Kitabı oku: «Historia de Venezuela, Tomo II», sayfa 18
CAPITULO VEYNTE Y SSEIS
De como los amotinadores se conformaron con el parezer de Lope de Aguirre, y como Aguirre mato ciertos soldados.
Dende a pocos dias todos los amotinadores y la demas gente pleueya se conformaron y aprovaron la opinion y parescer de Lope de Aguirre para yr a Piru, y asi se confederaron con el y determinaron de yr a Piru y rrouallo y saqueallo y tiranizallo, haziendose señores del, y juntamente con esto enpezo Lope de Aguirre a usar y ejercer su oficio, enpezando a matar algunos soldados por tenellos el por sospechosos y que le parecia que mientras aquellos uiuiesen que el no ternia la uida segura.
Estaua en el canpo vn Garcia de Arze, que ariua se dijo quera muy amigo y conpañero de mucho tiempo atras del gouernador Pedro de Horsua, del qual temiendose Lope de Aguirre, y con la facultad que tenia de maese de canpo, lo prendio, y dando a entender a su general Don Hernando de Guzman lo mucho que ynportaua, para seguridad del canpo, que Garcia de Arze no fuese en el, le mando dar garrote, consintiendole que confessase primero, que fue cosa que con pocos se hizo; y porque no se espantasen algunos de aquello poco283, determino y concerto de matar a Diego de Balcazar, que auian echo justicia mayor del campo, porque dijo que rreceuio la uara en nombre del rrio284, la qual le auian ya quitado a yntercecion de Lope de Aguirre, pareciendole que honbre que tan osadamente auia hablado, tanbien tendria atreuimiento de hazer alguna cosa contra hellos. Fue, pues, vna noche Lope de Aguirre y ciertos amigos suyos a la cama dondestaua Diego de Balcazar, y sacandole della desnudo como le hallaron, y lleuandole a dar garrote. Entendiendo el efeto para que lo lleuauan, se les solto y echo a huir, dando muy grandes uozes «viua el Rey, viua el Rey», a fin de turvar y amedrentar con este nonbre del Rrey a los que le yban siguiendo, y uisto que no le aprouechava nada y que todauia le seguian, a fin de escaparse de sus manos, se arronjo de una barranca auajo, donde se lastimo muy mal; y como hera de noche, los amotinadores no curaron de seguille, y el se escondio, y otro dia de mañana, sauido el caso por el General, lo mando a buscar, asegurandole la uida, y asi se uino, y por entonces no le mataron.
Y comenzando Nuestro Señor a mostrar su diuinal justicia contra los principales amotinadores y matadores de Pedro de Horsua, permitiendo que vnos fuesen berdugos de otros, se derramo fama en el canpo, sin sauer quien ni porquien no, que Pedro de Miranda, mulato, alguacil mayor de los amotinadores, y Pedro de Hernandez, su pagador mayor, que auian sido en la muerte del Gouernador con los demas, pretendian matar a Don Fernando de Guzman, su general, y a ciertos capitanes del canpo; lo qual sauido o uenido a noticia de Lope de Aguirre, con la gran sed que tenia de ueuer o berter sangre vmana, y finxiendo que lo hazia con celo de la uida y honrra de su General y de los demas, prendio al Pedro de Miranda, mulato, y al Pedro Hernandez, y luego los mato, dandoles garrote; y nunca se pudo sauer a que hefeto pretendian matar a su general, ni aun, como se a dicho, quien dibulgo la fama.
Muertos estos, luego procuraron contentar con sus oficios a otros pocos panyagvados o priuados de los amotinadores, y asi nonbraron por alguazil mayor a un Juan Lope Zerrato, y el del pagador mayor a un Juan Lope de Ayala, y de aqui adelante comenzaron a matarse los amotinadores vnos a otros, y a tener entre si ynuidias, discordias y disinciones y darse crueles muertes, senbrando el demonio entre hellos la cicaña y ocasiones que para hellas heran menester.
CAPITULO VEYNTE Y SIETE
De como hizo Don Hernando theniente general a Juan Alonsso, y quito el cargo de maese de canpo a Lope de Aguirre285 por aplacalle.
