Kitabı oku: «Las profecías y revelaciones de santa Brígida», sayfa 11
Por su vana esperanza tienen miedo de salir a la verdadera fe. En tercer lugar, las ovejas que quedaron atrapadas en el barro son los cristianos en estado de pecado mortal. Por su miedo al castigo, están deseosos de levantarse de nuevo, pero no pueden debido a lo grave de sus pecados y porque les falta caridad. Por eso, esposa mía, o sea mis buenos cristianos, ¡ayudadme! Igual que la mujer y el hombre son considerados una sola carne y un solo miembro, así el cristiano es mi miembro y Yo soy de él, pues estoy en él y él está en mí. Así pues, esposa mía, mis buenos cristianos, ¡acudid conmigo a las ovejas que aún respiran un poco y vamos a levantarlas y revivirlas! ¡Sostened sus lomos mientras yo les sostengo la cabeza! Me regocija el llevarlas en mis brazos. Una vez las cargué todas sobre mi espalda, cuando ésta estaba toda herida y pegada a la cruz.
¡Oh, amigos míos! Amo tan tiernamente a estas ovejas que, si me fuese posible sufrir, por cualquiera de estas ovejas individualmente, la muerte que sufrí una vez en la cruz por todas ellas, antes que perderlas, así las redimiría. Por ello, con todo mi corazón, les ruego a mis amigos que no escatimen esfuerzos ni bienes por mí. Si Yo no escatimé reproches cuando estuve en el mundo, que no se achiquen ellos a la hora de decir la verdad sobre mí. Yo no me avergoncé de morir una muerte despreciable por ellos, sino que me mantuve ahí igual que cuando vine al mundo, desnudo ante los ojos de mis enemigos.
Fui golpeado en los dientes por sus puños; fui arrastrado por el pelo de sus dedos; fui azotado por sus azotes; fui clavado en la madera con sus herramientas, y colgado en la cruz junto a maleantes y ladrones. ¡Por tanto, amigos míos, no escatiméis esfuerzos por mí, que resistí todo esto por mi amor hacia vosotros! ¡Trabajad valientemente y ayudad a mi necesitado rebaño! Por mi naturaleza humana --que es el Padre porque el Padre está en mí-- y por mi naturaleza divina --que es mi Espíritu porque el Espíritu está en ella y porque el mismo Espíritu está en mí y en Él, siendo estos tres un solo Dios en tres Personas--, juro que acudiré a aquellos que se esfuercen en cargar mis ovejas conmigo, los ayudaré mientras caminan y les daré un precioso estipendio: Yo mismo, en su gozo sempiterno.
Palabras del Hijo a la esposa sobre tres tipos de cristianos, simbolizados por los judíos que vivían en Egipto, y sobre cómo éstas revelaciones fueron dadas a la esposa para que fueran transmitidas, publicadas y predicadas por los amigos de Dios.
Capítulo 60
El Hijo habló a la esposa, diciéndole: “Yo soy Dios de Israel, el que habló con Moisés. Cuando fue enviado a mi pueblo, Moisés pidió un signo, diciendo: ‘El pueblo no me creerá de otra manera’. Si el pueblo, al que Moisés fue enviado, pertenecía al Señor ¿por qué carecía de confianza? Has de saber que había tres tipos de personas entre los judíos. Algunos creían en Dios y en Moisés. Otros creían en Dios, pero carecían de confianza en Moisés, preguntándose si, tal vez, no estaría él diciendo y haciendo todo por propia invención y presunción. El tercer tipo eran aquellos que no creían ni en Dios ni en Moisés.
Igualmente, hay ahora tres tipos de personas entre los cristianos, como lo simbolizan los hebreos. Hay algunos que realmente creen en Dios y en mis palabras. Hay otros que creen en Dios, pero que carecen de confianza en mis palabras, porque no saben cómo distinguir entre un espíritu bueno y otro malo. Los terceros son los que no creen en mí ni en ti, esposa mía, a quien he hablado mis palabras. Pero, como dije, pese a que algunos de los hebreos carecían de confianza en Moisés, todos –sin embargo—cruzaron el Mar Rojo con él hacia el interior del desierto, donde los que no tenían confianza adoraron ídolos y provocaron el enfado de Dios, que es por lo que su fin fue una muerte miserable, aunque todo no lo hicieron sólo los que obraron de mala fe.
