Kitabı oku: «Historia de Venezuela, Tomo II», sayfa 15
CAPITULO TREZE
Como llego el armada a la isla de Garcia, y de la propiedad de la jente della, y de lo demas que hen ella sucedio.
Despues de auer partido el armada de las juntas de Cocama, y nauegando ocho dias con la bonanza que se ha dicho, llego a la isla de Garcia, donde hallaron los treinta españoles con su caudillo y echos fuertes y casi perdida la esperanza de la venida del Gouernador, y algo fatigados de las muchas guazauaras que los yndios les hauian dado, aunque por la fortaleza o palenque que auian echo en aquella isla, y por los muchos yndios que auian descalabrado y ostigado, estauan algo descansados, que ya los yndios no les perseguian ni dauan guazauaras como al principio.
Holgose el Gouernador y todo el canpo con la uista y allada de Garcia de Arze y sus conpañeros; y por ser esta isla la primera poblazon que desde los Caperuzos toparon, porque todo lo que del rrio atras quedaua, que hera mas de trecientas leguas, todo fue despoblado243 se detuuo aqui el armada ocho dias o mas, asi porque descansasen los soldados y rremeros, como porque los cauallos que asta alli nunca auian saltado en tierra, los sacasen a pasear; en los cuales dias el Gouernador enuio jente a descubrir la tierra firme del rrio de la una vanda y de la otra, y nunca se pudo hallar camino ninguno. Enpezaron de aqui para uajo los soldados a tener guazauaras de mosquitos zancudos, que con sus ynportunas bozes y agudos aguijones los tratauan tan mal que algunos enfermauan dello y llegauan a punto de muerte.
Llamauase el principal desta isla el Papa, por lengua propia de la tierra; hera la gente della bien agestada y crescida; andauan bestidos con camisetas pintadas de pinzel, y su mantenimiento es lo hordinario de las Indias, maiz y chicha, que es su principal sustento, y batatas244, de lo qual hazen pan y bino, y otros generos de potajes, que los tienen en tanto245 como los españoles su muy preciosas comidas; sus cassas o buhios son quadrados y grandes; sus armas son algunos dardos arrojadicos, echos de palma a manera de gorguzes uizcainos; tiranlos con unos amientos246 de palo que para aquel efeto tienen echos, que llaman estolicas, y los ay en la mayor parte de las Indias.
Quebrose en esta isla vna de las chatas, que por auer salido del astillero tan mal acondicionada venia ya podrida y toda auierta y hendida, de suerte que en ninguna manera se podia nauegar con ella. Viendo asi mesmo el Gouernador el mucho trauajo que pasaua en auer de gouernar el solo toda aquella jente, acordó nonbrar quien le ayudase: nonbro en esta isla de Garcia por su theniente general a Don Juan de Bargas, que asta alli no lo auia nombrado, y por su alferez general a Don Hernando de Guzman, que despues, en pago desta buena hobra, lo mato; y un poco mas auajo desta isla entra el rrio de la Canela, por donde auajo el capitan Orellana, del qual y de sus nacimientos aqui no se trata porque de la Istoria del capitan Orellana se hizo azerca de su uajada por este rrio, se da por estenso particular cuenta del rrio de la Canela y de sus nacimientos y nauegacion.
CAPITULO CATORZE
Como el Gouernador se enbarco en la isla de Garcia y fue asta Carau, donde le salieron de paz los yndios.
Acauado el tiempo dicho se enbarco el Gouernador con su jente en las chatas y bergantin que le auia quedado, enbarcando los cauallos que tenia hen ellas, que serian treinta y siete, porque asta alli se le auian muerto tres, y toda la mas gente en canoas y balssas. Comenco a nauegar por el braco del rrio que yba a mano derecha de la isla, por donde topo muchas yslas que el rrio hazia, las quales heran pobladas, y los moradores se auian todos alzado con el miedo que de los españoles tenian, por la mala uezindad que Garcia de Harze y sus conpañeros les auian echo los dias questuuieron en la isla arriua dicha. Solamente se hallauan en los pueblos de estas islas la comida de maiz, yuca y batatas que tenian en el canpo senbradas, y algunas gallinas y gallos blancos despaña y algunos papagayos y guacamayas blancos, cosa cierta vista en pocas partes en las Indias.
