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IV

Junto con el texto de las lecciones, se traducen aquí dos grupos de «Textos complementarios». El primero corresponde a un excurso sobre «Naturaleza y espíritu» en el que se distinguen diversas esferas de ser con el fin de circunscribir los dominios de diferentes tipos de ciencia y de aclarar así el sentido y el lugar de la ética. El segundo grupo está conformado por una serie de 22 textos breves que Husserl no alcanzó a leer en 1924, pero que, como indica el editor alemán, marcó en su mayoría como anexos. Como observará el lector, estos textos complementan tanto las lecciones como el excurso. Salvo tres de ellos, que datan de 1924, los anexos fueron escritos en 1920. En los casos en los que no se consigna la fecha, se trata de textos redactados en ese año, pero retrabajados en 1924. Dada la importancia que Husserl mismo le otorga al excurso en las lecciones93 y dado su carácter autónomo94, a continuación presentamos de manera breve su estructura y contenido.

Verdadero ejercicio fenomenológico, en el que Husserl muestra sus propias dudas, el texto del excurso es trabajado en el capítulo séptimo de las lecciones, cuyo tema es, como se anunció, la polémica del siglo XVII entre la moral del entendimiento y la moral del sentimiento. De modo más preciso, la digresión se presenta al final del § 30, a propósito de la necesidad de señalar, contra Clarke, la imposibilidad de contravenir las leyes materiales y de entender las leyes normativas como leyes de razón. El objetivo es, como decíamos, esclarecer el carácter peculiar de la ética en tanto ciencia. Con ese fin, Husserl se plantea dos tareas. La primera, desarrollada en los § 1-7, consiste en distinguir los conceptos de cosas y los conceptos de normas así como las ciencias correspondientes. La segunda se desarrolla en los § 8-13 y consiste en distinguir las ciencias de la naturaleza de las ciencias del espíritu. Es interesante notar que en la primera parte Husserl pone en marcha una fenomenología estática mientras que en la segunda, una fenomenología genética.

Para llevar a cabo la primera tarea, Husserl pregunta en qué sentido es posible que objetos de distintos tipos puedan ser sometidos a una normatividad. La reflexión que sigue expone la estructura del a priori de la correlación intencional que aquí aparece como el «entramado de yo, acto yoico, sentido y objetividad» (§ 1). El yo es impensable sin los actos; en cuanto intencionales, estos son impensables sin los sentidos, los que, a su vez, son impensables sin la objetividad mentada. A partir de estas distinciones esenciales, es posible concebir dos tipos de ciencias, las del sentido o significado y las de los actos (§ 2). Esta diferenciación le da a Husserl la ocasión de hacer una autocrítica que, dirigida a las Investigaciones, a las que él mismo remite unas páginas más adelante, explica el interés de Landgrebe en el texto de este parágrafo. En la medida en que los sentidos o proposiciones no son generalizaciones que extraeríamos por abstracción de múltiples actos en los que se singularizarían, sino que son ellos mismos mentados en diferentes actos en virtud de su idealidad e iterabilidad, las ciencias a priori de los sentidos no han de ser consideradas como una parte subordinada de las ciencias de actos.

Una vez puesta la atención en el dominio ideal del sentido, Husserl distingue entre el interés ontológico y el interés normativo (§ 3). Así, se puede desarrollar una ciencia a priori puramente ontológica, como la gramática pura de las formas posibles de la proposición o del enunciado para la esfera judicativa, o bien se puede plantear cuestiones normativas sobre las condiciones de posibilidad de la verdad y la falsedad. Como las proposiciones axiológicas y prácticas, sentidos correspondientes a los actos del sentimiento y de la voluntad, también admiten predicados normativos como aquellos de la belleza, el bien, etc., es posible concebir una axiología pura y una ética pura paralelas a la lógica de las proposiciones judicativas. Planteada esta posibilidad, la mirada del fenomenólogo se dirige a los actos (§ 4), cuya normatividad surge de la transferencia de la normatividad de las proposiciones. Dirigida, pues, por las ideas de «verdad o autenticidad, corrección»95, la «idea de una ciencia universal de la razón», al servicio de una crítica del conocimiento, exige una fenomenología pura que supere la ingenuidad de la mirada ontológica mostrando el origen diverso que las proposiciones experimentadas con evidencia tienen en la subjetividad. En esa línea, en el parágrafo siguiente, Husserl expone el orden de fundación de los actos de la subjetividad e insiste en que el objeto representado, del que se predica el ser-verdadero y el noser, es el sustrato de la posición de valores y de objetos prácticos (§ 5). Como en 1914, luego de recordar que solo gracias a la razón lógica se puede llevar a expresión judicativa las efectuaciones de sentido y las verdades propias del sentimiento y de la voluntad, Husserl insiste en que no hay que desconocer su carácter prelógico. Así pues, los juicios axiológicos y prácticos tienen un doble origen: tanto cognitivo como no-cognitivo (§ 6). A esto hay que añadir que, en el § 7, antes de hacer el tránsito a la temática de las ciencias naturales y espirituales, Husserl afirma una subordinación recíproca de la lógica, la axiología y la ética formales, pues, como señaló en el primer capítulo de las lecciones, las ciencias no son un asunto exclusivo de la vida cognitiva, sino que presuponen la vida valorativa y práctica del yo.

