Kitabı oku: «Una voz que cambia vidas», sayfa 3
Como se refleja en este recorrido histórico, la responsabilidad social es un concepto que ha venido fortaleciéndose con los años, a partir de la reflexión de diversos autores e instituciones. En sus inicios, se le consideraba como una obligación que las empresas tenían frente a su entorno y grupos de interés en compensación a los beneficios obtenidos de la sociedad. A ello se le sumaron las reflexiones en torno al respeto de leyes y normativas que debieran acompañar un comportamiento ético como base de la responsabilidad social. Posteriormente, se la definió como un acto voluntario que implica acciones en tres ángulos: lo social, lo medioambiental y lo económico. Finalmente, en la última década, se empezó a definir la responsabilidad social como una acción estratégica para la compañía, que además de respetar la ley, minimiza los daños ocasionados por la empresa, propicia buenas prácticas de comportamiento con los grupos de interés y genera beneficios para la empresa.
Entre los puntos en común encontrados en torno a la evolución del concepto, se encuentra la voluntariedad y decisión de los directivos y accionistas de la empresa de asumir un compromiso, el cual va por encima de las exigencias de la ley, pero tiene como punto de partida el cumplimiento de ella. Además, la responsabilidad social se manifiesta como una preocupación permanente por los impactos negativos que podría generar en su entorno y, en particular, en sus grupos de interés. Como señala Escudero (2010), todo ello generará un bien común para los stakeholders y el contexto donde se sitúa la empresa, así como para la misma empresa.
La gestión de la responsabilidad social genera una creación de valor integral para la empresa. Como señalan Olcese, Rodríguez y Alfaro (2008), el ejercicio de la responsabilidad para una empresa contribuye directamente a la mejora de su organización. Los componentes de la generación de valor integral son gobierno corporativo, estrategia, estructura, sistemas de innovación, sistemas de gestión ambiental, sistemas de gestión de proveedores, sistemas de relación con clientes, programas de acción social y gestión de personas. De igual modo, los atributos o resultados que producen son oportunidades de crecimiento, capacidad innovadora, posición competitiva, reputación, eficiencia laboral, eficiencia operativa, gestión del riesgo y coste del capital.
En base al análisis realizado, definimos la responsabilidad social de la siguiente manera (definición con que trabajaremos en esta investigación):
Compromiso que asumen los directivos de una empresa, el cual se manifiesta en políticas y prácticas empresariales coherentes, que tienen como base la ética de sus directivos y empleados, y está alineada a la gestión del propio negocio y genera valor compartido para la empresa/organización y sus grupos de interés. El ejercicio de la responsabilidad social en una empresa tiene como punto de partida la definición y cumplimiento de su misión, visión, valores y principios.
Entre los principales beneficios que la responsabilidad social genera para la empresa, se encuentran los siguientes: fidelización de clientes, mejora de la imagen y reputación, y fortalecimiento de la identidad corporativa.
1.2 Principios y normas
La responsabilidad social es un compromiso que se origina en el comportamiento ético-moral y se manifiesta en un conjunto de políticas, procedimientos y prácticas que la empresa implementa de acuerdo con su propio contexto social, económico, político, además de sus propias necesidades, características y tiempos.
Existen principios y normas publicados por organizaciones internacionales con el afán de guiar a las empresas y organizaciones a nivel mundial en el desempeño de sus acciones de responsabilidad social. Estos lineamientos se han convertido en referentes a nivel internacional. Las principales políticas y normas internacionales de responsabilidad social, medioambiental y de gobierno corporativo de las empresas son el Pacto Mundial, los Objetivos del Milenio, el Libro verde, el AA 8000, las Directrices de Gobierno Corporativo de la OCDE y la ISO 26000 (Olcese, Rodríguez y Alfaro, 2008; Navarro, 2012).
