Kitabı oku: «Exilium», sayfa 10
SE TRATA DE UNA LECCIÓN
de tinieblas,
de una estela sonora
que hace antiguo
a lo antiguo.
Cada criatura es un folio.
Cada folio un verbo
que se conjuga
en acusativo.
Se incinera el mundo,
entra en la noche que era
mañana adentro.
¡Larga vida a lo efímero!
¡Larga boca
a aquello que no cesa
de dormirse como un niño!
¿EN QUÉ SE PARECE
una frase que vuela
a un pájaro, por una vez,
no escrito?
Malentendido
de la Naturaleza
:
no es lo mismo
atravesar el cielo
que un énfasis triste,
con o sin mayúsculas.
Sílabas.
Actos transitorios.
Intimidad sin roce.
La música pertenece
solo a la música.
Esa orfandad,
por toda semilla.
TAL VEZ POR ESO
llamamos todo
al todo
de un fragmento,
dolor exquisito
a hilvanes tenaces
en el leve coro
de las incoherencias.
Mueren por existir
las palabras:
fraguan,
están fraguando
nichos
de
cuerpo
presente.
DONDE TAL VEZ SEREMOS
eso que ya somos,
persiste la nostalgia
de las cacerías.
¿A qué se debe
tanta prepotencia?
Los parlamentos del coro
dicen cosas letradas
que no persuaden.
Así se atraviesa
el desierto:
con grande miedo.
Una especie de hambre
de libro a libro
de
libro
a
libro
Y BIEN,
eso era todo:
Morder las noches
contradictorias,
tolerar que nos pese
la carne triste,
esa impureza que sueña
sin referentes.
No se viaja a una isla
para encontrar un tesoro.
Se viaja
para enterrarlo.
Con un poco de suerte,
aparece una huella.
Se ilumina de inmenso
un mundo absconditus.
¿CUÁNTO ES NADA?
preguntan perplejas
las nueve bocas
del cuerpo.
La respuesta
no llega.
Ni siquiera un furgón
de cadáveres
vivos
en una eternidad
endurecida.
En el cielo
se desnuda una
sombra.
El pudor
la
cubre
indiscretamente.