Así pues, una vez que el análisis estático desemboca en la idea de la lógica, la axiología y la ética en tanto ciencias normativas de principios, el análisis genético es puesto en práctica para responder a la pregunta sobre el alcance de estas ciencias respecto de las ciencias empíricas y, por su intermedio, respecto del mundo circundante intuitivamente dado. Se trata entonces de delimitar las principales regiones científicas al interior del mundo circundante para comprender por qué las ciencias de la naturaleza solo admiten una crítica lógico-normativa mientras que las ciencias del espíritu admiten también una crítica axiológica y práctica. Lo que sigue del excurso se deja así dividir en dos momentos metódicos: la deconstrucción (Abbau) de las estratos del saber con el que es dado el mundo circundante (§ 8-9) y la reconstrucción (Aufbau) del edificio de las ciencias empíricas (§ 10-13). Así, luego de identificar y desconectar los estratos axiológico y práctico del saber del mundo, Husserl encuentra un estrato inferior y abstracto que corresponde a una «experiencia pura» libre no solo de predicación sino también de todo sentimiento sensible. Este estrato no independiente, pero necesario, del mundo real no es otro que el de la naturaleza, cuya experiencia puramente física fue descubierta por Galileo y Descartes dando lugar a la ciencia moderna de la naturaleza. A partir de ahí, el lector verá dibujarse una estructura que Husserl nos hace recorrer rápidamente del primer al último nivel: de la idea moderna de ciencias físicas de la naturaleza, pasamos a la zoología, la antropología y la psicología naturales, un nivel que tiene como núcleo a la psicofísica; siguiendo, enseguida, la idea de una psicología fenomenológica, somos conducidos a las ciencias del espíritu y de la cultura; pasando por la diferencia entre ciencias del espíritu normativas y no normativas, llegamos funalmente, y una vez más, al coronamiento de la ética como reina de las ciencias normativas. Cabe señalar, para terminar, que en esta reconstrucción Husserl parece hacer dos hallazgos: la historia como a priori, que resulta del intento fallido de deconstruirla96, y la designación del mundo espiritual concreto como «mundo de la vida»97.

Por último, quisiera agradecer en mi nombre y en de los otros dos editores de este texto, Luis R. Rabanaque y Mariano Crespo, el apoyo que hemos recibido de la Universidad Católica de Buenos Aires, la Universidad de Navarra y la Pontificia Universidad Católica del Perú para la preparación del volumen. Dirigimos un agradecimiento y un recuerdo especial a la profesora Julia V. Iribarne, quien tuvo a su cargo una traducción preliminar de los textos complementarios.

Lima, junio de 2017

MARIANA CHU GARCÍA

Pontificia Universidad Católica del Perú

NOTA A LA EDICIÓN

Con asterisco se señalan las notas de E. Husserl. Las notas numeradas son de los editores; cuando se especifica la sigla NE, el contenido de la nota está tomado del volumen XXXVII de Husserliana. La paginación de este volumen se recoge entre corchetes en el texto. Los textos entre antilambdas son inclusiones de los editores.

1.Cf. la introducción de Henning Peucker a E. Husserl, Einleitung in die Ethik. Vorlesungen Sommersemester 1920 und 1924, Husserliana, t. XXXVII, Dordrecht/Boston/Londres, Kluwer, 2004, p. XIII (en adelante: Hua XXXVII).

