Kitabı oku: «Camino al Armagedón», sayfa 3
Capítulo 3
Cómo comenzó el reino de las tinieblas – Parte 1
Los adventistas tenemos dos fuentes de información, que aceptamos como inspiradas, sobre las cuales basamos nuestras enseñanzas. La fuente principal es la Biblia. Es la base de nuestras 28 creencias fundamentales.13
Si lee esas creencias, encontrará solo textos bíblicos para respaldarlas, nunca una cita de Elena de White. Sin embargo, creemos que Elena de White fue inspirada por Dios en lo que escribió, y por lo tanto, para nosotros, sus escritos constituyen una fuente secundaria y confiable de información sobre las cosas divinas.
He dividido la descripción del reino de las tinieblas en dos secciones porque el tema es demasiado extenso para un solo capítulo, y es necesario distinguir entre lo que la Biblia dice sobre él y lo que dice Elena de White. La Biblia nos proporciona un resumen básico de la rebelión de Satanás en el cielo, y eso es lo que desarrollaré en este capítulo. En el siguiente capítulo, “Cómo comenzó el reino de las tinieblas – parte 2”, consideraremos lo que Elena de White dijo sobre el tema.
Tres textos principales en la Biblia describen la caída de Satanás desde el cielo: Apocalipsis 12:7 al 9; Ezequiel 28:11 al 17; e Isaías 14:12 al 14. Vamos a considerarlos en ese orden.
Apocalipsis 12:7 al 9
Escribí sobre este pasaje brevemente en el capítulo anterior. Aquí vamos a echar un vistazo más detallado. De nuevo, esto es lo que dicen estos versos: “Después hubo una gran batalla en el cielo: Miguel y sus ángeles luchaban contra el dragón; y luchaban el dragón y sus ángeles; pero no prevalecieron, ni se halló ya lugar para ellos en el cielo. Y fue lanzado fuera el gran dragón, la serpiente antigua, que se llama diablo y Satanás, el cual engaña al mundo entero; fue arrojado a la tierra, y sus ángeles fueron arrojados con él”.
En nuestro planeta, la guerra ocurre cuando dos países toman las armas unos contra otros. Ha sucedido una y otra vez a lo largo de la historia. A veces la guerra es simplemente una toma de poder y territorio. La Segunda Guerra Mundial es un buen ejemplo. Hitler quería someter a Europa, y finalmente al mundo, al dominio alemán. En otras ocasiones, el motivo es más “noble”. Cada lado está seguro de que su causa es justa y que el otro lado es el culpable del conflicto. Vemos esto hoy en el conflicto entre Israel y Hamas. Los líderes de cada bando intercambian amargas acusaciones. La ira y el odio se acumulan. Algunas veces otros países se esfuerzan hacia la mediación, pero con el tiempo el antagonismo se extiende a la guerra. Las balas vuelan y las bombas caen. Es la versión internacional de la pelea en el patio de la escuela entre dos matones.
La Biblia dice que la guerra estalló en el cielo. Sin embargo, esta no fue una guerra entre dos matones. Fue un arrebato de poder, como veremos cuando revisemos todo lo que la Biblia dice acerca de Satanás y su caída del cielo.
¿Guerra en el cielo?
El cielo es donde se encuentra el Trono de Dios. Se supone que es un lugar perfecto. ¿Quién hubiera pensado que, de todos los lugares, la guerra estallaría en el cielo? Pero lo hizo. Una amarga lucha estalló; el bando de Dios ganó, y los rebeldes fueron expulsados.
