Kitabı oku: «5 años», sayfa 3
Camila
Esto es difícil de explicar, y la segunda parte es más dolorosa, debo admitir que aún veo sus fotos, de hecho, lo hice recién para torturar mi mente un rato antes de escribir. Al igual que con otra mujer que veremos más adelante de similares características, también sueño con un reencuentro, supongo que aún me gusta, pero su frialdad es terrible y como ya verán más adelante cuando algo no le importa simplemente lo deja atrás, y aunque tengo muchas dudas al parecer, nunca me vio como yo la terminé viendo.
Partamos por lo básico, ella es delgada, de ojos café, muy linda, definitivamente la más linda de esta historia, cabello castaño, labios delgados y una sonrisa encantadora, una voz suave y un hijo, hace poco se graduó de kínder, pero en ese entonces todavía andaba en pañales, también una hermana, igual de hermosa, y una maravillosa familia, en esa casa se nota que hay amor. Si bien era inteligente su hermana lo es aún más.
Mientras todavía estaba en Santiago, la llamé mientras caminaba por Providencia, estaba solo y perdido y hablamos como media hora, después de eso no hablaríamos hasta que estuviera en Arica, de nuevo como a principios de febrero, antes de eso le había mandado un par de mensajes.
Una vez en Arica volvería a hablar, quería juntarme con ella y la Sandra para saber cómo estaban. En esa conversación me contaría que terminó con el pololo30, que estaba mal, que había llorado mucho, era el padre de su hijo y su única pareja hasta ese momento, y estaba preocupada por su hijo.
Después volveríamos a wassapear31 (o como se escriba) un día en medio del festival de viña, estaba cantando Romeo Santos, yo estaba con mis compañeros conversando en la compañía y al mismo tiempo respondiendo sus mensajes; en un momento, no recuerdo cómo llegó el tema a nuestra conversación, pero le dije lo fuerte que era, lo buena madre y cuánto adoraba a su hijo, en fin, las cosas que veía de su persona, su yo interior, a lo cual ella reaccionó con una carita sonrojada y un gracias. De pronto caerían los tonos, un rescate vehicular, dejé de mandar mensajes y fuimos en el carro al rescate, un tipo curao32 habría colisionado con otro vehículo en un cruce, luego habría bajado del vehículo y corrió hasta tropezar con la cuneta y se rompió la cabeza al caer, fue complicado, pero una emergencia rápida. Al volver le escribiría pidiéndole disculpas por no contestar y explicándole lo que pasó, me respondió diciendo – cuenta, cuenta, qué pasó -.
No le insistiría en vernos ya que la Sandra estaba trabajando, eso sí hablamos una vez más, yo aún no me matriculaba en la U y creía que tenía una semana más, era un jueves recuerdo y me dijo que debía hacerlo a más tardar mañana, yo le dije —no importa, todavía tenemos la semana 0, aún hay tiempo—. A lo que ella respondió —esta es la semana 0—. Quedé helado, al cabo de un rato agregó —que pavo33—. En pocas palabras tenía hasta mañana para matricularme, el problema es que las cosas con mi madre no estaban mejor, al final del año pasado nos habíamos cambiado de casa y si bien era más humilde, tenía 2 habitaciones, algo que la anterior no. La cosa es que peleados y todo fuimos a matricularme, mi madre aún no tenía trabajo, yo ya estaba pensado en congelar la carrera y encontrar laburo. Durante ese fin de semana (tal vez otro día) a la Cami se le enfermaría el hijo, yo solo le escribí —Si es la mitad de fuerte que tú, estará bien—.
Pasaría el fin de semana y tendría que ir a la U, veía muchas caras nuevas, demasiadas, bueno la razón es que éramos 2 cursos de la carrera y ya que se habían ido por ambos cursos varias personas, bueno nos juntaron. Se acuerdan de la mujer que me miró mientras me matriculaba el semestre anterior, sí, la del capítulo anterior, bueno ahí estaba, era del otro curso, ahora íbamos a ser compañeros. Su nombre Isabel, mismo nombre que la hermana de la Cami.
La Paula era mi amiga y sabía que estaba pololeando34 pero sería en esos primeros días en que me diría quien era su pololo35, su nombre era Marcos, era súper simpático, para algunos algo barza36, el tema es que él era muy cercano supuestamente a la Isabel, la que me miraba, de quién aún no sabía su nombre, en ese entonces.
