Kitabı oku: «Teoría de la comunicación», sayfa 2

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Los líderes de fuera del grupo son por lo general, en creencia del propio grupo, estúpidos, incompetentes o enemigos abiertos del grupo que se crea. Los miembros del grupo que no opinan se ven sometidos a una presión inherente sobre ellos, perfectamente perceptible por todos. El disenso es cortado de forma inmediata. Esto acarrea el sexto síntoma, según Janis: la autocensura, ejercida de forma apresurada en aras de un consenso mal entendido. Por último, el autor detecta una proliferación de los que se autonombran guardianes de la mente que demuestran tendencia central hacia la opinión general de la mayoría. Cuando se llega a una organización por primera vez, los líderes de opinión comienzan su catequesis con los recién llegados, con prevenciones acerca de otros departamentos o áreas de la empresa o institución.



Finalmente, Hirokawa (1982) centra sus investigaciones en la toma de decisiones en los grupos y en la resolución de problemas. Analiza de igual modo las sucesivas opciones o alternativas que el grupo se plantea para solventar el problema, y determina los factores que contribuyen a la toma de decisiones erróneas en los grupos. Dichos factores son:


1. Valoración equivocada del problema. Esto puede ser debido a un análisis erróneo de la situación o del contexto en el que ocurre el problema. No existe una adecuada identificación de las causas que originan el conflicto.

2. Objetivos inapropiados. El grupo no distingue lo realmente importante de lo que no lo es.

3. Ponderación equivocada o inapropiada de las propuestas alternativas. Hay muchos factores en la vida de un grupo que pueden influir negativamente en la ponderación que el mismo realice de las distintas propuestas, con lo que estos factores pueden provocar que el grupo se equivoque.

4. Información inadecuada. La información de base es muy importante para tomar una decisión acertada. Como tal, debe seleccionarse la información, si esta es mucha, no aceptando en ningún caso la información que se pueda considerar inútil o irrelevante.


La solución a estos problemas está en manos de los individuos del grupo, que son los que deben detectar los problemas y resolverlos.


La comunicación de masas


La comunicación de masas el proceso por el que se elaboran y transmiten mensajes al gran público. Los denominados medios de comunicación de masas o mass-media son los encargados de llevar a cabo dicha tarea. De todos los tipos de comunicación estudiados, la comunicación de masas es el más difícil de conceptualizar, debido precisamente a su ubicuidad: en la actualidad, los medios de comunicación de masas, la publicidad masiva y todos los elementos de comunicación social (mercadeo electoral, internet, etc.) están alcanzando las mayores cuotas de protagonismo de la historia. En las líneas subsiguientes se trazará un resumen de las teorías más relevantes de comunicación de masas.

Marshall McLuhan es quizá el autor más conocido en la comunicación de masas. Con su obra The Gutenberg Galaxy: the making of typographic man (1962), este autor logró ser mundialmente conocido. Tanto McLuhan como su mentor Harold Innis, tratan la comunicación de masas como la esencia de la civilización occidental. Innis (1950) mira a la comunicación de masas como una prolongación de la mente humana. Los medios facilitan la comunicación entre los pueblos y entre las generaciones, actuando como soportes culturales y ejemplificadores de las sucesivas culturas de pueblos y civilizaciones. McLuhan establece su hipótesis más conocida partiendo de la base de que el ser humano se adapta al entorno a través de un equilibrio (o distribución) de las percepciones de sus sentidos. Desarrollando las teorías de su maestro, establece que cada medio es una extensión de una facultad humana. Así, el circuito eléctrico es una prolongación del sistema nervioso.



Cada medio es la prolongación de una facultad humana.


La tecnología Gutenberg, es decir, la que supone el papel como soporte principal, originó una explosión en la sociedad que separó y segmentó a las distintas individualidades. Por el contrario, la era electrónica ha originado una implosión, alojando al mundo entero en una aldea global. La información es inmediata y continua, y la nueva información reemplaza instantáneamente a la antigua. Por ello se ha pasado de la clasificación a la interactividad. La teoría principal de McLuhan —el medio es el mensaje— trata de referirse a la influencia que el medio tiene independientemente del contenido. Lo que realmente supone una diferencia en la vida de las personas es el medio predominante de la época, no el contenido.

Es conveniente referirse también en este apartado a las teorías semióticas. Los semióticos centran su estudio en los signos, desde el momento en que estos se crean hasta el momento en el que los mismos son interpretados o descodificados. Los semióticos modernos están encabezados por Eco (1976), si bien han sido Donald y Virginia Fry (1986) los que han aplicado las teorías semióticas de aquél, al campo de la comunicación de masas. Fry y Fry establecen tres postulados que, en resumen, vienen a decir lo siguiente:


1. Los mensajes de los medios de comunicación de masas son capaces de generar múltiples niveles de significados potenciales.

