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Kitabı oku: «Historia de Venezuela, Tomo II», sayfa 21

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CAPITULO TREINTA Y NUEUE

Que trata de como Aguirre mato a Lorenco Ssalduendo y a Doña Ines, y la causa porque.


Doña Ines de Atienza, a quyen algunos echan mucha culpa de la muerte de Pedro de Horsua, venia en el armada destos amotinadores enbuelta con vn Lorenzo de Salduendo, capitan de la guardia del principe Don Hernando de Guzman, en conpañia de la qual estaua vna Doña Maria de Soto, mestiza, que heran muy grandes amigas; y porque ya se iua acauando la hobra de los uergantines y pensauan muy en breue partirse de alli, andaua el Lorenzo Salduendo procurando parte comoda de los uergantines en que lleuar a estas señoras con todas sus baratijas; y porque las malas dormidas no les hiciesen mal, trato con Lope de Aguirre que queria lleuar vnos colchones en que durmiesen; el qual, o porque no estaua bien con estas mujeres o porque no hera su boluntad, dijole al Lorenco Salduendo que en ninguna manera se auian de lleuar los colchones en los uergantines, porque ocupauan mucha parte dellos y era mucha la jente y abria otras cosas queran mas necesarias lleuarse para la guerra; y con esto se escusso y despidio a Lorenco Salduendo, el qual, boluiendose mohino a su casa, hallo a las dos señoras, a las quales les conto lo que pasaua, y como honbre que auia sentido mucho el negocio y la aspera rrespuesta que Lope de Aguirre le auia dado, casi desesperado, arronjo vna lanza que tenia en las manos325: mercedes me ha de hazer a mi Lope de Aguirre al cauo de mi uejez; viuamos sin el, pesete tal.

No falto quien oyo estas palabras, que luego sse las fueron a dezir a Lope de Aguirre, con otras que la Doña Ines auia dicho vn dia antes, estando en este rrancho vna mestiza que se le auia muerto, que casi llorando le dijo: Dios te perdone, hija mia, que antes de muchos dias tendras muchos conpañeros; lo qual, sauido por Lope de Aguirre, y entendiendo el desabrimiento que Lorenco Salduendo tendria con el, por no auelle dejado que metiese los colchones en los vergantines, colijio entre si que aquellas palabras no salian sino de honbre que pensaua hazelle algun mal o matalle, y asi acordo ganalle por la mano y se determino de juntar a sus amigos y dar fin a los dias de Lorenco Salduendo, el qual, auisado del negocio, o barruntandolo, se fue a su Principe Don Hernando de Guzman y le dijo el temor que tenia, y que creia que Lope de Aguirre estaua juntando sus amigos para uenille a matar.

El señor Principe le dijo que perdiese el miedo, que el lo rremediaria todo; y creyendo que se hiziera lo que el mandaua, llamo a vn Gonzalo Giral de Fuentes, su capitan, para que fuese a Lope de Aguirre y le dijese de su parte que no curase de matar a Lorenco Salduendo, sino que le hiciese plazer de desimular con el y lo apaciguase lo mejor que pudiese. Lope de Aguirre, quen lo que auia de hazer no se descuidaua nada, antes en dandole en la ymajinacion vna uellaqueria, luego la ponia por hobra, en determinandose de matar a Lorenzo Salduendo, luego junto sus amigos, y armandose todos, salieron de casa de Lope de Aguirre en busca del Lorenco Salduendo. Gonzalo Jiral de Fuentes, que por mandado de su Prinzype yba apaciguar a Lope de Aguirre, topolo en el camino, y diciendole la enbajada a que yba por mandado de su Principe, diosele tan poco dello quanto hera rrazon darsele de Principe de tan poca potestad, pues el lo auia colocado en aquella dignidad y estado, y asi, pasando de largo, sin hazer caso del Gonzalo Jiral, fue a casa de su Principe, donde hallo a Lorenco Salduendo, y usando su oficio el y sus ministros, comenzaron a dar de estocadas y lanzadas al proue Salduendo, y sin podello defender su Principe le acauaron alli la uida. El señor Principe dio artas vozes, rrogandole al Lope de Aguirre que no lo matase y otras uezes mandandoselo; pero ni su mando ni sus rruegos no aprouecharon cosa alguna, y arto mas le ouiera aprouechado al Principe hazer lo que Saduendo le rrogaba para saluar su uida, que hera que apellidase la jente del canpo para defendelle; y diose tanta priesa Aguirre que no tuuo su Ecelencia lugar de hazer lo que le rrogaua.