Por esta razón, como el espíritu humano es lento para creer, mi amigo debe transmitir mis palabras a aquellos que crean en él. Después, ellos las divulgarán a otros que no saben cómo distinguir a un espíritu bueno de otro malo. Si los oyentes le piden un signo, que muestre a esas personas una vara, como lo hizo Moisés, es decir, que les explique mis palabras. La vara de Moisés era recta y, por su transformación en una serpiente, también fue temible para ellos. Igualmente, mis palabras son rectas y no hay falsedad en ellas. Son temibles, también, porque emiten un juicio verdadero.
Que expliquen y declaren que, por las palabras y sonido de una sola boca, el demonio se apartó de criaturas de Dios, ése mismo demonio que podría mover montañas si no estuviera restringido por mi poder. ¿Qué clase de poder le correspondió, con el permiso de Dios, cuando fue hecho para huir ante el sonido de una sola palabra? Según esto, de la misma forma que aquellos hebreos que no creían en Dios ni en Moisés también dejaron Egipto hacia la tierra prometida, siendo, de alguna forma, forzados junto con los demás, de igual manera, muchos cristianos irán ahora, sin desearlo, junto con mis elegidos, sin creer en mi poder para salvarlos. No creen en mis palabras de ninguna manera, tan sólo tienen una falsa confianza en mi poder. Sin embargo, mis palabras se cumplirán sin que ellos lo deseen y, en cierto modo, serán forzados a caminar hasta la perfección hasta que lleguen donde a mí me conviene”.
LIBRO 2
Las instrucciones del Hijo a la novia acerca del Demonio; la respuesta del Hijo a la novia acerca del por qué ÉL no aparta a quienes hacen el mal antes de que caigan en el pecado; y sobre cómo el reino del cielo es dado a las personas bautizadas que mueren antes de alcanzar la edad de la discreción.
Capítulo 1
El Hijo habló a la novia, diciendo: “Cuando te tiente el Demonio, dile estas tres cosas: ‘Las palabras de Dios no pueden ser nada más que la verdad.’ Segundo: ‘Nada es imposible para Dios, porque Él puede hacer todas las cosas.’ Tercero: ‘Tú demonio, no me puedes dar un fervor de amor tan grande como el que Dios me da.’ Nuevamente el Señor le habló a la novia, diciendo: “Veo a la gente de tres maneras: primero, su cuerpo externo para ver en qué condición se encuentra; segundo, su conciencia interna, a qué se inclina y de qué manera; tercero, su corazón, y qué es lo que desea. Como un pájaro que ve un pez en el mar y calcula la profundidad del agua y también tiene en cuenta los vientos de tormenta, Yo, también, conozco y evalúo la manera de ser de cada persona y tomo nota de qué es lo que le toca a cada una, ya que tengo una vista fina y perspicaz y puedo evaluar la situación humana mejor de lo que una persona se conoce a sí misma.
Por lo tanto, porque veo y sé todas las cosas, pueden preguntarme por qué no me llevo a quienes hacen el mal antes que caigan en las profundidades del pecado. Yo mismo formulé la pregunta y Yo mismo te la responderé: Yo soy el Creador de todas las cosas, y todas las cosas me son conocidas de antemano. Yo conozco y veo todo lo que ha sido y lo que será. Pero, aunque conozco y puedo hacer todas las cosas, aún así, por razones de justicia, no interfiero con la constitución natural del cuerpo como tampoco lo hago con la inclinación del alma. Cada ser humano continúa existiendo de acuerdo a la constitución natural del cuerpo tal cual es y fue desde toda la eternidad en mi conocimiento previo. El hecho que una persona tenga una vida más larga y otra más corta tiene que ver con la fuerza o debilidad naturales y está relacionada con su constitución física. No es debido a mi conocimiento previo que una persona pierde su vista u otra se vuelve coja o algo parecido, ya que mi conocimiento previo de todas las cosas es de tal forma que por él nadie ha empeorado, ni tampoco le ha hecho daño a alguien.