También existen indicadores de responsabilidad social que son instrumentos de gestión; ellos permiten a las empresas con fines y sin fines de lucro y públicas, medir su nivel de gestión en materia de responsabilidad social y, posteriormente, reportar o comunicar sus avances. Los indicadores más utilizados son el Ethos Perú2021 (Perú2021: Portal de responsabilidad social del Perú, 2010), que a su vez es un instrumento de autodiagnóstico, y la Guía para la elaboración de memorias de sostenibilidad (Global Reporting Initiative, 2011). El Pacto Mundial (www.pactomundial.org) y los Objetivos del Milenio (www.un.org), también son utilizados por algunas empresas como indicadores de responsabilidad social, tal como lo evidencian los reportes de sostenibilidad o balance social desarrollados por numerosas empresas en el mundo.
A continuación, se revisarán los estándares e indicadores de responsabilidad social más importantes:
a. Pacto Mundial o Pacto Global y sus diez principios
El Pacto Mundial es una iniciativa de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), de adhesión voluntaria, que fue publicado en 1999, en el Foro Económico Mundial de Davos. Kofi Annan, secretario general de Naciones Unidas de entonces, puso en marcha, oficialmente, la sede de las Naciones Unidas, en julio de 2000.
El Pacto Mundial propone aprovechar la fuerza de la acción colectiva para fomentar la responsabilidad cívica de las empresas, de modo que estas puedan contribuir a la solución de los retos que plantea la globalización. De esta forma, el sector privado, en colaboración con otras entidades de la sociedad, puede ayudar a hacer realidad la visión del secretario general: una economía mundial más sostenible e inclusiva, buscando contribuir “a la emergencia de valores y principios compartidos que den una cara humana al mercado global” (Red Pacto Global Chile, s. f., párr. 3).
El cumplimiento de los principios del Pacto Global por parte de las empresas es de carácter voluntario, pues no es un instrumento regulatorio o un código de conducta con fuerza legal. La iniciativa insta a las empresas a adherirse voluntariamente y adoptar los diez principios universales relacionados con cuatro aspectos fundamentales: derechos humanos, normas laborales, medioambiente y anticorrupción.
Los diez principios del Pacto Mundial son:
Derechos humanos
1. Apoyar y respetar la protección de los derechos humanos fundamentales dentro de su esfera de influencia.
2. Asegurar que sus propias corporaciones y filiales no actúen como cómplices en la violación de los derechos humanos.
Laboral
3. Apoyar la libertad de afiliación y el reconocimiento del derecho a la negociación colectiva.
4. Eliminar todo tipo de trabajo forzoso u obligado.
5. Promover la erradicación del trabajo infantil.
6. Promover la eliminación de la discriminación con respecto al empleo y la ocupación.
Medioambiente
7. Fomentar los enfoques preventivos ante los desafíos medioambientales.
8. Llevar a cabo iniciativas para fomentar una mayor responsabilidad medioambiental.
9. Facilitar el desarrollo y la divulgación de medios tecnológicos respetuosos con el medioambiente.
Lucha contra la corrupción
10. Trabajar contra toda forma de corrupción, incluyendo la extorsión y el soborno.
Actualmente, el Pacto Mundial de las Naciones Unidas tiene adheridas a más de 8500 empresas y organizaciones en 130 países. En cada país existe una organización que coordina la afiliación y seguimiento de los reportes o informes del Pacto Mundial realizados por las empresas y organizaciones. En el caso de Perú, esta labor es desempeñada por la Confederación Nacional de Instituciones Empresariales Privadas (Confiep)8, que en 2005 asumió oficialmente la secretaría técnica de la Red del Pacto Mundial en Perú, dedicándose, desde entonces, a la promoción para la adhesión y seguimiento de las empresas que trabajan en este país.