Muerto desta desastrada muerte Lorenco Salduendo, le parecio a Lope de Aguirre que pues por causa de Doña Ines le sobreuenian algunos desgustos y amenazas, que no hera justo que careciese hella del castigo que los demas, y asi mando luego yncontinente a un su sargento, llamado Anton Llamosso, y a un Francisco Carrion, mestizo, que fuessen a matar a Doña Ines, los quales, como andaban zeuados en matar honbres, no se lo obo acauado de decir Lope de Aguirre quando se partieron y fueron donde estaua la pobre de Doña Ines, y usando con ella, las crueldades que con los demas, le dieron muchas estocadas y cuchilladas, conque la mataron tan cruelmente que no obo persona que despues de muerta la uiese a quien no yncitase y mouiese a una de las mayores lastimas y crueldades que en aquella jornada se auia echo; y acauandola de matar, luego le secrestaron los vienes sin enuiar a buscar scriuano ante quyen se hiciese el ynuentario dello, y partiendolos estos uerdugos entre si, quysieron hazerse pago de su trauajo.

Ya aqui se yba desminuyendo la autoridad y poder del Princype, y le yba a el pareciendo mal la mucha desuerguenza y atreuimiento de Lope de Aguirre y el poco casso que del hazia, y biuia con arto temor.

CAPITULO QUARENTA

Que trata de como Don Hernando y Lope de Aguirre rrinieron sobre la muerte de Salduendo, y despues se confederaron, y de como Aguirre tubo auisso de los de la junta como lo querian matar.


El Princype Don Hernando de Guzman, viendo el desacato y poco comedimiento que Lope de Aguirre avia tenido a su persona, en matar en su presencia a Lorenco Salduendo, especialmente auiendole el ynuiado a rogar que no lo matase, y auiendoselo dicho y mandado quando entraua a matallo, comenzose amohinar con Aguirre y tratalle al326 asperamente de palabra, diziendole y dandole a entender que no auia echo el deuer ni lo que era obligado en ser tan rreuelde y contumaz en cunplir lo que el le mandaua o rrogaua.

Lope de Aguirre, como tenia en mas el ayuda de sus amigos que alli tenia presentes que no a las mercedes que su Prinzype le avia de hazer, comenzose a desuergonzar y decirle con asperas palabras muchas desuerguenzas y descomedimientos, diciendole que no se entendia ni sauia rregir ni gouernar en las cosas de la guerra, porque si el fuera astuto y entendido en ellas, no se auia de fiar de ningun sseuillano, pues sauia los doblezes que hen ellos auia, y que uiuiese rrecatado y mirase por su persona, que el haria lo mismo, porque los que traian el cargo que su Ecelencia no auian de biuir tan descuidados ni saneados como el uiuia, y que si de alli adelante quysiese hazer consejo de guerra, que le auisaua que como honbre que yba a donde sus contrarios estauan, auia de lleuar cinquenta amigos suyos por delante, muy bien aderezados y armados; y que le ualiera mas y le fuera muy mejor gustar de los guijarros de Pariacaca que no comer de los buñuelos que le hazian y daua Gonzalo Duarte, su mayordomo mayor, y otras cosas desta suerte, con lo qual se aparto de su Principe y se fue con sus amigos a su rrancho, sin procurar aplacar ni satisfacer a su Principe, mas de con lo dicho327.

Y porque no pareciese claramente a la jente del canpo que Lope de Aguirre queria matar a su Principe y alcarse con la jente, y por hazerlo mas desimuladamente, procuro luego tornar a uer al Don Hernando de Guzman y aplacalle y satisfazelle diciendole que su Ecelencia no tenia rrazon destar quejoso porque auia el muerto a Lorenco Salduendo delante de su Ecelencia, pues el Salduendo auia querido matar a un tan gran seruidor suyo como el era y tan leal, y que no le devia pesar dello, pues el estaua alli biuo para el seruicio y guarda, y mas fiel y lealmente que otro ninguno de los del canpo, y que mas honbre hera para defendelle y anparalle, y mas facilmente pondria la uida por su seruicio y defensa que algunos de quien el mucho se confiaua y tenia por muy grandes amigos.

