Kitabı oku: «Los caprichos», sayfa 3
21 – ¡Cuál la descañonan!
¤ También las pollas encuentran milanos que las desplumen y aun por eso se dijo aquello de: Donde las dan las toman.
§ Los jueces superiores hacen capa regularmente a los escribanos y alguaciles para que roben y desplumen a las putas pobres.
¶ Los jueces hacen capa a los escribanos y alguaciles para que roben a las mujeres públicas impunemente.
22 – ¡Pobrecitas!
¤ Vayan a coser las descosidas. Recójanlas, que bastante anduvieron sueltas.
§ Las infelices que se hacen prostitutas, tal vez por miseria, son llevadas a las cárceles cuando se les antoja a los alguaciles; las de rumbo viven como les da la gana, porque las leyes sólo se han hecho para los pobres.
¶ Las rameras pobres van a la cárcel: las de rumbo a donde les da la gana.
23 – Aquellos polvos
¤ ¡Mal hecho! A una mujer de honor, que por una friolera servía a todo el mundo, tan diligente, tan útil, ¡tratarla así! ¡Mal hecho!
§ El vulgo de curas y frailes es el que vive con las fiestas de autillos. (Perico el cojo).
¶ Auto de fe. Un vulgo de curas y frailes necios hacen su comidilla de semejantes funciones. Perico el cojo que daba polvos a los enamorados.
24 – No hubo remedio
¤ ¡A esta santa señora la persiguen de muerte! Después de escribirle la vida la sacan en triunfo. Todo se lo merece, y si lo hacen por afrentarla es tiempo perdido. Nadie puede avergonzar a quien no tiene vergüenza.
¶ Encorazada: era pobre y fea. ¿Cómo había de haber remedio?
25 – Si quebró el cántaro
¤ El hijo es travieso y la madre colérica. Cuál es peor.
§ Hay madres que rompen a sus hijos el culo a zapatazos si quiebran un cántaro, y no les castigarán por un verdadero delito.
¶ Las madres coléricas rompen el culo a azotes a sus hijos, que estiman menos que un mal cacharro.
26 – Ya tienen asiento
¤ Para que las niñas casquivanas tengan asiento no hay mejor cosa que ponérselo en la cabeza.
§ Muchas mujeres sólo tendrán juicio, o asiento en sus cabezas, cuando se pongan las sillas sobre ellas. Tal es el furor de descubrir su medio cuerpo, sin notar que los pillastrones se burlan de ellas.
¶ Las niñas casquivanas tendrán asiento cuando se lo pongan en la cabeza.
27 – ¿Quién más rendido?
¤ Ni uno ni otro. Él es un charlatán de amor que a todas dice lo mismo y ella está pensando en evacuar cinco citas que tiene dadas entre 8 y 9 y son las 7 y media.
§ Un casquivano, cuando solicita a una mujer, hace con ella las mismas muecas y zalamerías que un perrillo faldero. (Duquesa de Alba y Goya).
¶ La duquesa de Alba y Goya.
28 – Chitón
¤ Excelente madre para un encargo de confianza.
§ Las señoras de distinción se valen de aquellas viejas que suelen estar rezando a las puertas de las iglesias para llevar billeticos y enviar citas a sus amantes.
¶ Las señoras de distinción se valen a veces de aquellas viejas miserables, que están a las puertas de las iglesias, para llevar billetes de amor.
29 – Esto sí que es leer
¤ Le peinan, le calzan, duerme y estudia. Nadie dirá que desaprovecha el tiempo.
§ Los ministros, consejeros y otros tales aguardan para leer, estudiar y enterarse de los negocios a la hora que el peluquero les va a trabajar la cabeza, les despeluza y ciega de polvo, y el zapatero les prueba los zapatos.
¶ Los ministros aguardan a última hora para enterarse de los negocios. A éste le peinan, le calzan y duerme, ¿quién desaprovecha el tiempo?
30 – ¿Por qué esconderlos?
¤ La respuesta es fácil. Porque no los quiere gastar y no los gasta porque aunque tiene 80 cumplidos y no puede vivir un mes, todavía teme que le ha de sobrar de vida y faltarle de dinero. Tan equivocados son los cálculos de la avaricia.
§ Un clérigo avaro y muy respetable esconde sus talegas; pero ya se las buscan sus sobrinos y otros sacristanes.
¶ Obispo avaro. En vano esconde en sus talegas rodeándose de sobrinos y otros sacristanes.
31 – Ruega por ella
¤ Y hace muy bien para que Dios le dé fortuna y la libre de mal y de cirujanos y de alguaciles, y llegue a ser tan diestra y tan despejada y tan para todos como su madre, que en gloria esté.
§ Mientras se aderezan y visten las putas, rezan las alcahuetas para que Dios les dé mucha fortuna y les enseñan ciertas lecciones.
¶ Una madre, que llega a ser alcahueta de su hija, ruega a Dios que le dé fortuna y la libre de todo mal de cirujanos y alguaciles.