Kitabı oku: «Historia de Venezuela, Tomo I», sayfa 15
CAPITULO VEYNTE Y VNO
En el qual se escrive lo que despues suçedio a Jorge Espira en Coro, hasta que murio, y el rresto del govierno del doctor Nabarro.
Segun atras queda apuntado, durante el tiempo que Jorge Espira andaba en su ynfeliçe jornada y descubrimiento por los llanos, se le cumplio el termino de su conduta de governador, por lo qual134 el Avdiençia de Santo Domingo proveyo por juez de rresidençia al doctor Nabarro, vezino de aquella ysla, con tiempo limitado, el qual cumpliendose çesaba su juridiçion; y como quando Jorge Espira llego a Coro, desbaratado de su jornada, hallase al doctor Nabarro que governaba, fue luego despojado de todo su trono y aborreçido de los soldados que entrañablemente deseaban echar de si aquella carga de governadores estrangeros; y asi, ayudandose los españoles del fabor de Don Rodrigo de Bastidas(A), que aquella saçon era obispo de Venençuela y estaba en Coro, pretendian que por ninguna via le fuese por el juez de rresidençia encargado a Jorge Espira ninguna conpañia de gente ni conduta para entrar la tierra adentro, porque aviendose ofreçido en aquella sazon ocasion de yr a castigar vnos yndios poblados hazia la boca de la laguna de Maracaybo por aver muerto çiertos españoles, pretendia Jorge Espira llevar a cargo aquella jornada e yr por capitan de ella para de alli hazer otro descubrimiento.
Y como los soldados lo contradixeron con el fabor del Obispo, que tenia mucha mano en los negoçios de la gobernaçion, vso Jorge Espira de maña135 para efetuar sus desinos, y corronpiendo al Obispo con algunas dadivas que le dio, le hizo bolver la hoja y tomar la demanda por el contra los españoles, los quales estaban obstinados en aquella su opinion: que avnque el Obispo en el pulpito dezia muchas palabras, diziendo que era grande la maldad de la gente y soldadesca, que tiniendo Rrey buscaban Rrey y tiniendo governador buscaban governador, con otras muchas palabras y rrazones, no fue todo esto parte para convençellos, ni hazelles que se bolviesen a meter debaxo del govierno de Jorge Espira; y visto por el doctor Nabarro la obstinaçion de los españoles, enbio los que alli pudo juntar, que serian ciento y tantos, con vn capitan de naçion(B) a hazer el castigo a la parte dicha, los quales fueron y prendiendo los culpados los enbiaron a Coro, donde el governador y juez estaba, y ellos, deseando verse fuera de aquella governaçion, por ser la juridiçion della subjeta a estranjeros, que procurando su particular ynteres y provecho tenian sujetos y presos los codiciosos animos de los españoles con mucha diversidad de fueros con que apremian la abariçia de los menores y acreçentaban la suya, acordaron pasarse a las provinçias de Cuba agua, que en esta sazon eran muy acompañadas de gentes españolas que pasaban a ellas de Santo Domingo y de las otras yslas a hazer esclavos y gozar de la rriqueza y pesqueria de perlas que en la ysla Cubagua, cercana aquella provinçia abia, y por eso dicha deste nonbre, se sacaba; y dexando hecho el castigo caminaron apartandose de la poblazon de Coro, y entrando y metiendose en la sierra para por alli atrabesar a Cuba agua.
Algunos soldados de flacos animos y fuerças, pareçiendoles dificultosa y trabaxosa esta jornada, dexaban de seguir a sus conpañeros y se bolvian a Coro, donde el Obispo Bastidas y Jorge Espira yncrepaban mucha culpa al doctor Nabarro de la yda destos soldados, pareçiendoles que quedaba aquella gobernaçion muy falta de gente para su defensa y para yntentar nvebas jornadas. Nabarro, viendose fatigado de las bozes del Obispo y de las que Jorje Espira y de los demas factores de los Bezares, determino juntar la gente que pudo e yr en seguimiento y alcançe de aquellos soldados, tomando su camino por la costa de la mar, via de Burburata, para por alli, con mas presteza, salir a los balles de Barqueçimeto y el Tocuyo, y tomalles la delantera.