Con estos y otros falsos cunplimientos procuro Lope de Aguirre aplacar y sastifazer a su Principe, el qual a mas no poder mostro estallo vien contra su boluntad y como honbre que no le auia parescido vien lo desenboltura de Lope de Aguirre; y temiendose de lo que podia suceder, anduuo de alli adelante casi espantado y asonbrado y muy demudado el jesto; y con todo esto328, ni procuraua asegurar su persona con quytar la uida a Lope de Aguirre ni allegar amigos que le defendiesen o hazer algun aspaviento de hecho con la jente del canpo; mas deuia de ser de corazon tan timido que nunca se atrevia hazer nada que le cunpliese.

Lope de Aguirre, aunque no publicaua lo que en el pecho tenia, procuraua juntar cada dia mas amigos a su conpañia, los mas uien aderezados que podia, y andaua de contino acompañado desde que rriño con su Princype en adelante de mas de sesenta hombres armados; y por descuidar algunos que presumian su proposito, dezia y publicaua que traia aquella jente consigo para guardar y anparar a su Principe, como hera obligado; el qual, aunque viuia rrecatado y no tenia la confianza de Lope de Aguirre que algunos pensauan, no vsaua de lo solecitud que Aguirre en juntar amigos y guarnecerse dellos, y asi uiuian entranbos con arta sospecha el vno del otro, pero como dize el refran «de rruin a rruin quien acomete, uenze», como auajo se dira.

Viendo dos de los que se auian hallado en la junta y congregacion que arriua se dijo que hizo Don Hernando, algunos capitanes en que se determino que matasen Aguirre, y uno de los quales hera Gonzalo Jiral de Fuentes, capitan de Don Fernando, y Alonsso de Billena, su maestresala, la mucha pujanza de jente y amigos que Lope de Aguirre auia juntado y atraido a si, y temiendose o colijiendo que Lope de Aguirre queria hazer alguna uellaqueria, y por acreditarse con el, fueron a el y dijeronle secretamente la junta que se auia hecho para buscar la tierra, y como se auia dicho quel mayor estoruo e ynpedimento que lleuauan hera el maese de campo, y como auian determinado de matalle alli luego, y por consejo de Alonso de Montoya se auia dilatado para adelante, el qual, sauiendo esto, luego conciuio en su coracon, sin dar dello parte a nadie, de matar a su Prinzipe y a los demas de la junta y alcarse con la jente, y asi lo determino de hazer en qualquier tienpo.

Don Hernando de Guzman mando llamar a consexo de guerra, porque ya se azercaua el tienpo de la partida, y biniendo ha llamar a Lope de Aguirre para que se halle presente a hello, como maese de campo, temiendose por el auiso que le avian dado no le quisiesen matar, rrespondio al mensajero que ya no hera tiempo de yr a juntas ni llamamientos; que lo ouiesen por escusado, y asi nunca quyso yr al llamado de su Prinzipe.

CAPITULO QUARENTA Y UNO

Que trata de la muerte de Don Hernando y de un clerigo y de otros capitanes que mato juntos Aguirre.


Teniendo ya Lope de Aguirre auiso de como le querian matar en la forma que en el capitulo antezedente se dize que le fue dado, determinado ya de ganar por la mano y matar el primero a los que le querian matar, acordo quel tiempo mas comodo para efetuar su proposito hera el tienpo de la partida; y teniendo ya preuenidos sus amigos, no dando parte a nadie de como queria matar al Principe, saluo a dos que lo auian de matar a bueltas de otros, hordeno esto para vn dia o dos antes de la partida, que estauan ya los uergantines acauados del todo y puestos a pique para no mas de enbarcarse y caminar.

Esta rrancheria hera angosta y zercada de agua, y estauan alojados el Principe de la parte de auajo, y Aguirre en medio, y Montoya y otros capitanes arriva, como mas largo se dize en el capitulo treinta y nueue; y para que lo que queria hazer fuese mas oculto, y que por el rrio ni por tierra no pudiesen dar auissos los unos a los otros, mando echar uando que todas las canoas las trajesen luego a donde estauan los uergantines, y el y todos sus amigos metieron toda su rropa en ellos lo mas desimuladamente que pudieron, porque si acaso fuesen sentidos de lo que querian hazer y los quysiesen prender, no hiziesen mas de enbarcarse y caminar.

