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Kitabı oku: «Historia de Venezuela, Tomo II», sayfa 25

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CAPITULO ZYNQUENTA Y SEIS

En que se escriuen algunas crueldades y muertes que hizo Lope de Aguirre en la Margarita.


Avnque auian pasado algunos dias en medio, despues que Lope de Aguirre auia ynbiado a Monguia por el nauio, no tenia ninguna sospecha de su uenida, porque le parecia que aun no hera tarde, y entendiendo que en tener alli consigo los uergantines que auia traido del Marañon corria algun peligro su canpo y persona, por poderse yr en ellos algunos soldados o uezinos fuera de la isla y dar auiso de sus desinios, que tan publicos heran, mando echar al traue sus vergantines y quemallos y quebrallos, eceto unauio que allo alli medio comenzado, que a este, por estar en tierra parescelle389 que se podia acauar y adereszar, no quyso quemallo ni quebrallo, antes lo mando guardar y despues lo hizo acauar y lo echo a la mar, con que paso a Tierra Firme, de lo qual mas por estenso se dira adelante.

En este tiempo vn bezino de la Margarita, llamado Alonso Perez de Aguilera, no pareciendole vien la conpañia de Lope de Aguirre ni la conuersacion de sus soldados por las uellacas hobras que les uido hazer, acordo no esperar a rreceuir dellos algun pago o galardon de los que a otros auian dado, y asi se huyo y fue fuera del pueblo y de la isla, de suerte que no le pudieron auer, lo qual sauido por Lope de Aguirre le parecio que no hera justo que un honbre tan malechor como Alonso Perez de Aguilera quedase sin castigo, y tomando consigo muchos de aquellos sus ministros, se fue con hellos a las casas del Aguilera, y como a bienes de hombre que auia sido traidor a su Rey, las hizo destejar y derriuar y desuaratar y echar por el suelo, hurtando y rrouando primero eso poco quel auia dejado, y por no auer alli arados no se las hizo harar y senbrar de sal; y prosiguiendo adelante con su castigo, le mato todos cuantos ganados hallo suyos, asi de uacas, nouillos, ouejas, carneros, como de todo otro genero de jumentos; y le asolaron todo lo que tenia en sus estancias.

Dijeronle en esta sazon que un capitan suyo, llamado Joanes de Turriaga, vizcaino, se mostraua afable con todos, el qual hera tenido por muy honbre de bien y que a su mesa comian algunos soldados. Sospechando Aguirre que este Capitan lo hazia por mostrarse contra hel y matallo, y con el enojo que tenia con la huida de Alonso Perez de Aguilar, y por poner mayor pauor y temor asi en los uezinos como en los soldados, mando matar al Capitan Joanes de Turriaga, lo qual cometio a Martin Perez, su maese de campo; y el juntando y aperciuiendo para el efecto algunos soldados y aliados suyos con arcabuzes y otras armas, se fueron vna noche a la posada de Joanes de Turriaga, al qual hallaron sentado con algunos conpañeros suyos, y como uio entrar al Martin Perez se leuanto de la mesa a rreceuirle y hazelle acatamiento como a su maese de campo, y en destocandose y llegandose zerca de los arcabuzeros que lleuaua, comenzaron a tiralle con sus arcabuzes muy seguramente, al qual a pocos golpes lo derriuaron en el suelo, acauandolo de matar con otras muchas heridas destocadas y cuchilladas y puñaladas, y asi lo dejaron aquella noche en el suelo y se fueron, y otro dia de mañana Lope de Aguirre, por pagar a este capitan alguna parte de lo que le auia seruido y seguido, lo mando enterrar muy ponposamente, segun el horden conque en las guerras o batallas se suelen enterrar los capitanes y otras personas señaladas que suelen morir hen ellas, hallandose presentes a su entierro todos los soldados y capitanes con luto, tocando los atanbores floxos, lleuando con su cuerpo las uanderas uajas con colas y arrastrando.