Los soldados que por la sierra yvan, pasaron muchos trabaxos y rriesgos de ser tomados a manos de los yndios por no llevar caballos, y al cabo de çierto tienpo hallaron rrastro del doctor Nabarro, el qual abia ya pasado136 por alli, y metidos en vna poblazon de yndios llamados los axaguas, donde tubo notiçia que estaban los fugitibos, los quales sin saber del le abian harrado137 en el camino. Dandole lado, de Barquiçimeto se salieron los soldados fugitibos a lo llano por el desenbocadero de Boravre, donde a tino tomaron la derrota que les pareçio y fueron a parar a vn rrio llamado el Pao, en cuya rribera se alojaron para rrehazerse de comida, que llevaban muy gran falta de ella. El doctor Nabarro llevaba buenas lenguas o ynterpretes, con las quales facilmente abia notiçia de los naturales por do pasaba, de la derrota y camino que llevaban los fugitibos, y asi los yvan siguiendo casi por sus propias pisadas, fueles alcançar en las rriberas del rrio Pao, donde, como se a dicho, se abian alojado para buscar comida.
Llegado el doctor Nabarro con su gente, que serian sesenta honbres con buenos adereços y caballos, al alojamiento de los fugitibos, no hallo en el mas de a los enfermos, que los demas soldados se abian esparcido por diversas partes a buscar comida; y como a la tarde fuesen juntos fueron rreprehendidos asperamente por Nabarro de lo que abian yntentado hazer, por avelle a el cargado el Obispo y Jorge Espira la culpa de su alteraçion y movimiento. Los fugitibos le dixeron que ellos no se yvan de aquella governaçion mas de por no estar debaxo del dominio de los Bezares ni de sus estrangeros governadores, y que como la tierra obiera de ser governada por naturales españoles que de entera voluntad rresidieran en ella, pero que entendiese que por entonçes en ninguna manera bolverian a Coro, y que si como fue el que vino en su seguimiento y alcançe, obiera sido el governador Jorge Espira, que con vna miserable y cruel muerte le dieran el castigo que su osadia y atrevimiento mereçia. Viendo el doctor Nabarro la arrogançia con que estos desarmados soldados hablavan, dixoles que se rreportasen y aderecasen, que avnque no quisiesen abian de bolver con el a Coro. Los fugitivos, que serian treynta, porque todos los demas se abian buelto del camino a Coro, disimulando por entonçes su ynjuria, callaron, y tratando con el capitan que ellos abian eleto, que se decia Pancorvo138, lo que debian hazer, dieron de noche en la gente de Nabarro y quitandoles las armas y caballos que trayan y dexandolos desarmados, les hizieron perder el brio y furia que trayan contra los desarmados fugitivos y estar sujetos a lo que ellos quisiesen hazer.
Mudada desta suerte la fortuna de los fugitivos y de sus perseguidores, fue conpelido el doctor Nabarro a sujetarse a ellos y pedilles misericordia, rrogandoles muy ahincadamente que no le ynfamasen de aquella suerte, mas que bolviendole sus armas y caballos se fuesen con el a Coro, los quales, como faborecidos de su hado y fortuna vsasen bien de la ocasion que entre las manos tenian, despidiendo al doctor Nabarro y a su gente les bolvieron algunos caballos para que seguramente pudiesen pasar por entre los yndios por do abian de bolver, y les dixeron que no tratasen mas en la buelta, pues demas de ser de ningun efecto, lo que sobre ello se dixese139 era yncitar los animos de algunos soldados que agrabiados estavan del Doctor y de otros de su conpañia, a tomar vengança por sus propias manos de su adversario; y visto esto, el Doctor, que sin animo ynjuriado no podia pareçer en Coro ante el Obispo y los otros sus contrarios, pues demas de no aber hecho ningun efecto su jornada abia sido tan vergonçosamente despojado de sus caballos y armas, determino yrse con los fugitivos la buelta de Cuba agua, los quales lo acetaron, haziendo que la demas gente se bolviesen la buelta de Coro a dar noticia de lo que pasaba; avnque todos quisieran yrse con los fugitivos la buelta de Cuba agua por salirse de la mirable140 Venençuela, no lo consintieron solo por evitar que en el camino no se moviese entre ellos alguna discordia, eçeto a quatro soldados de los del Doctor con quien tenian particular conocimiento y amistad.