Viendose Don Hernando de Guzman en aquel trono de Capitan general, acatado, ouedecido y rreuerenciado, pareciole que seria bien hazer particulares mercedes a sus amigos, honrrandolos con cargos preminentes de su cargo, para que conseruasen mas su amistad y conociessen que hera honbre gato286 a sus amigos y que pagaua rrealmente a los que hen algo le auian seruido; y por buenas hobras y otras cosas que de Joan Alonso Lauandera auia resceuido, le hera en mucho cargo, nonbrole por su theniente general de toda el armada, el qual hacepto el cargo y le rrindio las gracias por ello; y comenzando a usar su oficio de theniente general mandaua algunas cossas contra otras que Lope de Aguirre auia mandado, maese de canpo, auia mandado287, a fin de dalle desgusto, porquestaua mal con el por lo que auia pasado quando Lope de Aguirre se firmo en la ynformacion que auia echo Don Hernando «Lope de Aguirre, traydor»; y asi comenzaron a llenarse muy mal estos dos oficiales del canpo, desmandando el vno lo quel otro tenia mandado, por lo cual vbo contencion entre los soldados y capitan del canpo sobre qual de los dos cargos hera mas preminente y a qual auian de ovedezer.
Los amigos de Lope de Aguirre defendian el cargo de maese de canpo, diciendo ser mas preminente, y los de Joan Alonso de Lauandera, por lo contrario, y asi se declararon los dos la enemistad oculta quel vno contra el otro tenia. Don Hernando de Guzman, queriendo mitigar estas disensiones, y porque Juan Alonso de Lauandera hera mas su amigo y se auia mostrado sienpre en su fauor, lo procuro sustentar, quytando el cargo a Lope de Aguirre de maese de canpo y dandoselo a Juan Alonso de Lauandera, juntamente con el de teniente general que se tenia; y porque no pareciese que del todo desfauorecia a Lope de Aguirre, que hera muy buen comunero, y por dalle algun contento, lo hicieron capitan de a cauallo, y a Lorenco Salduendo lo hicieron capitan de la guardia, que hera el cargo que solia tener Juan Alonso de Lauandera; y Lope de Aguirre, viendo que no hera tienpo de tratar sobre el agrauio que se le hazia en quytalle el oficio de maese de canpo, disimulo con ello, hacetando el cargo que le auian dado de capitan de a cauallo.
Algunos amigos de Don Hernando, que conocian de mucho tienpo a Lope de Aguirre y sauian quan bengatiuo hera y bullicioso, le dijeron al Don Fernando que pues le auia quytado el cargo de maese de canpo a Lope de Aguirre que no curase de tenello mas consigo, porque hera honbre que uiendose fauorecido de amigos le auia de procurar matar por el agrauio que le auia echo de quytalle el cargo de maese de canpo, y que con matarle aseguraria su jente y an288 su persona, y si no lo queria el hazer, que les diese licencia, que hellos lo matarian. Don Hernando, como hera de mas tiernas entrañas que hera menester para el cargo que el tenia, hizosele de conciencia de matar a Lope de Aguirre, y asi no consintio ni quyso dar lugar a que lo matasen, por el qual se podra bien decir que quien a su enemigo popa á sus manos muere, antes por contentar a Lope de Aguirre, se fue luego a confederar con el y a desculparse de lo mal que se auia echo en quytalle el cargo de maese de canpo, y haciendole grandes ofertas le dijo que no tuuiese pena, que el le prometia y daua su fe y palabra de antes que entrasen en el Piru deboluelle el cargo de maese de canpo, y prefiriendose que luego que llegasen casaria vn hermano suyo questaua en Piru, llamado Don Martin de Guzman, con vna hija mestiza de Lope de Aguirre que tenia alli consigo, el qual, con rostro alegre aunque finxido, rrindio a Don Fernando las gracias del cumplimiento y ofrescimiento, y acepto el casamiento de su hija, mostrando que rreceuia muy grande merced hen ello.
El Don Fernando fue luego a uisitar la hija de Lope de Aguirre y dalle el parabien del parentesco, y le lleuo vna rropa larga de seda muy rrica, que auia sido del gouernador Pedro de Orsua, y le puso don y la comenzo a tratar como a cuñada. Todo esto temiendose que como Lope de Aguirre hera tan facinoroso y determinado y muy enparentado de amigos, y se andaua quejando del Don Hernando porque le auia quytado el cargo, no se amotinase contra el; y asi con el casamiento de la hija y el hermano se aplaco por entonces Lope de Aguirre y desimulo sus quejas, tratando y conuersando con el Don Hernando como antes ssolia.