Es más, estas cosas no ocurren por el curso y la posición de los elementos celestiales, sino por algún principio oculto de justicia en la constitución y conservación de la naturaleza. Porque el pecado y el desorden natural conllevan a la deformidad del cuerpo de muchas maneras. Esto no sucede porque es mi voluntad directa, sino porque permito que ocurra para que haya justicia. A pesar de que Yo puedo hacer todas las cosas, aun así no obstruyo a la justicia. Como corresponde, la longevidad o brevedad de la vida de una persona, está relacionada con la fuerza o debilidad de su constitución física, tal como estaba en mi conocimiento previo el cual nadie puede contravenir.
Puedes entender esto a través de un símil. Imagínate que había dos caminos con un camino que conduce a ellos. Había muchas tumbas en ambos caminos, cruzándose y empalmándose una sobre otra. El final de uno de los dos caminos se pronunciaba directamente hacia abajo; el final del otro hacia arriba. En el cruce estaba escrito: ‘Quien viaje por este camino lo empezará con placer y deleite físicos y lo terminará en miseria y vergüenza. Quien tome el otro camino lo comenzará con un esfuerzo moderado y soportable, pero alcanza el final con un gran gozo y consolación.’ Una persona que caminaba sola sobre el camino solitario se hallaba completamente ciega. Sin embargo, cuando llegó al cruce de caminos sus ojos se abrieron y vio lo que estaba escrito acerca de cómo terminaban ambos caminos.
Mientras estaba estudiando el letrero y pensándolo consigo misma, repentinamente se aparecieron junto a esta persona dos hombres a quienes se les había confiado el cuidado de ambos caminos. A medida que observaban al caminante en el cruce de caminos, se dijeron el uno al otro: 'Observemos cuidadosamente cuál de los caminos decide tomar y entonces él pertenecerá a aquél de nosotros cuyo camino seleccione.' El caminante, sin embargo, estaba considerando consigo mismo el fin y las ventajas de cada camino. Tomó la prudente decisión de seleccionar el camino cuyo principio involucraba algo de dolor pero al final tenía gozo, en vez del camino que empezaba con alegría y terminaba con dolor. Decidió que era más sensato y tolerable cansarse al hacer un poco de esfuerzo al principio pero descansar con seguridad al final.
¿Entiendes lo que significa todo esto? Te lo diré. Estos dos caminos son el bien y el mal al alcance humano. Está dentro del libre albedrío y poder de la persona el escoger lo que él o ella deseen al llegar a la edad de la discreción. Un camino solitario lleva a los dos caminos de elección entre el bien y el mal; en otras palabras, la época de la niñez lleva a la edad de la discreción. El hombre al caminar sobre este primer camino como un ciego porque lo está, ciego desde su niñez hasta que llega a la edad de la discreción, sin saber cómo distinguir entre el bien y el mal, entre el pecado y la virtud, entre lo que se ordena y lo que está prohibido.
El hombre caminando en este primer camino, es decir, en su época juvenil, es como si estuviera ciego. Sin embargo, cuando llega al cruce de caminos, es decir, la edad de la discreción, se abren los ojos de su entendimiento. Entonces sabe cómo decidir si es mejor experimentar un poco de dolor pero el gozo eterno o un poco de gozo y el dolor eterno. Cualquier camino que escoja, no le faltarán quienes le cuenten cuidadosamente sus pasos. Hay muchas tumbas en estos caminos, una seguida de otra, y una encima contra la otra, porque tanto en durante la juventud como en la vejez, una persona puede morir antes, otra después, una en la juventud, otra en la vejez. El final de esta vida está simbolizado adecuadamente con tumbas: le llegará a todos, a uno de esta forma, a otro en aquélla, de acuerdo a la constitución natural de cada quien y exactamente como Yo lo he sabido con anticipación.
