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Kitabı oku: «Historia de Venezuela, Tomo II», sayfa 8

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CAPITULO TERZERO

Como el general Pedro de Orsua ybito cierta traicion que los yndios mussos le hordenaron, y como poblo la ciudad de Tudela de Navarra.


Pasadas estas cossas, el General y sus españoles se estuuieron algunos dias sin hazer salida, por no vsar de la seueridad que hera menester con los yndios para castigallos y domallos y trahellos á su amistad; porque como los yndios es jente que pocas uezes viene a lo bueno sin auer primero pasado por lo malo de la guerra, jamas por rriquirimientos ni admonestaciones ni otras exortaciones que les auia hecho, auian querido venir á la amistad de los españoles; y uiendo los yndios que los soldados no se diuidian ni les dauan ocasion que les pudiesen hazer algun daño, acordaron hellos hurdir vna cautela y traicion, para con ella hazer el mal que pudiesen á los nuestros, y uerdaderamente lo hizieran y muy mucho con lo tenian hordenado, si Dios todopoderoso no permitiera que su traicion fuera descuuierta y en ella mesma castigada su maldad, lo qual paso desta manera.

Juntaronse todos los yndios de aquella comarca, que heran muchos en numero, con desinio de hazer su echo muy a su saluo, y enviaron seis yndios a los españoles y a su General a dezille que hellos estauan ya cansados de tolerar los daños de la guerra, y que deseauan uiuir en ocio y en quietud y seruilles amigablemente; que los rresciuiesen en su amistad, y que por principio y señal de paz hellos todos de conformidad les querian hazer vna sementera muy grande, de que los españoles tuuiesen el maiz que ouiesen menester para su sustento, sin que les fuese necesario yrselo a tomar hellos, y que para que los yndios acudiesen a cauar y senbrar les señalasen el sitio y lugar donde querian que la labranza se hiziese, porquel sesto dia acudirian todos a la labor. El General, ynorando el doblez y malicia destos uaruaros, rreciuio con mucha alegria la jente e mensajeros que con esta enbajada le uenian y azepto la paz y amistad que le ofrescieron; y para mas atraher asi el animo destos y de los demas yndios, dio a los mensajeros bonetes colorados y camisas y otros rrescates con que los contento mucho, y tornandolos a ynbiar les dijo que para el dia que auian señalado acudiesen ha zierta parte que les señalo, donde auia un poco de arcabuco o montaña, y quen lo raso que por halla zerca auia, que hera tierra cultiuada, harian la sementera. Los yndios se fueron, y el General quedo muy confiado de que el trato hera cinceramente hecho, y que no abria otra cosa mas de lo que alli se auia conzertado, y ansi pensaua meterse descuidadamente entre los yndios a asegurarlos y por esta uia hazelles perder el animo, si alguno tenian.

Estando en esta esperanza y con esta confianza sucedio, permitiendolo Dios, asi por quel134 daño que a los españoles les estaua aparejado no ouiese efecto, que se solto de poder de los yndios musos que heran en este conciliabulun, vna yndia mosca que tenian cautiua, y se uino derecha a donde los españoles estauan alojados, y descubrio el concierto y trato que los yndios entre si tenian hordenado y hecho para matarlos a todos. El qual hera enboscarse la mayor parte dellos entre el alcabuco questaua junto a la labranza que se auia de hazer, y los demas hazer obstentacion y muestra de que querian cumplir lo que auian prometido, y en entrando los españoles entre hellos, que no podian dejar de entrar descuidadamente, cojellos en medio y matallos a todos, como en efeto lo hizieran. De todo esto fueron frustados los yndios, de manera que su yntento no obo efeto.

