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Kitabı oku: «Historia de Venezuela, Tomo II», sayfa 31

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CAPITULO OCHENTA Y QUATRO

De como Lope de Aguirre llego con su canpo a la zivdad de Uarquysimeto.


El Gouernador Pablo Collado, que a causa de zierta enfermedad que tenia se estaua en el Tocuyo, acordo hazer muchas zedulas de perdon para todos los que, dezanparando las tiranicas vanderas y rreduziendose al seruizio de su Rey y señor, quysiesen gozar de su clemencia y misericordia, a los quales en su rreal nonbre les hazia merced de la uida y les daua seguro que por lo que tocaua aquella rrebelion y alzamiento, pasandose antes de uenir en rrompimiento, no serian castigados por ningunas justizias. De mas desto, scriuio vna carta particular para Lope de Aguirre, rrogandole que no curase de andar mas fuera del seruicio de su Rrey y señor, y que se rredujese y boluiese a la ouediencia de su Magestad, que el le daua su fee y palabra de en lo que a el tocava de usar de toda clemencia y missericordia, y de no quytalle la uida, sino enbiallo a su Magestad, con quyen seria parte para que se confirmase495 lo que el hazia, y que sino queria vsar de aqueste medio, para euitar las muertes y daños que dende en adelante podian suceder, que se pusiese su pretension en las armas entre solos los dos, y el que matase al otro, como a benzedor, se le diese la ouedienzia. Todo lo qual envio el Gouernador a su general Gutierre de la Peña para que lo pusiese de manera que todo hello uiniesse a manos de Lope de Aguirre y de sus soldados, el qual dejo todos los perdones puestos en las casas de Barquysimeto, en partes donde si entrasen los topasen los soldados.

Pasada la noche, y uiniendo el dia siguiente, que hera miercoles veinte y dos de Otubre, Aguirre alzo su campo y cargo su carruaje y artilleria que lleuaua en las vestias, y con la mejor horden que pudo, comenzo a caminar hazia el pueblo de Barquysimeto, mandando y echando uando entre los suyos que al soldado que de la hordenanza y conpañia se apartase solos tres pasos, los que mas zerca se hallasen lo pudiesen matar a arcabuzazos o como quysiesen.

El general Gutierre de la Peña, teniendo noticia de como ya se azercaua a aquel pueblo Aguirre, pusose con su jente, que serian hasta ochenta honbres, en cauallos, enzima de una barranca, questarian hobra de vn tiro de arcabuz del pueblo, hazia la parte del Tocuyo, del qual alto señoreava y ueia uenir la jente de Aguirre, y asi mesmo los de Aguirre lo vian a el y a los suyos; y biendolos Lope de Aguirre que ya estauan muy junto al pueblo, y que los del Rrey lestauan esperando, hizo alto en vna playa quel rrio que pasa por junto al pueblo hazia, y juntando toda su jente, hordeno y conpuso su banguardia de sus mas amigos y de quyen el mas se confyaua, poniendolos a todos a punto de guerra y diciendoles lo que auian de hazer y trayendo todo el bagaje tras si con alguna jente de rretaguardia, comenzo a hazercarse al pueblo. Los de la uanda del Rrei, asi mesmo, bajaron de la uarranca donde estauan y caminaron hazia el pueblo.

Aguirre, ya que comenzo ha llegar a los arrauales de la ciudad, hizo muy gran salua haziendo disparar en alto todos los mas de sus arcabuzes, con buenas cargas para que disparasen mejor y espantasen mas los contrarios, y luego hizo que tornasen a cargar todos los arcabuzes y echandoles cada dos pelotas trauadas la vna de la otra con hilo de alanbre algo grueso y de largo de dos palmos, que quanto por delante topa, corta. Traia asi mesmo tendidas quatro banderas de caupo y dos estandartes.

