Kitabı oku: «Historia de Venezuela, Tomo I», sayfa 14
CAPITULO DIEZ Y NVEBE
Como atrabesando çiertas çienegas el tiniente Fedreman con su gente, se torno a arrimar a la sierra, y prosiguiendo su jornada llego al pueblo de Nuestra Señora.
Segun atras queda dicho, como por no berse Fedreman con su governador Jorge Espira dexase el camino de la sierra, pasados los rrios Apure y Zarare, y se metiese por lo llano, dio en vnas çienegas o lagos de poca agua, pero largos y dificultosos de pasar y atrabesar, por rrespeto de ser ellos en si muy çenagosos y llenos de lama125, de suerte que pusieron en gran trabaxo asi a los soldados como a los caballos para aber de salir de ellos. Estas çienegas eran llamadas en lengua de los naturales gatry126: orillas estavan poblados Arechona y Caocao. Estos naturales tenian pocas comidas de labor, por ser lo mas de sus mantenimientos pescados que de aquellas çienegas pescaban, lo qual fue cavsa de padecer muy gran hambre y neçesidad los españoles. Estos yndios tenian alguna rropa de mantas rrazonable y cantidad de hilo de todas colores, lo qual, con otras baratijas, escondian por librallo de la abariçia de los soldados, entre algunos juncales y otros herbacales que en aquellas çienegas se criavan; mas los soldados, que por rrobar y exerçitar todo abariento acto ymitan los rrastreadores sabuesos, que por el olor del ayre descubre la caça, por partes no pensadas, yvan a dar con la miseria que los yndios tenian en el agua escondido y se lo llevaban para sus menesteres.
Pasadas estas çienegas entraron luego en tierra enxuta, y engolfandose por lo llano, en pocos dias perdieron de bista la sierra y cordillera, que casi por guia y lumbre o farol de su derrota trayan, donde les falto tan de golpe la comida que les puso en condiçion de pereçer todos de hambre. Mas esta falta rremediaron los caballos, a los quales començo a dar çierta enfermedad de que murieron muchos, y supliendo con la carne de ellos la neçesidad de la comida, se alimentaron muchos dias, hasta que llegaron a vn rrio algo angosto, pero muy hondable, en cuyas rriberas abia grandes bestigios y señales de aber abido en otros tiempos grandes poblazones. Alojose alli Fedreman con su conpañia, y luego enbio vn capitan con gente a buscar comida por los alrrededores de aquella provinçia, y hallaron, desbiado del rrio, algunos poblezuelos de yndios con algunos mantenimientos: tomaron lo que abian menester y algunas pieças de yndios e yndias naturales de aquellos lugares, y se bolvieron a su alojamiento, donde deseando Fedreman saber la cavsa de la rruyna de aquellos poblezuelos, que pareçia aber abido rribera deste rrio, pregunto a los yndios que le abian traydo, la claridad del negocio, los quales le dixeron que dentro, en aquel rrio en cuyas rriberas estaba alojado, andaba vn animal feroz y brabo, que tenia diversas cabeças, que matando algunos yndios abia sido cavsa que los demas se arredrasen y apartasen de aquel lugar y sitio do estaban poblados. Desto no fueron muy maravillados algunos soldados de Fedreman, que demas de aber oydo todo el canpo los grandisimos bramidos que este animal dio estando alojados rriberas de aquel rrio, lo vieron por sus propios ojos y çertificaron ser vna muy espantable y fiera que juzgaban tener dibersidad de cabeças, y vnos la tuvieron por sierpo y otros por culebra.