En este alojamiento del rrio Pao se apartaron las dos escuadras, los vnos a Coro y los otros a Cubaagua, a donde fue el doctor Navarro. Los de Coro se bolvieron por el camino por do abian ydo, sin les suçeder ningun contraste, y los de Cubaagua, como abian de pasar por tierras ynotas y no andadas de españoles hasta entonces, pasaron muy grandes trabaxos, hanbres y neçesidades y rriesgos de ser diversas vezes tomados a manos y muertos de belicosos y caribes yndios que por do pasaban topaban, y rriesgos de rrios y tigeres que les comieron algunos soldados, y de otros ynfortunios que semejantes jornadas traen consigo, especialmente a tan poca gente como esta era. A cabo de aber caminado algunos meses de la manera dicha, llegaron a la provinçia de Cubaagua, donde descansaron.
El doctor Nabarro, buelto a Coro, dexo el gobierno de la tierra porque se le abia ya cumplido el tiempo que traya limitado, y bolviose a Santo Domingo, donde despues bivio mucho tiempo y murio alli.
En este mesmo tiempo le dio a Jorge Espira en Coro vna enfermedad, parte de ella de enojo de verse despojado del govierno de la tierra, y parte del quebrantamiento de los trabajos pasados, de que en pocos dias vino a morir, avnque algunos ay que afirman aver Jorge Espira muerto en Santo Domingo, aviendo ydo alla a procurar que se le bolviese el govierno. En vna v otra parte, murio a esta sazon(C).
NOTAS AL CAPÍTULO XXI
(A) El obispo Bastidas era hijo del descubridor del mismo nombre, gobernador que fué de Santa Marta, y de cuyos hechos se da cuenta en la primera parte del manuscrito del Padre Aguado. (Véanse los capítulos I y siguientes del libro I de la Historia de Santa Marta y Nuevo Reino de Granada.)
(B) El capitán encargado de ir á castigar á los indios Saparas fué Alonso de Navas, según Oviedo y Baños.
(C) Fernando de Oviedo, al dar cuenta de la muerte de Jorge de Espira, añade:
«Haya Dios missericordia dél: que en verdad, aunque yo tracté poco su persona, me pareçio que era dino del cargo que tenía, y que viviendo, fuera Dios servido dél y Sus Magestades. Porque demas de ser prudente y virtuoso, estaba en edad para poder trabaxar, y de los trabaxos passados bien instruido, para comportar y proveer en los venideros. Su fin fué en el mes de… del año próximo passado de mill e quinientos e quarenta.»
Amador de los Ríos, en nota á las anteriores líneas, dice:
«Aqui hay un claro en el códice, que se tiene presente, sin que sea posible fijar ya el mes que Oviedo dejó en blanco. Sin embargo, por el contexto de su narración puede deducirse que Espira hubo de fallecer á fines de Octubre ó en los primeros días de Noviembre de 1540.»
Oviedo y Baños dice que Espira murió el 12 de Junio de dicho año, y D. Justo Zaragoza, que el día 11.
Castellanos agrega que fué enterrado en el templo.