b. Objetivos de desarrollo sostenible (ODS)
Después de finalizado el cumplimiento de los objetivos del milenio a finales de 2015, Naciones Unidas presentó los nuevos objetivos de desarrollo sostenible (ODS), los cuales comprometen a los países y actores sociales a trabajar en los siguientes 17 objetivos9:
1. Fin de la pobreza
2. Hambre cero
3. Salud y bienestar
4. Educación de calidad
5. Igualdad de género
6. Agua limpia y saneamiento
7. Energía asequible y no contaminante
8. Trabajo decente y crecimiento económico
9. Industria, innovación e infraestructuras
10. Reducción de las desigualdades
11. Ciudades y comunidades sostenibles
12. Producción y consumo responsable
13. Acción por el clima
14. Vida submarina
15. Vida de ecosistemas terrestres
16. Paz, justicia e instituciones sólidas
17. Alianzas para lograr los objetivos
Los ODS también son considerados como estándares de responsabilidad social puesto que instan a las empresas y organizaciones de todos los sectores del mundo a comprometerse por mejorar la calidad de vida de las personas que habitan en el mundo.
c. Indicadores Ethos
Los indicadores Ethos forman parte de un proyecto del Programa Latinoamericano de Responsabilidad Social Empresarial (Plarse) (http://www.cecodes.org.co/index.php/beneficios/plarse.html). Son una herramienta de autoaprendizaje, sensibilización, evaluación y seguimiento de la responsabilidad social para las empresas con fines o sin fines de lucro que deseen incorporar la responsabilidad social en su planeamiento estratégico.
Los indicadores fueron creados por el Instituto Ethos Empresarial10 de Brasil, y sirven de modelo para otras organizaciones de Latinoamérica. Esta herramienta ha sido formulada de modo tal que contemplen los aspectos comunes a la gestión de la responsabilidad social en el contexto latinoamericano. El objetivo de los indicadores Ethos es que las empresas se autoevalúen e identifiquen el comportamiento que tienen con cada uno de sus grupos de interés. Ethos ha sido creado para medir los avances y las mejoras en materia de responsabilidad social.
Los indicadores Ethos evalúan el comportamiento de la empresa con respecto a los siete grupos de interés básicos, mediante el uso de los siguientes indicadores:
– Valores, transparencia y gobierno corporativo
Autorregulación de la conducta
Relaciones transparentes con la sociedad
– Público interno
Diálogo y participación
Respeto al individuo
Trabajo decente
– Medioambiente
Responsabilidad frente a las generaciones futuras
Gerenciamiento del impacto ambiental
– Proveedores
Selección, evaluación y alianza con proveedores
– Consumidores y clientes
Dimensión social del consumo
– Comunidad
Relaciones con la comunidad local
Acción social
– Gobierno y sociedad
Transparencia política
Liderazgo social
Los indicadores Ethos comprenden una clasificación con cuatro etapas. En la siguiente figura, se describe las características de cada etapa:
La metodología Ethos permite a la empresa conocer los avances registrados respecto al comportamiento socialmente responsable con sus grupos de interés. Según este autodiagnóstico, la empresa podrá determinar su grado de maduración en la implementación de acciones y prácticas de responsabilidad social.
La organización Perú 202111 adaptó la metodología original del Instituto Ethos y creó los indicadores Ethos-Perú 2021, que son utilizados por las empresas y organizaciones en Perú. El documento puede ser descargado gratuitamente de la página web de la organización: www.peru2021.org.
d. Libro verde de la Comisión Europea para la responsabilidad social
El Libro verde de la Comisión Europea es un precedente importante del concepto de responsabilidad social. Fue presentado el 18 de julio de 2001 (http://eur-lex.europa.eu/legal-content/ES/TXT/PDF/?uri=CELEX:52001DC0366&from=ES.), con el objetivo de fomentar un marco europeo para la responsabilidad social de las empresas, estimular el debate sobre el concepto de estay definir un marco europeo para su difusión.
El Libro verde de la Comisión Europea define la responsabilidad social como “la integración voluntaria, por parte de las empresas, de las preocupaciones sociales y medioambientales en sus operaciones comerciales y en sus relaciones con todos sus interlocutores” (2001, apartado 20).
