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Kitabı oku: «Historia de Venezuela, Tomo II», sayfa 32

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CAPITULO OCHENTA Y SIETE

Que trata de dos ssoldados de Aguirre que se pasaron al canpo del Rrey, y de algun seruicio que le fue tomado a Aguirre.


Ssauida por Lope de Aguirre la nueua dicha, que el sclauo le dio de la jente del Rreyno, rrecelandosse de que svs soldados no le hiziesen alguna levada510 y se huyesen, puso en ellos mucha mas guarda que asta alli, aunque antes siempre auia venido con ellos muy rrecatado, guardandolos y teniendolos enzerrados en aquel fuerte o zercado dondestavan, algunos de los quales deseauan hallar tiempo oportuno para se pasar, y con la mucha custodia que de sus amigos hen ellos tenia, no podian efetuar su proposito; y al fyn plugo a Nuestro Señor que dos soldados de Aguirre, llamados el vno Juan Rrangel y el otro Guerrero, hazertaron al tercero dia, que fue viernes, atener ocasion v oportunidad para salir del fuerte con sus alcabuzes, y en viendosse algo apartados del, escondidamente, sin que los uiesen los de Aguirre, se pasaron al canpo del Rrey, donde los rresciuieron con mucho contento, y ellos dieron noticia de como auia muchos quen breue se pasarian, y que no hera menester mas destarse por alli la jente del Rrey y defendiendoles las comidas, y que poco a poco se les uendrian pasando todos, y que quedauan para se pasar de los primeros vn Juan Geronimo Despindola, y un Hernan Zenteno, como otros diez o doze conpañeros.

Y con esta nueua y la que antes les auia dado Pedro Antonio Galeas, tenian de contino sus zentinelas y corredores de a cauallo los del Rrey sobre el fuerte de Aguirre, para que su gente no tubiese lugar de salir a buscar comida sin que fuesen todos; y asi, este propio dia, estos soldados que se pasaron con el Maese de Canpo y el capitan Brauo y otros quarenta soldados, fueron a dar uista al traidor, y poniendose donde podian ser oydos, dauan bozes, persuadiendo a los soldados de Aguirre a que se pasasen al Rrey, diziendoles que no esperasen a uer uitoria, porque auia llegado el capitan Brauo del Rreyno con duzientos honbres vien aderezados que les auian de poner en grande aprieto y desuaratallos, y que no esperassen auer batalla, pues si esperauan a esto los auian de matar a todos, sino que con tiempo se pasasen y gozasen del perdon del Gouernador.

Y estando con estas platicas, vieron ciertas piezas de yndios e yndias del seruicio de los amotinados, questauan lauando en vn rrio zerca del fuerte; y dejando alli alguna jente para muestra, se auajaron por otra parte oculta el Maese de canpo y el capitan Brauo con algunos de los que alli estaban, y dando en el seruicio de los traidores questauan en el rrio, se lo tomaron todo, y suviendolo a las ancas de sus cauallos, se boluieron con hello, sin que nadie lo estoruase.

Lope de Aguirre, viendo que ya se le atreuian mucho los de la uanda del Rrey y que los suyos se le enpezauan a passar, acordo ver si podia hazer algun daño en el canpo del Rrey, y hablando sobre hello a sus amigos, les dijo que se juntasen sesenta honbres, y que diciendo que yban a buscar comida, salieren aquella noche y fuesen a buscar donde estaua el campo del Rrey y diesen sobre hel y hiziesen el daño que pudiesen, y por la mañana se uiniesen rretirando, y que el saldria con la demas gente a socorrelles.