Desta suerte, caminando los unos y los otros, vinieron a entrar todos a una en el pueblo, aunque por diferentes partes, como se a dicho, en donde se uieron vien cerca los unos de los otros; y dizen algunos que entre los de un canpo y el otro se trauo escaramuza por algunos soldados, y esto no es creyble, porque dentro del pueblo no se podia trauar escaramuza sin que, o de los vnos o de los otros, salieran algunos heridos; y lo mas cierto fue que auiendo llegado los del canpo del Rrey tan zerca de los de Aguirre, como se a dicho, estuvieron por arremeter y zerrar con ellos y desuaratallos y rronpellos si pudiesen, y no falto quyen dijo que no conuenia, por el mucho rresguardo que los peones tenian en las casas del pueblo, e asi se rretiraron y boluieron a la uarranca donde antes estauan, lo qual fue lo mas hacertado, porque si entonzes arremetieran, pudiera ser que los hirieran y lastimaran muy mal, a causa de que los soldados de Lope de Aguirre no sauian si se vsaria con ellos de clemencia o si los castigaria, y asi procuraran uender sus vidas bien bendidas.

Al tiempo que los del Rrey se rretiraban, el maese de canpo Diego Garcia de Paredes tomo consigo ocho conpañeros de a cauallo, y rrodeando por donde los de Aguirre no los uieran, fue y dio sobre su rretaguardia, que aun no auia llegado al pueblo, y les tomo quatro vestias cargadas con alguna rropa y poluora y municion, que hizo arto prouecho a los del canpo del Rrey, porque esos pocos arcabuzes que tenian los tenian sin poluora.

El Aguirre se alojo con toda su jente y canpo dentro de una quadra de solares que estaba en el pueblo, zercada de mas de dos tapias en alto, toda almenada a la rredonda, que llamaron El Fuerte, la qual heran vnas casas del capitan llamado Damian del Varrio; y rrecoxiose Aguirre con su jente en este zercado por dos causas: la una, por estar mas guardados y seguros los soldados de quyen el tenia sospecha que le abian de desanparar y pasarse al Rrey.

Los del canpo del Rrey estuuieron en la barranca asta bien tarde, esperando por uer si se les pasaua alguno de los soldados de Aguirre; y bisto que ya hera tarde, se fueron a sus alojamientos, dejando halli doze hombres de a cauallo para zentinelas y espias de lo que los contrarios hazian.

CAPITULO OCHENTA Y ZINCO

Que trata de la platica que Aguirre hizo a su jente sobre los perdones que se hallaron del gouernador Pablo Collado, y de una escaramuza que de entranbos canpos obo.


Aguirre, viendo que ya la jente del Rrey se le auia quitado de enzima, dio licencia a sus soldados para que se esparciesen por el pueblo y casas del, y buscasen todo lo que pudiesen auer para sus perssonas, y rrouasen a diestro y a siniestro, como solian; los quales, aunque pusieron toda diligencia hen ello, no hallaron sino solamente las cedulas que Pablos Collado, gouernador, auia enuiado, porque todo lo demas dello abia guardado sus dueños y dello les auian rrancheado sus propios conpañeros.