Durante la primera semana de clases se celebraría la fiesta de bienvenida de la universidad en la discoteque Soho, ubicada en la playa Chinchorro de la ciudad, había que pedir la entrada en la dirección de asuntos estudiantiles de la universidad, ahí ella conocería al José quien estudiaba la misma carrera que nosotros, pero en la mañana, y lo encontraría muy guapo, ese día no entregarían las entradas. Pasarían 2 días para que las entregaran y el tipo le entregaría 2 entradas extras para que fuera con sus amigas, de paso intercambiaron números de celular, ella estaba entusiasmada con este tipo. Ese día mientras hablábamos como de costumbre camino a casa ella me contó eso y yo le pregunté algo serio —y ¿hay onda?37—. Dejó de estar tan entusiasmada y cambió a una voz más seria y me respondió —No—.
Ella iría a la fiesta mientras yo estaba en la guardia (pude pedir reemplazo, pero la mayoría de mis amigos estaban estudiando en la misma universidad y no se querían perder la fiesta), la triste verdad es que no tenía reemplazo y nunca me gustaron las discoteque. Ella iría con sus amigas; en la fiesta ella vería a su ex bailando con otra. Eso le dolió mucho.
Un día en la segunda semana terminamos antes la primera clase y la mayoría se fue antes, incluyendo a mi grupo de amigos, así que me quedaría conversando con la Cami y su grupo de amigas, si se preguntan por la Sandra se había cambiado a la jornada de la mañana, la siguiente clase no llegaría el profe así que nos fuimos al quiosco de la esquina de la U, la Paula (amiga de ella) sería la primera en irse, luego la Valentina me dejaría solo con la Cami, estábamos aburridos y la siguiente clase era de esos ramos que están para rellenar la carrera. En eso le llega un mensaje de su mamá, era su pequeño hijo diciendo a la cámara del teléfono—Te quiero mamá—. Se fue para atrás con un grito de alegría y gusto, yo también me fui para atrás con una sonrisa en la cara, en eso miró hacia un costado del quiosco y veo que caminando hacia nuestra dirección estaba la Isabel con sus amigos, su cara no era precisamente felicidad, más bien algo le molestaba. Más adelante entenderán que nada de esto tiene sentido, no para mí al menos.
Después de eso la invitaría a comer a un restaurant que quedaba de camino a donde siempre caminábamos, si bien al principio no le gustó la idea al final aceptó y fuimos. Comimos papas fritas con bebida, nos dieron muchas papas, ahí ella se desahogó, principalmente que no lo estaba pasando bien por su rompimiento y que ni la hermana la consolaba, estaba molesta con su actitud, aunque no veía el por qué, traté de apoyarla como amigo que era. Luego me preguntaría por mí y le hablé de la Natalia apenas mencioné su nombre me dijo —¿Por qué? Si ustedes no eran nada—. Es cierto, pero más me llamó la atención su cara, era como si ya lo supiera todo, bueno no era de sorprenderme, ella y la Natalia eran del mismo grupo de amigos. Luego me contó que tuvo una aventura con el Francisco poniéndole los cuernos a su pareja, el Francisco también estaba pololeando38 y al final de la aventura eligió a su pareja y la Cami, bueno, recibió el perdón del ahora ex. Recuerdan la vez que los vi mientras me iba a casa, bueno, en esa época fue, ella que creía que yo ya sabía todo esto, que los había pillado, la verdad es que nunca lo asimilé. Me habló mucho de que se fijaba en cómo eran las personas y que no entendía cómo le pudo poner los cuernos a su pareja con él, yo le creí eso de que miraba corazones y no físico, aunque el Pancho era bastante guapo, su ex pololo39 no lo era, o al menos eso decía toda la U, mucha carne para tan poco gato40.
Después de desahogarnos comenzamos a hablar de cualquier cosa, digamos intereses comunes. No sé por qué o cómo, pero en un momento mientras hablaba no paré de mirarla, mientras apoyaba mi cabeza con una mano cuyo codo estaba apoyado sobre la mesa, la miraba y miraba sin pausa mientras hablaba, yo por mi parte me perdía en sus ojos café, tan envolventes y atrayentes como una trampa endulzada con la más sabrosa miel, como aquello que es tan hermoso como peligroso, no podía voltear la mirada hacia otra parte, era una sensación nueva, más no desconocida, no tenía miedo, al contrario, estaba más seguro que nunca, de mí mismo, de lo que sentía, de lo que quería; en un momento con una sonrisa en la cara me dijo que parara de mirarla, —ok—. Le dije y comencé a mirar a cualquier parte, la pared, el techo, daba igual —pero, cómo—. Me dijo, a lo que respondí —¿Qué? No quieres que te mire y tampoco que mire para otro lado, decídete—. Sólo rió, luego fue al baño, estuvo un rato, luego entré yo y cuando salí nos iríamos, no sin antes dejar propina. Ese día, después de ese cruce de miradas todo cambió.