Este documento incorpora algunos conceptos, reflexiones y recomendaciones para que las empresas tengan un mejor desempeño interno y externo. Entre las ideas más relevantes están la importancia del diálogo con los grupos de interés, el apoyo y coherencia a los acuerdos internacionales y la utilización de la triple cuenta de resultados o triple balance.
Las principales temáticas que este documento señala en torno a la gestión interna de la empresa están relacionadas con la gestión de recursos humanos, el cuidado por la seguridad en el trabajo, la adaptación al cambio, la gestión del impacto ambiental, etc. Entre los aspectos externos destacan las relaciones con las comunidades locales, socios comerciales, proveedores, consumidores, derechos humanos, entre otros.
En 2013, se presentó un nuevo Libro verde, denominado Un marco para las políticas de clima y energía en 2030. Tal como menciona su título, el libro promueve el cuidado y la protección del medioambiente y destaca el rol que deben asumir las empresas en el tema. Este libro es el resultado de reflexiones sobre problemas mundiales actuales, como el cambio climático y la falta de un marco regulatorio a nivel mundial.
e. Principios corporativos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE)
La OCDE (http://www.oecd.org/) fue fundada en 1961. Es un foro único donde los Gobiernos de 34 países trabajan juntos para enfrentar los desafíos económicos, sociales y ambientales de la globalización, en cooperación con muchas otras economías. Tiene como misión promover políticas de carácter económico a nivel mundial. Uno de estos desafíos es la promoción del buen gobierno corporativo (BGC).
La OCDE emitió en 1999 y publicó en 2004 los Principios de gobierno corporativo. El documento se ha convertido en referencia para responsables políticos, inversores, empresas y otras partes interesadas. El foro sobre estabilidad financiera12 ha calificado los principios como una de las doce normas fundamentales que garantizan un sistema financiero sano. También constituyen la base de un extenso programa de cooperación entre la OCDE y los países que pertenecen a ella, a la vez que sirven de apoyo al componente de gobierno corporativo de los Informes sobre la observancia de códigos y normas (ROSC, por sus siglas en inglés, Report on the Observance of Standards and Codes) del Banco Mundial/FMI.
Los principios de la OCDE contemplan los siguientes aspectos del gobierno corporativo:
– Proteger los derechos de accionistas.
– Asegurar el tratamiento equitativo para todos los accionistas, incluyendo a los minoritarios y a los extranjeros.
– Asegurar que todos los accionistas tengan la oportunidad de obtener una efectiva reparación de los daños por la violación de sus derechos.
– Reconocer los derechos de terceras partes interesadas y promover una cooperación activa entre ellas y las sociedades en la creación de riqueza, generación de empleos y logro de empresas financieras sustentables.
– Asegurar que haya una relación adecuada y a tiempo de todos los asuntos relevantes de la empresa, incluyendo la situación financiera, su desempeño, la tenencia accionaria y su administración.
– Asegurar la guía estratégica de la compañía, el seguimiento efectivo del equipo de dirección por el consejo de administración y las responsabilidades con sus accionistas.
La OCDE también ha desarrollado las directrices o el protocolo sobre el efecto invernadero13 presentado en el 2008. Este documento hace un llamado a las empresas para que tomen conciencia del problema y adopten acciones en torno a su protección.
f. La Social Accountability 8000
La Social Accountability 8000 o SA 8000 se creó en 1997, y es una norma internacional laboral certificable que se basa en el cumplimiento de las condiciones de trabajo de la Organización Internacional del Trabajo, OIT (http://www.ilo.org/public/spanish/index.htm). En los países donde la norma no es certificable, es decir de uso obligatorio, se le considera como un indicador de gestión de responsabilidad social.
La SA 8000 fue creada por la Social Accountability Internacional (SAI)14, con el fin de ayudar a las empresas a desarrollar y gestionar sistemas de responsabilidad social en instalaciones propias o de proveedores. Esta norma es un sistema de verificación cuyo objetivo es promover la mejora continua de las condiciones en el lugar de trabajo de las empresas alrededor del mundo.