Si Yo tomase alguno, yendo en contra de la constitución natural del cuerpo, el demonio tendría fundamento para acusarme. Consecuentemente, para que el demonio no pueda encontrar nada en mí que en lo más mínimo vaya en contra la justicia, no interfiero con la constitución natural del cuerpo como tampoco interfiero con la constitución del alma. ¡Pero consideren mi bondad y misericordia! Porque, como dice el maestro, doy virtud a aquellos que no tienen virtud alguna. Debido a mi gran amor les doy el reino del cielo a todos los bautizados que mueren antes de llegar a la edad de la discreción. Como está escrito: Ha complacido a mi Padre el dar el reino del cielo a personas como estas. Debido a mi tierno amor, muestro piedad hasta por los niños de los paganos.
Si alguno de ellos muere antes de la edad de la discreción, dado que no pueden conocerme cara a cara, en lugar de esto van a un lugar que no te está permitido saber pero en el que vivirán sin sufrimiento. Aquellos que hayan avanzado en el primer camino alcanzarán esos dos caminos, es decir, la edad de la discreción entre el bien y el mal. Entonces tienen la facultad de escoger lo que más les guste. La recompensa seguirá a la inclinación de su voluntad, puesto que para entonces, ya saben cómo leer el letrero escrito en el cruce de caminos, el cual les dice que es mejor experimentar un poco de dolor al comienzo y que el gozo los esté esperando, que experimentar gozo al principio y dolor al final. Algunas veces ocurre que algunas personas son llevadas más temprano de lo que su constitución física natural normalmente lo permitiría, por ejemplo, a través del homicidio, borrachera y cosas de esa naturaleza.
Esto es porque la maldad del demonio es tal que el pecador en este caso recibiría un castigo extremadamente largo si llegase a continuar en el mundo por más tiempo. Por lo tanto, algunas personas son llevadas más temprano de lo que su condición física natural lo permitiría, debido a las demandas de justicia y por sus pecados. He sabido de su remoción de este mundo desde toda la eternidad y es imposible para alguien contravenir mi conocimiento previo. A veces las personas buenas son llevadas también antes de lo que su constitución física natural lo permitiría. Debido al amor tan grande que les tengo, y por su ardiente amor y sus esfuerzos para disciplinar su cuerpo por Mí, algunas veces la justicia requiere que sean llevados, como lo He sabido desde toda la eternidad. Por lo tanto, no interfiero con la constitución natural del cuerpo como tampoco interfiero con la constitución del alma.”
La acusación del Hijo sobre cierta alma que se iba a condenar ante la presencia de la novia, y la respuesta de Cristo al demonio acerca de por qué permitió a esta alma y a otros malhechores tocar o recibir su verdadero cuerpo.
Capítulo 2
Dios se mostró enojado y dijo: “Esta obra de Mis manos, la cual destiné para gran gloria, me desprecia mucho. Esta alma, a quien le ofrecí todo mi amoroso cuidado, me hizo tres cosas: Desvió sus ojos de Mí y los volvió hacia el enemigo. Fijó su voluntad en el mundo. Puso su confianza en sí mismo, porque tenía la libertad de pecar contra mí. Por esta razón, porque no se molestó en tener ninguna consideración por mi, ejercí mi repentina justicia sobre él. Porque había fijado su voluntad contra Mí y había depositado una falsa confianza en sí mismo, le arrebaté el objeto que anhelaba.” Entonces un demonio gritó, diciendo: “Juez, esta alma es mía.” El Juez contestó: “¿Qué argumentos tienes contra ella?” Respondió: “Mi acusación es la declaración en tu propia denuncia, que él te despreció, su Creador, y debido a eso su alma se ha vuelto mi sirviente.