Al día siguiente que era viernes, no fui a clases porque salió una emergencia mientras almorzaba, un pastizal que rápidamente lo declararon41, estaba solo ya que mi madre se había ido a la ciudad de Alto hospicio a trabajar, no alcancé a llegar al carro que salía así que tuve que esperar a que llegara maquinista para el otro carro, nos subimos y fuimos a la emergencia, en el trayecto me acordé de la U así que llamé a la Cami para que le avisara al profe que llegaría tarde, al contestar me diría —No fui a la U—. Apenas escuchaba, el ruido de la sirena era muy fuerte, —llama a la Valentina—. Me dijo a lo que respondería: —Ya no importa, gracias, chao—. Ese día todo me salió mal, terminé en el hospital con un desgarro en el hombro izquierdo. La llamé esa noche para contarle lo que me había pasado, estaba triste, creí que me alegraría un poco, no fue el caso, hablamos como 1 minuto porque iría a tomar once, no me llamó en todo el fin de semana, hubiera sido un lindo detalle dadas las circunstancias. Además, resulta que a la clase siguiente me preguntaría si noté algo extraño en su voz, le dije que no y me explicó que quien contestó era la hermana, le expliqué que apenas escuchaba por el ruido del carro, ella también lo escuchó ya que estaba al lado del celular. También dijo que se lo habían hecho antes a su ex esa broma y que él si logró reconocer que era la voz de la Isabel.
Llegaríamos a la tercera semana de clases, ese día terminamos la última clase y antes de terminar, de guardar mis cosas, me mira y me dice entusiasmada —vamos—. Le respondí que sí. En todo este tiempo jamás me había dicho eso, siempre nos juntábamos en la puerta de salida y si estaba, bien, y si no bueno, más de una vez me tuve que ir solo porque ya se habían ido. Esa vez se fue al baño, salió algo diferente y nos iríamos. Ese día nos fuimos a la esquina del paradero donde ella tomaba la micro que la dejaba en su casa, la micro estaba llegando y normalmente ella corría tratando de alcanzarla, esa vez la dejó pasar. Conversaríamos bastante ese día mientras esperaba la otra micro que pasara, le conté que había sido seleccionado para hacer el curso PRIMAP en los bomberos, es el curso más difícil de la malla y caería justo para su cumpleaños el jueves, ella se alegró, dijo que su cumpleaños me trajo suerte, ya había ido a buscar el trabajo previo del cual te harían preguntas antes de empezar el curso. Ese día me contaría que se quemó un dedo con la cocina, yo llevaba conmigo una crema para quemaduras, le eché un poco en su mano y se la ofrecería para que se la llevara, pero no quiso.
Al día siguiente, mi madre ya de vuelta y de nuevo cesante tendría una entrevista de trabajo en la tarde, la Sandra me invitaría a almorzar; no fui a la primera clase ese día, ahí le comenté acerca de lo que empezaba a sentir por la Cami. Ella me advirtió que yo no era su tipo, pero aun así continuaría. Ese día saldría un gran incendio, la verdad es que no iría ya que aún estaría con licencia después de mi accidente muscular. Mientras nos íbamos con la Sandra vi a una mina42 a la distancia idéntica a la Cami con otro hombre, yo en ese momento creí que era ella. La única forma de saber si era ella era ver su ropa, era la misma a la distancia, al menos los colores se repetían. Tiempo después la Isabel subiría una foto de esta chica comparándola con la Cami, ni su hijo según sus comentarios en Facebook la reconocería, así de idénticas. La Cami me diría que estaba en clases, pero ya estaba desconfiando. Ese día nos iríamos juntos, mientras ella estaba en el baño, yo aproveché de mojarme el pelo, y de paso llamar a mi madre para preguntarle cómo le había ido en su entrevista, ni siquiera se levantó de la cama, estaba furioso, al menos hay que intentarlo, pensaba, y la cosa era que si esto no mejoraba tendría que dejar todo para trabajar. Estaba tan enojado que no podía pensar y ella me hablaba y hablaba mientras caminábamos. En un momento me detuve, por primera vez en todo este tiempo quedé frente a frente con ella, me miraba con una sonrisa hermosa y unos ojos en los cuales simplemente me perdía, y le dije:
—Mira estoy enojado, no es contigo, pero, simplemente no quiero hacerte daño es todo
—¡Ah! bueno—. Me dijo algo sorprendida y rió.