Muchos fueron de opinion que Aguirre mato a este capitan Turriaga, mas por sser honbre de bien y dar algunas muestras dello, que no por causa quel diese para lo matasen, porque como se a dicho antes de agora, aborrecia por todo extremo Aguirre a los buenos, y assi los mataua a todos y amaua mucho a jente baja y ruines, por parezelle que entre estos podia biuir y permanescer mas seguramente como vno dellos.

CAPITULO ZYNQUENTA Y SIETE

De como Aguirre sospechaua que le auian muerto a sus soldados, y de las amenazas que sobre hello hazia, y de como le uino390 nueuas de quel nauio uenia, y del suceso de Monguya, y de lo que hizo391 azerca dello.


Auiase ya pasado el tiempo que Lope de Aguirre auia signado a el capitan Monguya, dentro del qual auia de boluer y traher el nauio del fraile, y muchos dias mas, por lo qual el contento que antes tenia se le auia buelto en muy gran pesar y tristeza, y asi andaua muy mustio y descontento, y rreinaua en el muy gran sospecha de que el prouincial y sus soldados ouiesen preso o muerto o desuaratado al capitan Monguia y a los que con el yban; y no pudiendo tener oculto lo que sospechaua, hazia muy grandes beruos392 y bramuras, mezcladas con muchos generos de amenazas, diciendo que si acasso el frayle obiese preso o muerto a los que el auia ynuiado por el nauio, que auia de hazer vn castigo actual y exemplar nunca uisto ni oydo, metiendo a cuchillo con todas las ynuenciones y jeneros de crueldades que supiese, a quantos honbres y mugeres auia en aquella tierra, no rreseruando desta pena a los niños de teta, de los quales auia de correr arroyos de sangre por la plaza y calles de la Margarita, y despues desto, no le auia de quedar piedra sobre piedra ni casa enhiesta que de prouecho fuese, que todo no lo auia de asolar y abrasar, y que demas desto auia de matar mill frailes con crueles muertes, y que si al frai Francisco de Montesinos cojia o lo podia auer a las manos, que del pellejo o cuero de su cuerpo auia de hazer vn atanbor para exemplo de todos los que lo uiesen; y con estas amenazas y otras muchas que hazia, y por las malas obras que del auian oydo y bisto, estauan todos los uezinos muy amedrentados, porque rrepresentaua estas amenazas con tanta ferocidad de rrostro y ademanes del cuerpo, pateando y echando espumarajos por la uoca, que a qualquiera que lo uia ponia demasiado espanto.

No se puede dejar de dezir aqui quan bien terciauan en esta coyuntura los priuados de Lope de Aguirre, aplacandolo y mitigando su furor con algunas buenas palabras o por otros medios que los honbres suelen tener, antes se puede muy bien creher dellos que le ayudarian a blasfemar y añadirian poluora al fuego de su yra, diciendole cosas con que mas se yndinase, porque es muy notorio que muchos dellos tenian las entrañas mas dañadas o tanto como su capitan, y eran tan grandes carnezeros de sangre umana como el mismo traidor Aguirre.

Estando la jente de la isla metida en este temor y miedo, cubiertos o cercados de las amenazas de Aguirre, y el mismo Aguirre no del todo desconfyado de la uenida de su gente y del nauio quesperaua, le dieron nueba como en alta mar, por la derrota o camino de Maracapana o Burburata, parecia el nauio questaua esperando, sin sauer por quyen ni como uenia, con la qual nueua el traidor se aseguro y apaciguo alguna cosa, y los uezinos perdieron parte del temor que tenian; y acabados de cobrar esta poca desperanza, llego vna piragua que uenia de Maracapana, y en ella vn negro, el qual dio nueuas Aguirre de como sus soldados y capitan se auian rreducido al seruicio de su Magestad y auian dado auisso al fraile Montesinos de lo que pasaua, y de como todos juntos venian en el nauio a le destruir y hazer guerra.