Sus496 amigos de Aguirre le dieron luego noticia de las cedulas de perdon que se hallauan en las casas de aquel pueblo, y no paresciendole vien que tan presto sus soldados hallasen misericordia, los llamo y junto a todos, y les dijo: Señores, e sauido que en este pueblo aveis hallado algunas zedulas del Gouernador desta Gouernacion, por las quales os ynduze a que os paseis a el y que os perdonara todos los daños que aueis hecho. Yo señores, como hombre espirimentado en estas cossas y que os deseo todo el vien que para mi propio, os quiero desengañar dello, y os digo que no cureis de fyar ni confyar en palabras de gouernadores ni en papeles ni firmas suyas, porque vien se nos deue acordar que matastes al Gouernador Pedro de Orsua y a su theniente y a otros muy amigos suyos, y a vuestro Prinzipe y todos sus capitanes, y al Gouernador de la Margarita y Alcalde y vecinos della y otras mill muertes y destruiciones de pueblos que aueis hecho, que en España ni en las Indias no avido honbres que tal ayan echo, y todas estas cossas yos certifyco que el propio Rrey de justicia no las puede perdonar, quanto mas un llicenciado de dos nominativos como Pablo Collado; y si no mira que auia echo Tomas Bazquez ni Piedrahita ni los otros capitanes que teuian ya los perdones del mismo Rrey y le auian seruido toda su uida, y bino despues con todo esto vn bachillerejo de no nada y les corto las cauezas. Pues osare yo apostar que mas daños y muertes auemos hecho nosotros en vn dia que todos quantos se an alzado en las Indias contra el Rrey. Cada uno mire por si y no se crea de ligero ni haga cosa que presto se arrepienta; que como otras uezes e dicho, en ninguna parte podeis estar mas seguros que en mi conpañia, en la qual uiuireis segura y descansadamente. E ya que el Rrey os quiera perdonar o perdone, los deudos, parientes y amigos de los que aueis muerto os an de perseguir por sus personas y procuraros quytar las uidas, pues por quanto quereis veros perseguidos y corridos y ausentados y que no aya estanciero ni calpiste497 que no os uitupere y baldone y os llame de traidores y aun procure poneros las manos, y esto yo os lo profetizo que si me desanpararedes y os pasaredes al Rrey que sola vna muerte me an de dar a mi, pero a bosotros tres mill generos de mill muertes y auatimientos; y nadie cure hazer yncapie ni confianza en estos papeles que aqui an hallado del Gouernador, por que son vna fruta para todos nosotros bien mala y dañosa y que deuajo de buen color y gusto tiene muy cruel ponzoña, y concluyo con lo que otras vezes e dicho: que procuremos uender nuestras uidas muy bien bendidas y hagamos lo que somos obligados, que si agora pasaremos trauajos, adelante tendremos descanso, y si agora tuuieremos hanbre, adelante tendremos artura, y si agora peregrinamos es para yr y pasar a la tierra que pretendemos, que es el Peru, donde todo nos es deuido, y llegados a el abra cada uno el premio de su travajo.

Y dicho esto, y biendo que las casas del pueblo les heran dañosas, porque por ellas podian entrar los enemigos cubierta o escondidamente, mando quemar las mas dellas, dejando para rreparo de sus arcabuzeros algunas casas questauan comodas para hello; y quemandose vnas casas que estauan zercanas a la Iglesia, salto el fuego hella498 y quemose. Otros dizen que vno de los soldados de Aguirre, llamado Francisco Rodriguez de Gueuara, le pego fuego, y biendo Lope de Aguirre que la Iglesia se quemaua, por dar alguna muestra o aparienzia de cristiano, mando luego sacar los ornamentos e ymaxines que en ella auia, y asi no se quemo todo.

Viendo los del Rrey que Aguirre auia quemado aquellas casas y dejado otras para poder mejor ofender y rrepararse, luego, aquella propia noche, pegaron fuego a las otras casas que auia dejado el traidor por quemar y para su resguarda; y asi quedo todo el pueblo quemado y asolado, sin auer en el en pie mas de sola la casa y sitio donde estaua alojado Aguirre con su jente.

Hechas estas buenas hobras, bino la noche, en la qual anbos canpos durmieron con vien poco rreposso, temiendose qual auia de dar a qual, pero de anbas partes se hizo tan bien, que de donde se alojaron nunca hizieron por aquella noche ningun mudamiento, aunque todauia los del canpo de su Magestad, con la justizia que de su parte tenian, se atreuieron a acometer, y fue que esta propia noche, ya que queria amanescer vino el maese de canpo Diego Garcia de Paredes, con algunos amigos suyos a cauallo con cinco arcabuzes, quera toda el artelleria del canpo del Rrey, zerca de donde estaua Aguirre, y disparandolos y haziendo otros alborotos, desasosegaron al contrario y le pusieron en arma; el qual luego se puso a punto y a pique con todo silencio; y auiendo ya amanecido y biendo donde estaua el Maese de canpo, y la demas gente que le auian dado el arma499 y alvorada mando salir escondidamente de su fuerte y alojamiento quarenta arcabuzeros para que fuessen a dar sobre los que estauan con el Maese de canpo.