Los dos generales en esta guerra fueron Miguel y el dragón. Apocalipsis nos dice que la palabra dragón es un símbolo para el diablo, o Satanás (Apoc. 12:9). Nos referimos al dragón como Lucifer antes del tiempo en que fuera echado del cielo. Pero Miguel y Lucifer no fueron los únicos involucrados en esta guerra. Cada uno tenía ángeles de su lado. Esto se afirma específicamente en Apocalipsis 12:7, y también es evidente en el versículo 4, que dice que la cola del dragón “arrastraba la tercera parte de las estrellas del cielo, y las arrojó sobre la tierra”. Los adventistas y otros eruditos conservadores entienden que esto significa que un tercio de los ángeles del cielo se unieron a Lucifer en su rebelión. En el capítulo 1 mencioné que Lucifer pudo haber tenido hasta 50 trillones de ángeles de su lado, y Miguel hasta 100 trillones de su lado. Elena de White dijo que “un inmenso número de ángeles” se puso del lado de Lucifer.14
La pregunta es: ¿por qué Miguel (Cristo) iniciaría la guerra? ¿No es “el Príncipe de Paz”? (Isa. 9:6) Para responder a esta pregunta, tenemos que hacer otra: ¿quién inició el conflicto que condujo a esta guerra? La respuesta a esa pregunta es que Lucifer lo hizo. Esto se hará evidente cuando consideremos las descripciones de Ezequiel e Isaías de la caída de Lucifer del cielo. La situación en el cielo se puso tan tensa que algo tenía que pasar. La Trinidad le dijo a Lucifer que su actitud rebelde ya no podía ser tolerada en el cielo y que él y sus ángeles tendrían que irse. Ellos se negaron, así que, Miguel y sus ángeles usaron la fuerza para expulsarlos. Satanás y sus ángeles resistieron, y estalló la guerra.
Ahora, he aquí otra pregunta importante: ¿qué impulsó a los ángeles en el ejército de Lucifer a unirse a él? Obviamente, Dios no les habría ordenado seguir a Lucifer, y el sentido común nos dice que Lucifer no habría sido capaz de forzarlos a unirse a él. Después de todo, como señalé en el capítulo 1, un principio básico del Reino de la Luz es la libertad; libertad para pensar, sacar conclusiones y creer en esas conclusiones, aunque no estén de acuerdo con las conclusiones de Dios. Por lo tanto, aunque la Biblia no lo dice, podemos concluir razonablemente que Lucifer persuadió a este vasto número de ángeles a unirse a él en su rebelión contra Dios y su ley. ¡Lucifer debió de haber tenido lo que en ese momento parecía ser una razón extremadamente convincente para sostener sus creencias!
Ahora es tiempo de examinar a Ezequiel e Isaías para averiguar qué provocó esta rebelión.
Ezequiel 28:11 al 17
Este pasaje de Ezequiel y el siguiente de Isaías tienen varias cosas en común. Por ejemplo, aunque entendemos que Ezequiel e Isaías describen a Lucifer en estos versículos, ambos están en el contexto de endechas proferidas por los respectivos profetas contra dos de los reyes más conocidos de su época. Ezequiel reprendió al rey de Tiro, e Isaías reprendió al rey de Babilonia.
El lamento de Ezequiel contra el rey de Tiro comienza con las siguientes palabras: “Por cuanto se enalteció tu corazón, y dijiste: Yo soy un dios, en el trono de Dios estoy sentado en medio de los mares (siendo tú hombre y no Dios), y has puesto tu corazón como corazón de Dios” (Eze. 28:2).
No hay nada particularmente inusual en que un rey terrenal se considere divino; los faraones y los césares también hicieron esta afirmación. Sin embargo, los versículos 11 al 19 describen a un ser que es mucho más que un monarca terrenal. Acerca de las palabras de Ezequiel, el Comentario bíblico adventista afirma: “Aunque son una endecha por el rey de Tiro, sin duda tienen una aplicación más amplia que la que se hace directamente al príncipe de Tiro. Las figuras trascienden tan ampliamente una aplicación tan limitada, que ni siquiera la suposición de que este pasaje sea ‘extremadamente irónico’ puede resolver los problemas que surgen si solo se le da una aplicación local [...]