Sauido esto, Aguirre se torno a endemoniar y a enbrauezer y airar mucho mas de lo que antes auia estado, tornando hazer muy mayores fyeros y amenazas de las que antes auia echo, ynouando otros nueuos fieros contra el fraile y los soldados que se le auian pasado; y para assegurarse mas antes quel nauio llegase a tomar puerto, junto todos los uezinos de la isla con sus mujeres y metiolos en la fortaleza, echandoles prisiones a todos los mas, y agrauando y doblando las prisiones a Don Juan de Villandrando, gouernador, y a los demas que con el tenia presos de antes, vitoperandolos y tratandolos muy mal de palabra, afyrmandoles que avia de bañar todo aquel pueblo en sangre de los propios uezinos que presentes estauan.

El nauio venia nauegando hazia la isla todo lo que podia; y por la piragua que le dio el auisso o por la derrota quel nauio auia tomado, le dijeron al traidor que yba o auia de tomar tierra en vn puerto questa cinco leguas del pueblo, que se llama el puerto de las Piedras; y para con mas presteza y breuedad tener auiso de quando vuiese surgido el nauio en el puerto, tomo todos los cauallos que pudo, y haziendo caualgar en ellos a los de quyen el mas se fiaua, los puso atrechos por el camino que del pueblo yba a dar al puerto de las Piedras, para que en surgendo hiciese señal el vno al otro y el otro al otro y ansi, en bien poco espacio tendria la nueua en el pueblo; y porque no le faltasen oficiales que le siguiesen y aconpañasen, dio luego Alonso de Billena el cargo de alferez general, que antes le avia quytado a quyen en tienpo del principe Don Hernando se le auia dado, el qual lo torno hazetar y usar como solia.

El fraile, al fin, fue a surxir aquel puerto donde el traidor auia sido auisado y tenia puestas sus espias y zentinelas, los quales, como muy leales traidores, luego por la posta dieron auiso dello a su caudillo y capitan, que no deuio de holgarse mucho con la nueua, ni aun della rredundo mucho prouecho, sino harto daño.

CAPITULO ZYNQUENTA Y OCHO

Como mato Aguirre a Don Juan, gouernador de la Margarita, y a otros con el, y la causa porque.


Con esta nueua de auer surxido el nauio en el puerto de las Piedras, andaua Lope de Aguirre muy negociado y argulloso393, aperciuiendo la mayor parte de sus soldados para yr con ellos a rreceuir al fraile y a los demas que con el uenian, lo qual solecitaua y hazia con muchos generos de blasfemias y palabras ereticas contra Dios nuestro Señor y contra sus santos.

Ya que tenia aperceuida la jente para el efeto dicho, acordo que hera bien prendallos en alguna manera, de suerte que tuuiesen temor de desanparalle a el y pasarse al Rrey, para el qual efeto, no sin consejo y persuacion de sus soldados, le parecio que el mejor medio que para esto podia tener, hera matar a Don Juan de Billandrando y a Manuel Rodriguez, alcalde, y a Don Cosme de Leon, alguazil mayor, y a un Cazeres, rregidor, y otro Juan Rodriguez, criado del Gouernador, que son los que auia tenido sienpre presos; y determinandose de hazello assi, ya despues de anochezido, mando questos caualleros, questauan en un quarto alto de la fortaleza, los uajasen en vna camara uaja, los quales, sospechando el efeto de su mouimiento, yban muy tristes y atemorizados, y biendoles asi Lope de Aguirre, les comenzo a consolar con fynxidas palabras, diziendoles que perdiesen el temor que tenian de sus uidas, y questuuiesen confiados, que les prometia y daua su fee y palabra que aunque el fraile trujese consigo mas soldados que carbones y arboles auia en la Margarita – que no ay otra cosa hen ella – y se conuatiesen con el y en la batalla muriesen todos sus conpañeros, que ninguno de los que alli estauan presos peligraria ni muriria por ello, y que el se lo aseguraua y hazia cierto y lo cunpliria como quyen el hera, que se le podia vien creher; y con esto que les dijo los consolo alguna cosa y se salio de aquel aposento uajo donde los avia metido. Mas como Aguirre era traidor en todo y por todo, tenia la propiedad tal que jamas cunplio cosa que prometio, y quando mas alagos y ofertas y promesas hazia a vno, hera para dar con mas breuedad al traues con el y quytalle la uida, como lo hizo con estos caualleros.