Yendo desta suerte nauegando den ysla en ysla, aprouechandose de lo que hallauan, dieron de rrepente, despues de auer nauegado algunos dias, en vn pueblo de yndios questaua en la mano derecha del rrio, en la tierra firme, la jente del qual asi mesmo estaua alzada por la noticia que de la crueldad de los españoles tenian; el qual pueblo se llamaua Carari, y asi se llamo la prouincia de Carari.
En este pueblo salieron algunos yndios por el agua a uer el armada desde lejos, porque con el temor que tenian no se osauan llegar muy zerca.
Fue Dios seruido questando el armada en este pueblo de Carari, vino vn casique con ciertos yndios de paz y trajo cierto pescado y otras cosas de comer, al qual el Gouernador rreciuio muy bien y lo halago y dio algunas cossas, como fueron quentas y huchillos247, por uer si podia hazelles perder el miedo y que diesen vnos a otros noticia del bien que se les hacia, para que comunicandose con los españoles tuuiese el Gouernador alguna claridad de la tierra, lleuando enhilada la paz el rrio auajo.
Enuio luego el Gouernador este casique muy contento con los rrescates dichos, el qual dio la nueua del buen tratamiento que se les hazia a sus conpañeros, por los quales sauido comenzaron a venir de paz muchos dellos, trayendo de las comidas que tenian, las quales les pagaua el Gouernador a fin de tenelles propicios y contentos para el efeto dicho; y temiendose que los soldados, como la mayor parte son atreuidos, especialmente con yndios chontales, no les hiciesen alguna molestia o bejacion, con que les diesen ocasion a que la paz que auian dado y el tanto procuraua y deseaua conserualla, quebrasen y se alcasen, mando que ningun soldado tratase ni rrescatase con los yndios, sino que los dejase yr a donde el estaua y despues de auellos el contentado, rreparteria la comida que trajesen entre los soldados que mas necesidad tuuiesen; el qual lo hazia asi, aunque algunos soldados no lo tuuieron por bueno, y no haciendo mucho caso de lo que el Gouernador auia mandado, ascendidas rrescatauan con los yndios, vnas uezes contentandolos con dadiuas y otras uezes quitandoles lo que traian al moginete248; y desta suerte se nauego algunos dias por esta prouincia de Carari, y con toda esta seguridad no esperauan los yndios en sus pueblos, sino poniendo en cobro sus mugeres e hijos e hazienda, salian por el rrio en sus canoas a rrescatar como esta dicho.
CAPITULO QUINZE
Como enuio el Gouernador a descubrir, y de cierto motin de Montoya, y como fueron castigados los culpados, y de las opiniones de la proviuzia.
Viendo el Gouernador la mucha poblazon y gente que rrivera del rrio auia en esta provincia de Carari, acordo uer si aquella poblacon entraua la tierra adentro, y si podia hallar algun principio de la tierra y noticia que buscauan, y asi, nonbrando por caudillo a un Pedro Alonso Galeas, con ciertos soldados, lo ynbio a que fuese la tierra adentro y anduuiese por hella ciertos días, al cauo de los quales boluiese con respuesta de lo que ouiese; quedando el con el armada y la demas gente en vn pueblo que en aquella prouincia estaba orrilla del rrio, en el qual auia parado para este efeto.