Aqui le pareçio a Fedreman que su governador abia ya pasado adelante, por lo qual determino tornarse arrimar á la sierra, y enbiando delante127 de si a Pedro de Linpias con alguna gente que fuese descubriendo y a buscar algun lugar para ynbernar, porque ya se açercaba el ymbierno, el se partio en su seguimiento con todo el rresto de la gente. Pedro de Linpias camino lo que pudo, hasta llegar a vn rrio llamado el Pavto, donde hallo cantidad de pueblos y abundançia de comidas y sitio acomodado para tener el ynbierno; y de alli enbio ocho soldados de los que consigo llevaba que bolviesen atras a dar mandado a Fedreman, que poco a poco yva marchando con la otra gente, y por este rrespeto se hallava en esta sazon desbiado algunas jornadas de donde Limpias estaba. Los ocho soldados que con esta embaxada yvan, apartandose del camino que abian traydo, dieron en vn poblezuelo donde avia vnos pocos moradores, asalteandolo ahuyentaron a los yndios y ellos tomaron lo quen el pueblo abia, que era algun oro y otras cosas de rrescate y algunos yndios, y no quiriendo pasar de alli por temer que abria adelante yndios que les danificasen o por no perder la presa que en las manos tenian, se bolvieron vergonçosamente a donde estaba Pedro de Linpias, el qual, como los viese yr sin llevar rrecado de lo que les abia enbiado, disimulo con ellos y enbio otros ocho soldados al propio effecto, los quales llegaron a donde toparon a Fedreman y dandole noticia de a lo que yvan, todos juntos se bolvieron o vinieron em pocas jornadas a donde Linpias estaba, el qual los salio a rreçebir al camino a vn pueblo de yndios, dichos vacoa, donde supo el tiniente Fedreman el cobarde hecho que los ocho soldados abian perpretado en bolverse del camino. Hizo en ellos vn castigo exemplar, avnque no conforme a como su covarde vileza merecia, que quitandoles todo lo que abian rrobado a los yndios, asi oro como pieças de serviçio, lo dio todo a los otros ocho soldados que en su lugar abian sucedido, y demas desto les dio por pena que cada vno de ellos cargase en su caballo treynta jornadas vn enfermo de los que en el canpo yvan que no tenian caballos.
Alojose Fedreman con su canpo en el alojamiento que Linpias le habia señalado para ynbernar, y durante el tiempo del ynbierno enbio ciertas esquadras con gente, que por aquel paraje viesen y descubriesen si se podia atravesar la cordillera, para por alli entrar con toda la gente, los quales fueron, y despues de aber andado algunos dias buscando esta entrada, se bolvieron sin hallar la que buscaban, por ser alli la sierra muy aspera y que por ninguna via se pueden meter caballos.
Paso el ynbierno sin sucedelles cosa prospera ni adversa, y luego que enpeçaron a tener alguna rrareza las aguas, prosiguio su camino casi por el propio que Jorge Espira abia llevado, llevando siempre la sierra a mano derecha y caminando por la falda de ella. En este tiempo suçedio que yendo el canpo marchando por vna canpiña rrasa, salio vn tigere128 desvergonçada y atrevidamente, y metiendose entre la gente que en el batallon yva, con mas presteza de la que se puede pensar mato vn español y tres pieças, yndios ladinos y cristianos, y como al alboroto acudiesen muchos españoles de a pie y de a caballo, dexando el tigere hecho el daño dicho, se aparto muy mansamente sin que ninguno le osase hazer mal, porque no bolviese su encarniçada furia contra los demas que le quisiesen ofender. Alojaronse alli çerca por dar sepoltura aquellos cuerpos muertos, y obiera de ser en mas daño y ofensa suya, porque como el tigere bolviese á buscar la presa que abia hecho y gente que abia muerto, entrabaseles por el alojamiento a hazer otros muchos daños, lo qual con continua bela y guardia que toda la noche tuvieron le estorvaron.
Amaneçido, Fedreman camino con su gente, y dende a pocos dias llego al rrio de Meta, cuyos naçimientos estan dos leguas de la civdad de Tunja, en el Nvebo Rreyno de Granada, en el camino que de Tunja llevan a la çivdad de Santa Fe. Llamose este rrio de Meta en sus nacimientos Bajaca129. Rribera deste rrio de Meta se alojo Fedreman, donde descanso algunos dias. Estan poblados muchos naturales rriberas del, gente de buena digistion y amigables. Llegan a este paraje aquellos grandes pescados dichos bufeos, que se crian en el mar Oçeano. Este rrio se junta con el rrio Vrinoco, dozientas leguas apartados de la mar, y ambos juntos, junto a la mar, son llamados el rrio de Vriaparia, de quien adelante se trata.