Hecho esto, dende a poco espazio, sin dar a entender lo que queria hazer, mando a todos los uezinos y mugeres que tenia presos que se fuesen a sus casas, para que no entendiesen ni uiesen lo que el queria efetuar, y asi se fueron todos a sus casas.

Muchos soldados de los que en la Margarita estauan con Aguirre a esta sazon, an afyrmado que la causa prinzypal por donde este traidor se mouio a querer matar a estos caualleros, fue vn Gonzalo Hernandez, portugues, de su propia conpañia, que le dijo Aguirre que Don Juan con los demas presos se querian alzar contra el y avian enuiado ziertos mensajeros y arcabuzes al fraile para que saltase en tierra e hiziese muestra con su jente; y que yndinado por esto, y por otra parte con el temor que tenia al frayle y a los que con el uenian y por prendar a sus soldados, como se a dicho, se determino de hazer esta tan gran crueldad.

Pasado, pues, muy gran rrato de la noche quel traidor Aguirre, pareciendole que hera tiempo mas acomado394 para hello, mando a un Francisco de Carrion, mestizo, su alguazil, que con ciertos soldados fuese y diese garrote a Don Juan de Billandrando, gouernador, y a los demas que con el estauan, los quales, tomando para este efeto ciertos negros con cordeles y garrotes, se auajaron a la camara donde estauan, y entrando dentro, les dijeron que se encomendasen a Dios y tuuiesen la contricion que como cristianos deuian tener, porque abian de morir. Don Juan, que todauia estaua confiado de la palabra que Aguirre les auia dado, les respondieron que como hera aquello, que poco auia que se auia ydo de alli el general Lope de Aguirre y les auia dado su fee y palabra que no los mataria ni harian daño ninguno. El alguazil y los demas le rrespondieron que no obstante aquello que les auia dicho y prometido, que auian de morir, y que se encomendasen a Dios, y biendo su determinacion se encomendaron a Dios lo mas breue que pudieron, y enpezando aquellos ministros de maldad por el Gouernador, le dieron garrote primero, y luego a el Manuel Rodriguez, alcalde, y luego al Cosme de Leon, alguazil mayor, y luego a el Juan Rodriguez, y luego, o a la postre, a el Cazeres, rregidor, que hera un biejo manco y tullido de pies y manos, y juntando los cuerpos muertos, los cubrieron con unas esteras en el suelo, porque nadie los uiese, y se fueron o subieron a donde Lope de Aguirre estaba a dalle quenta de como se auia echo y cunplido su mandado y boluntad, con tanta muestra de alegria y contento, como si fueran de hazer alguna cosa de muy grande ynportancia a el seruicio de Dios y de su Rey.

CAPITULO ZYNQUENTA Y NUEUE

Como Aguirre mostro los muertos a sus soldados y los hizo vn parlamento y torno a prender los uezinos y se fue a la punta de las Piedras y dejo a Martin Perez en la fortaleza con los presos.