Además, puesto que fue llevado repentinamente, ¿cómo podría empezar repentinamente a agradarte? Ya que, cuando tenía cuerpo sano y vivía en el mundo, no te sirvió con un corazón sincero, puesto que amaba las cosas creadas más fervientemente, y tampoco soportó con paciencia la enfermedad ni se reflejó en tus obras como debió haberlo hecho. Al final no ardía con el fuego de caridad. Él es mío porque te lo llevaste repentinamente.”
El Juez contestó: “Un final repentino no condena a una alma, a menos que haya inconsistencia en sus acciones. La voluntad de una persona no es condenada para siempre sin una cuidadosa deliberación.” Entonces la Madre de Dios vino y dijo: “Hijo Mío, ¿si un sirviente flojo tiene un amigo quien tiene relación íntima con su amo, no debería venir su amigo íntimo en su ayuda? ¿No debería ser salvado si lo está pidiendo, por el bien del otro?”. El Juez respondió: “Todo acto de justicia debe de ir acompañado de misericordia y sabiduría – misericordia con respecto a perdonar la severidad, sabiduría para asegurar que se mantenga la equidad. Pero si la transgresión es de tal tipo que no merezca remisión, la sentencia aún puede ser mitigada por la amistad sin infringir la justicia. Entonces su madre dijo: “Mi bendito Hijo, esta alma me tuvo constantemente en su mente y me mostró reverencia y frecuentemente estaba movida a celebrar la gran solemnidad en mi honor, a pesar que haya sido fría hacia Ti. Así es que, ¡ten piedad de ella!”
El Hijo respondió: “ Madre Bendita, tú ves y sabes todas las cosas en Mí. Aunque esta alma te haya tenido en la mente, lo hizo más por su bienestar temporal que por el espiritual. No trató Mi purísimo cuerpo como debió. Su malhablada boca lo privó de disfrutar Mi caridad. El amor mundano y la descomposición le escondieron mi sufrimiento. El dar por hecho Mi perdón y el no pensar en su fin aceleraron su muerte. Aunque Me recibía constantemente, esto no lo mejoró mucho, porque no se preparaba adecuadamente. Una persona que desea recibir a su noble Señor e invitado no sólo debe de preparar la habitación sino todos los utensilios. Este hombre no lo hizo así, puesto que, aunque limpiaba la casa, no la barría reverentemente con cuidado. No esparció el piso con las flores de sus virtudes o llenó los utensilios de sus extremidades con abstinencia. Por lo tanto, ves suficientemente bien que lo que se le debe hacer es lo que merece.
Aunque Yo sea invulnerable y esté por encima de la comprensión y estoy en todo lugar por Mi divinidad, mi deleite está en lo puro, aún cuando entro tanto en los buenos como en los malditos. Los buenos reciben mi cuerpo, el cual fue crucificado y ascendido al cielo, el cual fue prefigurado por el maná y por la harina de la viuda. Los malvados también lo hacen así, pero, mientras que para el bueno lo conduce a una mayor fortaleza y consolación, a los malvados los conduce a una condenación más justa, en tanto que, en su falta de méritos, no temen acercarse a tan digno sacramento.” El demonio contestó: “Si se acercó indignamente a Ti y su sentencia se hizo más estricta por esto, ¿ por qué permitiste que se acercara a Ti y Te tocara a pesar de ser tan indigno?”