“Por esto es más adecuado considerar este pasaje como una digresión de la profecía contra el príncipe de Tiro, para presentar la historia del que era en verdad el rey de Tiro: Satanás mismo. Si se entiende así, este pasaje nos proporciona la historia del origen, la posición inicial y la caída del ángel que más tarde llegó a conocerse como el diablo y Satanás. Si no fuera por este pasaje y el que se encuentra en Isaías 14:12 al 14, no tendríamos ningún relato razonablemente completo del origen, de la condición inicial y de las causas de la caída del príncipe del mal”.15
Examinemos Ezequiel 28:11 al 19. El pasaje se divide en dos partes. Los versículos 11 al 15a describen a Lucifer en el cielo antes de su caída16 y los versículos 15b al 19 describen su caída.
Lucifer en el cielo antes de su caída. El pasaje comienza con las palabras de Ezequiel: “vino a mí palabra de Jehová, diciendo: Hijo de hombre, levanta endechas sobre el rey de Tiro, y dile: Así ha dicho Jehová el Señor” (vers. 11, 12).
Ezequiel continúa luego citando lo que Dios dijo. Su primera declaración es que el rey de Tiro fue “el sello de la perfección, lleno de sabiduría, y acabado de hermosura” (vers. 12). La descripción del rey de Tiro como “sello de la perfección” parece un poco extravagante para un rey terrenal; aun para Salomón durante los inicios de su reinado, aunque se podría haber dicho que Salomón fue “lleno de sabiduría y acabado de hermosura”, solo que todos estos comentarios se aplicarían a Lucifer antes de su caída.
En la primera parte del versículo 13, Ezequiel dijo: “En Edén, en el huerto de Dios estuviste”. Esta es una pista definitiva que Ezequiel está describiendo más que un rey terrenal. El Edén no había existido en la tierra por miles de años antes de la época de Ezequiel, así que sería imposible para el rey de Tiro haber estado allí. Y el único registro bíblico de que Lucifer estuvo en el Edén es después de su caída, cuando ya se había convertido en Satanás, la serpiente. ¿Cómo podría decirse que Lucifer en el cielo estaba “en [el] Edén, el huerto de Dios”? El Comentario bíblico adventista señala que, aquí, la palabra Edén “debe ser tomada en su sentido más amplio como la presencia de Dios”.17 Dado todo lo que se dice acerca de Lucifer en los versículos 11 al 15, esto parece una conclusión razonable.
La segunda parte del versículo 13 describe el adorno de Lucifer: “De toda piedra preciosa era tu vestidura; de cornerina, topacio, jaspe, crisólito, berilo y ónice; de zafiro, carbunclo, esmeralda y oro; los primores de tus tamboriles y flautas estuvieron preparados para ti en el día de tu creación”. ¡Evidentemente Lucifer fue un ángel muy hermoso!
El versículo 14 hace tres afirmaciones que solo se pueden aplicar a Lucifer antes de su caída, y no al rey de Tiro. En la primera declaración, Dios dijo: “Tú, querubín grande, protector”; luego, en la segunda parte dice: “yo te puse en el santo monte de Dios”, y en la tercera parte: “En medio de las piedras de fuego te paseabas”.
Comencemos con “Tú, querubín grande, protector”. ¿Qué nos dicen estas palabras?
Cuando Dios le dio a Moisés las instrucciones para construir el santuario del desierto, le dijo que colocara dos querubines de oro, uno frente al otro en el propiciatorio que cubría la parte superior del arca del pacto (Éxo. 25:17-20). Esta arca representaba el trono de Dios en el cielo. De hecho, la propia presencia de Dios, a veces llamada la Shekinah,18 aparecía entre los dos querubines. Así que la declaración de Ezequiel, de que Dios había ordenado a Lucifer como querubín guardián, significa que Lucifer estaba en la presencia de Dios en el cielo, y sin duda cerca de su trono. Obviamente, no podría decirse esto del rey terrenal Tiro.