En este tiempo pareciole a Pedro de Orsua que para que los soldados se animasen a mejor cufrir y tolerar los trauajos de la guerra, con la esperanza de permanescer en aquella tierra, que seria cosa azertada y aun muy necesaria, poblar; y quiriendolo efetuar, junto todos los soldados que consigo tenia; dijoles lo que pretendia hazer; a todos les parecio uien y cosa muy hazertada, y para que la poblazon tuuiese mas fuerza y uigor hellos mesmo se lo pidieron y rrequirieron. Orsua lo efetuo, y en el caso hizo ciertas cirimonias que acostunbran hazer los pobladores de nueuas colonias en estas partes de Indias, segun que en diuersos lugares desta Istoria lo tengo rreferido, que son, suuirse el Capitan sobre un cauallo armado de todas las armas que tiene, y alli, delante de todos los soldados y gente que consigo lleua, dize en alta boz que el quiere en aquel sitio o lugar poblar un pueblo o ciudad en nonbre del Rrey de Castilla, cuyo subdito y vasallo es. Si ay presente alguno que pretenda rrepunarselo y contradecirselo, que salga alli a defenderselo y estoruarselo por su persona y armas, y a conuatirse con el sobre hello. Hecho y dicho esto, y visto que no ay contradizion alguna se apea de su cauallo y alli dize que funda y asienta y aze prencipio de un pueblo o ciudad en nonbre del Rrey, y se aposesiona en el como cosa pertenesciente a la Corona real de Castilla, y en señal de posesion echa mano a su espada y por aquel canpo tira tajos y rreuesses, cortando aruoles y lo que por delante topa, y luego, en medio deste sitio y plaza del pueblo, a de ser yncado vn madero grueso por rrollo o picota, donde dize y manda que sean executadas las justizias que los ministros del Rrey mandaren hazer contra los delinquentes y malhechores. Luego nonbra dos alcaldes, y ocho rregidores, y un procurador de ciudad, y un mayordomo, y un alguazil, en quien quedo todo el gouierno de la rrepublica, y estos son mudados cada un año, por el dia de Año nueuo, primero de Henero.

Haze luego traza del pueblo de la manera y horden que a de ser edificado, y conforme a la traza que se haze señalan a todos los uezinos por su horden solares, dando el primero a la Iglesia y luego al Capitan y luego a las otras personas principales, de suerte que conforme a la traza que se haze queda el pueblo fundado; y asi se uan edificando en el por sus quadras, que son vnos quarteles cuadrados diuididos en quatro partes yguales, y por cada frente del quartel queda una calle, y las quatro partes del quartel son quatro solares, y estos se dan a quatro personas o a dos, como quieren, y ansi se ban dilatando y estendiendo la poblazon del pueblo o comarca de la placa, que tanbien es quadrada, y es vna quadra de quatro solares con sus calles, que della salen, que son ocho calles, dos por cada esquina, por donde muy acomodadamente se gouierna y anda y manda todo el pueblo.

Desta manera el general Pedro de Orsua, en el propio sitio dondestaua alojado, poblo, y con estas propias cirimonias, la ciudad que llamo Tudela de Nauarra, cuya fundacion fue muy rregocijada y solenizada por todos los españoles questauan presentes, segun es costunbre.

CAPITULO QUARTO

Como el general salio con algunos españoles de la tierra de los musos a dar quenta de lo que auia echo a la rreal Audiencia, y como los Oydores le mandaron que boluiese a entrar acauar de pacificar la tierra de los mussos.


Poblada ya la ciudad de Tudela de Nauarra y dada horden en las cosas que a el parescio queran nezesarias para su perpetuidad, acordo el general Pedro de Orsua salir de la tierra a dar quenta a los Oydores que lo auian ynuiado, de lo que auia echo; y dejando en el pueblo la horden que les parecio ser necesaria para que los yndios, que todauia se estauan de guerra, no ofendiesen ni dagnificasen a los españoles y soldados que en el pueblo quedauan, tomo consigo treinta conpañeros, y con ellos se uino la uia de Santa Fee, donde al presente estauan los Oydores, los quales, auida rrelacion de todo lo quen Muso auia pasado y pasaua, tornaron a rrogar a Pedro de Orsua que se boluiese a su pueblo que auia poblado, aprouando y dando por bueno todo lo que hen el auia hecho, pareciendoles que si el propio que lo poblo no asistia en el y procurando sustentarlo, que no seria perpetuo, por la gran soueruia y obstinacion con que los yndios se defendían y procurauan ofender a los españoles; y asi mesmo le rrogaron y encargaron que, pues tenia copia de jente consigo para boluer a entrar en los musos sin peligro, que fuese bojando los terminos y confines de los musos y moscas, y uisitando por esta uia la tierra para mejor uer y entender lo que hen ella auia, prometiendole de nueuo que en premio y gratificazion de lo que en esta jornada auia trauajado y adelante trauajase, que luego que tuuiese la tierra pacifica y quieta, le darian la comission y facultad que le auian prometido de la jornada del Dorado.

