Kitabı oku: «Exilium», sayfa 3
DE ALGUNA,
de ninguna parte,
llega un abandono
que se llama
a silencio,
a vocal entrada
en vértices fonéticos
que se están
desnudos.
Voz olvidada
al fondo
de la voz
que quiere volver
a siempre,
a lo que es está bien,
a mañana que asciende
–por fin–
a ningún agravio,
ninguna pregunta.
SIN ESO QUE,
imaginariamente
nos alberga,
la partitura no sería,
no se amarían por dentro
las notas de agua,
buscándose el brillo
en la caverna, la cercanía
en su espina de exilio.
De aquí a lejos,
de lejos a más,
solo andaría la noche,
desapacible.
A esto lo llamamos
epistemología
del no saber.
Serie clandestina,
de un azul joven,
por donde anda Dios.
Y HE AQUÍ
que, en lugar de palabras,
llegan noticias
de asentimiento
,
testimonios que traen,
sin causa y con causa,
un salmo
a favor de la errancia
.
Tumba y jardín de
motines
para un concierto de
alrededor y luz y
mundo
.
Se escuchan fuegos
analfabetos
:
sapiencia pura.
NADA ESPERES
de las cosas
mortales.
Nada
de las inmortales.
Apenas
–quizá–
un recuerdo
sin recuerdo.
La biografía
de un vestigio
de la deficiencia.
Fuera de eso,
los sustos infantiles,
sus lobos
en la declinación de un bosque
alto y de ojos díscolos.
OBJETOS INDEBIDOS
en el kiosco del
cielo.
Es Eros,
irresistible bicho,
alzado
en una frase
obscena.
He aquí
un buen barullo,
una pequeña danza
en el vacío delicioso.
Nada
como una música
que no se
puede
toca
r
.
PARA DECIR QUE SÍ
hay que decir que
sí.
Algunas
conclusiones
siguen.
Tamaña algarabía.
Al costado
de un trovador dormido,
trenzándose
en sintagmas
de ríos aéreos,
unos cuantos
niños
de oraciones
blancas.