Rrouerto de Susaya, capitan de la guardia de Aguirre, y Cristoual Garcia, capitan de ynfanteria, a quyen este negocio se encomendo, juntaron la jente y salieron hazer lo que el traidor les mandaua, y andando aquella noche casi al quarto de la modorra, buscando el sitio donde estaua alojado el canpo del Rrey, azerto a pasar por zerca de donde hellos andauan vn capitan Rromero, que con ciertos compañeros venian de vn pueblo que tenian poblado, llamado la Villa Rrica, en vna prouincia que llamauan Nirua511, a seruir al Rrey; el qual dizen que sintio el mormullo y tropel de los traidores, y poniendo piernas a sus cauallos, fueron dando arma al canpo del Rrey. Otros dizen que este capitan Rromero nunca pudo sentir ni sintio a los sesenta alcabuzeros del Aguirre, porque andauan muy desuiados del camino por donde el pasaua, sino que por alli andavan ciertas yeguas zerreras, las quales, como los sintieron, se aluorotaron y corrieron, y pareciendole al Rromero y a los que con el yban que hera tropel de jente, corrieron como se a dicho y dieron arma512 a los del canpo del Rrey; y luego ensillaron todos sus cauallos, y corriendo hazia aquella parte donde el capitan Rromero auia sentido la gente, no hallaron rrastro de nada, y asi se uoluieron a rreposar.

Los sesenta arcabuzeros de Aguirre tampoco sintieron el aluoroto de los del Rrey, ni pudieron atinar donde estaua el canpo, y tanvien se echaron a dormir asta por la mañana, que les vieron las espias y atalayas questaban puestas por el Rrey, las cuales dieron luego alarma a los de su canpo, y poniendose todo a punto de guerra, salieron de su alojamiento en seguimiento de los sesenta alcabuzeros de Aguirre, los quales uiendo yr sobre si la jente del Rrey, se rretiraron en hordenanza hazia donde estaua el alojamiento de su canpo, y enbiando vn soldado delante, que diese auiso Aguirre de lo que pasava, se arrimaron a un chaparral o matorral de arcabuco questaua junto a una barranca, donde los del canpo del Rrey no podian llegar por ser toda jente de a cauallo, y alli se entretuvieron asta que Lope de Aguirre vino con ssocorro de la demas gente.

CAPITULO OCHENTA Y OCHO

De la escaramuza que tuuo Aguirre con los del Rrey, y como se passo Diego Tirado, capitan de a cauallo de Aguirre, al campo del Rrey.


Ssauido Lope de Aguirre el aprieto en que sus ssesenta alcabuzeros estauan, tomando consigo toda la demas gente, caualgo en vn canallo o yegua morzilla, y se fue lleuando tendida la uandera de su guardia, que hera negra toda y con dos espadas ensangrentadas, hazia donde su jente estaua rrecoxida, y juntandose con ellos, hicieron muestra de querer salir de aquel sitio donde estauan los del canpo del Rrey, que como se a dicho, hera toda jente de a cauallo, y abria hen ellos asta ciento y zynquenta honbres con cinco o seis arcabuzes; y biendo que alli no heran señores para poder ofender a los contrarios, hizieron muestra de rretirarse, y saliendo en su seguimiento Aguirre con sus soldados, dejaron el alojamiento que tenian, el qual luego lo ganaron los de la uanda del Rrey, los quales estauan en duda si rronperian con los de Aguirre o no, y andauanse corriendo o escaramuzando vien zerca del, a menos de ducientos pasos.

Lope de Aguirre mandaua algunos de sus soldados que por su horden disparasen sus arcabuzes, procurando con ellos hazer el mal que pudiesen en los del Rrey; y asi mesmo tenia aperceuidos cinquenta arcabuzeros que no disparasen, sino que con cada dos pelotas con hilo de alanbre, estuuiessen a pique para si los de a cauallo quysiesen arremeter; y con estar tan zerca los vnos de los otros y tirar los del traidor sus arcabuzes, algunos con buenas ganas, nunca hizieron daño ninguno ni hirieron honbre ni cauallo de los del canpo del Rrey, antes pareze cosa de milagro que se uieron algunas pelotas que dauan en los cauallos de algunos y se quedaban a hajadas513 sin enpezelles en cosa ninguna ni cortalles solo vn pelo, y que los del canpo del Rrey, de solo quatro o cinco arcabuzazos que tiraron le mataron Aguirre el cauallo en que andana y le hirieron dos soldados.