Los quarenta arcabuzeros lo hizieron tan fyelmente que, casi sin ser sentidos, fueron a dar sobre los del Rrey que les auian alborotado, los quales, ya questauan algo zerca, los uieron, y sacando las flacas armas que tenian y balerosos esfuerzos y animos para poner las uidas por la honrra de su Rrey, les esperaron para darse con ellos de las harmas; los quales viendo que ya los del Rrey les auian uisto y que sin ningun temor los esperauan, no curaron de arremeter, mas deteniendose algo lejos, comenzaron a disparar algunos arcabuzes, de los cuales nunca hirieron a nadie, ni los del Rrey asi mesmo hicieron daño alguno en sus contrarios, y de conformidad, dejando los puestos uirgines y sin ninguna sangre derramada, sse retiraron cada esquadron o compañia hazia donde estaua su canpo o alojamiento.

Dizese que aqui, desta uez, entre estos quarenta arcabuzeros de Aguirre y los questauan con el Maese de canpo de parte del Rrey, se trauo una muy peligrosa y braua escaramuza, y que sin que ouiese ningun herido, se rretiraron anbas partes, como se a dicho. Yo lo tengo por difycultoso500 que se ouiese trauado peligrosa y braua escaramuza sin peligrar nadie; y el dezillo desta suerte deue de causar501 la poca espiriencia que el autor que esta rrelacion dio tenia de cosas de guerra, porque a qualquier uista que le dauan en que disparauan arcabuzes, la llama escaramuza y muy braua y peligrosa; y asi haze en su Istoria o rrelacion de donde esto se trasunto, memoria de muchas escaramuzas, y en todas hellas no se hallara que hayan herido vn solo honbre. Hello deuia ser, como se a dicho, que de lexos se saludaban, y todos sse guardauan muy bien, que ni los vnos querian matar ni los otros que los matasen.

CAPITULO OCHENTA Y SSEIS

De vna carta que Lope de Aguirre enuio al gouernador Pablo Collado, y de un esclauo que se huyo del canpo del Rrey al del traydor.


El propio dia que Aguirre entro en Baraquysimeto llego el capitan Pedro Brauo de Molina con la jente que de Merida saco a la ciudad del Tocuyo, donde hallo al gouernador Pablo Collado, sin ningun pensamiento de hallarse presente en el canpo del Rrey; y an502 algunos echaron fama que tenia puestos sus desinios en rretirarse hacia el Nueuo Rreyno de Granada, si Aguirre saliera con uitoria de Barquysimeto.

El capitan Pedro Brauo de Molina, viendo quan frio estaua el Gouernador en yr aquella jornada, comenzole a persuadir y dezir lo mucho que ynportaba hallarse el presente en el canpo de su Magestad, porque rrepresentando como rrepresentaua la persona del Rrey, los soldados y otros vecinos se animarian hazer lo que heran obligados, esperando quel, como Gouernador, viendo lo que cada vno tajaua503, se lo gratifycaria; de mas de que no conuenia a su onor ni al cargo que tenia, hazer lo contrario.

El Gouernador puso por escusa su enfermedad, diziendo que a causa della no auia podido hazer mas, pero que, pues el capitan Pedro Brauo hera de aquel parezer, que el se esforcaria a caminar e yria al canpo, y juntamente con esto le rrindio las gracias del socorro que le daua; y pareciendole que hera honvre de sufyciente juicio y autoridad para rregir y governar vien la jente de su canpo, le nonbro luego por su theniente general, asi en las cossas de la guerra como en las del gouierno, y por capitan de a cauallo, y desto le dio muy vastante poder y conduta. Los soldados del capitan Pedro Brauo no quysieran que su capitan hazetara estos cargos ni que se metiera devajo de la uandera del Gouernador, sino que, como capitan que uenia de otro distrito, se estuviera por si, y con su uandera y jente hiciera lo que deuia; mas al capitan le parecio que hera mas honrra y prouecho suyo y de sus soldados azetar los cargos que el Gouernador le daba, y al fyn lo hizo asi, y con ellos entendio durante el tienpo questuvo en el canpo, en seruir al Rrey muy bien.