Visto lo mandado por el Gouernador, se partio Pedro Galeas con la gente que se le encargo, y caminando la tierra adentro por vn estero o alaguna que zerca de aquel pueblo se hazia, topo vn camino en la tierra firme que se metia por vna montaña muy espessa, y caminando por el encontro con vnos yndios que uenian cargados de casaue y otras cosas, los quales, sintiendo a los españoles y estrañando la gente, dejando las cargas que traian, se pusieron en huida, de suerte que los soldados no pudieron auer dellos sino vna yndia que parecio ser de diferente nacion que los que estauan poblados en la barranca del rrio, porque asi en la lengua, que no se entendia, como en el traje y auito, era muy diferente de la otra gente, a la qual, preguntandole por señas dondestaua su tierra, respondio e dio a entender con señales que hizo, questaua cinco dias de camino de alli, y porque se acauaua el termino que el Gouernador les auia dado, en el qual auian de boluer a donde el quedaua, no curaron de pasar de alli, antes luego dieron la buelta a donde el Gouernador estaua, y le hicieron rrelacion de lo que auia pasado, al qual hallaron algo aflixido, porque un Alonso de Montoya, soldado muy bullicioso y que deseaua todo mal al Gouernador, auia conbocado ciertos soldados a que se juntasen con el y tomando algunas canoas y lo demas que vuiesen menester y pudiesen llevar, diesen la buelta al Piru por el rrio arriua, lo qual no falto quien lo descubrio al Gouernador, y aueriguado ser uerdad este concierto, muy enojado del Alonso de Montoya, porque demas desto se le auia querido amotinar otra uez e yrse con algunos soldados, lo echo en prision en vna collera, sin querer vsar con el rrigor y castigo que merezia, lo qual le cayo despues a cuestas; y porque pareciese que auia alguna manera de castigo, a los que claramente por sus bullicios merescian pena afrentosa, les mandauan que fuesen vogando algunos dias en los uergantines y canoas, a los quales los que deseauan mal a Pedro de Orsua yncitauan diciendoles que mas les ualia morir y que hiziesen justicia dellos que no que los trujesen afrentados como en galera rremando; y esto no sin falta de malicia, porque los que lo decian y tratauan heran los propios que mataron despues al Governador, de donde se colige que lo hazian con yntento de tener aquellos soldados propicios assi, para que fuesen con ellos en efetuar su mal proposito249.
El Gouernador, aunque le trujeron aquella señal de auer gente la tierra adentro, no curo de detenerse mas alli, asi porque la noticia en cuya demanda yba se decia Omegua, y en aquella tierra no hallaua señal de tal nonbre, como porque tenia los nauios y uergantines muy mal acondicionados y tratados, y porque no le faltase antes de llegar a Omegua, dicien250 que ya que aquel caudillo y soldados que el auia ynbiado, no auian querido pasar adelante de donde tomaron la yndia, que ya no hera justo que se boluiese a hello ni el armada se detuuiese alli mas tiempo, y asi se partio el harmada deste pueblo.
Fue nauegando el rrio auajo asta que sin sauello llego al cauo de la poblazon, a la qual algunos quisieron dezir que hera otra prouincia llamada Manicuri251, que hera nonbre de vn pueblo de aquellos, y que toda la poblazon que auia desde la ysla de Garcia asta donde estauan, que heran mas de ciento y cinquenta leguas, heran dos prouincias, la una llamada Caricuri, y la otra Manicuri. Otros fueron de otra opinion, y esta es la mas zierta; que por causa que toda la gente destas ciento y cinquenta leguas de poblazon hera toda vna propia lengua y traje y trato y armas, que toda hera una prouincia, y que Caricuri y Manicuri heran nonbres de pueblos y no de la prouincia.
En todo este tiempo que duro esta poblazon, la gente salia de paz en canoas, nauegando entre larmada, rrescatando lo que traian, vnos con el Gouernador y otros con los soldados ascondidamente, como esta dicho, por causa de lo que el Gouernador auia mandado, el qual, aunque lo sauia, con unos desimulaua y a otros rreprehendia de palabra.
Trayen252 los yndios desta provincia algunas joyas de oro fino, como son orejeras, caricuries en las narizes y orejas; y aunque la poblazon tura253 tanta distancia, tienese por muy cierto que no es mucha esta jente, porque los pueblos son pequeños y apartados unos de otros media jornada y una, y segun el parecer y opiniones de muchos, a lo mas largo abra en esta poblazon diez mill naturales, antes menos que mas, ques arto poco para tanta distancia de tierra.