La norma SA 8000, en la lógica de su vinculación ideológica a las convenciones de la OIT, se centra en el análisis de los siguientes aspectos:
– Trabajo infantil
– Trabajos forzados
– Seguridad e higiene en el trabajo
– Libertad de asociación y derecho a la negociación colectiva
– Discriminación laboral
– Medidas disciplinarias
– Horario laboral (máximo 48 horas)
– Remuneración
– Sistemas de gestión, incluido el control de proveedores y subcontratistas (que deberían cumplir con los mismos estándares)
g. Global Reporting Initiative
La Global Reporting Initiative (GRI) o Iniciativa de Reporte Global (https://www.globalreporting.org/Pages/default.aspx) es una organización independiente sin fines de lucro que se fundó en 1997, y tiene su sede en Ámsterdam, Holanda.
La GRI es mundialmente reconocida por ser pionera en generar indicadores que ayudan al desarrollo de los reportes de sostenibilidad o balance sociales para las empresas. En 2002, presentó un documento denominado Guía para la elaboración de memorias de sostenibilidad del GRI. Esta metodología es la más utilizada por numerosas empresas en el mundo. En este documento, se menciona que la construcción de una memoria de sostenibilidad comprende la medición, divulgación y rendición de cuentas frente a grupos de interés internos y externos, en relación con el desempeño de la organización. La guía del GRI se maneja en tres grandes indicadores que corresponden al triple balance: indicadores de tipo social, medioambiental y económico.
El objetivo de un reporte de sostenibilidad es proporcionar una imagen equilibrada y razonable del desempeño de una empresa en materia de responsabilidad social o sostenibilidad, que incluye tanto las contribuciones positivas como negativas que la empresa realiza a sus grupos de interés.
El principal aporte que ha realizado la GRI a la sociedad son los indicadores de responsabilidad social, herramienta de gran utilidad para grandes, medianas y pequeñas empresas, entidades públicas, organismos no gubernamentales, entre otros tipos de organizaciones. Debido a su rigurosidad, los indicadores GRI son una valiosa herramienta estratégica de medición de gestión que ayuda a que las organizaciones articulen su visión, objetivos y logros, reorientando sus esfuerzos y actividades hacia la correcta relación con sus grupos de interés.
Los indicadores GRI presentan setenta preguntas, cada una con indicadores. Estas preguntas están divididas en rubros que corresponden a los siguientes temas: desarrollo ambiental (treinta preguntas), desarrollo social (catorce preguntas), derechos humanos (nueve preguntas), desempeño social (ocho preguntas) y responsabilidad sobre productos (nueve preguntas).
La GRI es una metodología que permite evaluar el buen ejercicio de la responsabilidad social empresarial. Cada vez hay más empresas que elaboran su reporte de sostenibilidad utilizando los indicadores GRI.
Para el caso de las empresas de comunicación, el GRI ha presentado una edición especial de indicadores complementarios, referidos a los siguientes temas: libertad de expresión, información y educación, pluralismo y diversidad, interacción, concientización sobre la sostenibilidad, la “huella cerebral”15 producida por los medios o el impacto de los contenidos en la sociedad.
Los indicadores GRI tienen en su historia varias versiones. En agosto de 2013 se lanzó la versión G4, con un total de 81 indicadores de gestión, divididos en cuatro dimensiones: económica, ambiental, derechos huma-nos y prácticas laborales. Hasta el 31 de diciembre de 2015, las empresas podían reportar en el G3, pero desde el 2016, deberán hacerlo en el G4.
h. Norma ISO 26000
La ISO es una organización presente en 163 países del mundo, industrializados, en desarrollo y en transición. Cuenta con un portafolio de más de 18 400 normas que proveen a las empresas, el Gobierno y la sociedad, herramientas prácticas en las tres dimensiones del desarrollo sostenible: económica, ambiental y social. Las normas ISO se describen como instrumentos que contribuyen con el buen desempeño de las empresas en el mundo. Ellas facilitan el comercio, la difusión del conocimiento y de avances innovadores en tecnología, además, comparten prácticas de buena gestión y evaluación de conformidades.