Andaua en estas rrebueltas vn Diego Tirado, capitan de a cauallo de Lope de Aguirre, en vna yegua escaramuzando o corriendo por delante de la jente de su canpo, y pareciendole buena coyuntura aquella para pasarse y ganar la uida que por sus demeritos y delitos atras cometidos tenia perdida, dio vna vez vna arremetida mas larga de las que solia otras uezes dar, y dejando su capitan Lope de Aguirre, se paso al Rrey delante de todos, diziendo a bozes: uiua el Rrey, biua el Rrey.

Resciuiole el Gouernador y los demas capitanes de su canpo muy bien, y el les dijo que en ninguna manera arremetiesen ni biniesen en rronpimiento, porque Aguirre tenia cinquenta arcabuzeros rreseruados, con quales514 haria harto daño, sino que se esparciesen de suerte que no les tirasen al terrero. La jente del Rrey lo hizo asi; y para dar animo a los demas soldados que con el traidor estauan a que se pasasen al Rrey, le dio el Gouernador al propio Tirado el cauallo que traya, y le mando que luego fuese y escaramuzase delante de Lope de Aguirre, que tenia mucha confyanza en el. El Aguirre, uiendo que asi se le auia passado, procurando desimular y encubrir su pena y daño, dijo a los suyos que no se turbasen, que el lo auia ynuiado con cierto mensaje.

Quando se paso Diego Tirado, andaua tanvien de a cauallo vn Francisco Cauallero, soldado de los del Aguirre, y como uio yr a Diego Tirado quysole seguir y pasarse con el, y fue tan desgraciado que el se corto o el cauallo se le estanco, de suerte que, sin poder pasar atras ni adelante, se quedo en el camino, mas zercano a los de Aguirre que a los del Rrey, y el traidor lo rrecoxio con los demas, y quando se bolvieron a rretirar, vn familiar de los del traidor, portugues, que se dezia Gaspar Diaz, se puso con vna aguja tras de la puerta del fuerte, y entrando el Francisco Cauallero se la tiro, diziendo «muera el traidor», y dandole por el arcion515 delantero, se lo paso, y con el el mienbro, que le dejo cosido con la silla por aquel lugar; y otros yban ya a segundar de mala y a acauarle, sino que Lope de Aguirre, conociendo la poca culpa que el Francisco Cauallero auia tenido en aquel negocio, mando que no lo matasen, sino que lo curasen.

Los del canpo del Rrey, no curando arremeter, se andauan fuera de toda horden, ansi corriendo y escaramuzando delante de la jente del Aguirre, y los del motin dejauan de tirar y jugar con su arcabuzeria.

Subsedio questando los vnos y los otros suspensos desta manera, sin pensar de uenir por entonzes en rronpimiento, vn soldado de los del canpo del Rrey, llamado Ledezma, atreuiendose al buen cauallo que tenia, dio vna arremetida hazia el canpo del contrario, el qual, como lo uio yr y que se le llegaua tanto, creyendo que se le pasaua, dijo a los suyos: «no le tireis, que este se uiene a nosotros», y llegando el Ledezma hobra de treinta o quarenta pasos del Aguirre y de su jente, en este conpas rrodeo en su caballo toda la jente del contrario sin que le hiciesen mal ninguno, y boluiendo al paraje por donde auia arremetido, bolvio las hancas, y diziendo: «viua el Rrey» se torno a su canpo, y aunque entonzes le tiraron muchos arcabuzazos no le hizieron mal ninguno.

Viendo, pues, Aguirre, que los contrarios le andaban tan zerca y que sus arcabuzeros no les hazian mal, dixo: «que es esto marañones, que vaqueros con zamarros de ouejas y rrodelas de vaca se me an de atreuer, y que bosotros no derriueis ninguno»; y dezia Aguirre esto, porque todos los mas del canpo del Rrey traian vnos zamarros de cueros de leon o de uenado que se vsan para el agua, y unas adargas de cuero de vaca, que se acostunbran en las Indias para la guerra de los yndios, y unas espadas uien mohosas, y algunas lanzas que se podian esperar en cueros.