2.Cf. la introducción de Guillermo Hoyos Vásquez y la nota a la traducción de Agustín Serrano de Haro, en E. Husserl, Renovación del hombre y de la cultura. Cinco ensayos, Barcelona/México, Anthropos/Universidad Autónoma Metropolitana, 2002 (en adelante: Renovación).

3.E. Husserl, Grenzprobleme der Phänomenologie. Analysen des Unbewusstseins und der Instinkte. Metaphysik. Späte Ethik. Texte aus dem Nachlass (1908-1937), Husserliana, t. XLII, ed. de Rochus Sowa y Thomas Vongehr, 2014 (en adelante: Hua XLII).

4.Hua XXXVII, p. XVI.

5.Sobre la evolución de las reflexiones husserlianas sobre la ética, además de la introducción al tomo XXVIII de la Husserliana, cf. Ullrich Melle, «Husserls personalistische Ethik», en Beatrice Centi y Gianna Gigliotti (eds.), Fenomenologia della ragion pratica. L’etica di Edmund Husserl, Nápoles, Bibliopolis, 2004, pp. 327-356 (existe una versión en inglés: «Husserl’s personalist Ethics»: Husserl Studies 23, 1 [2007], pp. 1-15); «Edmund Husserl: From Reason to Love», en John J. Drummond y Lester Embree (eds.), Phenomenological Approaches to Moral Philosophy, Dordrecht, Kluwer, 2002, pp. 229-248; «The Development of Husserl’s Ethics»: Études phénoménologiques VII, 13-14 (1991), pp. 115-135. Cf. también Urbano Ferrer Santos y Sergio Sánchez-Migallón, La ética de Edmund Husserl, Sevilla/Madrid, Thémata/Plaza y Valdés, 2011; Julia V. Iribarne, De la ética a la metafísica. En la perspectiva del pensamiento de Edmund Husserl, Bogotá, Universidad Pedagógica Nacional/San Pablo, 2007; Henning Peucker, «From Logic to the Person: An Introduction to Edmund Husserl’s Ethics»: The Review of Metaphysics 62 (diciembre de 2008), pp. 307-325; Laurent Perreau, «La double visée de l’éthique husserlienne: intentionnalité et téléologie»: Alter. Revue de phénoménologie. Éthique et phénoménologie 13 (2005), pp. 11-34.

6.Edmund Husserl, Vorlesungen über Ethik und Wertlehre 1908-14, Husserliana, t. XXVIII, ed. de Ullrich Melle, Dordrecht, Kluwer, 1988 (en adelante: Hua XXVIII). Una traducción al castellano de este volumen se encuentra en preparación. Existe una traducción al francés: E. Husserl, Leçons sur l’éthique et la théorie de la valeur (1908-1914), París, PUF, 2009.

7.Se trata del primer texto complementario (Hua XXVIII, pp. 381-384). Los cursos anteriores que Husserl dicta en Halle corresponden a los años 1891, 1893, 1894 y 1895 (cf. Hua XXVIII, p. XV, nota 1).

8.Cf. los textos complementarios 2, 3 y 4 de Hua XXVIII, pp. 384-418.

9.E. Husserl, Ideas relativas a una fenomenología pura y una filosofía fenomenológica. Libro primero: Introducción general a la fenomenología pura, trad. de Antonio Zirión Quijano, México, D.F., Instituto de Investigaciones Filosóficas, UNAM/FCE, 2013, § 139, p. 425 (en adelante: Ideas I).

10.Ideas I, § 139, p. 425.

11.Ideas I, § 117, p. 368.

12.A propósito del papel de las reflexiones éticas de Husserl en el desarrollo de la fenomenología trascendental, cf. Ullrich Melle, «Objektivierende und nicht-objektivierende Akte», en S. Ijsseling (ed.), Husserl-Ausgabe und Husserl-Forschung, Dordrecht/Boston/Londres, Kluwer, 1990, pp. 35-49, texto al que remite Rudolf Bernet en «¿Una intencionalidad sin objeto ni sujeto?», en Rosemary Rizo-Patrón, El pensamiento de Husserl en la reflexión filosófica contemporánea, Lima, Fondo Editorial PUCP/Instituto Riva-Agüero, 1993, pp. 166 y 167. Cf. también el capítulo VII de Jocelyn Benoist, Les limites de l’intentionalité. Recherches phénoménologiques et analytiques, París, Vrin, 2005, pp. 151-168. Respecto del tema de la intencionalidad de los actos del sentimiento y de la voluntad, y del orden de fundación de actos, véase Agustín Serrano de Haro, «Actos básicos y actos fundados. Exposición crítica de los primeros análisis husserlianos»: Anuario filosófico XXVIII, 1 (1995), pp. 61-89.