Las normas desarrolladas por la ISO aportan soluciones y logran beneficios para casi todos los sectores de actividad, incluyendo agricultura, construcción, ingeniería mecánica, manufactura, distribución, transporte, dispositivos médicos, tecnologías de información y comunicación, medioambiente, energía, gestión de la calidad, evaluación de conformidades y servicios.
Estas normas son elaboradas por expertos de los sectores industrial, técnico y de negocios, quienes provienen de diversos ámbitos de la sociedad, como agencias gubernamentales, laboratorios de pruebas, asociaciones de consumidores, académicos y organizaciones internacionales gubernamentales y no gubernamentales.
La ISO 26000, o la ISO de la responsabilidad social, es una norma no certificable16 y, a su vez, una guía sobre responsabilidad social que puede ser utilizada por organizaciones de todo tipo, tanto del sector público como privado, en los países desarrollados y en desarrollo, así como en las economías en transición. El objetivo de este documento es ayudar a las empresas y organizaciones a operar de manera socialmente responsable. La norma fue elaborada por especialistas de distintos sectores de interés (Gobierno, industria, trabajadores, ONG, consumidores, entre otros). En Perú se estableció un comité espejo para la ISO 26000, integrado por profesionales expertos en variadas materias y representantes de diversos sectores. La organización de este grupo de trabajo estuvo en manos de ejecutivos del Instituto Nacional de Defensa de la Competencia y de la Protección de la Propiedad Intelectual (Indecopi, www.indecopi.gob.pe).
La ISO 26000 fue presentada en noviembre de 2010 y está organizada en siete materias fundamentales que corresponden a las relaciones que establecen la empresa u organización con sus grupos de interés. En la figura siguiente se observan las siete materias fundamentales desarrolladas por la ISO 26000.
Las siete materias propuestas por la ISO 26000 corresponden con el comportamiento socialmente responsable que se espera de la empresa con sus siete principales grupos de interés. La gobernanza organizacional, ubicada al centro de la figura, señala la importancia que tiene para la empresa la adecuada gestión ética y de gobierno corporativo, actividad que está en manos de los accionistas y directivos de la empresa.
Un segundo tema se refiere a las prácticas laborales de la empresa, lo que implica la realización de prácticas éticas y en beneficio de los trabajadores. Las cuales no solo están referidas al cumplimiento de la ley sino también a la realización de acciones que vayan más allá de ello. Un tercer ámbito se refiere a las prácticas justas de operación que se explican a partir de un buen trato a los proveedores y trabajadores, lo cual implica seguridad en las labores diarias, capacitaciones y precios justos a los proveedores.
Un cuarto asunto se refiere a temas de consumidores, lo cual incluye el cuidado que la empresa debe realizar en la producción de productos y servicios, así como la adecuada atención a clientes y consumidores. Un quinto tema aborda el cuidado del medioambiente, que se explica mediante la necesidad de la empresa por preservarlo dentro de su cadena de producción o el ejercicio de su actividad diaria.
El desarrollo e involucramiento de la comunidad, sexto tema, implica la necesidad que tienen las empresas de involucrar a los miembros de su comunidad más cercana en acciones que contribuyan en la mejora de su calidad de vida, lo cual puede incluir ofrecerles trabajo, por ejemplo. Finalmente, la responsabilidad social contempla el respeto de los derechos humanos de todas las personas o grupos de interés que tengan relaciones con la empresa.
También, la ISO 26000 (2010) tiene descritos siete principios de responsabilidad social, los cuales acompañan las siete materias fundamentales: rendición de cuentas (impactos que genera una organización en la sociedad, el medioambiente y la economía), transparencia (en las decisiones y actividades que impactan en la sociedad y el medioambiente), respeto a los intereses de las partes (una organización debería respetar, considerar y responder a los intereses de las partes interesadas), comportamiento ético, respeto al principio de la legalidad, respeto a la normativa internacional de comportamiento y respeto a los derechos humanos.