Hecha esta carneceria y pasado algun rrato, que podia ser casi a la media noche, el traidor de Aguirre, pareciendole que era bien dar parte de lo que auia echo a sus soldados, y proponelles que todos auian sido en aquella maldad, como antes lo auia pensado, los llamo a todos, y metiendolos en la camara donde se auia echo el mal oficio y mortandad, con muchas uelas encendidas, alzo las esteras y descubrio los cuerpos de los que auia muerto, y enseñandoselos les hablo desta manera:

Mira395 marañones, lo que aueis echo, que aliende de los males y daños pasados que hecistes396 en el rrio Marañon, matando a vuestro gouernador Pedro de Orsua y a su theniente Don Joan de Bargas, y haziendo yo general y prinzype a Don Hernando de Guzman, y jurandolo como tal, os desnaturastes de los rreynos de Castilla y negastes al rrey Don Felipe, y deuajo del juramento que hicistes, prometistes de hazelle guerra perpetua y lo firmastes asi de vuestros nonbres; despues, añadiendo delito a delito, matastes a vuestro propio Prinzype y otros muchos capitanes y soldados, y a un clerigo de missa, y a una mujer; despues, venidos que fuistes a esta isla, la rrouastes y saqueastes, tomando y rrepartiendo entre bosotros todos los vienes que hen ella astes397 asi del Rrey Don Felipe despaña como de otras particulares; rronpistesle los libros, y agora aqui beis muerto otro gouernador y un alcalde, y un rregidor y un alguacil mayor y otras personas que ueis los aqui estan presentes. Por tanto, cada uno de bosotros mire por si, y no le ciegue alguna mala confianza, porque auiendo hecho tanta maldad y tan atroces y graues delitos, en ninguna parte podeis bivir seguros sino es en mi conpañia, porque ya que el Rrey os perdone, los deudos y parientes de los que aueis muerto os an de seguir y perseguir asta dar fyn y cauo de bosotros, por lo qual os esorto y digo que bendais bien vuestras uidas y peleis como rromanos, haziendo el deuer en todo y conformandoos los unos con los otros, porque si andais conformes, ninguno sera parte para desuarataros y enojaros. Oy cada uno abra el ojo y mire por si, que no le ba menos que la uida.

Dicho esto, mando luego, encontinente, hazer en la propia camara dos oyos o sepulturas donde enterraron con toda brevedad los cuerpos muertos; y porque los uecinos no tuuiesen siquyera vna noche de rreposo en sus casas, los mando luego yncontinente tornar a prender con sus mujeres y trahellos a la fortaleza; los quales con arto sobresalto, luego se boluieron y fueron traidos a las prisiones en que antes estauan, donde dieron muestra de tener sospecha de la muerte de Don Juan, gouernador, y de los demas que con el auian quedado. El traidor y sus secaces de un animo conforme, se lo negaron, dandoles a entender que estauan biuos, y luego, yncontinente, poniendo ante todas cosas toda guarda y rrecado en la fortaleza y en los uezinos que hen ella quedauan, con los quales dejo a Martin Perez, su maese de canpo, se partio con ochenta arcabuzeros al puerto o punta de las Piedras, donde auia surxido el nauio del fraile.

Martin Perez, maese de campo, que auia quedado con los demas marañones, en guarda de los uecinos presos y del pueblo, aquel dia, que hera domingo, hizo conuite algunos soldados, teniendo con ellos muy gran jira y grita y barahunda, y muy gran musica de tronpetas en la comida, y algunas particulares conbersaciones con soldados, lo qual fue causa y orijen de su muerte, como adelante se dira.

CAPITULO SSENTA 398

Como los de Burburata dieron auisso a su Gouernador de la llegada de Aguirre a la Margarita, el qual, asi mesmo, lo dio a los del Rreyno de Granada.


Los vezinos del pueblo de la Burburata, que es puerto de la Gouernacion de Benencuela399, que frai Francisco de Montesinos, prouincial de la horden de Santo Domingo, dio del suceso de Lope de Aguirre, y de su llegada a la Margarita, luego dieron auiso dello a todos los pueblos de aquella Gouernacion, y particularmente ynuiaron vn mensajero con el auiso dello a su Governador, que hera en aquella sazon Pablo Collado, el qual rresedia y estaua400 en un pueblo que llaman el Tocuyo, questa azia la parte del Nuevo Rreyno de Granada.