El General, con esta confianza, y por conplazer a los que le heran supiriores y le podian hazer bien y mal, obo de boluer a entrar en los musos con los soldados que auia sacado y con otros que de nueuo se le juntaron, rrehaciendose de nueuas municiones de poluora y plomo y otras cosas necesarias para la guerra; y asi boluio a principiar su jornada, que de nueuo le hera encargada, por aquella parte por donde los yndios llamados panches confinan con estos musos, y desde aqui fue bajando, casi en circulo rredondo de medio arco, la tierra de los musos por desta uanda de Santa Fee y Tunja, por donde le sucedieron algunas guazauaras y peleas con los yndios musos, que siguiendo la natural ynclinacion de sus uelicosos animos, le salian en mucha cantidad a el camino a estorualle el pasaje, y le yban de hordinario siguiendo y dando caca y alcance en la rretaguardia, donde ni le aprouechaua a Pedro de Orsua enboscadas ni otros enbustes y zeladas que los hazia, en que matauan muchos de los que en su seguimiento venian, porque cada dia se juntauan mas yndios y los yban siguiendo con mayor ostinacion. Y entre otros saltos135 que en los baruaros hizieron, fue vno el que dire, que en parte fue gracioso enbuste de parte de los españoles y auisado de parte de los yndios, sino que al fin pagaron.

Iban vn dia en seguimiento de los españoles muy gran numero de yndios, ofendiendolos y dandoles caca y grita, la qual hellos hazian sin rreceuir mucho daño, porque la aspereza y agrura de la tierra les hera muy apta y acomodada para conseguir su pretencion, y acaso, aunque tenprano, llegaron a vn pedazo de tierra llana, la qual les parecio a Pedro de Orsua aparejada para hazer salto en los yndios, y asi, aunque contra boluntad de algunos soldados, se alojo alli aquel dia. Los yndios estuvieron desuiados a la mira, porque aquel lugar no les parecia acomodado para su prouecho, donde Pedro de Vrsua, antes que amaneciese, enbosco toda la mas de la gente de a pie y de a cauallo que consigo traia en distintos lugares, y para que los yndios que acudiesen al alojamiento, como suelen, a uer si se les auia oluidado algo, tuuiesen en que se ocupar y entretener, de suerte que se llegasen y juntasen muchos, hizo, por consejo de Farfan, soldado de su conpania, cortar las piernas a dos puercos de los que consigo lleuauan y dejallos alli, en el propio alojamiento, entre los rranchos; y luego que fue de dia, el carruaje comenzo a marchar con solos quinze soldados que hiziesen muestra y cuerpo de guardia a los yndios que lleuauan el bagaje.