Auia en esta prouincia muchos generos de frutas de las de la tierra, y gran cantidad de mosquitos, as de los zancudos bozingleros como de los ynportunos xexenes.
Aqui se acauo de anegar y perder un bergantin que auia quedado, y quedaron solas dos chatas en que yban los cauallos, y fue necesario rreazerse de mas balsas y canoas para en que se metiese la gente del bergantin.
CAPITULO DIEZ Y SEIS
Como pasada la prouincia de Carari dieron en un despoblado, y la necesidad que hen ella se paso, y de como llegaron a Mochofur, y de lo que acaecio a la entrada del.
Auiendo nauegado el Gouernador por la prouincia dicha, y teniendo entendido que pasaua adelante la poblazon, no curo de preguntar a las guias ni lenguas si auia despoblado de alli para vajo, lo qual fue causa de pasar muy grande hanbre y necesidad, porque dieron en vn despoblado del rrio que turo nueue dias; y como la gente auia salido desaperceuida de la prouincia de Carari, creyendo topar luego que comer, acauoseles vien breue lo que lleuavan, y pasaron tan grande necesidad que en todo lo demas deste tiempo no se comian entre los soldados sino algun pescado que con ancuelos pescauan y algunos bledos y berdolagas que en la playa del rrio se hallauan, y tortugas y hicoteas, y esto no en mucha abundancia, porque no en todas partes lo auia.
Tienese, por muy cierto que si el despoblado turara mas, que muriera e peligrara alguna jente con la mucha hanbre que pasaron. Culpauan todos en esto al Gouernador, por no auer echo con diligencia el desamen que hera obligado. En este despoblado se hallaron dos bocas de rrios grandes, no muy apartadas la una de la otra. Conocieronse porque las barrancas tenian254 altas y bermejas y benian algo turuios, por lo qual se conjeturo que no venian muy lejos sus nacimientos. Entran estos dos rrios en el del Marañon por la uanda de mano derecha.
No quiso detenerse el Gouernador en ellos a descubrir y uer si heran pobladas, por la mucha falta que tenian de comida, y asi se paso de largo, y sin se detener en ninguna parte mas de las noches que no nauegauan, al cauo de los nueue dias llego a un pueblo questaua poblado a la uarranca del rrio y bien descuidada la gente del de la venida del Gouernador ni de su armada. Los yndios de aquel pueblo, como uieron los españoles, temiendose del daño que les podia uenir, juntaron todas sus mujeres y hijos con toda la dilijencia posible y metiendolos en las canoas que alli tenian, los echaron el rrio auajo, y ellos se quedaron a punto de guerra, todos juntos en su pueblo, con sus armas en las manos, que eran tiradores, dando muestras de querer defender sus casas.
El Gouernador tomo los soldados que mas zerca de si hallo con sus armas, y el con su arcabuz en la mano tomo la delantera, saltando en tierra, yendose para donde los yndios estaua. Mando a los soldados que ninguno disparase arcabuz ni acometiese sin que el lo mandase. Lleuaua el Gouernador vn paño blanco en la mano, con el qual por señas llamaua a los yndios, dandoles a entender que no les queria hazer mal. Los yndios se estauan quedos en su esquadron, puestos en harma, y rreconociendo los halagos que el Gouernador hazia por señas con el paño, se aparto del esquadron vn yndio que parecia ser casique o principal de aquella jente, y con unos pocos de yndios se uino a donde el Gouernador estaua, tomando del paño que tenia en vna bara, mostrandose amigable a los españoles, se metio entre hellos; los demas yndios se apartaron a un cabo, en vna playa que alli estaua, y teniendo sus armas en las manos, juntos en esquadron, se estuuieron alli asta que llego toda la mas gente del armada, que uenia algo atras. Pidioles el Gouernador por señas que les diesen cierta parte de aquel pueblo, con la comida que en los buhios auia, para aposentar su gente, y que en lo demas se estuuiesen hellos y sus mugeres y hijos. Mostraron los yndios voluntad de que heran contentos dello, y asi mando el Gouernador aposentar en aquella parte del pueblo que señalo toda la jente del armada, poniendoles grandes penas y estatutos para que de alli no pasasen a los otros buhios o casas.