Venida la noche329 hizo juntar y llamar a todos sus amigos, y poniendo guardas en el passo de aquella isla, que hera muy angosta, para que no pudiesen yr a dar auiso al Principe de la junta de jente que Lope de Aguirre tenia hecha y hazia, y teniendo ya juntos todos sus aliados y que sienpre le ayudauan en semejantes negocios, les dijo que tenia nezesidad de yr a castigar ciertos capitanes y soldados que se querian amotinar contra su Principe; que les rrogaua que le fuesen aconpañar e hiziesen lo que heran obligados; y saliendo bien armados todos se fue con ellos a casa de Alonso de Montoya y del almirante Miguel Bouedo, questauan rrancheados de la parte de ariua y bien descuidados de lo que se les hurdia, y entrando Aguirre y sus amigos en sus buhios los mataron a estocadas y lanzadas, sin que fuesen sentidos de nadie ni que su Principe pudiese ser auisado de hello.

Muertos aqui estos dos capitanes, porque no le fueren algun estoruo o ynpedimento o le hiciesen algun daño mientras yba a matar a su Principe, luego yncontinente dijo a sus amigos que en el quartel o alojamiento de auajo, que hera donde estaua alojado su Principe, auia otros amotinadores contra su Principe que hera nezessario yllos luego a matar; que fuesen a punto y bien aperceuidos, y que cada diez o doze de ellos tuuiesen cuidado de matar a un capitan de aquellos que se querian amotinar contra su Prinzype, señalandoles que auian de yr juntos, de camarada, y el capitan que auian de matar; lo qual visto y entendido por todos los que alli con el estauan, le dijieron questaua muy vien hordenado, y que seria asi como su merced lo mandaua y lo hordenaua, pero que entonzes no hera tienpo comodo por ser tan tarde y hazer la noche tan oscura, por lo que se podrian matar y herir los unos a los otros sin conozerse ni querello hazer. A Lope de Aguirre le parecio que tenian rrazon, y por euitar que no se matasen unos a otros, que hera cosa bien nueua para el, consintio que se quedase para en amanesciendo, poniendo por guardas del passo personas de mucha confianza, para que alguno no se atreuiese a yr a dar mandado a su Principe, y el con todos sus aliados se metieron en los uergantines, donde estuuieron toda la noche belando y puestos en arma, y muy a pique para que si su Principe sintiese lo que hellos querian hazer y llamase jente, se fuese luego el rrio auajo y dejasen alli a el Principe y a los demas que con el estauan.

Venido el dia y bisto por Lope de Aguirre que en el canpo no auia rremor de ser sentidos, salio de los uergantines con todos sus amigos, ninguno de los quales sauia que quysiese matar a su Principe, saluo vn Joan de Aguirre y Martin Perez, sarjento mayor, muy grandes amigos suyos, a los quales el auia dicho y rrogado, deuajo de grandes prouessas330 que les auia echo, que tuuiesen cuidado de a las bueltas de los demas que se auian de matar, dar con Don Hernando de Guzman al traves, los quales lo lleuaron bien en la memoria.

Saltados en tierra, como se a dicho, luego se fueron derechos a casa del Don Hernando de Guzman, dejando en los vergantines muy buena guarda de amigos questuuiesen sobre auiso y lerta331, y a todos quantos soldados topaua en el camino los llevaua consigo, diciendoles que yba a castigar ciertos amotinadores y que abriesen los ojos y mirasen por el Principe su señor y le acatasen y rreuerenciasen, y si alguno de los amotinadores se fuesen a anparar y defender con el Principe tuuiesen particular cuidado y bijilancia no le hiriesen o lastimasen, porque podria ser que como su Ecelencia hera tan bueno, que ynorando la traicion que tenian contra su Ecelencia ordenada, aquellos a quien yban a matar332 los quisiese defender; mas que no por eso los dejasen de matar.