La verdad es que eso no era necesario, ya que se me pasaría todo al verla a los ojos directamente, sus ojos me calmaron y a la vez me hicieron sentir esa indescriptible sensación de que todo estará bien, sus ojos me dieron la seguridad que mi mente necesitaba. Independiente de eso me pareció extraño el cómo me miraba y la forma en que quedamos frente a frente. Todas esas conclusiones las saqué al momento de llegar a casa. Mientras esperábamos la micro me diría que la crema que le pasé el día anterior le había funcionada súper bien.
Ya era miércoles, de nuevo se iría al baño antes de irnos, esta vez noté qué tenía de diferente, estaba maquillada, todo este tiempo iba al baño a maquillarse. Personalmente me gustan las mujeres solo con la cara lavada, así es mejor opino yo, en fin, ese día mientras caminábamos se me ocurrió decirle lo que pensaba de ella, así que llegamos a un paradero antes de donde ella tomaba la micro y ahí intentaría decir todo. De nuevo quedamos frente a frente, me miraba de la misma forma con la misma sonrisa. El problema fue que una micro se paró ahí y no la dejó escuchar, o eso me dijo. En ese momento pensé que ese no era el momento indicado, que mejor sería decirle todo después de su cumpleaños. Así que continuamos nuestro camino, me avisaría que no iría a clases al día siguiente, yo tampoco la verdad, me quedaría en casa estudiando para la prueba de entrada para el curso de los bomberos. En un momento sin querer se levantó la polera y me dijo:
—No mires.
—Muy tarde— le dije —vi algo rosado… y me gustó—. Agregué.
—Ah, no importa— me dijo —no quería que me vieras las estrías—. Agregó, a mí no importaba eso, una vez ya se las había visto antes y reaccioné mal, le pregunté esa vez:
—¿Qué te pasó?
Y ahí me explicó, bueno mi madre nunca tuvo estrías y era la primera vez que veía a una mujer con ellas. Luego me explicaría que estaba usando una crema para la piel además de un tratamiento, tiempo después ni se le notarían, hasta subiría a su Facebook fotos mostrando su guata43. Esa noche me llamaría la Sandra diciéndome que le hiciéramos un cumpleaños sorpresa a la Cami a lo cual yo aceptaría con muchas dudas, no éramos su grupo de amigos de U con los que siempre se juntaba, ni las amigas que tanto estimaba.
Llegaría el jueves y con ello el cumpleaños de la Cami, me levanté tarde y me puse a estudiar, la verdad es que luego me llamaría la Sandra para decirme que nos juntáramos a las 5, además de pedirme que comprara velas de cumpleaños y un regalo de parte de ella, yo no sabía ni qué regalarle de mi parte y le iba a regalar algo de parte de ella, me sugirió un labial o rush de un color rojo que ya no recuerdo. También le pregunté si había conversado con la mamá o la hermana acerca de esto, y me dijo que no, su idea era simplemente llegar ¿Qué podría salir mal? Pensé irónicamente.
Salí a comprar, fui al supermercado y le compré unos chocolates, al lado había unos de caja de corazón, no los quise llevar, pensé que sería demasiado, compré dos sobres para regalo y después fui a comprar el rush. Estaba nervioso, un miserable chocolate era muy poco, en eso llegó mi mamá y le explicaría la situación, (no le dije lo que había pasado, solo le comenté que me gustaba y que estaba de cumpleaños), y en eso me pasa para regalarle una pequeña caja que dentro contenía un aro solitario bañado en oro, yo estaba impresionado, ¿en qué momento compró eso mi madre? Bueno ahora era mucho regalo pensaba, además que nunca le había visto un aro puesto. Mi madre diría que no importaba que a ella le iba a encantar.