Los musos, que ya a esta ora estauan puestos por los altos espiando quando los españoles se apartasen del alojamiento, para uajar a buscar los rranchos y a quemallos, echaron de uer en la jente que yba marchando y bieron que de los del dia antes auian uisto faltaua vn cauallo blanco, y en rreconociendo esto sospecharon la celada que les quedaua puesta y comenzaronse a dar uozes los vnos a los otros y a decir en su lengua: teneos, no uaxeis, quesos uellacos quedan ay escondidos para matarnos, porque ayer yba con esta jente vn cauallo blanco, y agora no ua aqui. Con estas voces no obo yndio que osase uajar, y ansi se estuvieron gran rrato del dia, hasta que uieron que no avia ninguna bullicion ni mormullo de jente, ni la podian descubrir, por questauan los españoles enboscados en lo hondo de un arroyo montuosso o arcabucoso que cerca de la rrancheria estaua, donde no podian ser uistos de los yndios si no fuese entrando en el propio arroyo; y con esta confusion, y como uian andar los puercos xarretados por el alojamiento, tomauales muy gran cudicia de bajar, y por otra parte, como e dicho, el temor rrefrenaua su deseo y apetito, asta que, finalmente, ynuiaron dos yndios de poca estimacion que se azercasen al alojamiento y rreconociesen y biesen se auia jente escondida, y enuiaron estos dos yndios de quien hazian poco caso porque si los españoles los matasen no ganasen hen ello ninguna honrra.

Los dos yndios se azercaron al lugar donde los españoles auian estado alojados, y como no vieran ninguna jente mas de aquellos dos puercos jarretados, aunque lo auian mirado y buscado muy bien, comenzaron a dar boces y a llamar muy apriesa la jente que a la mira estaua, y a dezilles que uajasen sin temor ni rrecelo a gozar de la presa quentre las manos tenian. Los yndios y jente que a la mira estaua, oydas estas palabras y zertificazion que se les daua, comencaronse arojar por aquellas sierras auajo y azercarse con gran behemenencia136 y presteza a la rrancheria. El General se estuuo quedo con los demas españoles questauan puestos en el salto, y luego que vieron que auia bajado gran cantidad de yndios a lo llano y questauan puestos en lugar donde podian ser ofendidos, salieron a hellos los españoles de la una enboscada y comenzaron a herillos y azellos vyr hazia donde los demas soldados estavan enboscados, donde heran rreceuidos con la propia furia que los demas soldados auian arremitido; y alli fueron muchos yndios muertos y descalabrados, de suerte que traxeron bien a su costa los acometimientos que el dia antes auian echo en los españoles y en su rretaguardia, sin que ninguno de los soldados rresciuiesen notable daño ni muriese en esta arrimitida, donde los yndios quedaron tan castigados y escarmentados con la burla que se les hizo, que despues por todo el camino que de alli al pueblo de Tudela auia, nunca mas acometieron ni siguieron a los españoles.

Llegado Orsua al pueblo, se ocupo algunos dias en pazificar la tierra y en hazer por su persona algunas salidas a unas y a otras partes, asi de noche como de dia, pretendiendo por vna uia o por otra, por rrigor atraher asi a la amistad de los españoles aquellos belicosos yndios, donde mediante su yndustria y trauajos algunos yndios de los questauan mas zercanos al pueblo uinieron a dar la paz y a rrecebir, mas con biolencia que con amor, el amistad de los españoles que por estremo hellos aborrescian y deseauan uer fuera de su tierra y muy apartado de sus poblazones.

CAPITULO QUINTO

Como el general Orsua se torno a salir de Muso y con su salida se despoblo el pueblo o ciudad de Tudela. Escriuese como despues fue poblada esta tierra y oy137 permaneze el pueblo que hen ella se poblo.


Hera grande el anhelar que Pedro Orsua tenia por enprender y hazer la jornada del Dorado, y asi no tenia ningun rreposo consigo ni podia sosegar ni entrar por la tierra de Muso, y asi procuro darse toda la priesa que pudo a pascificar los rreueldes, por uoluerse a salir con titulo de que ya auia echo lo que le auia sido encargado y mandado por los Oydores, para que hellos no tuuiesen ocasion de negalle la jornada que le auian prometido; pero por mucho que trauajo y andubo y trasnocho, como poco ha dije, jamas pudo pazificar sino los menos, y esos de paz no firme ni estable, sino como suelen decir muy de sobre peyne; y como tenia tan fijos sus desinios en ssalir a principiar la otra jornada que tan caro le bino a costar, dejo la tierra en el estado que dicho, y encargando el gouierno della y del pueblo a los alcaldes hordinarios, se salio a Santa Fee con muchos amigos que alli tenia, muy buenos soldados, no enbargante que todos los uezinos de aquel pueblo y personas en quien los yndios estavan encomendados rreclamauan, contradiciendole la salida, pues con ella estaua claro que el pueblo se auia de despoblar y no se auia de sustentar; y aunque para ynpedille esta jornada los becinos hizieron todo lo quen si fue, asi por uia de amistad y ruegos como por autos y rriquirimientos, poniendole por delante lo que tocaua al seruicio del Rrey y sustento de aquel pueblo, todo fue de ningun efeto, porque haziendose el General sordo a todo, se obo de salir y desanparar los que con tanto trauajo de sus personas auian echo y trauajado, y aun questo esta ya escrito en el lugar que e rreferido, no dejare de decir aqui, aunque me detenga un poco, el subceso desta ciudad de Tudela de Nauarra, y aun el que oy tiene la prouincia, en breues palabras.