Acerca del sitio en que ocurrió la muerte de Jorge de Espira conviene tener en cuenta que en carta de 20 de Diciembre de 1540, dirigida por los Oidores de la Audiencia de Santo Domingo al Emperador, se dice:
«Por Octubre pasado supimos la muerte de Jorje d'Espira, Governador de Venezuela, yendo de camino para descubrir la Casa del Sol i otras provincias, para lo que havia embiado delante cerca de 100 hombres de pie i cavallo, i que en Coro quedavan otros 100 hombres i 50 cavallos para seguir á los demas, todos gente diestra. Que todo quedó en calma por la muerte del Governador…» (Colección Muñoz, tomo LXXXII.)
De esta carta se deduce que Espira no pudo morir á fines de Octubre ó principios de Noviembre, como dice Amador de los Ríos, ni en Junio, como afirman Oviedo y Baños y Zaragoza. Si en Santo Domingo se supo la muerte en Octubre, debió ocurrir á fines de Septiembre ó principios de Octubre de 1540.
LIBRO TERCERO
EN EL LIBRO TERÇERO SE DA NOTIÇIA DE COMO BUELTO EL DOCTOR NABARRO A SANTO DOMINGO EL AVDIENÇIA PROVEYO POR GOVERNADOR A DON RODRIGO DE BASTIDAS, OBISPO DE VENENÇUELA, Y POR SU GENERAL A PHELIPE DE VTRE, EL QUAL HIZO CIERTA GENTE Y ENTRO A DESCUBRIR LA TIERRA ADENTRO POR LOS LLANOS, CON TODO LO SUBÇEDIDO EN SU JORNADA; Y DE COMO EN EL YNTERIN QUE PHELIPE DUTRE ANDABA EN SU DESCUBRIMIENTO, EL RREY PROVEYO POR OBISPO DE PUERTO RRICO A DON RODRIGO DE BASTIDAS, EL QUAL YENDOSE A SU OBISPADO, DEXO POR TINIENTE A DIEGO DE BOYZA141 Y ESTE QUIRIENDOSE YR, NOMBRO POR ALCALDE MAYOR A VN FACTOR DE LOS BEZARES142, DICHO ENRRIQUE RREMBOL, EL QUAL MURIO DENDE A ÇIERTO TIEMPO, Y POR FIN DESTE PROVEYO EL AVDIENÇIA POR GOVERNADOR DE VENEÇUELA Y JUEZ DE RRESIDENCIA DE CUBAAGUA, AL LIÇENÇIADO FRIAS, FISCAL Y POR SU CAPITAN GENERAL A VN JUAN DE CARAVAJAL, RRELATOR. EL FRIAS SE FUE A CUBAAGUA, A TOMAR RRESIDENCIA, Y EL CARAVAJAL SE VINO A CORO, Y FALSANDO143 LAS PROVISIONES QUE LLEVABA, SE HIZO GOVERNADOR Y JUNTO ÇIERTA CANTIDAD DE GENTE ESPAÑOLA, CON LA QUAL SE METIO LA TIERRA ADENTRO HASTA LAS PROVINÇIAS DEL TOCUYO, DONDE SE ALOJO Y ESTUBO MUCHOS DIAS, EN LOS QUALES PHELIPE DUTRE DIO LA BUELTA ALGO DESBARATADO Y LLEGO AL TOCUYO, DONDE HALLO A CARAVAJAL Y CON EL TUBO ÇIERTAS RRENZILLAS, POR DONDE EL CARAVAJAL, MALVADAMENTE, LE CORTO LA CABEÇA A EL Y A OTROS; Y DE COMO EN ESPAÑA FUE PROVEYDO EL LIÇENÇIADO TOLOSA, EL QUAL VENIDO A VENENÇUELA Y SABIDO LO QUE CARAVAJAL ABIA HECHO, ENTRO LA TIERRA ADENTRO Y LO PRENDIO Y HIZO JUSTICIA DEL; Y DE COMO Y PORQUE EL RREY QUITO LA GOBERNAÇION A LOS BEZARES, Y EN QUE TIEMPO; CON LA JORNADA QUE ALONSO PEREZ DE TOLOSA HIZO POR EL RRIO DE APURE ARRIBA Y EL SUBÇESO DE ELLA, CON TODO EL DISCURSO DE GOVERNADORES QUE HASTA NUESTRO TIENPO A ABIDO EN AQUELLA GOBERNAÇION, Y PUEBLOS QUE EN ELLA SE AN POBLADO, CON SUS POBLADORES O FUNDADORES, CON LOS SUBÇESOS DE CADA PUEBLO EN EL PROPIO CAPITULO HASTA NUESTRO TIENPO.