13.Hua XXVIII, § 12d, p. 343.

14.Hua XXVIII, § 12d, pp. 342 y 343. Cf. Investigaciones lógicas, trad. de Manuel G. Morente y José Gaos, Barcelona, Altaya, 1995, t. II, § 15, pp. 505-511.

15.Infra, § 24, p. 133.

16.Hua XXVIII, § 4c, p. 183.

17.En ese sentido, se entiende que posteriormente Husserl afirme, recordándonos a Kant, que se trata de una razón universal que tiene funciones inseparables, pero no partes (Einleitung in die Philosophie. Vorlesungen 1922/23, Husserliana, t. XXXV, ed. de Berndt Goossens, Dordrecht/Boston/Londres, Kluwer, 2002, § 7, p. 48) y que, ahí donde subraya el carácter teleológico del ser humano, afirme «… que la razón no admite ninguna diferenciación en ‘teórica’, ‘práctica’ y ‘estética’…» (La crisis de las ciencias europeas y la fenomenología trascendental, trad. de Julia V. Iribarne, Buenos Aires, Prometeo, 2008, p. 308; Die Krisis der europäischen Wissenschaften und die transzendentale Phänomenologie. Eine Einleitung in die phänomenologische Philosophie, Husserliana, t. VI, ed. de Walter Biemel, 21962, § 73, p. 275.

18.Hua XXVIII, § 1, p. 4.

19.Husserl se inspira en Brentano, quien ya había señalado una distinción análoga a la de los juicios ciegos y evidentes en la esfera del agrado y desagrado. Cf. Franz Brentano, El origen del conocimiento moral, trad. de Manuel García Morente, estudio preliminar de Juan Miguel Palacios, Madrid, Tecnos, 2002, espec. § 26-27, pp. 26-30.

20.«A la pregunta por la validez objetiva y absoluta de las normas éticas corresponde la pregunta por la validez absoluta de las normas lógicas. La disputa acerca de la idea de un bien en sí tiene su paralelo en la disputa acerca de la idea de verdad en sí, la disputa en torno a la relación de la disciplina técnica ética con la psicología tiene su paralelo en la disputa acerca de la relación de la disciplina técnica lógica con la psicología» (Hua XXVIII, § 3, p. 17).

21.Hua XXVIII, § 4b, p. 27.

22.Hua XXVIII, § 7, p. 59.

23.Hua XXVIII, § 8, p. 69.

24.Hua XXVIII, § 7, p. 60.

25.Infra, § 37, p. 196.

26.Hua XXVIII, § 1, p. 4.

27.Cf., en particular, Franz Brentano, El origen del conocimiento moral, cit., § 31, pp. 33 ss. Véase también del mismo autor Grundlegung und Aufbau der Ethik, según las lecciones sobre «Filosofía práctica» tomadas de la obra póstuma y editadas por Franziska Mayer-Hillebrand, Berna, Francke, 1952, § 61-63, pp. 211-217.

28.Cf. Hua XXVIII, § 12.

29.Después de enunciar ahí la ley de sumación («la realización colectiva de bienes prácticos que no sufren con ello la merma de su valor depara ‘un bien sumativo’ de mayor valor que el de cada una de las sumas parciales o miembros individuales»), Husserl explica: «Tales leyes fundan una interrelación de todos los posibles bienes, o, como también podemos decir, de todos los posibles fines de uno y el mismo sujeto. Fundan así la imposibilidad de, al ponderar, planificar y actuar, tomar en consideración los valores individuales por sí solos, como si su relación individualizada y la satisfacción resultante de ella pudiese proporcionar contento duradero a la persona» (Renovación, p. 33).