Luego que el General se salio y los yndios sintieron su ausencia y salida, comenzaronse a rreuelar de todo punto, como antes lo estauan, y aun uenian con gran desverguenza en quadrillas y manadas a ponerse sobre el pueblo, y a dar gritas y aun hazer algunos acometimientos a los españoles, los quales, por auer quedado pocos en numero y mal pertrechados de poluora y plomo y de las otras cosas necesarias al sustento de la guerra, no osauan ni podian salir a rresestir ni echar de si a los enemigos, y lo que peor hera, no heran parte para yr a buscar maiz por las poblazones comarcanas al pueblo, y asi uinieron a padecer necesidad de pan, porque todauia les auia quedado ganado de puercos y bacas para algunos dias.

Los soldados y becinos, viendose obpresos y molestados con tan peligrosa carga y multitud de henemigos como cada dia sobre si tenian, que claramente les hera manifiesto y notorio que si con alguna ynprudente obstinacion pretendiesen sustentarse en aquel pueblo por conseruar la memoria de la fundacion, que se ofrecian y ponian en las manos de sus enemigos, en peligro de perecer alli entre los yndios nesciamente, donde fuera mas perpetua la temeridad de su lucura que la fama de lo que hen ello hiciesen entre los españoles, si por sustentar el pueblo los matasen los yndios, acordaron de comun consentimiento salirse todos de noche, con lo que pudiesen sacar, porque de dia pudiera ser que los yndios lo estoruaran la salida, y aun les hicieran arto daño; lo qual pusieron en efeto con todo cuidado, saliendose de noche del pueblo con mucho silencio y quietud, de suerte que asta que fue de dia, que los yndios los uieron, no fueron sentidos; pero entonces se juntaron y los fueron siguiendo como a jente que ya yba de huida, donde Diego Garcia de Paredes, natural de Plasencia, que fué maestre de campo del Rrey contra el amotinado Aguirre y le corto la caveza, hizo vn hecho tan animoso como generoso.