Llegué allá como a las 5 y me encontré con la Sandra quien venía con su pareja, su hijo y una torta. Si son buenos lectores notaron algo extraño en el párrafo anterior, así es, con los nervios se me olvidó comprar las velas, si no lo notaron empiecen a leer más, les falta comprensión lectora. El pololo44 de la Sandra tuvo que ir a comprarlas con éxito antes de irse. Llegamos a la casa de la Cami y ella no estaba. En cambio, estaba su mamá, su papá y la hermana. Nos saludaron muy cordialmente, apenas llegué sonó muy fuerte mi radio, una emergencia un pastizal al cual no iría, tenía curso no podía faltar por una emergencia, también había campañas económicas de donación para la gente afectada por las inundaciones en la cuarta región. La hermana estaba haciendo roscas, cuando preguntamos por la Cami su madre nos diría que fue a buscar su regalo sin decir nada más. Me puse a conversar con la Isabel frente a su madre, me empezó a hablar acerca de los bomberos y la vocación que se necesita, yo en cambio le dije que también se necesita mucha vocación para estudiar lo que ella estudiaba (Pedagogía en Lenguaje para enseñanza media), la verdad es que eso es algo que yo no podría hacer. Luego empezaría a hablar de que en la biblioteca de la universidad donde ella estudiaba se había descompuesto el aire acondicionado, todo bien hasta ahí, hasta que traté de hacerme el simpático y le dije —bueno y ¿qué quieres? Estar en una hamaca mientras que dos negros te abaniquen—. Debí cerrar la boca, tengo talento para arruinar las cosas la verdad. Con la persona que mejor debía llevarme ahora lo había arruinado, pensaba.
Salí afuera un rato, a fumar y hablar por celular ya que me acordé que no había llevado el trabajo previo, me contestó el Martín que era instructor de ese curso y confirmó mi mayor miedo, el trabajo previo se llevaba, solo para saber que lo habías hecho, de ahí sacarían las 10 preguntas que te harían, una interrogación oral con la premisa, sabe o no sabe. Tuve que devolverme a encontrarlo y cuando regresé a la casa de la Cami, ella ya estaba allí, la saludé y le deseé un feliz cumpleaños. Luego de conversar un rato se puso a jugar con su hijo con una pelota, luego se puso a bailar con él, luego lo dejaría un rato, intenté jugar con él, pero no era lo mismo que con la hija de la Natalia, otra cosa que hacía el pequeño era lanzar los juguetes, bueno yo también lo hice a su edad. La Isabel abrazaba mucho al niño, eran felices la verdad, como dije antes, en esa casa se nota que hay mucho amor.
Estaba bien hasta que dieron las 8, a las 8:30 comenzaba el curso, que por suerte iba a hacerse cerca de donde me encontraba así que tuve que empezar a despedirme. Ya estaba en la puerta con la Cami cuando aparece su mamá y le dice frente a mí —oye, este niñito se va y no hemos cantado cumpleaños feliz—. Y ahí la Cami le explica que yo no me podía quedar más tiempo ya que tenía un curso que hacer.—Bueno, despídanse—. Dijo antes de irse, y quedé solo con la Cami en la reja de su casa. En ese momento comenzamos a hablar un rato deseándonos lo mejor para lo que venía, en un momento le dije que tenía un vodka negro en la casa, un trago que a los dos nos gusta, que tal si al final del curso el domingo lo abrimos para celebrar o pasar las penas. Puso mala cara y dijo que no en seco y siguió deseándome lo mejor. Me fui y llegué bien a mi curso el cual a esa primera prueba de entrada aprobé, algo que no todos hicieron.
Esa noche en la guardia me llegaron 2 mensajes, uno diciendo —gracias por el regalo—. Y el segundo decía: —pero, quieres que engorde—. Al día siguiente casi no hablamos, ella se veía muy hermosa con un vestido negro ajustado, me tomó tiempo darme cuenta que las amigas estaban vestidas de manera similar. Durante un recreo, yo estaba bajando la escalera que da la vista hacia la calle, ella con sus amigas iban pasando y me quedó mirando de una forma extraña, una mirada que había visto muchas veces en mi vida, algo así como una mirada piadosa. Al terminar la clase me dijo que la venía a buscar la mamá así que me fuera solo no más. Al llegar a la casa pensé que estaba vestida ella y sus amigas como para ir a la disco.