El Juez contestó: “No preguntas esto por amor, ya que no tienes ninguno, pero Mi poder te obliga a preguntarlo por el bien de mi novia quien escucha. De la misma manera en tanto el bueno como el malo me manejaron en Mi naturaleza humana para probar la realidad de Mi naturaleza humana así como mi paciente humildad, así también los buenos y los malvados me comen en el altar – los buenos hacia su mayor perfección, los malos para que no crean ellos mismos que ya están condenados de tal forma que, habiendo recibido mi cuerpo pueden ser convertidos, siempre que decidan reformar su intención. ¿Qué amor más grande les puedo mostrar que Yo, el más puro, entraré hasta en los recipientes más impuros (aunque como el sol material no puedo ser profanado por nada)? Tú y vuestros camaradas desprecian este amor, puesto que se han endurecido en contra del amor.” Entonces la Madre habló de nuevo: “Mi buen Hijo, cada vez que se acercaba a Ti, él aun te tenía reverencia, aunque no como debía habértela tenido. También se arrepiente de haberte ofendido, aunque no perfectamente. Hijo Mío, por mi bien, considera esto en provecho de él.” El Hijo respondió: “Como dijo el profeta, Yo soy el verdadero sol, a pesar de ser mucho mejor que el sol material. El sol material no penetra montañas o mentes, pero yo puedo hacer ambas cosas.
Una montaña puede obstruir al sol material teniendo como resultado que la luz solar no llega a la tierra cercana, pero ¿qué puede ponerse en Mi camino excepto la pecaminosidad que previene que esta alma sea afectada por Mi amor? Aun si se retirara una parte de la montaña, la tierra en las cercanías no recibiría la calidez del sol. Y si yo entrara dentro de una parte de una mente pura, ¿qué consuelo tendría si pudiese oler la fetidez de alguna otra parte? Por lo tanto, uno debe de deshacerse de todo lo que esté sucio, y entonces el dulce gozo seguirá a la hermosa limpieza.” Su Madre respondió: “¡Que se haga Tu voluntad con toda misericordia!”
EXPLICACIÓN
Éste fue un sacerdote quien frecuentemente había recibido amonestaciones concernientes a su comportamiento incontinente y que no quería atender razones. Un día cuando salió a la pradera a cepillar a su caballo, vinieron truenos y un rayo que le cayó y lo mató. Su cuerpo quedó totalmente ileso excepto por sus partes privadas, las cuales se podían ver totalmente quemadas. Entonces el Espíritu de Dios dijo: “Hija, aquellos que se dejan enredar en tales placeres despreciables, merecen sufrir en sus almas lo que este hombre sufrió en su cuerpo.”
Palabras de asombro de la Madre de Dios a la novia, y sobre cinco casas en el mundo cuyos habitantes representan cinco estados de personas, a saber Cristianos infieles, Judíos y paganos obstinados separadamente, Judíos y paganos juntos, y los amigos de Dios. Este capítulo contiene muchas observaciones útiles.
Capítulo 3
María dijo: “Es una cosa horrible que el Señor de todas las cosas y Rey de la Gloria sea despreciado. Él fue como peregrino en la tierra, deambulando de lugar en lugar, tocando en muchas puertas, como un caminante buscando acogida. El mundo fue como una propiedad que tenía cinco casas. Cuando mi Hijo llegó a la primera casa vestido como peregrino, tocó a la puerta y dijo: ‘Amigo, ábreme y déjame entrar para descansar y a quedarme contigo, ¡para que los animales salvajes no me hagan daño, para que las lluvias torrenciales y aguaceros no me caigan encima! ¡Dame algo de tu ropa para calentarme del frío, para cubrir mi desnudez! ¡Dame algo de tu comida para refrescarme en mi hambre y algo de beber para revivirme! ¡Recibirás una recompensa de tu Dios!
La persona que estaba dentro respondió: ‘Eres demasiado impaciente, de manera que no puedes vivir pacíficamente con nosotros. Eres demasiado alto. Por tal razón no te podemos arropar. ¡Eres demasiado codicioso y glotón, de manera que no te podemos satisfacer, ya que no tiene fin tu apetito avaro! Cristo el peregrino responde desde afuera: Amigo, déjame entrar alegre y voluntariamente. No necesito mucho espacio. ¡Dame algo de tu ropa, ya que no hay ropa tan pequeña en tu casa que no pueda ofrecerme al menos algo de calor! Dame algo de tu comida, ya que aun un diminuto bocado me puede satisfacer y una simple gota de agua me refrescará y fortalecerá.’ La persona que estaba dentro replicó: ‘Te conocemos bastante bien.