Pareciendole mal Aguirre todas estas cossas, y que algunos de sus arcabuzeros que no tenian boluntad dañada tirauan antes al cielo que al suelo, y que hera uispera de desanparalle alli, comenzose a retirar y dar la buelta hazia su fuerte, lleuando casi a rrenpujones a los soldados y dandoles a algunos con vna sarjenta que lleuaua, porque les parecia que sse boluian de mala gana; y sin hazer mas daño del que se a dicho, se torno a rrecojer con sus ssoldados en su fuerte; y asi mesmo los del Rrey, pareciendoles que aquella uista que alli se auian dado con los amotinados hera uispera de auer uitoria, se boluieron muy alegres y contentos a su alojamiento, dejando sus espias y corredores sobre el fuerte y alojamiento de Aguirre, como solian.

CAPITULO OCHENTA Y NUEUE

Que trata como uisto Aguirre que sus soldados no herian a los del Rrey, propuso de dar la buelta a la mar.


Entrado Lope de Aguirre con su jente en ssu fuerte, y considerando el poco daño que auian echo en el canpo y jente del Rrey con el arcabuzeria, comenzo a uituperallos y desonrrallos, llamandoles de pusilanimes y couardes y de animos mugeriles, y que no auian sido para herir vn solo cavallo de los contrarios con tanta pujanza de arcabuzeria como tenian, y que mas tirauan a las estrellas del cielo con sus arcabuzes que a los contrarios que tenian juntos, en lo qual el conozia bien la yntencion y animos de todos los mas; que hiziesen en buena hora la guerra de aquella suerte, que si a el lo desuaratauan, para hellos seria la peor parte, y luego, con toda presteza, puso a la puerta del fuerte algunos de sus amigos, para que no consintiesen salir a nadie, como otras uezes lo auia echo; y pareciendole que los soldados que con tiuieza le seguian y los enfermos que en su canpo tenia, le heran estoruo o enpedimiento para no hazer su guerra vien echa, y que por hellos no se osauan desmandar como queria, acordo matallos a todos, y haziendo vna lista o memoria para hello, hallo que deuia matar cinquenta honbres y mas.

Y estando el en su pecho determinado de hazello, quyso primero dar parte516 algunos amigos suyos, los quales, uiendo la cruel carnezeria que el traidor queria hazer, pareciendoles que en ninguna manera podian escapar sin que hen aquella Gouernacion los desuaratasen, y que podrian ser castigados todos por aquella crueldad que su capitan queria hazer, o Dios que fue seruido que no se hiciese, les puso en corazon que lo estorvasen, y asi le rrespondieron Aguirre que no les parecia que se deuia hacer aquello, porque por uentura pensando que mataua a los culpaldos y tiuios, mataria a los muy leales amigos; y porfyando sobre esto con el gran rrato, le hicieron mudar el proposito malo que tenia, y lo dejo de hazer, poniendole tanbien por delante la mucha confianza que asta alli auia tenido en Diego Tirado, y como le auia desanparado el tienpo de la mayor nezesidad, y que asi podria ser auer entre sus soldados algunos de quyen el tenia mucha confianza, que despues le negarian, y matar algunos que aunque le parecia que estauan tiuios en las cosas de la guerra moririan por su defensa.

Lope de Aguirre, conuenido con esto y determinado ya de no matar los que tenia señalados, acordo quytalles a todos las armas, y asi los desarmo y mando a sus muy amigos que tuuiesen quenta con ellos y si los uiesen hazer algun senblante de huirse, que los matasen a todos; y juntamente con esto, pareciendole que en este camino para el Rreyno y Piru le hazian mucha rresistencia, y que podria ser desuaratarle y dejalle los suyos en el camino; acordo dar la buelta y boluerse con su jente a la mar, y enuarcarse en los nauios que pudiese, y tomar otra derrota e manera de vivir517.