Ay en estos llanos de Venençuela çierta nacion de yndios llamados guashiguas130, gente que no biven en pueblos ni son cultibadores ni labradores ni tienen lugar señalado donde habitan: traen consigo vnas tendezuelas hechas de algodon, en que se rrecogen de noche: sustentanse de lo que salteando rroban y hurtan a las otras gentes mas nobles, a ymitaçion de los haydones, famosos salteadores que rrobando y salteando baxan por los bosques de Esclavonia y corren todas las tierras que por aquellas provincias ay hasta los confines de Vngria haziendo estraños daños y malefiçios a las otras gentes, tiniendo esto por prinçipal ofiçio para su sustentaçion.
Estos guahiguas es gente muy ligera y suelta, tanto que con poca delantera que a vn caballo lleven con dificultad les alcançan. Vsan de çierto genero de ynstrumento, hecho a manera de fretales131 de cascabeles con que entran haziendo estruendo por los pueblos en donde entran a rrobar. Entiendo que esta propia naçion de yndios son los que por otro nombre, en estos propios llanos, llaman giraharas, que biven de la propia manera que estos.
Despues de aber descansado Fedreman rribera del rrio Meta algunos dias, paso adelante con su canpo, y marchando por la falda de la sierra llego a la provinçia llamada de sus propios naturales Marvachare, que es donde los de Jorge Espira dixeron el pueblo de Nuestra Señora, y esta gente de Fedreman llamaron al pueblo de la Fragua, por aber alli armado una fragua para adereçar çiertas herramientas. I todo esto es en el territorio donde agora esta poblado el pueblo dicho San Juan de los Llanos, ques del distrito del Nuebo Rreino de Granada, de quien en la primera parte desta Historia queda escrito.
CAPITULO VEYNTE
Como atrabesando Nicolas Fedreman desde el pueblo de Nuestra Señora la cordillera y sierra, entro en el Nuebo Rreyno de Granada.
Llegado el tiniente Nicolas Fedreman al pueblo Nuestra Señora, en la parte que le pareçio mas acomodada hizo su alojamiento, y luego de algunos yndios que alli se tomaron procuro ynformarse y saber que dispusiçion de tierra y gente abia adelante por la falda de la cordillera, por ver si le convenia pasar adelante, avnque tanbien consideraba que pues Jorge Espira y sus soldados se avian buelto de hazia aquella parte, como le davan claras señas el rrastro de su camino, que no devia de aber ninguna buena tierra por aquella derrota. Los yndios le dixeron claramente que no curase de pasar adelante sino que por alli atrabesase la cordillera, donde daria en gente muy rrica. Fedreman llevaba consigo los adereços de vna fragua, la qual mando armar alli para adereçar las herramientas que traya gastadas y mal tratadas del camino pasado, porque si se le ofreçiese abrir alguna montaña o arcabuco se hallase en las manos con que hazello.
Hecho esto tomo consigo vna parte de su gente y algunos capitanes y salio a buscar algunos naturales para mejor ynformarse dellos de la notiçia y nveba que los yndios del pueblo de Nuestra Señora le davan, y caminando tres dias dio en vna provinçia de yndios llamados operiguas, al prinçipio de la qual hallo vn pueblo pequeño y rrecogido, fortificado con vn rrezio y grueso palenque, cuyos moradores en sintiendo los españoles se pusieron en arma defendiendo con obstinados animos sus casas. Los nuestros hizieron todo su posible para asaltallo, mas nunca pudieron hasta que llegandose a el mañosamente lo abrieron por vn lado con las hachas y machetes que llevaban, y por vn portillo que le hizieron entraron los españoles sin rreçebir mas daño de herillas vn soldado a la entrada de vn flechazo. Llamaron a este pueblezuelo Salsillas, por pareçelles rrezio el palenque. Este lugarejo es distinto del que atras diximos que la gente de Jorge Espira no pudo asaltar y lo llamaron tanbien Salsillas. Rrancheose lo que abia en el pueblo y tomaronse algunos yndios, porque todos los mas huyeron quando vieron que los españoles entraban ya en el palenque. Destos yndios que aqui se tomaron torno Fedreman a ynformarse e ynquerir y saber lo que adelante abia, los quales, confirmando lo que los de atras abian dicho, dandoles nueba de mucha gente de naturales que poseyan grandes rriquezas, y diziendoles que alli yvan muy pocos españoles, que bolviesen por los que atras quedaban, y que ellos les meterian en la tierra.