Luego, Ezequiel dijo que Lucifer había estado “en el santo monte de Dios” (vers. 14). En el Antiguo Testamento, el Monte Sion es el mismo Monte Moriah donde Abraham ofreció a su hijo Isaac como sacrificio. También es el monte sobre el cual se construyeron los templos, tanto por Salomón como por los judíos después de su regreso de Babilonia. Sin embargo, Ezequiel no estaba diciendo que Lucifer había estado en el monte terrenal de Sion. El “santo monte de Dios” sobre el cual Lucifer había estado era la “montaña” en el cielo donde se encuentra el trono de Dios.19
¿Qué hay de las “piedras de fuego” sobre las cuales caminó Lucifer? En la visión del trono de Dios que Daniel describe en el capítulo 7, versículos 9 y 10, dijo que “un río de fuego procedía y salía de delante de él [Dios, el anciano de días]” (vers. 10). Juan, escribiendo en Apocalipsis, vio un “mar de vidrio mezclado con fuego”, y junto al mar estaban “los que habían alcanzado la victoria sobre la bestia y su imagen, y su marca y el número de su nombre” (Apoc. 15:2). Juan vio este mismo mar de vidrio en su visión registrada en Apocalipsis 4:6, y dijo que estaba “delante del trono”. Por lo tanto, ya sea un río de fuego, un mar de fuego, o piedras de fuego, es obvio que el trono de Dios tiene fuego delante y quizás alrededor de él. Ezequiel y Apocalipsis también nos dicen que los seres creados pueden pararse y caminar sobre ese fuego. Y Ezequiel nos informa que Lucifer es uno de los que se paró en la presencia de Dios y caminó sobre el fuego.
En Ezequiel 28:15, el profeta nos da otra importante pieza de información acerca de Lucifer. La Nueva Versión Internacional dice de Lucifer: “desde el día en que fuiste creado tu conducta fue irreprochable, hasta que la maldad halló cabida en ti” (énfasis añadido). Las versiones Reina-Valera 1960 y la Reina-Valera Contemporánea dicen que Lucifer era perfecto en todos sus caminos. Algunas personas se preguntan por qué Dios creó al diablo. Él no lo hizo; él creó un ser perfecto. Fue solo algún tiempo después que el pecado fue encontrado en él. Lucifer creó su propio pecado por las decisiones que tomó como individuo con la libertad de elegir, incluyendo la libertad de tomar decisiones morales equivocadas.
Nota también que Lucifer fue perfecto desde el día en que fue creado. Si bien es cierto que cada persona en la Tierra es un ser creado, normalmente no hablamos de que las personas son creadas, excepto Adán y Eva. Desde Caín y Abel hasta el presente, han nacido seres humanos. Sin embargo, Ezequiel dijo que Lucifer fue creado. Hasta donde sabemos, los ángeles no tienen nuestra capacidad reproductiva humana, lo cual significa que Dios creó a cada uno de ellos individualmente. Así que, la declaración de Ezequiel de que Lucifer fue creado es evidencia significativa de que estaba hablando de algo más que del rey de Tiro, que nació. Nótese también que Ezequiel dijo que este querubín guardián era irreprochable, es decir, perfecto. Esto difícilmente podría haberse dicho sobre el rey de Tiro.
La caída de Lucifer del cielo
Comenzando en el versículo 16 y continuando a través del versículo 19, Ezequiel describe la caída del rey de Tiro, la cual entendemos que es la caída de Lucifer.
“A causa de la multitud de tus contrataciones [negocios] fuiste lleno de iniquidad, y pecaste; por lo que yo te eché del monte de Dios, y te arrojé de entre las piedras del fuego, oh querubín protector” (vers. 16).