2. Los textos son interpretados mediante un proceso de significación. Existe un consenso social que determina muchos de los significados de las palabras, y que radica en la psicología colectiva.

3. El significado literal de una acción comunicativa de masas está constituido por factores textuales y extratextuales.


Es preciso destacar finalmente que muchos de los denominados medios de comunicación de masas son utilizados como instrumentos válidos de comunicación interna en las organizaciones, aunque sus públicos objetivos son cuantitativamente menores (empleados, socios o voluntarios). Ejemplo de ello pueden ser los canales internos de televisión para los empleados de una empresa, la revista o periódico de la organización, así como otros medios adaptados a los socios y colaboradores.

1 R.B. Nixon, Schramm, Westley, Mac Lean, Rao, Berlo, Opotowsky, DeFleur, Fattorello, Clausse, Maletzke, Moles; y otros autores, intentan establecer el concepto de comunicación de varios modos diferentes. Citados por Romero Rubio (1975).

2 Versión libre del inglés feedback, que varios autores llaman a su vez realimentación o retroacción. Referida a teoría de comunicación, se define como la acción retroactiva de un efecto sobre su causa. Este sistema de retroacción se conoce generalmente con el nombre de feedback, término científico procedente de la ingeniería y que, desafortunadamente, expresa una connotación de gran precisión que este procedimiento, debido a su desfase, todavía está muy lejos de alcanzar en la realidad. Pese a ello sirve para medir las reacciones de cada fase con objeto de mejorar la eficacia del proceso de la comunicación.

3 Podemos considerar también la información en chorro, que sería justamente la inversa, la que va desde el subordinado al superior, y que supone en opinión de varios autores un 80% de la comunicación habitual de la empresa.

4 Más conocido en el mundo de habla hispana como Escuela de Palo Alto.

5 Bateson comenzó a formular sus ideas sobre las relaciones humanas con trabajos de campo basados en la observación de la tribu Iatmul de Nueva Guinea, en los años treinta. Víd. Littlejohn (1989). Theories of Human Communication. Belmont, California, Wadsworth Publishing Company.

6 El autor desarrolla sus estudios y hace hincapié en las interacciones psicológicas que se dan entre sus componentes y en factores tales como el tamaño. Con respecto a esto último, por ejemplo, parece ser que los grupos medianos son más efectivos que los grandes grupos o que los excesivamente pequeños.

1.2 Conceptos de información


¿Qué es la información?


Múltiples trabajos se han dedicado a disertar sobre el término información y su importancia como recurso indispensable para la sociedad, cuyo desarrollo ha rebasado cualquier pronóstico realizado años atrás. El sector de la información y su industria se han convertido en un factor esencial para el accionar humano en la sociedad moderna.

La literatura especializada advierte acerca de la diversidad de definiciones que presenta el término información; un ejemplo significativo es el estudio citado por N. Angulo, de Hans Welish, quien analizó 1516 definiciones, cifra que demuestra la amplitud de pensamientos existente en el área con respecto a este término, así como la carencia de un consenso entre los autores para hallar una definición única, formalmente reconocida o con un enfoque generalizador. Esta diversidad de definiciones puede deberse entre otros factores a que:


• El ser humano, al desarrollar sus ideas, teorías y conceptos, está bajo la influencia de su experiencia personal en el campo del saber donde incursiona y, por tanto, presenta puntos de vista diferentes.

• Los estudios se desarrollan en un tiempo, espacio y condiciones concretas, que imponen percepciones diferentes entre los sujetos.

• Las diferencias en la intencionalidad o actitud implícita de las personas cuyos propósitos son específicos.


La investigación sobre el concepto de información se remite a la Edad Media, donde se decía que la información y, más específicamente la palabra, daba forma e impregnaba de carácter a la materia y a la mente. De alguna manera, se manejó siempre, la idea de que la información es un «agente activo», un principio universal que específica el significado de las cosas e indica, mediante códigos, los modelos del pensamiento humano. Este hecho condujo a pensar que la información estaba relacionada únicamente con los seres humanos. Aunque es así algunos especialistas consideran que, en cierta forma, todos los seres vivos emplean información del medio para su supervivencia. La superioridad de los seres humanos radica, sin embargo, en su capacidad de generar y perfeccionar, tanto códigos como símbolos con significados que conformaron lenguajes comunes útiles para la convivencia en sociedad a partir del establecimiento de sistemas de señales y lenguajes para la comunicación.