Luego de la revisión de estos principios y normas de responsabilidad social puestas en marcha por las empresas y organizaciones destacamos cinco ámbitos comunes que se repiten en dichos documentos, los cuales delinean las acciones básicas a tener en cuenta por una empresa u organización que desee tener un comportamiento socialmente responsable.
1. Desarrollo de políticas y prácticas de buen gobierno corporativo, basadas en la ética y el respeto a los grupos de interés.
2. Preocupación de la empresa por su entorno social y cuidado del medioambiente.
3. Prácticas justas de operación que respeten a los grupos de interés y los derechos humanos.
4. Propiciar buenas relaciones y comunicación con los grupos de interés.
5. Preocupación por temáticas de interés mundial, como contribuir directa o indirectamente en la superación de pobreza, la lucha contra el trabajo infantil, la prevención de enfermedades, la lucha contra la discriminación, etc.
1.3 Condiciones para su ejercicio
La responsabilidad social tiene su base en el cumplimiento de condiciones que permiten o hacen posible su gestión en cualquier empresa u organización, independientemente de su modelo de gestión económico o tamaño. La responsabilidad social se pone en práctica cuando las organizaciones buscan el desarrollo sostenible o sostenibilidad17 en su gestión diaria, la cual se evidencia en un comportamiento coherente y responsable con todos sus grupos de interés.
De acuerdo con lo estudiado, existen cuatro condiciones básicas para la implementación de políticas y prácticas de responsabilidad social en las organizaciones y empresas: el triple balance, la solidez de un buen gobierno corporativo, la búsqueda de la sostenibilidad o desarrollo sostenible y la adecuada comunicación y transparencia de la empresa/organización con sus grupos de interés.
A continuación, se describen las cuatro condiciones, destacando la importancia de cada una de ellas.
a. Triple balance de resultados o triple bottom line
El concepto fue definido por John Elkington18, en 1994, para referirse a la coherencia y equidad que necesita existir en las relaciones que establecen las empresas y organizaciones con su entorno, es decir, con la sociedad y con sus grupos de interés. Estas relaciones, explica el autor, se basan en la búsqueda y equilibrio de tres aspectos básicos: lo social, lo medioambiental y lo económico. El triple balance o el triple bottom line se justifica indicando que ninguna empresa obtiene un desarrollo económico si conjuntamente no cuida también el desarrollo medioambiental y social de su entorno.
b. Gobierno corporativo (GC)
Se refiere al conjunto de principios y normas que regulan el diseño, integración y funcionamiento de los órganos de gobierno de la empresa, como son los tres poderes dentro de una sociedad: los accionistas, el directorio y la alta administración.
El GC consiste en un conjunto de políticas que las empresas deciden adoptar y respetar en su funcionamiento y comportamiento diario hacia los grupos de interés. Evidencia la necesidad que tienen las empresas y organizaciones de contar con directivos y gerentes de un impecable comportamiento ético. Pérez (2009) señala, al respecto, la evolución que ha tenido la incorporación del gobierno corporativo.
Entre los cambios que surgieron a finales del siglo XX y comienzos del XXI, y en particular a raíz de la publicación por parte de la Comisión Europea de 2003 del Plan de Acción para la modernización del derecho de sociedades, encontramos también mayores demandas de transparencia y responsabilidad social de los agentes que intervienen en el gobierno de las empresas. (p. 28)
Después del conocido escándalo financiero de la empresa Enron19, que ocasionó un fuerte impacto en los mercados financieros en Estados Unidos, se inició un debate sobre la transcendencia que tiene la gestión del gobierno corporativo en las empresas y el rol que desempeñan los directivos. Así se creó el concepto del buen gobierno corporativo (BGC) descrito por primera vez en el Informe Cadbury20, con el objetivo de orientar a las empresas y directivos en la búsqueda de una gestión empresarial ética y transparente, así como a la creación y cumplimiento de valores corporativos.