CAPITULO PRIMERO
Como el Avdiençia de Santo Domingo proveyo por governadores de Venençuela al obispo Bastidas y a Phelipe Dutre, el qual junto gente y salio en demanda del Dorado.
Segun en el vltimo capitulo del presente libro144 diximos, buelto el doctor Nabarro a Santo Domingo y muerto Jorje Espira y entrado Fedreman en el Nuebo Rreyno, quedo la governaçion de Venençuela sin governador, por lo qual el Avdiençia de Santo Domingo proveyó luego por governador de aquella provinçia a Don Rodrigo de Bastidas, obispo de ella, y por capitan y tiniente general para que entendiese en las cosas de gerra y nevos descubrimientos y en los negoçios criminales, a Phelipe Dutre, cavallero aleman, devdo o de la casa de los Bezares, mançebo de floreçiente edad, que abia andado con Jorje Espira en la jornada larga de los llanos(A).
Llegadas las provisiones del Avdiençia a Coro, donde el obispo Bastidas estaba, luego dio como buen prelado y governador horden qual convenia para el buen govierno de aquella tierra y conservacion de los naturales, avnque algunos quieren deçir aver hecho lo contrario, porque como en aquella sazon obiese llegado el capitan Pedro de Linpias, que abia abaxado del Nuebo Rreyno de Granada, a donde poco antes entro con el tiniente Fedreman por la bia de los llanos de Venençuela, hizo el señor Obispo çierta junta de soldados, bien adereçados, y entregandoselos a este capitan Linpias, los enbio a la laguna de Maracaybo a que rrancheasen y rrobasen todo el oro que pudiesen y tomasen todos los yndios que hallasen para hazellos esclavos y de su balor pagar los fletes de çiertos nabios que de Santo Domingo le abian enbiado con gente y caballos para el sustento de aquella tierra.
Pedro de Linpias, tomando debaxo de su anparo la gente, que serian sesenta soldados, y partiendose con ellos la buelta de la laguna, diose tan buena maña, como hombre que ya otras vezes abia andado por alli, que en breve tiempo tomo y aprisiono de aquellos miseros naturales mas de quinientas personas de barones y mugeres; y dando la buelta con ellos a Coro, las entrego al Obispo, el qual mas como merçenario que como pastor, las mando marcar o herrar por esclabos, y enbarcandolas en los nabios, fueron llevados en perpetua y miserable cavtibidad, a Santo Domingo, donde todos pereçieron, pagando con la sangre de ynoçentes sus profanidades y tramas.
Concluso esto, luego Phelipe Dutre, con la gente que por alli pudo juntar, determino de hazer vna jornada o entrada por la propia parte por do abia ydo Jorje Espira, pareçiendole que por el mal govierno de aquel su governador, con quien el primero avia ydo, se abia quedado por descubrir y ver la tierra, y como comunmente suele acaeçer entre los soldados que de alguna jornada salen perdidos sin aber hecho ningun bien effecto, que se levantan entre ellos opiniones soñadas o ymaginadas, diziendo si por tal parte hizieramos o tomaramos tal derrota o creyeramos a tales yndios o siguieramos a tales guyas, nvnca nos perdieramos, y asi a este brioso mançebo se le ofreçian muchas consideraçiones y casos subçedidos en la jornada a Jorje Espira, por donde le pareçia que con aquella poca de esperiençia pasada era ya sufiçiente para governar qualquier numero de gente y para estos pocos soldados que tenia juntos o podia juntar, pasar mucho mas adelante de donde su governador abia llegado. A esto se juntaba tanbien que como Pedro de Linpias avia con Fedreman andado aquella derrota de los llanos y abia estado en el Nuebo Rreyno de Granada, en donde se tenia gran nueba y notiçia de çiertas provinçias hazia la parte del Sur, que confronta con aquel Rreyno, que agora y avn entonçes llamavan el Dorado, daba notiçia de ello y esperança de meter a Felipe Dutre y a los que con el fuesen en la tierra rrica del Dorado, y como por su ançianidad y mediana esperiençia en los negoçios de descubrimientos y jornadas era persona de mucho credito, avmentaba el deseo de Felipe Dutre y la codiçia el Obispo, que deseaba que durante el tiempo de su govierno se hiziese alguna cosa notable o memorable.