Yendo Lope de Aguirre caminando con estas platicas hacia casa de su Principe, por prouar primero la mano en alguna cosa sagrada, y por dar buen prencipio a lo que yba hazer, se entro por casa de un clerigo llamado Alonso Henao, y por su propia mano le dio destocadas y lo mato; y otros decian que no le mato, sino un Nauarro Casado lo mato pensando que mataua a otro emulo suyo; que el vno o el otro lo hiziese, el se quedo muerto de las estocadas que le dieron; y prosiguiendo su uiaje llego a casa de su Principe, el qual estaua echado en la cama, y descuidado del mucho cuidado que Aguirre traia, el qual oyendo el estruendo y alboroto que aquellos ministros de Satanas traian, se levanto de la cama desnudo en camisa, y como uio a Lope de Aguirre le dijo: ques esto, padre mio; el qual le rrespondio: asegurese vuestra Ecelencia, y pasando de largo entro donde estauan el capitan Miguel Serrano y el mayordomo Gonzalo Duarte y un Baltasar Corthes Cano, y dandoles muchas estocadas y laucadas y arcabuzazos los mataron.

El Martin Perez y Juan de Aguirre lo333 oluidando lo que Lope de Aguirre les auia mandado, biendo andar toda la jente rrebuelta y alborotada, haziendose herradizos y contradizos con su Principe Don Hernando de Guzman, le dieron ciertos arcabuzazos y estocadas con que miserablemente y cruelmente acauaron y dieron fin aquel su ynfelize estado.

Veis aqui cunplido lo que arriua se dijo: que Aguirre hazia rreyes y quytaua rreyes; veis aqui acauado el estado y rreino de Don Hernando de Guzman, principe de Tierra Firme; veis aqui conclusa su grauedad, que auia ya tomado mucha y muy sin fundamento; veis aqui fenecida su gran uanidad; veis aqui consumida su gran ynchazon; veis aqui desecha su casa y majestad de Principe; veis aqui despedidos sus criados y oficiales de su casa, y algunos muertos, y que no sauen quyen les pagara el salario que les auia señalado334, si Lope de Aguirre querra descar335 su conciencia con ellos; veis aqui los priuados auatidos; veis aqui los gentiles honbres sin señor a quien aconpañar ni tener palacio; veis aqui en que pararon y el fin y efeto que vuieron aquellas quentas que echava Don Hernando con sus priuados, viendose con titulo de Principe de Tierra Firme, diziendoles yremos a Piru y alla me coronare y bosotros que me aueis colocado en este estado os hare muy grandes mercedes, os dare muy ricos rrepartimientos, vos yntitulare señores de Salica, y al fin todos seremos señores de todo lo que quysieremos; no abra cosa que deseen nuestros corazones y boluntades que se les pueda denegar, y tantos banos pensamientos como tubo, y de tanta prosperidad como se prometia, no se dizen que le ayan oydo dezir que auia de careszer su cuerpo de sepoltura, ni que avia de auer algun bario suceso o desastrado fin, sauiendo por cosa clara que el paradero de los que andando como el andaua no auia de ser otro del que obo a los ueinte y dos de Mayo de mill e quinientos y sesenta y un años.

CAPITULO QUARENTA Y DOS

Que trata de como Aguirre junto la gente y les hablo sobre la muerte de Don Hernando, y como hizo otros oficiales en lugar de los muertos.


Hecho lo que ariua se a dicho, y acauado Lope de Aguirre de matar a su Don Hernando de Guzman, principe de Tierra Firme, y a un clerigo de missa, y a otros cinco españoles, junto luego toda la gente del canpo en vna plaza que alli estaua, para dalles quenta de lo que auia echo, y la causa porque, y estando el muy zercado y guardado de mas de ochenta honbres armados, amigos suyos, de quyen el se confyaua, hablando a todos en general, les dijo que no se marauillasen ni alborotasen por lo que auian uisto ni de las muertes que se auian echo, porque todas aquellas heran cosas que la guerra traia consigo, y que no se podia llamar guerra donde no sobrebiniesen semejantes casos y suscesos, y que su Principe y los demas no se auian sauido rregir ni gouernar, que por eso auian muerto como mozos, y que a todos auia sido nezesaria la muerte de Don Hernando, porque no lleuaua terminos, principios ni medios de salir con aquella ynpresa que traia entre manos, sino echar a perder a todos, pues lo auian bisto claramente ser asi, que no queria tratar mas de aquello, sino que de alli adelante le tuuiesen por amigo y compañero, y que tuuiesen entendido que la guerra auia de yr y seguirse como hera rrazon y conuenir a todos y muy derecha y que no les pesase de tenello por general, pues sauian y tenian entendido que el no auia de procurar mas de aquello que a todos conuiniese; y asi dio fin a su platica, yntitulandose general; y otros quieren dezir que no se yntitulo sino el Fuerte Caudillo; y porque pareciese que comenzaua a usar de su jurisdiccion, comenzo a dar luego nueuos cargos a sus priuados y amigos y aquellos que el auia hallado mas prestos y aparejados para efetuar las muertes que auia efetuado.