Holgaronse todos de la llegada a este pueblo, asi por descansar del trauajo pasado, como por sacarlos vientres de mal año con la mucha comida que hen el se hallo, asi de maiz y tortugas como de otras comidas de la tierra.
Tenian los yndios deste pueblo a las puertas de sus casas echas vnas lagunillas y alrrededor zercadas de palos, y dentro muchas tortugas, de las quales auia tanta cantidad que al parezer de todos pasauan de seis mill. Los soldados de la armada, se aprouecharon de todo el maiz y tortugas y otras comidas que abia en los buhios o casas de aquella parte del pueblo donde se aposentaron, que auia para todos. Los yndios, no estando satisfechos que los españoles les guardarian lealtad y amistad, acordaron poner en cobro aquella comida que a hellos les auia cauido en suerte en la parte del pueblo que les quedo, y asi la comenzaron a sacar poco a poco, ascondidamente, lo qual uisto por los soldados, no curando de guardar ni cunplir lo que tenia mandado su Gouernador, y temiendose de otra necesidad como la pasada, acordaron prevenirse buscando las comidas que los yndios escondian y trayendolas a sus rranchos. Procuraua el Gouernador poner grandes penas y amenazas para que no se hiciese esto, sino que dejasen a los yndios sus comidas, y no aprouechaua nada, y por uer la desuerguenza que hen ello auia, prendio algunos soldados y mestizos, para atemorizar a los demas, entre los quales prendio vn mestizo, criado de Don Hernando de Guzman, su alferez general, lo qual visto por algunos emulos del Governador, procuraron luego hazer entender a Don Fernando de Guzman que hera muy grande afrenta aquella que se le auia echo; y esto a fin de tener ocasion de tratar con el Don Hernando de Guzman lo que lleuaua hurdido contra Pedro de Orsua.
Llamose este pueblo Machifaro. Es la gente del diferente de la de arriua de la provincia de Carare, asi en personas como en trajes y bivienda, y en la lengua, por lo qual se conjetura que nunca fueron auissados estos yndios de los de arriua de como yban españoles a su tierra.
CAPITULO DIEZ Y SSIETE
Que trata como el Gouernador envio a descubrir, y de otras cossas que sucedieron en Machifaro.
Hallando en este pueblo de Machifaro tan buen adereco de comida como se a dicho, para que la gente se rreformase y descansase, y porque la Pascua de Navidad venia ya zerca, acordo el Gouernador estarsse en el algunos dias; y para sauer si cerca de alli auia alguna otra prouincia de jente con que los yndios deste pueblo tuuiesen algun trato, y uer si se podia hallar algun rastro o prencipio de la tierra que andauan a buscar, enuio al caudillo Pedro Alonso Galeas con cierta gente en canoas para que lo fuesen a buscar, los quales metiendose por vn estero o cieniga de pequeña boca que entra en el rrio Marañon, por junto a este pueblo, a la mano derecha, que tenia el agua tan negra que ponia almiracion y parecia ser pronostico del daño que se les aparejaua; por el qual estero, yendo nauegando, dieron en una laguna o lago de agua, tan grande que puso admiracion a los que hen ella entrauan, y nauegando por ella perdieron la tierra de uista por todas partes, que temieron ser perdidos, porque casi no atinauan por la uoca del estero por donde auian entrado en aquella laguna, y asi determinaron dar la buelta a cauo de ciertos dias que anduuieron en aquella laguna y estero sin allar ninguna poblazon ni rrastro de gente.