Entre los demas soldados y jente que de Muso salían y a138 un pobre honbre que sacaua unas baquillas para su uibienda, que no tenia otro posible, y en algun tiempo heran de algun balor. Este hombre, biejo, biendo que los yndios le uenian dando caza y que por conseruar su ganado yba a peligro de ser muerto, y que de los demas soldados hera poco socorrido, encomendose en este Digo139 Garcia de Paredes, rrogandole que por amor de Dios no lo desanparase. Diego Garcia tomo con tanto coraje y tan determinadamente la defensa deste pobre honbre, que determino quedarse con los amigos que le quisieron acompañar en la rretaguardia de todos, donde los yndios yban haziendo algun daño; y temiendose Diego Garcia que el cauallo no fuese ynstrumento y causa de hazer alguna cosa yndina de su balor y nonbre, porque confiado en su ligereza no boluiese las espaldas a los enemigos, le corto alli las piernas y le dejo dejarretado en el camino, y el se fue poco a poco a pie con sus armas a cuestas, deteniendo con singular balor suyo y de sus conpañeros la furia de los uaruaros que los uenian siguiendo con mucho brio, y asi salieron peleando de contino de toda la tierra de los musos, lo qual fue causa de grandes daños que despues estos yndios musos hicieron en sus comarcanos y aun pusieron en condicion toda la demas jente del Rreino de alcarse, por lo qual despues, por el año de sesenta, fue proueido el capitan Luis Lanchero para la pazificacion desta tierra. Entro hen ella con jente española y con mucha municion de arcabuzeria y perros, hizo muy grandes castigos en la tierra, poblo zerca en de140 Pedro de Orsua auia poblado a Tudela de Nauarra, otro pueblo que llamo la ciudad de la Trenidad de los Musos, que oy dia permaneze, aunque con contina guerra que sienpre los yndios hazen a los españoles y haran mientras duraren, donde se an descuuierto, cerca de la propia ciudad, muy rricas minas de piedras verdes, que llaman esmeraldas, de gran estimacion y balor, porque se an sacado destas minas muy muchas piedras esmeraldas que an balido muy gran suma de dineros. Anse descuuierto ansi mesmo rricas minas de oro fino, y esperan labrarlas con otras de plata que andan rrastreando; y demas desto se a poblado en esta prouincia de los musos otro pueblo que llaman la billa de La Palma, por la parte que los musos confinan con los yndios panches.

La causa de ser tan prolija y turadera la guerra destos yndios, dejado aparte sus brios y obstinacion con qne pelean, ques mucho, porque en el Rreino no se hallado nacion141 que en esto llegue a ellos, lo mas principal es la yerua fina de que usan, con la qual hazen toda la guerra, porque todos los lugares y caminos y comidas y arboles frutales y lugares de qualquier suerte que sean donde españoles puedan llegar e presuman que llegaran, todo lo vcupan con puyas vntadas con esta yerua, con las cuales si se pican o lastiman de suerte que hagan sangre, es dificultosa su sanidad y cura, que todos los mas mueren rauiando y despedazandose y haziendo uisajes y personajes con los ojos y con la boca y con todo el cuerpo, y les da vnos rrecios tenblores y parasismos con que espantan y atemorizan a los que los uen, y si algun herido desta yerua escapa, es mediante la gran carneceria que en el luego yncontinente ques herido se haze, cortandole toda la carne que la yerua va atocando, asta que no le quede cosa tocada, y asi un solo yndio y vna sola vieja suelen hazer guerra a muchos españoles con solo ocuparles los caminos y pasos con puyas; y con esta ayuda de yerua que los yndios tienen, permanezen en sus rreueliones o las mueben cada uez que quieren y les parezen, y si esto no tuuieran142 muchos años a questuuieran ya pazificos y aun muy vmilldes.

Mas segun de pocos años a esta parte a dado esta tierra muestra de rrica de esmeraldas y oro y plata, se puede con muy gran razon decir por ella que las cosas muy preciadas no se an ni alcanzan sino con mucho trauajo y gasto, porque demas de lo que en pazificarla an trauajado los españoles y lo mucho que en su pacificacion se an gastado en dineros, en diversas ueces que hen ella an entrado, es cosa zierta que an muerto los yndios mas de ducientos españoles, parte de los quales a tomado a manos, y biuos, con crueldad de baruaros, los an despedazado y sepultado en sus uientres, por ques jente toda hella que comen la carne de los enemigos que matan en la guerra o por otra uia.

134.En la edición de Caracas: aquel, en vez de quel, ó que el.
135.En la edición de Caracas falta la palabra saltos.
136.Debe querer decir vehemencia.
137.En la edición de Caracas se omite la palabra hoy.
138.Debe querer decir iba.
139.Indudablemente es una errata material, y debe leerse Diego.
140.En la edición de Caracas: cerca de donde.
141.En la edición de Caracas: no se halla donación.
142.En la edición de Caracas: no estuvieran.
Yaş sınırı:
12+
Litres'teki yayın tarihi:
30 haziran 2017
Hacim:
510 s. 1 illüstrasyon
Telif hakkı:
Public Domain
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