CAPITULO VEINTE Y OCHO
De como Lope de Aguirre publico que Juan Alonso queria matar a Don Hernando, y el Don Hernando, sauido esto, dio horden como se matasse Joan Alonsso, y de como lo mataron.
En este tiempo crescia la enemistad entre Juan Alonso de Labandera y Lope de Aguirre, y multiplicauase de cada dia la mala voluntad del uno contra el otro.
El Lope de Aguirre, por la mucha enbidia que tenia al Juan Alonso de uello suuido en aquel trono de teniente general y maese de canpo, y a si desposeido y auatido y mandado del Juan Alonso, al qual asi mesmo le yuan a dezir algunas cosas que del decia Lope de Aguirre, con lo qual se endignaua contra el y buscaua horden y manera como matallo para asegurar su persona, y asi salia algunas uezes a buscar a Lope de Aguirre con determinacion de matallo, y sienpre lo a hallo aconpañado de sus amigos, por lo qual nunca pudo jamas hazer lo que pretendia. Lope de Aguirre, temiendose asi mesmo del Joan Alonsso de Labandera, uiuia sienpre con mucho cuidado de noche y de dia, teniendo sus espias y atalayas en el canpo, para que le diesen auiso de lo que pasaua, y andaua de contino armado el y sus amigos, que de noche ni de dia no se les quitauan las armas de encima. Juan Alonso de Lauandera, con la hinchazon del cargo, auiase echo algo mas souervio y graue, y procuraua de tener muchos amigos y allegados y mandallo todo por quytar de trauajo a su General. Tenia demas desto competencia el Juan Alonso con Lorenco Salduendo, capitan de la guardia, por amores de Doña Ines de Atienco, y cada uno dellos la pretendia tener por amiga, por lo qual se lleuavan muy mal los dos, y estaua el Lorenco Salduendo casi confederado con Lope de Aguirre, el qual nunca se dormia pensando en que modo tendria tienpo y ocasion para echar del cargo a Juan Alonso de Labandera y matallo.
Con esta bacilacion derramo por el canpo fama de quel Juan Alonso de Lauandera, no contentandose con el cargo de theniente general y maese de canpo, sino con anbicion de ser señor de todo, pretendia matar a Don Hernando y quedarse por general, lo qual despues de bien dibulgado entre todos y que ya se dezia publicamente, fue el propio Lope de Aguirre con algunos amigos suyos al Don Hernando y dijeronle como el Juan Alonso de Lauandera le pretendia matar y alcarse por general, y asi se lo zertificaron y afirmaron. El Don Hernando estuuo algo incredulo, por pareszelle que el Lope de Aguirre hera enemigo de Juan Alonso de Lauandera, y que por la enemistad que entre hellos auia, le lebantaua aquello.
Azertose hallar alli Lorenco Salduendo, y entendida la platica, zertifico al Don Hernando que hera uerdad lo que Lope de Aguirre decia, porque el lo auia oydo dezir por cossa muy cierta, afirmandolo con muchos juramentos, y con esto dio algun credito Don Hernando a lo que Lope de Aguirre le decia, y tanbien porque le dijeron que auia prometido Juan Alonso a un Cristoual Hernandez, muy grande amigo suyo, que le haria maese de canpo. Teniendolo por cosa cierta el Don Hernando, trato Lope de Aguirre que diesen horden como matasen a Juan Alonso de Lauandera y a Cristoual Hernandez, y quedase seguro el canpo, y estando ya determinado de matallos, y buscando lugar y tiempo comodo para hello, porque andaua Juan Alonso aconpañado de muchos amigos suyos, determino Don Hernando que se hordenase en su cassa vn juego de naipes entre el Juan Alonso y Cristoual Hernandez y otros, y questando alli descuidados el tendria preuenidos algunos amigos suyos, y el Lope de Aguirre entraria con sus amigos y los matarian; lo qual asi conzertado, Don Hernando de Guzman trato y hordeno el juego entre Alonso de Lauandera y Cristoual Hernandez, finxiendo que rreciuiria contento de que uiniesen a jugar a su casa; los quales por hazer lo que su general les mandaua y por dalle aquel plazer, se uinieron a jugar a casa de Don Hernando, poniendo algunos amigos suyos armados dentro de su casa, para que se hiziese como se auia conzertado con Lope de Aguirre.