En el qual tiempo sucedio que hobra de ducientos yndios de guerra vajaron de la prouincia de Carari, ques lo que quedaua arriua, a hazer salto a este pueblo de Machifaro, no creyendo estar en el los españoles, antes pareciendoles que con la pasada de la armada andarian los yndios de aquel pueblo alborotados y tendrian lugar de hazer su salto mas seguramente; y como llegasen de noche, a media noche a la uarranca del rrio y rreconociesen estar alli españoles, no osaron hazer el salto que pensauan, antes sse estuuieron por alli asta que amanecio y biendo claramente lo que en el pueblo auia, alcando muy gran grita y tocando sus fotutos y cornetas y otros ystrumentos que traian, dieron luego la buelta rrio arriua, lo qual uisto por el casique o señor de aquel pueblo de Machifaro, vino a muy gran priesa al Gouernador a rogarle que le diese favor y ayuda para yr en seguimiento de aquellos yndios queran sus contrarios y auian venido a matalle.
El Gouernador, por contentalle, mando a su theniente Don Juan de Bargas que con cinquenta alcabuzeros fuese ayudar aquel casique; los quales, enbarcados con el casique y con algunos yndios de Machifaro en sus canoas, y rrodeando por otra parte le tomaron la delantera. Viendose los docientos yndios de Caricuri tomado el passo y asi zercados, acordaron ponerse en arma para defenderse, creyendo que no venian mas que los yndios de Machifaro, y rreconociendo los españoles y sauiendo la poca parte que heran para ofendelles, comenzaron hacer señas de paz; y como entre los soldados sea tan aborrecida, haziendose sordos, comenzaron a disparar su arcabuceria. Viendose los yndios lastimados desta suerte de los españoles y de los yndios sus contrarios, acordaron dejar las canoas y meterse por la montaña adentro, de suerte que no pudieron ser auidos dellos sino cinco o seis; y tomandoles todas las canoas se uoluieron al pueblo de Machifaro, donde auia quedado el Gouernador.
Crehese que todos estos yndios perecerian alli o los matarian sus contrarios, porque no tenian canoas en que boluer y estaua mucha distancia de alli su tierra el agua arriua.
Pasado esto, pareciendole al Governador que ya estaua en su distrito, y que hera ya tiempo de comencar a poner horden en algunas cosas que yban desordenadas, y considerando la falta que hazia la ausencia del Perlado para correxir y enmendar algunas cosas espirituales entre la gente y soldados de aquella armada, porque aunque el hazia su posible en castigar y corregir algunos escesos, no lo hazia tan por estenso como se rrequería. Demas de esto, porque lleuauan algunos clerigos, y ellos entre si, por falta de caueza y superior yuan algo discordes y diferentes, acordo nonbrar aquellos clerigos vno por prouisor y uicario de la gente que lleuaua, pareciendole que pues su Magestad es uicario general y en algunas partes prouehe obispados y otras dignidades, que por ser el gouernador y auer alli la necesidad que auia, podia hazer aquel nonbramiento, y asi de hecho e de derecho nonbro por cura y uicario o prouisor de su armada, a un padre llamado Alonso Henao; el qual vsando de su nueua comision, dio luego cartas de descomunion, a pedimento del Gouernador, sobre que se rrestituyesen qualesquiera cosas que les fuesen a cargo de todo genero de menudencias, herramientas y ganados, so pena de las zensuras que para hello les ynponia; lo qual puso arto escandalo en el canpo, diciendo sus hemulos del Gouernador que solo por sacar aquellas cartas de descomunion auia echo aquel uicario y prouissor y no con ningun buen zelo de los que ariua se an dicho.
Obo grandes alteraciones entre los que algo presumian entender sobre que el Gouernador no podia nonbrar aquel juez eclesiastico, ni el juez podia proceder por sensuras, mas sin enbargo desto vsaua el clerigo su oficio.
En esta diferencia llego Pedro Alonso y la demas jente que auian ydo a descubrir, y trajeron la nueva que ariua se dijo, de la laguna en que anduuieron; y sauido por todo el canpo, comenzaron algunos a desmayar y otros a descubrir las malas yntenciones que tenian, como en el capitulo presente255 se dira.