30.Cf. Ullrich Melle, «Husserl’s Phenomenology of Willing», en James G. Hart y Lester Embree (eds.), Phenomenology of Values and Valuing, Dordrecht, Kluwer, 1997, pp. 169-192; Thomas Vongehr, «El tema de la acción en los manuscritos de investigación de Husserl», en Gustavo Leyva (ed.), Filosofía de la acción. Un análisis histórico-sistemático de la acción y la racionalidad práctica en los clásicos de la filosofía, Madrid, Universidad Autónoma Metropolitana/Síntesis, 2008, pp. 489-523; y Henning Peucker, «Hat Husserl eine konsistente Theorie des Willens? Das Willensbewusstsein in der statischen und der genetischen Phänomenologie»: Husserl Studies 31 (2015), pp. 17-43.

31.Hua XXVIII, § 18, p. 136. Husserl tampoco renuncia a la ley de absorción en el periodo de Friburgo, ni en estas lecciones (cf. infra, § 49, p. 253) ni en Renovación: «Donde múltiples valores pueden ser realizados por un mismo individuo en un mismo instante de tiempo, siendo, en cambio, imposible su realización colectiva (por pares o en conjunto), la bondad del más alto de estos valores absorbe la bondad de todos los valores inferiores» (p. 33).

32.Hua XXVIII, p. 140.

33.Hua XXVIII, § 21, p. 153. Cf. Franz Brentano, El origen del conocimiento moral, cit., § 17, pp. 20 y 60, nota 20: «elige lo mejor entre lo que es accesible»; cf. también Grundlegung und Aufbau der Ethik, cit., § 64, p. 221.

34.Hua XXVIII, § 20, p. 142.

35.Hua XXVIII, § 21, p. 153.

36.Cf. Hua XXVIII, § 19, p. 141.

37.Hua XXVIII, § 19, p. 137.

38.Hua XXVIII, § 19, p. 140.

39.Cf. Mariano Crespo, «Husserl on Personal Aspects of Moral Normativity»: Ethical Perspectives 22, 4 (2015), pp. 699-722; Mariana Chu García, «¿Afectan las objeciones de Scheler a Kant también a la ética de Husserl?», en Rosemary Rizo-Patrón y Antonio Zirión Q. (eds.), Acta fenomenológica latinoamericana, vol. IV (2012), pp. 241-255.

40.Carta del 2 julio de 1920 a W. E. Hocking (citada por Peucker en Hua XXXVII, p. XV, nota 3).

41.Cf., por ejemplo, los textos 32 y 34 de Hua XLII.

42.Hua XLII, pp. XCIV-XCV.

43.E. Husserl, Einleitung in die Philosophie. Vorlesungen 1916-1920, Husserliana Materialien, t. IX, ed. de Hanne Jacobs, Dordrecht/Heidelberg/Nueva York/Londres, Springer, 2012, pp. 144-145 (en adelante, Hua Mat IX).

44.Infra, pp. 247-248.

45.Cf. la introducción de Melle a Hua XXVIII, p. XLII; Karl Schuhmann, «Probleme der Husserlschen Wertlehre»: Philosophisches Jahrbuch 98 (1991), p. 110; Vincent Gérard, «L’analogie entre l’éthique formelle et la logique formelle chez Husserl», en Beatrice Centi y Gianna Gigliotti (eds.), Fenomenologia della ragion pratica, cit., p. 140.

46.Cf. Ideas I, § 148, p. 447.

47.Cf. Hua XXVIII, § 19, p. 140.

48.Cf. Hua Mat IX, p. 146, nota. Husserl se refiere a esta objeción en 1909, texto complementario n.º 5 de Hua XXVIII, pp. 419-420. Sobre el papel del amor en las reflexiones ético-metafísicas de Husserl y sobre la crítica de Geiger, véase la introducción de los editores de Hua XLII, especialmente las pp. CII-CVIII y la nota 1, p. CIV.

49.Hua Mat IX, p. 146, nota.

50.Ms. B I 21, 60a, citado en Hua XLII, pp. CXI-CXII, nota 4.

51.E. Husserl, «Fichtes Menschheitsideal (Drei Vorlesungen 1917)», en Aufsätze und Vorträge (1911-1921), Husserliana, t. XXV, ed. de Thomas Nenon y Hans Rainer Sepp, Dordrecht, Martinus Nijhoff, 1987, pp. 267-293 (en adelante, Hua XXV).

52.Hua XLII, p. XCVI.

53.Cf. infra, p. 256, nota 2.

54.Hua XXVIII, § 19, p. 141.

55.Cf., por ejemplo, E. Husserl, Meditaciones cartesianas, trad. y estudio preliminar de Mario A. Presas, Madrid, Tecnos, 1997, § 37, p. 102 y § 48, p. 141.