La primera declaración en esta cita sugiere que Lucifer se dedicó a alguna forma de trabajo comercial mientras estaba en el cielo; su “multitud de [...] contrataciones”. No tenemos otra información inspirada que sugiera lo que eso podría significar. Podría aplicarse más al rey de Tiro que a Lucifer antes del tiempo en que fue echado del cielo. Sin embargo, la siguiente declaración se aplica claramente a Lucifer. Ezequiel dijo que Dios expulsó al “querubín protector” del “monte de Dios” y de “entre las piedras de fuego”. Las palabras “Yo te eché del monte de Dios y te expulsé” son importantes porque armonizan muy bien con Apocalipsis 12:7 al 9, que dice que, como resultado de la guerra entre Miguel y Satanás, Satanás y sus ángeles fueron echados del cielo y arrojados a la tierra. Esta armonía entre la declaración en Apocalipsis y la de Ezequiel es otro motivo por el cual es razonable entender que Ezequiel describe a Lucifer antes y después de su caída y no solo al rey de Tiro.
El versículo 17 es la declaración final de Ezequiel 28 que consideraré aquí. Dice: “Se enalteció tu corazón a causa de tu hermosura, corrompiste tu sabiduría a causa de tu esplendor”.
Leímos algunos versículos atrás que Lucifer estaba cubierto con piedras preciosas engastadas en oro. Debió de haber sido un ser hermoso, y eso es porque Dios ama la belleza. Piensa en toda la belleza que vemos en nuestro mundo, incluso en su condición deteriorada: flores, montañas cubiertas de nieve, puestas de sol, peces tropicales, hombres guapos y mujeres hermosas, por nombrar algunas cosas. Muchos de nosotros codiciamos la buena apariencia y estamos celosos de las personas que creemos que son más atrayentes que nosotros mismos. La belleza personal es algo peligroso. Fácilmente puede llevarnos a volvernos engreídos y orgullosos. Y, según Ezequiel, eso es exactamente lo que le sucedió a Lucifer. Su corazón se enorgulleció a causa de su belleza, y corrompió su sabiduría a causa de su esplendor.
Isaías 14:12 al 15
Los eruditos conservadores de la Biblia generalmente coinciden en que, al igual que el pasaje que acabamos de examinar en Ezequiel, Isaías 14:12 al 14 describe la rebelión de Lucifer en el cielo antes de que fuese expulsado y que los versículos 15 al 17 describen su destino después de haber sido expulsado. Los adventistas están de acuerdo con esa conclusión.
Sin embargo, al igual que en la descripción que hace Ezequiel de Lucifer antes de su caída, el contexto inmediato de las palabras de Isaías es también una endecha contra un rey terrenal; en este caso, el rey de Babilonia (vers. 3, 4). Sin embargo, las aplicamos a Lucifer por las mismas razones por las que aplicamos las palabras de Ezequiel a Lucifer a pesar de que eran una endecha contra el rey de Tiro. La interpretación de que el verdadero protagonista de estos versículos es Lucifer data de la era cristiana primitiva. La mayoría de los intérpretes cristianos en ese momento entendieron el pasaje de esa manera.20
Comenzaré citando Isaías 14:12 al 15: “¡Cómo caíste del cielo, oh Lucero, hijo de la mañana! Cortado fuiste por tierra, tú que debilitabas a las naciones. Tú que decías en tu corazón: Subiré al cielo; en lo alto, junto a las estrellas de Dios, levantaré mi trono, y en el monte del testimonio me sentaré, a los lados del norte; sobre las alturas de las nubes subiré, y seré semejante al Altísimo. Mas tú derribado eres hasta el Seol, a los lados del abismo”.