Los del canpo del Rrei, rreconociendo el temor con que Aguirre estaua, nunca se quytauan del rrededor del fuerte treinta o quarenta de a cauallo, para ynpedilles que no saliesen a buscar comida, y porque biendolos tan zerca se animasen a huir algunos y pasarse al Rey, y asi el traidor no consintia salir ningunos de sus soldados, aunque fuesen de los mas amigos, a buscar comida, y asi pasauan entre todos tanta hanbre y nezesidad de comida que matauan los perros que tenian para comer, y algunas caualgaduras de las que auian traido.

Y biendo algunos, y aun los mas de los que el Aguirre auia puesto por guardas de la puerta del fuerte, la nezesidad que padezian y el aprieto en questauan, vno a vno y dos a dos se le huian y se yban a donde andauan y estauan las guardas del campo del Rrey; y porque no pareciese que del todo estaua desanimado y perdida la confianza de sus soldados y amigos, enbio vn dia destos o echo fuera del fuerte a ziertos capitanes y soldados arcabuzeros para que ojeasen al Maese de Campo y al capitan Brauo que con ciertos soldados de a cauallo se le auian llegado muy zerca a persuadir a los soldados de Aguirre que se pasasen al Rrey; y tomando por rreparo estos arcabuzeros del traidor vna hermita que alli estaua, para que los de a cauallo no les hiziesen mal, comenzaron a trauar platicas con los soldados questauan con el Maese de canpo y el capitan Brauo; y como todos heran soldados que no se auian bisto en otras rrefriegas de guerra, ponian mucha parte de sus armas en las lenguas, vituperandose los vnos a los otros; y como los de la parte del Rrey tratauan de traidores a los contrarios, tomabanlo por mucha afrenta y procurauan tiralles muy de ueras con sus arcabuzes.

Estaua el capitan Brauo diziendo a sus propios soldados que no hera de buenos tratar mal con palabras a sus contrarios, especialmente siendo de su nacion, y que antes los auian de persuadir con buenas palabras a que se pasasen a su Rrey. Vno de los contrarios, mestizo, llamado Juan de Lescano518, pareciendole que el capitan Brauo se auia señalado mucho en aquellas refriegas y que estaua entonzes descuidado hablando con sus soldados, le tiro de muy buena gana vn arcabuzazo, y quyso Dios que fuese algo auieso y le diesse en el cauallo, el qual cayo luego, y creyendo los vnos y los otros que el cauallero y el cauallo auian sido heridos de muerte, los de la uanda del traidor dieron muy gran grita de alegria, porque asta alli no avian echo otro tanto, y los del Rrey, llegandose a su capitan y hallando no le auer herido mas que el cauallo, le dieron luego alli otro y se rretiraron y apartaron del fuerte.

De los soldados que en este tiempo se avian pasado o pasaron al canpo del Rrey de los del traidor, dieron auiso como Lope de Aguirre tenia presupuesto determinado de yrse o boluerse a la mar, y que auia desarmado a muchos diziendo que ya que se le huyesen no queria que se lleuasen519 armas conque despues le hiziesen la guerra; y asi el General del Rrey y su Maese de canpo tenia mandado a las guardias o espias que auian puesto, que tuuiesen gran uijilancia en uer y entender quando Aguirre cargaua su carruaje para dar la buelta, y diesen auiso dello en el canpo para ylles a dar alcanzes y desuaratallos si pudiesen, los quales lo hizieron assi.

CAPITULO NOUENTA

De como se passaron todos los ssoldados de Aguirre al canpo del Rrey y le dejaron ssolo con un ssoldado llamado Anton Llamosso.