Pues como el Governador y obispo y su capitan general fuesen de animos tan conformes, mediante la diligençia que entramos pusieron, juntaron en Coro çiento y veynte honbres bien adereçados de armas y caballos, entre los quales era Linpias, de quien poco a trataba, y Bartolome Berçia, hijo de Antonio Berça145, vno de los de la conpañia y otros muchos caballeros e hijos dalgo, con los quales salio Felipe Dutre de la çiudad de Coro por el año de quarenta y dos; y enpeçando su jornada por el camino de la costa, por ser mas breve a dar a Burburata y de alli al desenbocadero de Barqueçimeto a salir a los llanos, camino con prospero tiempo por la halda de la sierra, llevandola sienpre a la mano derecha, como Jorje Espira y Fedreman abian hecho; y como los naturales de aquel camino estavan ya amedrentados de las otras conpañias que antes avian pasado, no curaban de salir a hazer gerra a esta gente de Felipe Dutre, antes, segun en otra parte he dicho, dexando sus antiguos pueblos desiertos, se yvan a bivir a lugares apartados de alli, por no rreçebir mas daño del rreçebido; y avnque en el caminar por estos llanos Felipe Dutre no tuvo con los naturales ningunas guaçabaras, no dexo de padeçer las mesmas calamidades y persecuçiones de hanbres y tigeres, rrios y aguas que los demas, ynvernando a sus tiempos y deteniendose en este camino casi los propios dias que su governador se detuvo, siguiendo en el, como e dicho, las propias pisadas de sus antecesores hasta llegar a la provinçia del pueblo de Nuestra Señora, donde deteniendose alli para ynbernar y tomar mas claridad de la provinçia del Dorado, hallo rrastro y vestigios de Hernan Perez de Quesada, hermano del liçençiado Ximenez, que despues fue Adelantado, que poco antes abia salido con doçientos honbres del Nuebo Rreyno, y baxado a lo llano en demanda del Dorado, donde Felipe Dutre estubo algun tiempo perplexo e yndeterminable sobre si pasaria adelante siguiendo las pisadas de Hernan Perez, pareçiendole que aquellos a quien la fortuna abia metido por diversos caminos en la feliçidad y prosperidad de aquel Nuebo Rreyno, los llevaba tanbien por aquella via a entregalles otras nuebas provinçias mexoradas y mas prosperas que las que abian dexado de entre las manos, en donde en alguna manera con el oro y rriquezas que alli tomaron abian puesto calor a su abariçia y deshordenada codicia(B).
Mas esto no fue asi, porque mudando con mucha presteza la fortuna su rrueda contra estos que del Rreyno abian salido en busca y demanda del Dorado, los llevo a tierras muy asperas y dobladas146 y pobladas de muy altas montañas y arcabucos y desyertas de gentes naturales, donde dandoles doblada adversidad que les abia dado de porperidad147, les hizo padeçer muy extraños trabaxos, y siendo los mas muertos miserablemente, fueron vnos pocos que bivos escaparon a salir a las espaldas de Pasto, en la governaçion de Popayan, segun se vera mas largamente escrito en la primera parte desta Istoria, donde tratamos de las jornadas que del Nuebo Rreyno se hizieron.