Uno de los fundadores de la teoría de la información fue Claude E. Shannon, un ingeniero nacido en Michigan en 1916 que en 1948 publicó algunos trabajos, relacionados con el tratamiento de la información, a partir del ensayo de teoremas y modelos que intentaban analizar la esencia de los procesos naturales con las preocupaciones básicas existentes con respecto al error, su control y corrección, y con la idea de que el caos es el destino de todo y la información el elemento para descifrarlo. Aunque sus trabajos estaban dirigidos fundamentalmente a las especialidades de la telefonía y la radio, lo curioso de los resultados de sus estudios fue comprobar que la expresión matemática para la cantidad de información —llamada bit, y que se representaba por combinaciones en secuencias de ceros (0) y unos (1)— presentaba la misma forma de la ecuación del principio de entropía —estado físico y medida de desorden de un sistema— definido por la física. Un poco después, James Watson y Francis Crick descubrieron los principios de los códigos de ADN, que forman un sistema de información a partir de la doble espiral de ADN y la forma en que trabajan los genes.

Al respecto Jeremy Campbell comentó que no fue hasta los años cuarenta del siglo XX, que se definió el término información desde una perspectiva científica, en el contexto de la era de la comunicación electrónica. Más adelante, la cibernética, ciencia definida como «la mecanización de los procesos intelectuales», cuyo fundador fue Norbert Wiener, se encargó de mantener el orden en cualquier sistema natural o artificial. Estos avances dieron lugar a una nueva etapa en el desarrollo de la tecnología, en la cual muchos científicos se inspiraron en los estudios del padre de la cibernética para hacer sus propios aportes a la teoría de la información.

La información no se ha definido solo desde el punto de vista matemático o técnico, su conceptualización abarca enfoques filosóficos, cibernéticos y otros, basados en las denominadas ciencias de la información. Algunos especialistas prefieren definir la información desde el punto de vista de su existencia como fenómeno «en sí», pero que , a la vez, es inseparable de la consciencia humana, información «para sí»; otros desde su perspectiva cognitiva —al parecer está en la mente de las personas en forma de configuraciones de las cosas—; y, por otro lado, existen quienes ven la información como proceso social, al emplearse de modo consciente y planificado para informar o informarse, a partir de diferentes fuentes de información, las cuales, a su vez, utilizan datos y la experiencia obtenida mediante la observación directa del entorno. Dichos enfoques concuerdan con la primera y más simple de las acepciones registradas en el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española que plantea que es la «acción y efecto de informar o informarse».

La información es el significado que otorgan las personas a las cosas. Los datos se perciben mediante los sentidos, estos los integran y generan la información necesaria para el conocimiento quien permite tomar decisiones para realizar las acciones cotidianas que aseguran la existencia social. El ser humano ha logrado simbolizar los datos en forma representativa para posibilitar el conocimiento de algo concreto y creó las formas de almacenar y utilizar el conocimiento representado. La información en sí misma, como la palabra, es al mismo tiempo significado y significante, este último es el soporte material o simbología que registra o encierra el significado, el contenido. Los elementos hasta aquí expuestos y los siguientes pretenden responder en alguna medida a la pregunta que encabeza el acápite siguiente.


¿Cómo es la información?


De lo expuesto, se deduce que existe una dualidad de planos de existencia de la información, uno como entidad subjetiva que se genera en la mente de las personas y otro, con una existencia objetiva, en el cual se percibe la información cuando se plasma en algún soporte o se trasmite en un proceso de comunicación. Entre los diferentes planos existe una interrelación dialéctica. La relación indisoluble que se establece entre la información, el conocimiento, el pensamiento y el lenguaje se explica a partir de comprender que la información es la forma de liberar el conocimiento que genera el pensamiento humano. Dicha liberación se produce mediante el lenguaje —oral, escrito, gesticular, etcétera—, un sistema de señales y símbolos que se comunican de alguna manera.

De acuerdo con esto, puede considerarse que la información transita por dos estados o momentos: el primero, cuando la mente humana asimila, procesa e interpreta, es decir, la transforma en conocimiento, el cual según Páez Urdaneta consiste en un conjunto de «estructuras informacionales que, al internalizarse, se integran a los sistemas de relacionamiento simbólico de más alto nivel y permanencia », y el segundo, cuando se registra en forma documental, que actúa como fuente de información mediante el lenguaje. «Una fuente de información no es más que cualquier objeto o sujeto que genere, contenga, suministre o transfiera otra fuente de información». (Morales, M., y Barquín J. P., 1995).