Demas desto ofrecio el Gouernador a los soldados que auian ydo en su socorro con el capitan Brauo, que si tenia nezesidad de algunas cosas de auio para sus soldados y criados que se lo dijese y lo proueheria, algunos de los quales, mas por entender asta donde se entendia la liueralidad del Gouernador que por aprouecharse de lo que les podia dar, dijeron que les proueyesen de lo que auian menester y que hellos se obligarian a pagarsselo, porque gratis no querian nada, sino en todo seruir al Rrey y a ssu costa. El Gouernador les dijo que hera contento, y luego mando a vn mercader que a cada soldado le diese para su auio vna dozena de herraje, que son beinte y quatro herraduras con sus clauos, y no mas, y con esto le parecio que hirian los soldados bien pertrechados y a poca costa, los quales le rrindieron las gracias por el auio y no quysieron rreceuir cosa alguna del, y quedaron con alguna ocassion de pasatiempo o murmuracion de la largueza del Gouernador; y luego, el propio dia, se partieron el Gouernador y el capitan Brauo y los demas que de Merida avian salido, y otros que de otro pueblo llamado Trujillo, de la propia Gouernacion, se auian juntado, que hirian por todos mas de sesenta honbres, y caminando parte de la noche, el siguiente dia504, en amaneciendo, yendo caminando hazia donde estaua el general Gutierre de la Peña, llego vn mensajero con vna carta que Lope de Aguirre screuia al Gouernador, y deteniendose a uer lo que hen ella dezia, fue leida de suerte que todos la entendieron, y lo que hen ella se contenia hera esto:

«Muy magnifico señor: Entre otros papeles que de vuestra merced en este pueblo se hallaron, estaua vna carta suya a mi dirigida, con mas ofrecimientos y preanbulos que estrellas ay en el cielo; y para conmigo y mis conpañeros no auia necesidad de que se tomase ese trauajo, pues se yo asta donde llega su ciencia, y en lo que toca hazerme mercedes y fauorezerme con el Rrey505 fue superfluo lo que vuestra merced me ofreze, porque bien se yo que su priuanza ni pujanza no llega al primer nublado, y si el Rrey despaña ouiera de pasar por la lid que entre vuestra merced y yo se hiciera, yo lo hazetara y aun diera a vuestra merced las armas abentajadas; mas todos los tengo por ardides de los que vsa con ellos506 caualleros que ganaron y poblaron esta tierra para que vuestra merced, con sus dos nominativos, les uiniese a rrouar su sudor, con titulo de dezir que viene hazer justicia; y la justicia que se le haze es ynquyrir como conquistaron la tierra, para por esta uia hazelles guerra.

»La merced que de vuestra merced quiero, es que no curemos de tentarnos las corazas, pues saue vuestra merced lo poco que hen ello puede ganar, porque mis compañeros se an dado tan poco por sus perdones quanto es rrazon, y tienen prosupuesto de uender las vidas muy vien bendidas.

»Yo no pretendo nada en esta tierra mas de que por mis dineros me provean de algunas caualgaduras y de otras cosas, que, demas de pagallas muy bien, rreseruara vuestra merced su Gouernacion y pueblos della de artos daños que yo y mis conpañeros le haremos si por otra uia nos quysieren lleuar, porque en las muestras que en la tierra emos uisto, nos an puesto alas y espuelas para no detenernos hen ella; que por vnas caperuzas o sonbreros y lanzas que por huir vnos soldados de vuestra merced dejaron en el camino, emos uisto quan medrados estan los demas.

»Y boluiendo a la carta, no ay para que vuestra merced diga que andamos fuera del seruicio del Rrey, porque pretender yo y mis conpañeros por las armas hazer lo que hizieron nuestros antepasados, no es yr contra el Rrey, porque al que nos hiziere las hobras ternemos por señor, y al que no, no le conozemos; y asi a muchos dias que nos desnaturamos de España y negamos al Rrey della, si alguna obligazion de seruille teniamos, y asi hizimos nueuo Rrey, al qual obedecimos, y como uasallos de otro señor vien podemos hazer guerra contra quyen emos jurado de hazella sin yncurrir en ninguna nota de las que por halla se nos ponen; y concluyendo en todo digo que como vuestra merced y sus rrepublicanos nos hizieren la uezindad, que asi les haremos las hobras; y que si nos buscaren, que aquy nos hallaran las manos en la masa, y mientras mas ayna nos dieren el auio que le suplico me den, con mas breuedad nos yremos desta tierra.