Rreceuidas las cartas el Gouernador, y sauida la nueua del peruersso motin y traicion de Lope de Aguirre y sus secaces, y aun questaua zertifycado de su uenida por alli, pareziendole questando401 tan zerca de Tierra Firme, que facilmente podia pasar la mar, que por halli esta arto angosta, enbio luego a los uecinos de la Burburata a decilles que pusiesen en cobro sus mugeres e hijos y haciendas, y estuviesen con toda uijilancia y cuidado, para en segundando la nueua del traidor, le diesen auiso por la posta de sus desinios, si los supiesen, y de lo que hacerca desto sucediese; los quales, sin que el Gouernador se lo ynuiase a mandar, lo auian ya ellos hecho y efetuado, a causa destar tan zerca de la mar y ser poca jente, y no tener ninguna fuerza ni armas ni artilleria con que poder rresistir a los amotinadores.

Demas desto, enuio el gouernador Pablo Collado vn mensajero con cartas a la ciudad de Merida, ques del destrito y jurisdiccion del Nuevo Reyno de Granada, y confina con la propia gouernacion de Venencuela, con otro pueblo della llamado la ciudad de Trujillo, que poblo Diego Garcia de Paredes, hijo de aquel valerosso y fuerte Diego Garcia de Paredes, el ynuencible; auisando por ellas a un capitan y justicia mayor que en aquel pueblo estaua, llamado Pedro Brauo de Molina, honbre de harto valor por sus buenos hechos y balentias, de la ynfelize llegada de Aguirre a la Margarita y de la duda en questaua si uendria por halli o no, rrogandole que asi mesmo estuuiesse a punto con toda la jente que pudiese, para en segundando la nueva y auisandole dello, fuese a seruir a su Magestad contra aquel traidor y se hiziese lo que se pudiese para desuaratallo; de mas de que a el se haria hen ello muy particular y señalada merced, y que asi mesmo ciertos caualleros que en aquella ciudad estauan de su gouernacion, vno de los quales hera Diego Garcia de Paredes, se fuesen luego a hella devajo de su fee y palabra que les daua de no dalles nengun desgusto ni desabrimiento por los negocios asta alli sucedidos.

Rreceuidas estas cartas por el capitan Pedro Brauo de Molina, por el mes402 de Agosto del año de sesenta y uno, luego yncontinente hizo aperceuir ciertos vezinos de aquel pueblo para que lleuasen la nueua al Audiencia real del Nueuo Rreyno; y dizese que hizo aperceuir ciertos soldados o uezinos, porque para yr a las otras ciudades del Rreyno se auia de pasar por ciertas poblazones de yndios questauan de guerra entre Merida y la uilla de San Cristoual, y por alli no hera parte para pasar vno ni dos soldados sin que los yndios los ofendiesen e matasen.

Aperceuidos estos uezinos, luego les dio la carta quel gouernador Pablo Collado auia escrito, con otras quel scriuio para las ciudades de Panplona y Tunja y Billa de San Cristoual, questan en el camino, dandoles noticia de las nueuas que tenia, y suplicandoles que luego, por la posta, despachasen aquellas cartas que le ynbiaban con rrelacion y auiso del alzamiento de Lope de Aguirre y sus secases, a la Rreal Audiencia que rreside por su Majestad en la ciudad de Santa Fee, que es en el propio Nueuo Rreyno, en la prouincia de Bogota, para que sauido por los que gouernauan la nueua de los amotinadores, como juezes superiores de todo el destrito, diesen horden en lo que se deuia hazer conuiniente al seruicio de su Magestad; y despachando estos uezinos y soldados con estos rrecaudos, el se quedo en su pueblo dando horden en lo que se deuia hazer si el Aguirre uiniese a Tierra Firme, aperciuiendo desde luego la jente y vezinos que con el auian de yr, y dando otros muchos ardides y tracas403 de guerra, como auian de alborotar al traidor y a su gente si por aquel pueblo404 sin auer tenido ninguna rresistencia en Benenzuela, y dando horden asi mesmo a los uezinos que en Merida auian de quedar de la uigilancia que auian de tener en guardar su pueblo de los naturales, porque como hera rrecien poblado, aun no estauan los yndios pacifycos, y si no biuian rrecatados pudiera ser uenir sobre el pueblo y matar a los que en el quedasen.