La información condiciona la generación y la gestión del nuevo conocimiento y posibilita la formalización de este último. En esto, reside el sentido pragmático de la información, es decir, en su materialización en noticias, informes de investigación, objetos u otros que permitan la generación y comunicación del conocimiento. A modo de generalización, la siguiente definición puede sintetizar lo abordado anteriormente: «La información puede entenderse como la significación que adquieren los datos como resultados de un proceso consciente e intencional de adecuación de tres elementos: los datos del entorno, los propósitos y el contexto de aplicación, así como la estructura de conocimiento del sujeto».


¿Dónde hallar la información, cómo acceder a ella y cuándo está disponible?


En un corto período de tiempo, el mundo desarrollado se ha propuesto lograr la globalización del acceso a los enormes volúmenes de información existentes en medios cada vez más complejos, con capacidades ascendentes de almacenamiento y en soportes cada vez más reducidos. La proliferación de redes de transmisión de datos e información y de bases de datos con acceso en línea (ubicadas en cualquier lugar, localizables mediante internet) permite el hallazgo de otras redes y centros de información de diferentes tipos en cualquier momento. Esta situación ha cambiado radicalmente la concepción de los servicios bibliotecarios, ha provocado el surgimiento de nuevas empresas y tipos de servicios de información cada vez más competentes. Se ha sustituido la concepción de miedo a que la información en las colecciones impresas esté incompleta, por la de acceso amplio y el trabajo bajo el enfoque de biblioteca virtual: la que utiliza los sistemas automatizados de acceso a bases de datos remotas, que gerencian distintos servicios especializados de información, con la participación de una serie de vehículos telemáticos y de herramientas electrónicas útiles para la recuperación de información, en ella la localización y el acceso se producen a partir de cualquier entidad de información en dependencia de sus recursos humanos, tecnológicos y financieros.

Aunque no es determinante, se requiere de una infraestructura tecnológica sólida y moderna. El desempeño de los recursos humanos y su capacidad de gestión es el más importante de los recursos para el logro del cumplimiento de las metas y los objetivos propuestos en las organizaciones. Los grandes volúmenes de información que se generan cada día, su dispersión y las capacidades limitadas del ser humano para acceder, consultar, procesar y analizar la información disponible, en tiempo, espacio y condiciones específicas, determinan la permanencia del profesional de información como un agente intermediario esencial en la relación que se establece entre esta y el usuario.


¿Cómo ha evolucionado el alcance de la gestión de la información como proceso consciente y planificado?


La necesidad de comunicación entre los hombres deriva fundamentalmente de su actividad en colectivo, esta generó el lenguaje. Más tarde, cuando el lenguaje escrito permitió registrar y almacenar el saber acumulado por la humanidad, surgieron las bibliotecas. La actividad informacional ha experimentado modificaciones significativas desde sus inicios. El almacenamiento, acceso y uso limitado de la información en los monasterios medievales entre los siglos III Y CV, se ha sustituido por modernos enfoques de trabajo, basados en la gestión del conocimiento y la inteligencia en las organizaciones como resultado del desarrollo impetuoso de las tecnologías en general y en particular las de la información y comunicación.

Durante años, las bibliotecas tuvieron como función principal facilitar a los usuarios el acceso a los libros y otros documentos mediante diferentes sistemas de recuperación y distribución. Angulo Marcial plantea el predominio de tres aspectos en la historia de las bibliotecas: «[...] desarrollo y custodia de las colecciones en propiedad; la representación físico-conceptual de los documentos en fichas impresas de tamaño estándar, conforme con normas de absoluta rigidez, y el acceso a las bases de datos». Estos enfoques han caducado en los últimos tiempos, producto, entre otros factores, del crecimiento alcanzado por la industria de la información, la cual «comprende no solo el procesamiento, almacenamiento y distribución de la información, sino también la producción de las tecnologías informáticas y de los servicios telemáticos necesarios para la distribución de la información a distancia». Este desarrollo es la base para la creación de nuevos servicios de información especializados, en la medida de las necesidades de los usuarios y clientes, con un alto valor agregado.