Eres humilde al hablar pero inoportuno en tus solicitudes. Haces ver que te contentas fácilmente con poco pero, de hecho, eres insaciable cuando deseas llenarte. Estás demasiado frío y difícil de arropar. ¡Vete de aquí, no te recibiré!’ Entonces fue a la segunda casa y dijo: ¡Amigo, ábreme y mírame! Te daré lo que necesitas. Te defenderé de tus enemigos.’ La persona que estaba dentro respondió: ‘Mis ojos están débiles. Les dolería el verte. De todo tengo suficiente y no necesito nada de lo tuyo. Soy fuerte y poderoso, ¿quién podrá hacerme daño?’ Llegando, entonces, a la tercera casa, dijo: ‘¡Amigo, préstame tus oídos y escúchame! ¡Estira hacia adelante tus manos y abrázame! ¡Abre tu boca y pruébame!’
El habitante de la casa respondió: ‘¡Grítame más fuerte para que te pueda oír mejor! Si eres amable, te atraeré hacia mí. Si eres agradable, te dejaré entrar.’ Entonces Él fue a la cuarta casa cuya puerta estaba entre abierta. Dijo: ‘Amigo, si te pusieras a considerar que tu tiempo ha sido inútilmente usado, me permitirías entrar. Si pudieras comprender y escuchar lo que he hecho por ti, tendrías compasión de mí. Si pusieras atención a cuánto me has ofendido, suspirarías y rogarías perdón.’ El hombre contestó: ‘Estamos casi muertos de estar esperándote y añorando tu presencia. Ten compasión de nuestra desgracia y estaremos más que listos para entregarnos a ti. Contempla nuestra miseria y ve la congoja de nuestro cuerpo, y estaremos listos para lo que desees. Entonces llegó a la quinta casa, la cual estaba completamente abierta. Dijo: ‘Amigo, con gusto entraría aquí, pero debes saber que busco un lugar para descansar más suave que el que provee una cama con plumas, un calor mayor que el que se obtiene de la lana, una comida más fresca de la que la carne fresca de un animal puede ofrecer.’
Quienes estaban adentro respondieron: ‘Tenemos martillos tendidos aquí cerca de nuestros pies. Gustosamente los usaremos para hacer añicos nuestros pies y piernas, y te daremos la médula que fluya de ellos para que sean tu lugar de descanso. Con gusto abriremos nuestras partes más internas y entrañas por ti. ¡Pasa adentro! No hay nada más suave que nuestra médula para que en ella descanses, y nada mejor que nuestras partes más internas para calentarte. Nuestro corazón es más fresco que la carne fresca de animales. Estaremos felices de partirlo para que sirva de tu alimento. ¡Tan sólo entra! ¡Porque eres dulce al gusto y maravilloso de disfrutar!’ Los habitantes de estas cinco casas representan cinco estados diferentes de personas en el mundo. Los primeros son los infieles cristianos quienes llaman injustas las sentencias dadas por mi Hijo, sus promesas falsas, y sus mandamientos insoportables.
Éstos son aquellos que en sus pensamientos y en sus mentes y en sus blasfemias les dicen a los predicadores de mi Hijo: ‘Muy bien puede ser Todopoderoso, pero está lejos y es inalcanzable. Es alto y ancho y no puede ser arropado. Es insaciable y no puede ser alimentado. Es impacientísimo y no te puedes llevar bien con él.’ Ellos dicen que está lejos porque son endebles en buenas acciones y caridad y no tratan de elevarse a su bondad. Dicen que es ancho, porque su propia codicia no conoce límites: ellos siempre están fingiendo que les falta o que necesitan algo y siempre se están imaginando problemas antes de que éstos lleguen. También lo acusan de ser insaciable, porque el cielo y la tierra le son insuficientes, y demanda regalos aún mayores de la humanidad.
