buen gobierno: que vele por los intereses de los ciudadanos y que proporcione la seguridad necesaria para que podamos circular en paz y trabajar para proveer para nosotros mismos y nuestras familias. Lamentablemente, si vives en el mimo mundo que yo sabrás que no siempre se logra este objetivo. Los asaltos y la inseguridad están a la orden del día. Incluso si donde vives no hay una alta tasa de criminalidad, la especulación y volatilidad del mercado pueden arruinar tu cuenta de ahorros en segundos. Pero en el gobierno de Dios no sucede así. Él nunca duerme, siempre al control de la situación.

El Salmo 121 inicia con la siguiente declaración: «Al contemplar las montañas me pregunto: “¿De dónde vendrá mi ayuda?”» (vers. 1). En tiempos de guerra, la ayuda venía de las montañas. Los montes eran el sitio estratégico para ocultarse y preparar emboscadas para socorrer alguna ciudad que estaba sufriendo el ataque enemigo.

El salmista da una respuesta contundente: «Mi ayuda vendrá del Señor, creador del cielo y de la tierra» (vers. 2). ¡Qué bueno es saber que el mismo que creó el universo es el que nos ayuda! Él es nuestro guardián. Él nunca duerme, sus ojos están constantemente sobre ti, él sabe cuando lloras, cuando desesperas, cuando necesitas una mano amiga y él está ahí para ayudarnos. Él puede extirpar el odio, el rencor, la rabia, la envidia, los sentimientos de venganza de nuestra vida. Hoy te invito a iniciar tu día confiando en que el Creador es tu guardián y él nunca duerme. Camina hoy confiado por la vida, pues @Dios te dice: «Yo voy contigo, soy tu guardián y nunca duermo».

21 de febrero

Él hace todo lo que quiere

«El Señor hace todo lo que quiere, lo mismo en el cielo que en la tierra, lo mismo en el mar que en sus profundidades». Salmo 135: 6

En una oportunidad hubo un vendaval fuerte en la región que causó muchos daños. Los miembros de la iglesia más cercana decidieron ayudar a los damnificados, así que le avisaron al pastor para que visitara a estos feligreses. Cuando llegó a la zona devastada se llevó una gran sorpresa, pues el rancho del hermano y sus cultivos habían sobrevivido al vendaval.

Cuando el pastor expresó su sorpresa, el caballero le dijo:

—Solo hice lo que aprendí de mi madre cuando era niño. Aunque éramos una familia muy pobre, en toda la región, ella siempre nos enseñó a ser honestos y humildes. Habíamos trabajado durante muchos años para el dueño de la hacienda donde vivíamos. Primero lo hizo nuestro padre y luego nuestra madre cuando este falleció. Como no teníamos un lugar para vivir, mamá decidió pedirle al dueño de la hacienda que nos asignara un pedazo de tierra donde pudiéramos construir un ranchito. Aquel hacendado, famoso por ser avaro, abusador de sus empleados y muy tacaño, respondió señalando una inmensa roca y diciéndole a mamá que si podía hacer algo sobre ella, que lo hiciera. Ella le agradeció y logró construir un ranchito sobre la roca. Era demasiado frágil, pero cuando había tormenta ella nos hacía salir del rancho y nos decía: “Rápido, muchachos, ubíquense donde quieren que Dios coloque a sus ángeles para proteger nuestras cosas y oremos”. Eso mismo hice ayer, antes de que la brisa llegara, me paré a orar con mi familia y el vendaval se dividió en dos corrientes.

Aunque no siempre la confianza en Dios nos granjea la misma recompensa, ¿no resulta reconfortante saber que Dios tiene el control incluso de los elementos de la naturaleza? El mismo Jesús que caminó sobre el agua y calmó la tempestad con solo dar la orden hoy puede obrar un milagro en tu vida. No importa qué tipo de tormenta estés atravesando: financiera, sentimental, académica, emocional o familiar, en Jesús hay protección y salvación. ¿Te gustaría hoy confiar en ese Dios que tiene el poder para hacer lo que sea? @Dios te dice: «Si pude hacerlo en el pasado, puedo hacerlo hoy también».

22 de febrero

Que Dios te bendiga

«Que el Señor te bendiga y te proteja; que el Señor te mire con agrado y te muestre su bondad; que el Señor te mire con amor y te conceda la paz». Números 6: 24-26

Craig Hill expresó que la «bendición es el mecanismo de Dios para darnos identidad y destino. La maldición es el arma de Satanás para destruir la identidad y el destino». Hoy los cristianos hemos sobreutilizado la palabra «bendición» hasta el punto de que casi no sabemos lo que realmente significa dicha palabra. En la Biblia se presentan dos facetas de la bendición: en el Antiguo Testamento se usa la palabra berakah, que quiere decir «transferir el poder o favor de DIOS» (normalmente mediante la imposición de manos). En el Nuevo Testamento la palabra es eulogeo y significa «hablar bien de alguien». Al juntar el significado de ambas palabras y sus significados, podemos apreciar la profundidad del significado de la palabra «bendición», o la acción de bendecir. Bendecir comprende el «habla» y «ungir o tocar» para transferir el favor de Dios.

Recuerdo que en aquella oportunidad se estaba llevando a cabo una semana de énfasis espiritual para la iglesia en Dosquebradas. Todas las noches se reunían en la casa de la cultura y cada noche llegaban al lugar varios vehículos blindados. Un grupo de guardaespaldas rodeaba a alguien y entraba por una entrada diferente. Dentro del salón se ubicaban en un sitio poco visible. La última noche los guardaespaldas rodearon al expositor y luego una dama se acercó. Se identificó como una alta funcionaria del Gobierno y contó los problemas que estaba enfrentando en su familia. Aseveró tener una maldición sobre ella y su familia, y mencionó que había asistido a una organización religiosa que le había vendido la bendición de Dios por una fuerte suma de dinero, pero que las cosas seguían igual. Dijo que creía firmemente en la bendición de Dios y que quería recibirla. Entonces dijo:

—Necesitamos urgentemente en casa esa bendición que usted predica, ¿cuánto me cobran por dármela? Estoy dispuesta a pagar lo que sea necesario.

Hoy la gente tiene un intenso deseo de experimentar la bendición de Dios. Lamentablemente muchos creen que es algo que se puede comprar o vender. Pero hoy @Dios te tiene una gran noticia: «¡No tienes que pagar por la bendición!». Tampoco debes realizar algún sacrificio para ganarte el favor de Dios. Él desea bendecirte porque te ama, él desea tocar con poder tu vida y hablar bien de ti. ¿Te gustaría recibir hoy la bendición de Dios? Si respondiste que sí, entonces, que Dios te bendiga.

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9789877984606
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