La posición alcanzada por el sector de la información es un factor clave para impulsar el desarrollo económico-social. Como consecuencia de su acción, la forma de vida en la sociedad moderna ha cambiado radicalmente. Su crecimiento, más rápido que el de otro cualquiera de la economía, ha propiciado un mayor uso de la información en la última década, tanto como recurso, que contribuye a la competitividad de las organizaciones en su lucha por la eficiencia y la calidad de los bienes y servicios que generan, así como desde la perspectiva de su empleo por los individuos, quienes la necesitan para su educación y desarrollo en su carácter de seres sociales. Estas condiciones son evidencias irrefutables de la existencia de la sociedad de la información y orientan el futuro próximo: la sociedad del conocimiento, la cual se define como «una forma de organización social y técnica de la producción y la gestión en la que se aprovecha la capacidad potencial de la productividad, que se deriva del fluir dinámico del conocimiento y de la información, a partir del uso de las nuevas tecnologías de la información».

Todo esto propicia y exige un cambio en los principios de funcionamiento y en los enfoques de trabajo de las entidades de información. No obstante, los servicios de estas organizaciones han sostenido, con frecuencia, una posición reactiva ante sus comunidades de usuarios. El grado de desarrollo adquirido, tanto en el contexto tecnológico como en el de la gestión, permite un perfeccionamiento de la comunicación y una mayor dinámica en el desempeño organizacional. Ambos, elementos claves para introducir un enfoque de trabajo de carácter empresarial —incluso para aquellas organizaciones sin fines de lucro, como es el caso de muchas bibliotecas y centros de información— y un accionar proactivo con respecto a sus usuarios o clientes finales en los sistemas de información.

En este punto es importante reconocer, que el trabajador de la información es el agente intermediario entre los proveedores, las fuentes de información, los usuarios y las tecnologías, y como tal, es el principal responsable del éxito que obtengan los usuarios en el proceso de búsqueda de información. En este sentido, se convierte en el principal gestor de su propio aprendizaje en el proceso educativo-comunicativo que ocurre en la gestión del conocimiento en los marcos de las organizaciones y las comunidades.

Si se revisa la literatura especializada sobre la proyección del profesional de la información en los tiempos contemporáneos, puede hallarse una gran variedad de enfoques sobre sus principales funciones. Algunas de ellas, en atención a su responsabilidad como agente del cambio y representante del progreso de la profesión en la sociedad, son las siguientes:


• La determinación constante de las necesidades de formación e información de los usuarios/clientes. A partir de un enfoque mercadológico del trabajo, que se oriente hacia su satisfacción mediante técnicas de investigación científica dirigida al conocimiento de la actividad, del medio, de la temática y de otras características importantes de las necesidades de los usuarios, de forma tal que puedan diseñarse productos y servicios a la medida de dichas necesidades. 7

• El mejoramiento del alcance y de la rapidez del acceso a las fuentes y servicios en el proceso de búsqueda de información. Mediante la conexión abierta a redes de información y conocimiento, así como el diseño de interfaces y sistemas en el proceso de búsqueda y recuperación de información más amistosos, tanto en las bases de datos y catálogos, como en otra cualquier forma de organización de la información y el conocimiento.

• La formación y el entrenamiento de los usuarios en el conocimiento de las herramientas tecnológicas para el intercambio de información, así como la creación de valores y habilidades para el aprendizaje. Esto es posible solo a partir de la educación continua del trabajador de la información y la ejecución de investigaciones sistemáticas dirigidas a descubrir y dominar las formas en que puede contribuir, tanto al desarrollo profesional, laboral y social de sus usuarios individuales y organizacionales como a la gestión de su conocimiento e inteligencia.

• El diseño de productos y servicios de alto valor agregado, en especial, de servicios grupales, a partir de las nuevas aplicaciones de la dinámica de grupo en los servicios de información, orientados a la satisfacción de los requerimientos de sus usuarios y clientes, mediante la explotación adecuada de las herramientas y patrones de atención profesional, desarrolladas para los fines de la gestión del conocimiento y la inteligencia organizacional.


El perfil profesional descrito anteriormente indica que su formación e imagen actual es el de un consultor especializado, en el que la vía principal para el éxito es el trabajo conjunto en equipos multidisciplinarios. De esta manera, su proyección funcional apunta, en unos casos, hacia una formación de habilidades y capacidades para ejercer entre otras tareas, la de la gestión del conocimiento corporativo y social. En otros, con una visión más amplia, se concibe al profesional de la información como un gestor de la inteligencia y el aprendizaje en las organizaciones, y así sus funciones no se limitan a la gestión y la comunicación del conocimiento, sino que contempla el desarrollo de las capacidades de utilización de problemas concretos y el aprovechamiento de oportunidades que generen ventajas competitivas.

7 Núñez Paula IA. Bases teóricas metodológicas en la formación de recursos humanos para la gestión de la inteligencia y el aprendizaje en las organizaciones o comunidades.