Viendo Lope de Aguirre la mucha nezesidad de comida que pasaban en el fuerte, y que cada dia se le huian algunos soldados, acordo de hecho dar la buelta, y un lunes por la mañana, que hera uispera de San Simon y Judas520, auiendo ya comunicado ssu partida con sus amigos, quyto todas las armas a la mayor parte de sus soldados, y cargandolas con las demas municiones en las caualgaduras que alli tenian, dixo que diesen la buelta. Los soldados le dixeron que donde qneria yr y los queria lleuar sin harmas para que los matasen y dagnifycasen los contrarios, y que demas desto, no hera cosa honrrosa ni prouechosa para hellos boluer atras, sino pasar adelante; y esto le decia con521 mucha osadia.

Lope de Aguirre, uiendo que la jente se le desuergonzaua y enojaua, acordo boluerles las armas, por uer si podia hacer del ladron, fyel, pidiendoles perdon, y diziendo que aquel yerro auia echo, y no otro, en toda la jornada, que le perdonasen, que teniendo entendido qne sus boluntades e yntenciones heran muy al contrario de lo que entonzes mostrauan, los auia desarmado. Algunos no quysieron rreceuir las armas, como honbres afrentados de lo que Aguirre auia hecho, a los quales el propio Aguirre en perssona yba a rrogalles que las tomasen, no atreuiendose a husar del rrigor que asta halli, por que ya no hallaua en sus secazes tanta calor para hazellas como de antes; y esto le parecio porque en esta sazon quyso matar a su capitan Juan Geronimo de Espindola, porque le rrespondio atreuidamente a ziertas quexas que el traidor daua de sus marañones, que quando se le huian en la Margarita y Burburata los soldados que ni los hiciera buscar y biera entonzes los que le auian quedado y le heran amigos522, pero que el y sus amigos traian a muchos forzados en su conpañia; que no se marauillase de que le negasen, especialmente haziendoles las hobras que les hazia, y nunca hallo, como se a dicho, calor en sus amigos para matar a este Espindola.

Otros le dieron por parezer que ya que se queria boluer, que hera mejor caminar de noche que no de dia, porque no serian vistos del canpo del Rrey, y asi no les seguirian; y estando en esta grita y barahunda asomaron sobre el fuerte el capitan Brauo y el Maese de canpo con alguna parte de su jente, y comenzaron a dar bozes que se pasasen al Rrey y no siguiesen al traidor que los queria lleuar engañados; y estando en estas y en otras platicas, vieron que ciertas piezas del seruicio de Aguirre andauan en el rrio, y el Maese de canpo y el capitan Brauo acordaron yllas a tomar, lleuando consigo otros catorze o quinze soldados, y bajando escondidamente hazia donde las piezas estauan, dejaron mandado a las espias que si alguna jente saliese del fuerte hazia donde hellos yban, que con vna espada desnuda les hiziesen señal para que se guardasen.

Algunos de los amigos de Aguirre estauan con sus arcabuzes ojeando a los demas del Rrey que sobre la uarranca auian quedado, dandoles uoces y llamandoles que se pasasen, los quales vieron yr al Maese de canpo y a los demas que yban a tomar las piezas, y dando auiso dello a Lope de Agairre, enuio luego a su capitan Joan Geronimo de Espindola con asta quinze arcabuzeros a que fuesen a rrecoxer las piezas y que estoruasen a los del Rrey que no las tomassen. Las espias, como uieron yr a los arcabuzeros del Aguirre hazia donde el Maese de canpo estaua, comenzaron a hazer señal, y no curando el Maese de canpo de la señal que se le hazia, siguio su camino adelante hasta que llego a bista del capitan Espindola y de los demas que el Aguirre auia enuiado, y luego, como los uio, dio la buelta para rrecojerse, porque no le hiciesen algun daño con los arcabuzes.

El capitan Espindola y los demas, como los uieron rreboluer, apresuraron el paso para alcanzallos, y llegando algo zerca dellos, dijeron: biua el Rrey, caualleros; viua el Rrey, caualleros, a muy grandes uozes, y el Maese de Canpo y el capitan Brauo y los demas, como oyeron la boz del Rrey, esperaron y azercandose o juntandose los unos con los otros se saludaron muy amigablemente, y los de a cauallo rreciuieron a los otros a las ancas de sus cauallos y se suuieron con ellos a la uarranca. El capitan Espindola les dijo que se esperasen y estuuiesen por alli a uista del fuerte, que todos los mas se les pasarian; y tomando consejo el capitan Brauo a todos estos ssoldados, se fue con acuerdo del Maese de campo a dar quenta de hello al Gouernador y General, que estauan en el alojamiento con la demas jente.