Con esta buena nveba y gias que ya Fedreman tenia se bolvio a do estaba su alojamiento a dar horden em partirse con toda su gente la sierra adentro para atrabesar la cordillera, y llegado que fue hallo que la gente estaban faltos de quien las llevasen sus cargas y lo que tenian, porque se les abian huydo muchos yndios que hasta alli abian traydo; y para rremediar esta neçesidad Fedreman enbio tres de sus capitanes con gente por diversas partes a buscar yndios para el efeto dicho, y dende a dos dias bolvieron los dos bien provehidos de naturales, y el otro, que fue Pedro de Linpias, no le suçedio tanbien como a los demas, que fue cavsa de no acudir tan presto, porque echandose el rrio Ariare abaxo, en vn pueblo llamado de sus propios naturales Miyegua, y dando en el hallo que los varones y gente para tomar armas no estavan alli, que eran ydos a pescar, y ensartando en sus colleras algunas mugeres y de la gente mas creçida que en el pueblo abia, dio la buelta hazia donde Fedreman estaba, y como los yndios fuesen abisados deste saco que en sus mugeres y hijos se abia dado, dexando la pesqueria tomaron las armas y vinieron en seguimiento de Linpias y de sus conpañeros, los quales132 alcançaron a tiempo que por defecto del camino se abian apartado los peones con la presa que llevaban de la gente de a caballo, y dando en ellos los yndios los hizieron soltar la mas de la gente que los abian preso, trabando con ellos guaçabara en la qual hirieron de vna lançada a vn soldado, de que murio despues. Y como a esta grita acudiesen los de a caballo, que no yvan muy desbiados, fueron los yndios forçados a huyr y rretirarse al rrio, donde se arrojaron y guareçieron nadando. Todabia se quedaron los españoles con parte de la presa, con la qual llegaron al alojamiento; y acercandose el tienpo de la partida fueron rrepartidos aquellos yndios e yndias que los capitanes abian traydo, entre todos los del canpo para que les llevasen sus cargas, y los españoles casi forçados a salir de alli porque les abian dado çierta enfermedad o rramo de esquilençia133 con que abian muerto algunos soldados e yndios ladinos.
Enbio el teniente o capitan general desta gente, Fedreman, a Pedro de Linpias delante con los gias, que fuese descubriendo y metiendose en la sierra para atrabesalla. Linpias, tomando su vanguardia, camino por donde las guias le llevaban, y vna jornada apartado del alojamiento del pueblo de Nuestra Señora dio en vn rrio llamado el rrio de Tegua, a la entrada del qual hallaron vn lugarejo de hasta diez v doze casas que el dia antes sus propios moradores le abian pegado fuego porque no se aprovechasen del los españoles, entre las çenizas del qual hallaron alguna sal, que les dio mucho contento porque yvan muy faltos de ella, y pasando adelante fueron a hazer noche a otro lugarejo apartado de alli el propio rrio arriba, donde estando durmiendo los soldados y las centinelas velando, llego vn tigere y tomo vna yndia de debaxo de la hamaca o lecho de vn soldado, y sin ser poderosos todos los que alli estavan para se la quitar, la llevo arrastrando para su sustento.