Puso asi mesmo algunos soldados a trechos por el camino, desde su pueblo hasta Trujillo, para que por la posta y con mas breuedad le diesen auiso de la nueua segunda que del traidor se ouiese, y otros ynuio para que fuesen al propio Tocuyo, donde estaua el Gouernador, y estubiesen alli asta sauer si Aguirre auia saltado en tierra, y que por la posta biniesen dando el auiso a los que el tenia puestos en el camino; y esto hizo a fin de que la jente que tenia o tuuiese el Gouernador, no se enbarazase en nada ni saliesen fuera de su distrito, porque hera poca y haria mucha falta vn solo honbre que fuese a darle auiso.

Los uezinos y soldados de Merida, todos de conformidad, con vna muy entera y sana boluntad, se juntaron y binieron a su capitan Pedro Brauo de Molina, diziendole que auian sido muy benturosos en ofrezere una ocasion como la que se les ofrecio para seruir a su Rrey y señor, y que estauan todos muy prontos y aparejados para yr a morir en la demanda y hazer todo lo demas que tales uazallos como hellos heran obligados a hazer en seruicio de su Rrei y señor natural, y que si para los gastos de aquella guerra y auio de otros soldados heran menester sus haziendas, que aunque heran pocas, alli estavan para que su merced las destrebuyese en lo que fuese necesario. El Capitan les rrindio las gracias del ofrecimiento y leueralidad de que auian vsado, prefiriendo a que su Magestad se lo gratifycaria como hera razon.

El llicenciado Pablo Collado, governador de Benencuela, con sus ciudadanos y rrepublicanos nunca zesaua de platicar y dar horden en lo que se auia de hazer para la defensa de su Gouernacion, porque le parecia a el, y aun a todos, que para tan gran pujanza de jente y alcabuzeria y artilleria como el traidor traia, hera en uano pensar de podelle rresistir ni desbaratar, por auer en aquella Gouernacion en esta sazon muy poca jente y sin armas ni arcabuzeria; y asi podemos dejar aqui al Gouernador y a los suyos, questan platicando estas cosas, mas uestidos de temor que desnudos de miedo, y boluamos a Aguirre, que auia salido con ochenta honbres del pueblo de la Margarita al puerto o punta de las Piedras a receuir al fraile y su gente.

389.En la edición de Caracas: y parescelle. – En el original falta la y.
390.En la edición de Caracas: y de cómo vinieron.
391.Idem íd.: y de lo que hizo hacer.
392.Hacer verbos, ó echar verbos, es decir grandes improperios ó amenazas.
393.En la edición de Caracas: orgulloso.
394.Debe querer decir acomodado.
395.En la edición de Caracas: mirad. – Es más gramatical, pero no lo que consta en el manuscrito.
396.Idem íd.: hicisteis.
397.En la edición de Caracas: hallareis. Esta es una corrección defectuosa, pues debe ser hallasteis. – En todo este parlamento se corrige en dicha edición, pero no siempre bien, la mezcla de singular y plural que existe en el original.
398.Así dice el original, pero debe leerse sesenta.
399.En la edición de Caracas se añade: con la noticia, lo cual falta en el original.
400.En la edición de Caracas falta: y estaba.
401.Idem íd.: que estaba.
402.La palabra mes está repetida en el original.
403.En la edición de Caracas: trazos.
404.Idem íd.: se agrega aquí: llegasen, que falta en el original.
Yaş sınırı:
12+
Litres'teki yayın tarihi:
30 haziran 2017
Hacim:
510 s. 1 illüstrasyon
Telif hakkı:
Public Domain
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