Porque consideraba, y con mucha rrazon, Felipe Dutre y sus capitanes, que la gente que en el Nuebo Rreyno estaba no se moveria de aquella prospera tierra si no fuese teniendo guias çiertas que sin andar baçilando de vna parte a otra, les metiesen en el Dorado; y por estas cavsas se determino de seguillos e yr en su alcançe, pareçiendole que tierra donde tantas rriquezas y naturales abian dicho algunos yndios que abia, que no seria tan corta ni angosta que el y sus soldados no cupiesen en ella con los demas que delante yvan.
NOTAS AL CAPÍTULO I
(A) Lo que dice el Padre Aguado acerca de la sucesión en el gobierno de Venezuela por muerte de Spira, discrepa grandemente de la versión que da Fernandez de Oviedo.
«En la hora que aqui se supo (la muerte de Jorge de Spira) – escribe el autor de la Historia general y natural de las Indias– por el señor obispo Don Rodrigo de Bastidas, aunque avia poco que descansaba en su casa de esta cibdad, como buen pastor espiritual y çeloso del serviçio del Emperador, nuestro señor, determinó de yr en persona á aquella tierra de su dioçesis y gobernaçion, y porque para ello desde antes tenia poderes Reales, para que en defeto ó ausençia del gobernador gobernasse é proveyesse todo lo que convinniesse. E assi partió desta cibdad nuestra de Sancto Domingo quassi en fin de noviembre del mismo año, muy bien acompañado de mas de çiento e çinqüenta hombres, y con çiento y veynte caballos: y entre aquesta gente avia muchos hombres de bien y gente diestra para la poblaçion y conquista de la tierra.
»Bien creo yo que si su persona de este perlado no entendiera en esta armada, que no la ovieran tal los alemanes desde España sin despender assaz millares de ducados, y con despendidos, no fuera la gente tan al propósito. Y segund yo lo supe por carta del dicho señor obispo, fecha en Coro á doce de diçiembre de mill é quinientos é quarenta, desde á nueve días que partió de aqui llegó á aquella cibdad é á su Iglesia; é luego eligió por capitán general á Felipe de Huten, caballero aleman, persona noble y de buenas calidades, hasta en tanto que Su Magestad Çessárea, á suplicación de los alemanes Valçares, á cuyo cargo está aquella poblaçion é conquista, provea, ó confirme al que es dicho.
»Quando el obispo llegó con la armada que es dicho, halló en la tierra dosçientos caballos otros, y mas de tresçientos hombres hábiles y hechos á la tierra, y se espera que se ha de haçer mucho fructo. Dios lo guie á su sancto serviçio y le dé entendimiento á aquel Pedro de Linpias, del qual la historia ya ha hecho mençion, que sea buen adalid. Este estaba aqui, porque avia venido con las cartas y dineros que Fedreman escribió; y el señor obispo se le llevó consigo, como á hombre que se espera ser útil en aquella conquista, assi porque es lengua y plático en aquella tierra, como porque de su aviso ó de lo que ha visto en ella se tiene mucha esperança, para las cosas del tiempo presente». (Obra citada, tomo II, pág. 323).
Oviedo y Baños, siguiendo al P. Simón, coincide en lo esencial con el P. Aguado, y se equivoca al decir que Linpias había regresado desde el Nuevo Reino á Coro.
El obispo Bastidas tenia poderes de gobernador desde que se creyó que Jorge de Spira habia muerto tierra adentro.
(B) Felipe de Huten, que así se llamaba, según las Cédulas reales, y no de Urre, Ute, Utem, Uten ó Dute, como algunos le apellidan, salió de Coro, para emprender su jornada, en el mes de Agosto de 1541.
Le acompañaban: como alcalde mayor para la jornada, un caballero de Sevilla, llamado Rodrigo de Ribera, y como veedor, el contador Antonio de Naveros.