Otro dia prosiguiendo Linpias su descubrimiento, atrabesando por diversos y frigidisimos paramos y sierras muy asperas y montuosas y muy faltas de comida, donde padeçio muy extraños trabajos con los soldados que con el yvan y perdio algunos de ellos, porque demas de la falta que de comidas llevaban, les era forçoso abrir los arcabucos y caminos por do abian de pasar cortando muy gruesos arboles y maderos que el tienpo abia derribado y travesado por la via que llevaban, y cortando grandes peñascos con picos y açadones para que pudiesen pasar los caballos, y donde sus fuerças no bastaban a quebrantar las peñas para este efecto sobre pujaba su yndustria, porque atando los caballos con sogas los subian por lugares muy altos, y con estos trabajos y calamidades llego Linpias a vna loma muy agria y aspera que tenia la paja muy creçida y seca en lo alto, y por los lados eran despeñaderos, y el camino por do abian de subir muy estrecho y aspero, de suerte que por ninguna manera se podia con presteza abaxar por el; y los yndios, como viesen entrar a los españoles, pegaron fuego por lo alto, y como el ayre viniese de aquella parte donde el fuego se abia pegado, veniase con gran furia açercando a los nuestros y cogiendolos en el lugar apretado que no podian bolver atras con los caballos ni avn con las cargas, lo qual bisto por Linpias, vsando con toda la presteza que pudo, echo vn contra fuego, con el qual ataxo solamente el daño que los caballos abian de rreçebir, que era despeñarse o quemarse, porque con su ynpetu el fuego les quemo muchos yndios con las cargas y rropa que llevaban, y vn español enfermo que yba cargado en vna hamaca fue dexado de los que le llevaban por guareçer sus vidas y alli fue abrasado, y otro llamado Bibanco, por antiguo temor que devia tener a este elemento y por no morir en su poder, se arrojo del altura de aquella loma o sierra y quiso mas morir despeñado y hecho pedaços que bibir con alguna señal defetuosa que chamuscandole el fuego le podia hazer como a otros muchos hizo.
Pasado el ynpetu deste fuego, Linpias no curo de bolverse atras, mas pasando adelante con su buen animo y mejor fortuna con yguales trabajos que los de hasta alli, llego dende a pocos dias al valle de Fosca, donde hallo alguna poblazon de yndios moscas, de los sujetos al Nuebo Rreyno, y alguna comida, avnque poca, con que descanso algunos dias, y durante este tiempo siempre el tiniente Fedreman le venia siguiendo con el rresto de la gente, avnque apartadamente pero por sus propias pisadas, gozando de las hanbres y neçesidades que los delanteros gozavan, pero no de tanto trabajo, por hallar ya el camino, que era de montañas, abierto y descubierto. De Fosca salio Pedro de Linpias a Pasca, otro rrepartimiento del Nuevo Rreyno, donde hallo algun rrastro de caballos, avnque dudoso, y como no tenia lengua o ynterprete que entendiese aquellos naturales, no podia aver ninguna claridad de lo que pretendia, y estando asi perplexo en Pasca rreçibio cartas del liçençiado Ximenez, teniente del adelantado Don Pedro Fernandez de Lugo, que por la via de Santa Marta y Rrio Grande de la Madalena abia entrado en aquella tierra, en que le hazia saber como el estava alli poblado por Santa Marta, y que le hiziese plazer de que se viesen. Linpias despacho luego con brevedad algunos soldados a su general Fedreman, que en su seguimiento yva con yndios cargados de comida, dandole aviso de lo que pasaba, y asi mesmo enbio a vn Hernando Montero, a quien traya por su escuadra, que fuese a verse con el liçençiado Ximenez, el qual fue muy bien rreçebido de Ximenez, y para traello con mas façilidad á su amistad y saber del lo que pretendia, diole vna cadena que traya al cuello, que pesaba mas de çien castellanos; e ynformado de Montero de la gente que era y de la manera que benian, enbio luego çiertas personas prinçipales de su conpañia que fuesen a saludar de su parte al teniente Fedreman y tratar como se viesen.
Quando estos legados del liçençiado Ximenez llegaron a Pasca, ya abia llegado alli con el rresto de la gente Fedreman, que como en el camino le llegaron las nuebas y cartas que le enbiaba Linpias, apresuro su caminar y llego a Pasca con mas brevedad de la que pensaba; y como llegaron a berse con Fedreman los legados del liçençiado Ximenez, segun dixe, fueron por el muy bien rreçebidos y saludados, y luego se partio al balle de Bogota, adonde el liçençiado Ximenez estaba alojado en el sitio donde agora esta poblada la çivdad de Santa Fe, despues de aber çinco años que su gente, que serian quatroçientos honbres, salieron de Coro la buelta de la laguna de Maracaybo, hasta que entro en el Rreyno, año de treynta y nuebe, con solos çien honbres.