Llegaría el sábado, el día anterior después de clases, curso y ahora todo el sábado más curso de bomberos, llevaba todas las lecciones aprobadas exceptuando la última, me dirían el resultado al día siguiente, quedaban aún los dos casos prácticos, todo iba bien así que llamé a la Sandra para preguntarle qué se dijo de mí cuando me fui. Fue muy honesta
—La tienes difícil —me explicó: —en un momento la Isabel se quemó con la cocina y dijeron que a ella no la jotea45 un bombero, pero no de mala forma, si no que la familia sabía y estaba bien.
—Eso está mal—. Le dije.
—Sí —me respondió.
—Me tienen que odiar—. Le agregué.
—Exacto, así funcionamos las mujeres—. Me corroboró.
También me explicó que la hermana le encantó el aro, más la Cami no lo pescó46. Para más remate, el tipo que trabajaba en la universidad la llamó para desearle feliz cumpleaños y ella se emocionó (cuando escuché eso entendí que fue a la fiesta). El tal José, años después pasaría a ser compañero mío en la compañía, quien lo diría.
Llamé a la Cami también para saber cómo lo había pasado, todo fue muy familiar, no le quise preguntar a donde había ido el día anterior, pero sí le pregunté si alguien más fue a su fiesta y me dijo que no.
Ya era domingo y algo desanimado me enteré que había reprobado la última lección, así que tendría que poner doble esfuerzo en los casos para aprobar. Me iría peor, reprobé mi curso.
El lunes era otro día, mi madre me daría ánimos y me animaría a preguntarle a la Cami si ella sentía lo mismo que yo. Ese día nos iríamos juntos como de costumbre, esta vez por el camino largo, caminamos bastante y me explicaría que gran parte de sus tíos vivían cerca de ella, yo por mi parte le contaría cosas que me enteré acerca de la compañía que eran muy chistosas, llegamos a la esquina y ahí le pregunté si podíamos ser algo más que amigos, con una sonrisa en la cara me dijo —no, solo seamos amigos—. A pesar de eso insistiría, y ella me diría —Sigue apoyándome, pero como amigo—.
Al día siguiente, a la hora de irnos, llamó a un amigo y le dijo que se iría con él, quería acompañarlos, pero cuando apareció le dijo que tenía clase, pero aun así la acompañaría. Ese día simplemente me fui dando cuenta que ella quería evitarme. Pasaría lo mismo al día siguiente, me dijo que estaba esperando a un amigo que aún no llegaba, cuando me iba vi pasar al Pancho, sí, el mismo con el que tuvo una aventura. Ya al siguiente día yo llevaba un chocolate para ella, pero ella estaba esperando a su ex y se iría con él y conmigo, estaba tan preocupada porque el ex no aparecía que me di por vencido. Al mes volvería a tener una relación con él, hasta irían a Tacna la ciudad vecina en Perú para retomar su relación, y no nos iríamos juntos hasta que esta relación se acabara un año después, cuando él la dejara por otra mujer.
Cuando le conté esto a la Sandra me dijo:
—Yo te advertí que no eras su tipo—. Y le contesté:
—Debiste estar ahí cuando me miraba y la forma en que lo hacía.
—Te demoraste mucho entonces—. Agregó.
Tenía razón.
Lo único bueno de esa semana fue que mi madre encontraría trabajo. Quiero pensar que aún estaba en su corazón el padre de su hijo y por eso lo eligió, más adelante te darás cuenta que este no es el final, es sólo la mitad de la historia y respecto a la botella de vodka, me la tuve que beber solo.
30 Pololo o polola: Pareja hombre o mujer según corresponda.
31 Wassapear: Escribir un texto en la aplicación WhatsAapp
32 Curao: Ebrio
33 Pavo: Despistado
34 Pololeando: Acción de estar en un noviazgo.
35 Pololo o polola: Pareja hombre o mujer según corresponda.
36 Barza: Persona que excede la confianza entregada.
37 ¿Hay onda?: ¿Hay química entre ustedes?
38 Pololeando: Acción de estar en un noviazgo.
39 Ex pololo: Ex pareja.
40 Mucha carne para tan poco gato: Cuando algo es demasiado bueno para alguien que no lo merece o no está a la altura.
41 Declararon: Al declarar una emergencia, los bomberos alertan a sus compañeros de toda la ciudad que esta es grande y necesitan más apoyo.
42 Mina: Mujer.
43 Guata: Parte delantera del cuerpo donde se encuentra el ombligo.
44 Pololo o polola: Pareja hombre o mujer según corresponda.
45 Jotear: Seducir o tratar de seducir.
46 Pescó: Tomó en cuenta.