Estando, pues, Juan Alonso de Lavandera y Cristoual Hernandez jugando, uien descuidados de lo que les estaua aparejado, fue auisado Lope de Aguirre, el qual luego a la ora, vino con algunos de sus amigos armados, y entrando donde estauan jugando los dos conpañeros con otros, les dieron alli de arcabuzazos y lanzadas y estocadas, zercandolos de la una parte Lope de Aguirre y sus amigos y de la otra los amigos de Don Hernando, y asi les dieron tan cruel muerte y arreuatada como hellos la auian dado a su Gouernador; y hecha esta buena hobra, y quyriendo Don Hernando pagar a Lope de Aguirre el auiso que le auia dado y el seruicio que le auia echo en matar a Juan Alonso de Labandera y a Cristoual Hernandez, y por contentalle y aplacalle y tenello propicio, le torno a nonbrar por maese de canpo, como antes lo hera; y porque los oficios de los muertos no quedasen bacos, dio el cargo que tenia Cristoual Hernandez de capitan de infanteria a vn Gonzalo Giral de Fuentes, muy su amigo y de su tierra; y con todas estas muertes y rrebueltas nunca zesauan las hobras de los uergantines questauan haziendo.
CAPITULO VEINTE Y NUEUE
De como los yndios, por cierto agrauio que les hizieron, salcaron289 y mataron ciertos españoles.
Los yndios de la prouincia de aqueste pueblo, nunca dejaron de uenir a rrescatar y contratar con los españoles, trayendoles la comida que podian a trueco de algunas menudencias que les daban, que hera mucha ayuda para el sustento de los españoles.
Viendose ya los traidores en su libertad para poder danificar a los yndios sin que nadie les pusiese estorbo290, acordaron señalarse en sus estremos de maldad con los yndios, como lo hazian entre si mesmos.
Viniendo vn dia zierta cantidad de yndios a rrescatar con los españoles, determinaron de engañarlos y prendellos y sujetallos para que le sirviesen, y asi les hizieron saltar en tierra, y diciendoles que entrasen en vn buhio, que los queria uer su General, los yndios, ynorando las crueldades y maldades destos traidores, como por la mayor parte son bien comedidos y mandados, entraron en el buhio que les mandaron y desque los tuuieron dentro los ataron y aprisionaron todos, lo qual visto por los demas yndios que auian quedado, se fueron y se alzaron y nunca mas boluieron a rrescatar, y los yndios que prendieron y ataron, dentro de pocos dias se les soltaron todos, de lo qual no solo causaron el alzamiento destos yndios y el no traher mas comidas al canpo, sino tanbien algunas muertes de españoles; porque como yban lejos por la comida, deuajo de la amistad y conmercio que con los yndios tenian antes, yvan quatro o cinco españoles solos por comida, y no creyendo que los yndios supieran uengar el daño y mal que les hicieron, fueron vn dia, como solian, de la otra uanda del rrio ciertos españoles a buscar yuca para hazer casaue, y auiendo saltado en tierra, los yndios les estauan esperando para dar hen ellos, los quales lo hizieron asi y mataron a Seuastian Gomez, capitan de la mar, y a un Molina, y a un Billarreal, y a un Pedro Diaz, y a un Mendoza, y a un Anton Rodriguez.
Pasaron de alli adelante mas nezesidad que hasta alli, y amedrentaronse tanto los españoles, que no osauan salir del canpo. Los yndios auian tomado tanto atreuimiento y osadia con los españoles que mataron, que uenian de noche por el rio y hurtauan las canoas que tenian los españoles para yr a buscar comida; aun que algunos quieren dezir questas canoas que los yndios vrtauan las soltaua de noche Lope de Aguirre y las dejaua yr el rrio auajo, a fin de que los soldados no se juntasen y se fuesen hen ellas alguna parte, y asi el mesmo Lope de Aguirre echaua fama que los yndios las hurtauan.