56.Infra, p. 303.

57.Infra, pp. 303-304.

58.Como señala Peucker (Hua XXXVII, p. XIX), para la preparación de este texto, Husserl se apoya en las lecciones de filosofía práctica de Brentano, que recuerda con gratitud (infra, p. 48), y en la Historia de la ética como ciencia filosófica de Friedrich Jodl (Geschichte der Ethik als philosophischer Wissenschaft, Stuttgart/Berlín, 2.a ed., 1906), lo que explicaría que Husserl cite un pasaje de Locke como si fuera de Hobbes (cf. infra, p. 80, nota 1).

59.Sobre la expresión de disciplina técnica, cf. infra, p. 37, nota 1.

60.Franz Brentano, Grundlegung und Aufbau der Ethik, cit., pp. 4-5, 304.

61.Infra, p. 62.

62.Husserl intentaría así contrarrestar la disminución de los asistentes originada por el carácter sistemático del primer capítulo. Como señala el editor alemán del volumen, en la primera página del texto Husserl anota lo siguiente: «Las lecciones introductorias hasta el comienzo de la parte histórico-crítica eran demasiado abstractas y causaron una verdadera huida de asistentes» (cf. Hua XXXVII, p. XX, nota 1).

63.Infra, p. 86. Husserl se ocupa de la posibilidad de una «mathesis formal de la socialidad» también en los dos últimos ensayos de Renovación.

64.Cf. infra, p. 95.

65.Infra, p. 114.

66.Ibid.

67.Infra, p. 115.

68.Véase el segundo capítulo de la tercera sección de E. Husserl, Ideas relativas a una fenomenología pura y una filosofía fenomenológica. Libro segundo: Investigaciones fenomenológicas sobre la constitución, trad. de Antonio Zirión Q., México D.F., Instituto de Investigaciones Filosóficas, UNAM, 1997, pp. 259-328.

69.Véase especialmente la cuarta de las Meditaciones cartesianas, cit., pp. 87-117.

70.Cf. infra, p. 136.

71.Infra, p. 151.

72.Cf. infra, p. 165.

73.Cf. infra, p. 159.

74.Infra, p. 164.

75.Infra, p. 177.

76.Infra, ibid.

77.Infra, p. 193.

78.Infra, pp. 193-194.

79.Infra, p. 218.

80.Infra, p. 220.

81.Infra, p. 221.

82.Infra, p. 225.

83.Infra, p. 232.

84.Infra, p. 238.

85.Cf. infra, p. 75.

86.Infra, p. 239.

87.Infra, p. 248.

88.Infra, p. 250.

89.Infra, p. 254.

90.Ibid., p. 255. En el tercer ensayo de Renovación, leemos la siguiente formula-ción: «Sé hombre verdadero. Conduce tu vida de modo que siempre puedas justificarla en la evidencia. Vive en la razón práctica». No hay que descuidar, sin embargo, la aclaración que sigue respecto del carácter individual del devenir teleológico implicado en dicho imperativo: «Pero a la exigencia axiológica de ‘ser de este modo’ pertenece por esencia la exigencia práctica de ‘llegar a ser de este modo’, y de, en camino hacia el polo directriz que guía desde la inalcanzable lejanía (en camino hacia la idea de perfección absoluta en la razón absoluta), hacer en cada momento del tiempo lo que en él sea lo mejor posible y, así, hacerse siempre mejor según las posibilidades que el tiempo ofrece» (Renovación, p. 38). Cf. Mariano Crespo, «Husserl on Personal Aspects of Moral Normativity», cit.

91.Cf. infra, p. 243.

92.Infra, p. 332.

93.Cf. infra, p. 160, nota 7.

94.Ese carácter autónomo se expresa no solo en el tema del excurso, sino también por el hecho de que Husserl extrae el texto de la carpeta en la que se hallaban las lecciones y lo archiva independientemente en la segunda parte de la década de los años veinte. Como señala el editor alemán, Ludwig Landgrebe utiliza algunos pasajes de los tres primeros parágrafos para sus estudios sobre lógica que terminan en la publicación de Experiencia y Juicio, cuyo § 64 corresponde al § 2 del excurso (Hua XXXVII, p. XXXVI).

95.Infra, p. 270.

96.Cf. infra, pp. 304-305, nota.

97.Cf. infra, p. 310.