»No me ofrezco al seruicio de vuestra merced, porque lo terna por fynxido ofrescimiento. Nuestro Señor, la muy magnifica persona de vuestra merced &. Su servidor, Lope de Aguirre

Leyda esta carta, el Gouernador rrespondio a los questauan presentes: «Pluuiera507 a Dios que el subceso desta guerra se dejara entre mi y Aguirre, que aunque el desgarra tan largo por su carta, yo hiciera con el lo quel dize que hiciera conmigo, y a buen sseguro que nos quedaramos con la uitoria. Mas, pues que Dios lo quiere asi, demosle gracias, que nuestros pecados deuen ser causa de tanto mal, que asta aquy viniesen alcanzarnos las centellas del Piru, y darnos estos desasosiegos, y ponernos en aprieto»; y todo esto tan aconpañado de lagrimas, que pusso admiracion a los questauan presentes en uer que508 con quanto sentimiento hablaua el Gouernador; y asi se murmuro largo esta rrespuesta, lo qual sintio el Pablo Collado y despues se la pagaron todos acauada la guerra.

Y caminando aquel dia, a ora de mediodia llegaron a donde estaua el general Gutierre de la Peña con la demas jente, los quales, con la llegada del capitan Brauo y de los demas que con el yban, rreciuieron tanto animo y contento y alegria, que la duda que asta halli tenian de la uitoria se les convirtio en vna muy cierta esperanza de auella, y se tenian ya por tan vencedores como si tuuieran muerto al traidor.

El capitan Brauo, a fin de animar509 la jente del Rrey y admedrentar los contrarios, entro diziendo y publicando que en su pueblo, que hera Merida, quedaua vn Oydor del Nueuo Rreyno con quinientos honbres, y que el benia con hobra de ducientos soldados a entender los desinios del Aguirre; y sucedio que luego, en aquel ynstante o aquella noche, se huyo vn sclauo del propio canpo del Rrey a donde estaua Lope de Aguirre, y le dijo que entonzes auia llegado vn capitan del Rreyno con ducientos honbres, y que el los auia visto y traian muchos aderezos de guerra. El Aguirre mostro no hazer caso de lo quel negro le dezia, pero sus soldados lo creyeron, y luego se les cayeron las alas, y no las tenian todas consigo, pareciendoles quera mucha jente la quel sclauo dezia, y que no podrian dejar de ser muertos o desuaratados, y asi propusieron muchos dellos den hallando oportunidad, huirse y pasarse al canpo del Rrey, para gozar de los perdones que el Gouernador les daua.

495.En la edición de Caracas: conformase.
496.En la edición de Caracas: los.
497.Calpixque, mayordomo ó capataz encargado del gobierno de los indios y del cobro de los tributos en una encomienda.
498.Debe ser á ella.
499.En la edición de Caracas: el alarma.
500.En la edición de Caracas: dificultad, en lugar de dificultoso.
501.En la edición de Caracas: acusar. – El autor dice que la poca experiencia del que le hizo ese relato fué causa, etc.
502.An, por aun.
503.Debe ser errata y querer decir: trabajaba.
504.En la edición de Caracas: al siguiente dia.
505.Aquí se hace punto en la edición de Caracas.
506.Para formar sentido debía decir esos, en vez de ellos.
507.En la edición de Caracas: pluguiera. – Esto es lo que debiera decir el original, pero no lo dice.
508.Este que, huelga.
509.En la edición de Caracas: avivar, en vez de animar.
Yaş sınırı:
12+
Litres'teki yayın tarihi:
30 haziran 2017
Hacim:
510 s. 1 illüstrasyon
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Public Domain
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