Que fuese lo vno o lo otro, en pocos dias se quedaron los españoles sin canoas, porque demás de ciento y cinquenta canoas que tenian, no les quedaron mas de hobra de veinte, y esas de las mas rruines y pequeñas, y asi permitia Dios que por vna uia y por otra fuesen muertos y castigados estos soldados.
CAPITULO TREYNTA
Que trata de zierto parlamento que Don Hernando hizo a los soldados por ynducimiento de Lope de Aguirre, y de como le tornaron a nonbrar por general, y se declararon los que no le querian seguir ni ser contra el Rey.
Auiendo ya Lope de Aguirre muerto en la forma dicha291 a Juan Alonso de Lauandera y el buelto a posesion de segunda persona del canpo, y enparentado con Don Hernando de Guzman por el casamiento de la hija y del hermano, tratauase y comunicauase con el muy afable y particularmente por dar a entender a todos su mucha priuanza y que no se haria mas292 de lo quel quisiese, para con esto atraher a si293 amigos, y al Don Hernando deziale o ynponiale en algunas cosas a fin de dalle a entender que le queria y amaua mucho; y como Don Hernando hera tan sinple y de tan cinceras entrañas, pareciale que todo lo que Lope de Aguirre le decia hera sin doblez ni cautela.
Lope de Aguirre, conociendo esta condicion del General, y que hera muy amigo de zerimonias esteriores, y para mas conuenzelle y acreditarse con el, le dijo que hera cosa muy necesaria para conozer la jente y soldados que lleuaua y sus yntenciones y los que tenian proposito de seguir la guerra, que los llamase y juntase vn dia a todos y les hiciese vn parlamento, dandoles a entender que si hellos no tenian boluntad de que fuese su general, que eligiesen a quien quisiesen, y que los que no quysiesen seguir la guerra de Piru, que tanbien se declarasen, porque no les harian fuerza a hello, y otras cosas a este proposito. A Don Hernando de Guzman le parecio vien lo que Lope de Aguirre le dezia, y determinandose de hazello asi, hizo juntar vn dia toda la jente del canpo en una plaza questaua junto a su casa, saliendo el armado y con vna partesana en la mano y aconpañado de todos sus amigos y de Lope de Aguirre y sus secaces, les comenco hablar en la forma siguiente:
Caualleros y señores soldados: muchos dias a que deseado hablar a vuestras mercedes generalmente, pareciendome e teniendo entendido que por auerme nonbrado y elegido por general algunos caualleros particulares, que los mas de vuestras mercedes estaran sentidos dello, por no auello echo con su consentimiento, dándoles parte dello. Mi yntencion nunca fue ni a sido dar ningun desgusto ni pesadunbre al mas minimo de todo el canpo, y si yo hacete este cargo de general, fue pareciendome que hen ello hazia algun seruizio a vuestras mercedes; el trauajo que el General294, y porque para hello fue rrogado e ynportunado de muchos caualleros y soldados, y no por la boluntad que yo tenia dello, pues sauen vuestras mercedes el trauajo que el General pasa en auer de seruir y contentar a todos, y tener gran cuenta y cuidado en todas las cosas particulares y generales que al vso y exercicio de la guerra son necesarias, y porque el que a de mandar un canpo como este, donde295 tantos caualleros y buenos soldados, es uien que sea eleto de consentimiento y a pedimiento de todos, para que con mejor gana hagan lo que conuiene a la guerra e les fuere mandado por su general, acorde ajuntar aqui a vuestras mercedes para decirselo, y publicarles en todos los que en el canpo ay, que persona con mas sagazidad y legalidad podra vsar y exercer este oficio de general, y ese elijan vuestras mercedes, pues para hello tienen toda liuertad, porque yo desde luego me esimo del cargo del general y lo dexo y cedo y traspaso en el que vuestras mercedes elijieren, al qual yo ovedecere como el mas pequeño soldado, y en señal de desistimiento y apartamiento que del cargo del general hago, que casi como bara de justizia traigo en las manos, hincando la partesana en el suelo se quito el sonbrero y se aparto hancia donde los suyos estauan, ayadiendo296 a su platica «y lo mesmo hazen estos señores oficiales del canpo, para que vuestras mercedes asi mesmo den los cargos y oficios dellos a quien mejor les pareciere y que mas provecho y utilidad y conformidad de todos sea», y asi hicieron los oficiales de Don Hernando la misma zerimonia que su capitan auia echo.