A Martin Perez, que hera su sargento, hizo su maese de canpo, y a un Joan Lopez, calafate, hizo almirante de la mar, y a un Joan Gonzalez, carpintero, hizo su sargento mayor; a un Juan de Gueuara, Comendador, quyto la conduta de capitan que tenia y le avia dado el principe Don Hernando, y le prometio que llegados que fuesen a Nonbre de Dios le daria veinte myll pesos y lo ynbiaria a España, porque uien veia que no hera de su profesion seguir aquella guerra, la qual conduta de capitan dio a un Diego de Trujillo, que antes hera su alferez. A un Diego Tirado hizo su capitan de a cauallo; y algunos dizen que azeto el cargo contra su boluntad, y porque no le matase el traidor, y otros dizen lo contrario, por lo que despues le uieron hazer. Hizo capitan de su guardia a un Niculas de Susaya336, viscayno, de bien poca presencia y autoridad, y asi le quyto en breue el cargo, como adelante se dira. Dio la uara de alguazil mayor del canpo a un Carrion, mestizo, casado con vna yndia en Piru, la qual quyto a un Juan Lopez Zerrato, que antes la tenia; y porque no pareciese que todos los capitanes y oficiales viejos los rremouia, y por dar algun contento algunos amigos suyos, dejo con las condutas de capitanes a Sancho Pizarro y a Pedro Alonso Galeas, que antes les tenian por su Principe; y como astuto en bellaquerias, y que se temia que no hiciesen con el lo quel auia echo con otros, echo vando en su canpo que de alli adelante, so pena de la vida, ninguno hablase en secreto con sus conpañeros ni anduuiese haziendo juntas ni corrillos, ni en su presencia echasen mano a espada ni a otras armas, ni en el esquadron.

Pero con todos estos pregones y penas le parecio quera mas seguro estarse con sus amigos en los uergantines que no en tierra, y ansi dos dias que en aquel pueblo se estuuo despues de la muerte de su Principe, se estuuo con sus amigos dentro de los uergantines, y si saltaua en tierra hera tan sobre el auiso y tan bien armado y arreado337 de sus amigos, que aunque algunos se quisieran juntar para ofendelle o matalle, no hera parte por estar casi todos desarmados, y si algunas armas tenian, heran las mas rruines, porque las buenas el traidor Lope de Aguirre las auia rrecoxido todas y quytadolas a sus dueños, y dadolas a sus amigos para que le aconpañasen y defendiesen, como lo hazian.

325.Aquí debe faltar algo: como, por ejemplo: y dijo, ó y exclamó.
326.Sobra este al.
327.En la edición de Caracas se hace punto después de la palabra Príncipe, y el párrafo siguiente comienza con la frase: mas de con lo dicho.
328.En la edición de Caracas falta: y con todo esto.
329.En la edición de Caracas se hace aquí punto, y las palabras venida la noche constituyen el final del párrafo anterior.
330.Así dice, pero debe ser promesas.
331.Lerta, por alerta.
332.En la edición de Caracas se dice: contra su Excelencia, ordenaba á aquéllos, etc. – Como se ve, cambia completamente el sentido, por mala lectura del original.
333.Debe ser una errata, y querer decir: no.
334.En la edición de Caracas se hace aquí punto.
335.Se ha omitido la sílaba gar. Debe querer decir: descargar.
336.En la edición de Caracas: Sosaya.
337.Arreado, estimulado.
Yaş sınırı:
12+
Litres'teki yayın tarihi:
30 haziran 2017
Hacim:
510 s. 1 illüstrasyon
Telif hakkı:
Public Domain
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