Piensan que es insensato renunciar a todo por el bien de su alma, de acuerdo con el precepto, y dañino darle al cuerpo menos. Ellos dicen que es impaciente porque odia el vicio y les envía cosas contra sus voluntades. Piensan que nada está bien o útil con excepción de aquello que los placeres del cuerpo les sugieren. Por supuesto, mi Hijo es verdaderamente Todopoderoso en el cielo y en la tierra, el Creador de todas las cosas y creado por nadie, que existió antes que todo, después de quien nadie ha de venir. Él está verdaderamente lejano y es el más ancho y el más alto, dentro y fuera y sobre todas las cosas.
Aunque Él es tan poderoso, hasta en su amor quiere ser arropado con ayuda humana – Él, que no tiene necesidad de vestirse, quien viste a todas las cosas y está Él mismo vestido eterna e incambiablemente en perpetuo honor y gloria. Él, quien es el pan de ángeles y de hombres, quien alimenta todas las cosas y Él mismo no necesita nada, quiere ser alimentado con el amor humano. Él quien es restaurador y autor de paz pide paz de los hombres. Por lo tanto, quien quiera darle la bienvenida en una mente jovial puede satisfacerlo aun con un bocado de pan, siempre y cuando sea buena su intención. Lo puede arropar con un solo hilo, mientras su amor esté ardiendo. Una sola gota puede apagar su sed, siempre y cuando la persona tenga la disposición correcta.
Siempre que la devoción de una persona sea ferviente y firme, puede darle la bienvenida a mi Hijo dentro de su corazón y hablar con Él. Dios es espíritu, y por esa razón, ha deseado transformar criaturas de carne en seres espirituales y seres efímeros en eternos. Él piensa que lo que le pase a los miembros de su cuerpo también le pasa a Él mismo. No sólo tiene en cuenta el trabajo o las habilidades de una persona, sino también el fervor de su voluntad y la intención con la que se lleva a cabo un trabajo. En verdad, cuanto más les grita mi Hijo a esta gente con inspiraciones ocultas, y cuanto más les advierte a través de sus predicadores, más endurecen su voluntad contra Él.
Ellos no escuchan ni le abren la puerta de su voluntad ni le permiten entrar con actos caritativos. Por consiguiente, cuando llegue su hora, la falsedad en que confían será aniquilada, la verdad será exaltada, y la Gloria de Dios se manifestará. Los segundos son los judíos obstinados. Estas personas se ven a ellos mismos como razonables en todos los sentidos y consideran la sabiduría como justicia legal. Ellos hacen valer sus propias acciones y declaran que son más honorables que el trabajo de otros. Si oyen las cosas que mi Hijo ha hecho, las desprecian. Si escuchan sus palabras y mandamientos, reaccionan con desdén.
Peor aún, se consideran ellos mismos como pecadores e impuros si lo fueran a escuchar y reflexionar en cualquier cosa que tenga que ver con mi Hijo, y sería aun más despreciable y miserable si fueran a imitar sus obras. Pero mientras los vientos de fortuna mundana todavía soplan sobre ellos, piensan que son muy afortunados. Mientras se sientan fuertes en su fortaleza física, ellos se creen los más fuertes. Por esa razón, sus esperanzas se volverán nada y su honor se tornará vergüenza.
Los terceros son los paganos. Algunos de ellos gritan burlonamente todos los días: ‘¿Quién es Cristo? Si es gentil al dar bienes presentes, gustosamente lo recibiremos. Si es gentil en condonar pecados, aun más gustosamente lo honraremos.’ Pero estas personas han cerrado los ojos de su mente para no percibir la justicia y piedad de Dios. Taponan sus oídos y no escuchan lo que mi Hijo ha hecho por ellos y por todos. Callan sus bocas y no se informan de cómo será su futuro o qué es lo que está a su favor. Cruzan sus brazos y rehúsan hacer un esfuerzo en buscar la manera en que puedan escapar a las mentiras y encontrar la verdad. Por lo tanto, ya que no quieren entender o tomar precauciones, aunque ellos pueden y tienen el tiempo para hacerlo, ellos y su casa caerán y serán envueltos por la tempestad.