En el apartado sobre Ezequiel, dije que cuando llegáramos a Isaías explicaría el origen y el significado de la palabra Lucifer. La versión inglesa King James traduce la primera línea del versículo 12 del siguiente modo: “¡Cómo caíste del cielo, oh Lucifer, hijo de la mañana!” (énfasis añadido). Observa, sin embargo, que donde la versión King James dice “Lucifer”, la Nueva Versión Internacional dice “estrella de la mañana”. La palabra hebrea es helel, que significa “brillante”. El Comentario bíblico adventista señala que en tiempos bíblicos helel era “comúnmente aplicado al planeta Venus como una estrella de la mañana, debido a su brillantez incomparable”.21 Esta es la razón por la cual la mayoría de las versiones modernas de la Biblia traducen helel como “hijo de la mañana” (RVR60), “estrella de la mañana” (NVI; NASB). La palabra inglesa Lucifer, o en español Lucero (RVR60), proviene de la palabra latina lucifero, que significa “portador de la luz” (luc = “luz”; fero = “portador”). La Vulgata, la versión latina de la Biblia, traduce helel como lucifero, y a partir de ahí, llegó a las primeras traducciones al inglés como “Lucifer”.
Ahora examinemos los versículos 12 al 15. Ten en cuenta que, aunque esta línea de apertura suena como si pudiera ser una pregunta, está puntuada como una exclamación de asombro: “¡Cómo caíste del cielo, oh Lucero, hijo de la mañana!” Piénsalo como si expresara esta idea: “¡Qué terrible, Lucifer, que hayas caído del cielo!” Casi todas las versiones de la Biblia encierran estas palabras de Isaías con signos de exclamación.22 Sin embargo, si lo entendemos como una pregunta (“Lucifer, ¿qué pasó? ¿Por qué caíste del cielo?”), la idea también resulta apropiada. La referencia a Lucifer cayendo del cielo armoniza con lo que Juan dijo en Apocalipsis 12:9 acerca de que Satanás y sus ángeles fueron expulsados del cielo como resultado de la guerra entre Satanás y Miguel.
Entonces Isaías da la razón por la cual Lucifer cayó del cielo: aspiraba a una posición más alta en el gobierno de Dios que aquella que se le había dado. Ten en cuenta las siguientes declaraciones de Lucifer:
“En lo alto, junto a las estrellas de Dios, levantaré mi trono”. Un trono es un símbolo de la autoridad gubernamental. En lenguaje profético, las estrellas simbolizan a los seres creados por Dios, ya sean ángeles o humanos.23 Así que, al decir que quería levantar su trono sobre las estrellas de Dios, Lucifer quiso decir que quería más autoridad gubernamental sobre los ángeles de la que Dios le había dado.
“En el monte del testimonio me sentaré”. De nuevo, Lucifer aspiraba el dominio al sentarse “en el monte del testimonio”. Esta vez quería gobernar “sobre el monte de la asamblea”. Acerca de las palabras de Lucifer, el Comentario bíblico adventista señala que “en la mitología pagana los dioses celebraban sus reuniones de consejo en una montaña alta, donde determinaban los asuntos de la tierra. La expresión ‘rey de Babilonia’ [...] presumiría así de usurpar el control de los dioses -es decir, la autoridad suprema- sobre los asuntos de la tierra. Como rey de la mística Babilonia [...] De manera similar, Satanás aspiraría a controlar los concilios del cielo, es decir, a gobernar el universo de Dios”.24 En otras palabras, Isaías estaba describiendo la ambición de Lucifer de tener la posición de autoridad de Dios sobre los ángeles.
“Seré semejante al Altísimo”. Lucifer ahora sale y lo dice: quiere ser como Dios. Él quiere hacerse a sí mismo, es decir, exaltarse, para ocupar la posición de Dios.
Pero Isaías declara: “Mas tú derribado eres hasta el Seol, a los lados del abismo”. La palabra hebrea bowr, que se traduce como “abismo”, a veces se refiere al “sepulcro” (ver Job 33:18; Sal. 30:3; 69:15). Esto no significa que Lucifer y sus ángeles fueron inmediatamente destruidos después de haber sido desterrados del cielo. La Biblia es muy clara: Satanás todavía está muy activo en nuestro mundo. Más bien, Isaías está describiendo la horrible extensión de la caída de Lucifer, la cual resultará en su destrucción final (Apoc. 20:10).