Uisto por los otros alcabuzeros de Aguirre questauan ojeando a los de la varranca, la pasada del capitan Espindola al canpo del Rrey, acordaron hazer hellos lo mismo, porque les parecio que se les hazercaua su perdicion y que todos los demas auian de hazer lo mismo; y asi, estandolos mirando Aguirre y creyendo que yban hazer alguna aremetida, se fueron a donde estaua el Maese de campo y los demas, diziendo: viua el Rey, que a su seruicio venimos, y luego dijeron al Maese de campo que se auajase al fuerte, porque los que estauan dentro no se defenderian, sino que luego se le darian, que heran los de quyen Aguirre se temia. El Maese de canpo luego con los que alli estauan, comenzo a uajarse hazia el fuerte.

Viendo los que dentro del fuerte auian quedado que ya se azercauan sus contrarios, queriendo gozar de los perdones, delante de su capitan Lope de Aguirre se salieron del fuerte, y caminando hazia donde el Maese de campo uajaba, lo rreciuieron con la voz de «biua el Rey», y le dijeron como quedaua solo Lope de Aguirre y le auian desanparado todos, sino ssolo vn Anton Llamoso, que hera capitan de su guarnicion, que quedandose dentro del fuerte con Aguirre dixo quel auia sido su amigo en la uida que tanuien lo queria ser en la muerte; y asi todos estos soldados se boluieron aconpañando al Maese de canpo del Rrey para quytar la uida al traidor de su capitan.

El Maese de Campo, uiendo la uitoria que entre las manos tenia, enuio luego vn mensajero de los que alli estauan de a cauallo para que por la posta fuese a dar auiso de lo que pasaua al Gouernador y al General y a los demas; lo qual sauido por ellos, luego todos de tropel se partieron hazia el fuerte donde estaua Aguirre. Otros dizen que al tienpo quel traidor de Aguirre estaua fuera del zercado, mirando sus arcabuzeros el daño que hazian en los que sobre la uarranca les estauan dando bozes, que los soldados que auian quedado en el fuerte del salieron por vnas flacas paredes de bahareques que a las espaldas tenia, despues de auer uisto la pasada de los demas y que no tenia Lope de Aguirre quyen boluiese por el. Sea de la una manera o de la otra, hellos se fueron y le dejaron ssolo.

Uiendolos el yr delante de sus ojos, crehese que diria entonces Aguirre: «O marañones, que bien me dezia Antonico que me auiades de dejar en manos de mis enemigos», como otras vezes, lo auia dicho quando se le huia algun ssoldado.

510.De leva, que en sentido figurado significa escaparse, huirse, retirarse.
511.En la edición de Caracas: Nirgua.
512.En la edición de Caracas: dieron alarma. —Dar arma es forma anticuada que significa llamar á un centinela ó á los soldados para que se prevengan de un ataque del adversario.
513.Ahajar es forma anticuada de ajar, maltratar, destruir. – En la edición de Caracas: atajadas.
514.Debe ser: con los cuales; pero falta el artículo los.
515.Debe ser: arzón.
516.En la edición de Caracas: quiso dar parte primero.
517.En la edición de Caracas: de venir.
518.En la edición de Caracas: Liscano.
519.En la edición de Caracas: que le llevasen.
520.Esto es, el 27 de Octubre.
521.En la edición de Caracas: decían, que es lo gramatical.
522.Aqui debe faltar algo, que complete el sentido.
Yaş sınırı:
12+
Litres'teki yayın tarihi:
30 haziran 2017
Hacim:
510 s. 1 illüstrasyon
Telif hakkı:
Public Domain
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