Los soldados y gente del canpo callauan, uiendo la cautela con que aquello se hazia, y aunque dijeran otra cosa no les auia de aprouechar nada, antes dello les pudiera rredundar la muerte, y tomando la mano en rresponder los amigos y panyaguados del Don Fernando de Guzman y de Lope de Aguirre, y siguiendoles en opinion y parezer la mayor parte del canpo, rrespondieron que la elecion fue echa muy en conformidad de todos, y que el cargo del general estaua muy bien empleado en Don Hernando de Guzman, y los demas oficios en quyen los tenian, y que si hera nezesario o conuiniente de nueuo lo tornauan a elegir y nonbrar por su general, y que a hellos les uenia muy ancho tener vn cauallero tan principal y generosso como el por superior y capitan, y asi le suplicavan que azeptase el cargo y usase de su oficio como asta alli lo auia echo. El Don Hernando de Guzman hazepto el cargo, y rrindiendoles fingidas gracias por ello, dixo que les agradecia mucho la buena boluntad que le tenian, y que dandole Dios gracia para hello, los gouernaria y mantendria en justicia, de suerte que ca297 dia fuese enrriqueciendo y aumentando sus personas y haciendas mediante las guerras que en el Peru pretendian tener, a donde lleuauan su derrota, y que ya hera notorio que en las guerras que contra el Rrey de Castilla en las Indias vnos la siguen de su boluntad y otros forcados, y que su yntencion y boluntad hera no hazer en aquello fuerza a nadie que cada uno dijese y declarase la yntencion que tenia, y que los que quysiesen seguir la guerra suya se era la tierra298 y todo lo demas que el lleuaua299, y que los que no, mouidos de algun buen zelo o aparenzia del, no la quysiesen seguir, que si fuesen tantos que bastasen a quedar seguros en alguna poblazon de yndios para poblar y sustentarse alli, que el los dejaria con vn caudillo que hellos escoxiesen, y partiria con ellos todo lo que tuuiese, assi de armas como de municiones y otras cosas, y si fuesen tan pocos que no uastasen a hazer esto, que el los lleuara consigo como hermanos y en el primer pueblo de paz los dejaria y de alli se yrian a donde quysiesen, y que por ningun temor no dejasen de declarar la boluntad y opinion que tenian, porque les daua su fee y palabra que por ello no correria ningun peligro sus personas y se haria con ellos lo quel dezia y prometia y que estuuiesen aduertidos todos que los que quysiesen seguir la tierra del Piru lo auian de firmar de sus nonbres y jurallo solenemente, proponiendo de sustentar y hazer la guerra a fuego y a sangre y ouedezer en todo a su General y Capitanes, y para esto tener entre ssi muy gran paz y conformidad, sin que aya disenciones ni rrebueltas entre hellos.
Dicho esto, todos los mas soldados dixeron que heran contentos de seguir la tierra del Piru y hazer el juramento como les hera mandado, y firmado de sus nombres, eceto tres soldados solos, los quales clara y aduiertamente dijeron a Don Hernando de Guzman y a sus secaces que no les querian seguir en nada contra su Magestad, porque no estauan en dispusicion dello, y ansi no auian de firmar ni hazer el juramento que se les pedia. Los traidores, algo paszificamente, les rrespondieron que pues hellos se auian declarado, y su boluntad hera no seguir aquella guerra, que no auian menester armas, y asi les quytaron las que tenian y despues les fueron matando disimuladamente, como se dira adelante. Y porque no es justo que los nombres de hombres tan leales y que antes quysieron poner sus uidas en rriesgo y detrimento que negar a su Rey y señor ni hazer contra el ninguna bileza, especialmente sauiendo hellos que aquello que dezian les auian de costar la uida, tuuieron por mejor perdellas que cobrar ynfamia de nonbre de traydor, carescan desta rrelacion, el uno se llamaua Francisco Bazquez, y el otro Joan de Bargas Zapata, y el otro Juan de Cauañas; y con esto se concluyo aquella junta, rreseruando aquella junta y juramento para otro dia; y quisiera sauer de que pueblos heran estos tres soldados para nonbrallos.