Y porque el suçeso de las cosas de Nicolas Fedreman y de sus soldados y capitanes, de este punto y avn desde vn poco mas atras, no perteneçen a este lugar, çesa aqui su Istoria con deçir que despues, por ocasiones que en el Nuebo Rreyno se ofreçieron, fue a España juntamente con el liçençiado Ximenez y con el tiniente Benaleaçar, que a esta propia sazon entro en el Rreyno por la via del Piru, y estando alla litigando sobre no se que pretensiones, murio dende a poco tienpo que de las Indias fue(A).
Proseguir sean de aqui adelante los demas suçesos de Benençuela, por la horden que los llevan entablados.
NOTAS AL CAPÍTULO XX
(A) Es curioso conocer algo de lo ocurrido á Federman con los Belzares después de su regreso á Europa, aunque no se sepa el desenlace de los incidentes á que se alude.
En carta dirigida al Emperador por el licenciado Juan de Villalobos, fiscal del Consejo de Indias, con fecha Madrid 13 de Septiembre de 1540, se dice:
«Federman preso en Gante por los Belzares so color de un contrato para les servir allá por 7 años de Factor de Mercaderias. Antes que á ellos de cuenta, debe hacer residencia sobre las cosas de V. M. y ha de verse en este Consejo asi lo que por los Belzares se le acusa de haber traido más oro y piedras de las que ha registrado, como lo que Federman les acusa de haber defraudado á V. M. en 200.000 ducados según me escribe, y esta quizá es la causa de resistir los Belzares su venida aca, porque no los descubra. Conviene además que venga aca para que informe los secretos de la tierra.»
En otra carta dirigida también al Emperador por los del Consejo de Indias (Conde D. G.ª Manrique, Dr. Beltrán, Dr. Bernal, Lic. Velázquez), fechada en Madrid el 23 de Agosto de 1541, se lee:
«V. M. nos mandó escribir de Bruselas 21 Octubre 40 que á pedimento de Bartolomé Belzar y Compañia habia sido preso Nicolás Federman por los Juezes de la lei la villa de Gante, diciendo les devia cierta suma del tiempo que fue Governador en Venezuela. Que Federman pidió se remitiese la causa á este Consejo, lo que resistian los Belzares á titulo de que se trataba de cumplir un contrato fecho en Augusta. Que V. M. lo remitió al Consejo de Flandes, el que les dió ciertos términos, i pasados insistió Federman se le tragese á su costa á este Consejo, do haria sus provanzas i mostraría que los Belzares havian defraudado á V. M. en más de 100.000 ducados. V. M. avocó á si la causa, dió á Federman termino de 9 meses para venir preso i hacer sus provanzas, i nos embió á mandar que llegado Federman á esta Corte lo tuviésemos á recaudo i recibiésemos sus provanzas, así en su defensa, como en la acusación que pone á los Belzares: é oidas las partes consultásemos á V. M. Llegó Federman en 2 Febrero i tiene villa por carcel so fianza de 6.000 ducados, de más de 9093 escudos que le estan embargados en Amberes. Se ha seguido la causa, i porque el Recetor destinado ha tenido otras ocupaciones no ha tomado los testigos hasta poco ha. Insta Federman por plazo competente. Y aunque los Belzares lo resisten, le prorogamos por el término dado al Fiscal acerca del fraude de los 100.000 ducados que á costa de Federman sigue contra los Belzares. Los 9 meses se cumplian en 14 Julio i se le han prorogado otros 78 dias. El pido término ultramarino, particularmente en la causa del fraude, porque se han de tomar informaciones en Indias. V. M. disponga en esto. Al Consejo parece que siendo cosa de tanta cantidad i calidad se de el término que se pide para hacer las provanzas.»
(Colección Muñoz. Tomo LXXXIL)