Kitabı oku: «Susie», sayfa 3

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Como era hija única, es probable que Susie y su madre hayan tenido una vida doméstica relativamente solitaria, pues su padre tenía un trabajo que le requería viajar.

R. B. trabajó en la industria bodeguera como supervisor y vendedor viajero en diferentes momentos de su carrera y finalmente fue contratado por Messers. Cook and Son, una gran compañía almacenera que distribuía productos de seda, lino, lana y algodón, ubicada en el área de St. Paul’s Courtyard en la ciudad de Londres.27 Durante gran parte de la juventud de Susie, su padre trabajó como vendedor viajero, comercializando telas, ropa y accesorios. Viajaba por las vías férreas en expansión a lo largo y ancho del país, visitando a los distribuidores con muestras de los productos de su empresa.28

Susie era una niña de ocho años cuando comenzó la década de 1840 y tenía diecisiete cuando terminó. Para ella, su familia, y mucha gente de Londres, esos años fueron tiempos de altibajos. Durante ellos, se celebró la boda de Victoria y Alberto, pero también estuvieron caracterizados por una recesión económica considerable, que desencadenó un aumento del desempleo y el mayor índice de delincuencia del siglo.29 El revés financiero que asoló a la nación también llegó a sentirse en la puerta de los Thompson.

A comienzos de la década, R. B. era socio de otros dos almacenistas mayoristas. Esa sociedad se disolvió el 24 de agosto de 1840. En mayo del 1842, R. B. no logró cumplir las demandas de sus acreedores. En octubre de 1842, el periódico comercial The Morning Advertiser enlistó bajo el encabezado «Avisos legales de hoy. Tribunal de quiebras» a «Robert Bennett Thompson de Wood-street, almacenista; auditoría y dividendo a las doce».30 Sin duda, esto trastocó a la familia Thompson. Aun cuando la bancarrota, las deudas y el desempleo eran realidades generalizadas y temidas en la Inglaterra del siglo XIX, se veían con malos ojos. Si bien Thompson logró eludir las casas de caridad31, que eran una de las peores posibilidades ligadas a tales crisis financieras, esta incapacidad temporal de cumplir con sus obligaciones debe haber sido una carga difícil de llevar para él.

Por aquel entonces, Susie tenía apenas diez años, edad suficientemente alta para que sintiera el golpe emocional que recibió su familia, pero suficientemente baja para que sus padres y otros familiares la protegieran del impacto pleno de los problemas financieros de su padre. Susie nunca mencionó los problemas económicos de su papá en sus escritos posteriores, ni tampoco se han conservado cartas que revelen su sentir durante esos tiempos difíciles. Resulta inusual, ya que Susie escribió de forma prolífera más tarde en su vida, que rara vez se refiriera a sus padres y su niñez. Quizá esa reticencia se debió a la idea victoriana de lo que era correcto o a la tristeza o incomodidad que sentía al pensar en esos tiempos tan difíciles.

La década de 1850 trajo tiempos mejores para Londres, pues el tránsito ferroviario veloz generó una «cultura nacional» que permitió que los diarios londinenses se leyeran a la hora del desayuno en todas las aldeas y ciudades de Inglaterra. Gracias a la velocidad aumentada de los barcos a vapor que cruzaban el Atlántico, se desarrolló una cultura más internacional en Inglaterra.32 Quizá el monumento más visible de la «supremacía británica» fue la Gran Exposición que se inauguró en el parque Hyde Park, ubicado en Londres, en mayo de 1851 y continuó hasta octubre de ese mismo año.33

Es casi seguro que R. B., su esposa Susannah y su hija Susie fueron parte de los seis millones de personas que asistieron a la Exposición. En 1851, Charles Spurgeon vivía al norte de Londres y en el mes de junio viajó en tren desde Cambridge para visitar la Gran Exposición.34 Durante seis meses, se exhibieron las últimas invenciones y avances tecnológicos de todo el mundo. Luego del cierre de la Exposición, su estructura central, el Crystal Palace, fue desmantelado, reconstruido y reinaugurado en el sur de Londres en 1854.35 Construido con metal y vidrio, era una maravilla arquitectónica única que además cumplía el sueño del príncipe Alberto. La enorme estructura, que acogió más de 100.000 puestos y tenía una longitud tres veces mayor a la Catedral de San Pablo, era «un triunfo de la ingeniería y el diseño».36 En 1854, el Crystal Palace tendría un rol clave para la relación incipiente de Susie y Charles.

La familia de Susie vivió principalmente en el área de Falcon Square, ubicada en el centro de Londres, durante gran parte de la década de 1850. Las condiciones financieras de R. B. estaban mejorando, por lo que pudo contratar a una empleada doméstica para su hogar. A excepción de los tiempos en que estuvo en París, Susie vivió con sus padres hasta que se casó, en 1856. Sin embargo, durante dos años y medio, la familia Thompson volvió a vivir en la ribera sur del Támesis, en St. Ann’s Terrace 7, Brixton Road, el hogar de la tía de Susie, Mary, y su esposo, Henry Kilvington.37

Lo más probable es que los Thompson se unieron a la familia Kilvington para ayudarlos debido al deterioro de la salud y posterior muerte de Mary. Los Kilvington aún tenían niños en su hogar, y, sin duda, Susie y su madre deben haber sido de ayuda.

La segunda hija de Henry y Mary,que también se llamaba Susannah, era prima de Susie y una amiga muy querida para ella. Cuando los Thompson vivieron con los Kilvington, Susannah, la prima de Susie, ya se había casado. Su matrimonio con William Olney, hijo de Thomas y Unity Olney, que eran miembros incondicionales de la iglesia New Park Street Chapel, terminaría siendo el nexo clave entre Susie, la familia Olney y, a la postre, Charles Spurgeon.

Susie era particularmente cercana a Susannah y William. Una vez, le pidió consejos a William por una lucha espiritual. Escribe sobre esa ocasión refiriéndose a él como el «segundo hijo del padre Olney» y su primo político. Lo describe como «un obrero activo en la escuela dominical de New Park Street, un verdadero sr. Gran-Corazón y consolador de los peregrinos jóvenes».38

La relación cercana de Susie y su prima Susannah solía introducirla en los círculos sociales de la familia de Thomas Olney, que la recibía habitualmente en su casa, pues era «una joven favorita muy privilegiada del Sr. y la Sra. Olney».39 El amor de los Olney por la New Park Street Chapel (NPSC) y la familia Thompson hizo que Susie y sus padres asistieran ocasionalmente a la NPSC. Aunque Susie aún no era cristiana, estaba rodeada de influencias piadosas.

El Rev. James Smith pastoreó la NPSC durante nueve años (1841-1850). Era el último de una serie de predicadores bautistas destacados que se remontaba al siglo XVII e incluía a Benjamin Keach y John Gill.40 Smith se ganó el respeto de los Thompson y también el de Susie, que lo describió como «un predicador pintoresco y tosco, pero bien versado en el arte bendita de traer almas a Cristo». Sin embargo, en ese momento de su vida, Susie era inconversa y estaba insegura. Veía cómo Smith bautizaba nuevos creyentes «preguntándose con anhelo lloroso si alguna vez podría confesar así [su] fe en el Señor Jesús».41

Thomas y Unity, junto a sus hijos, fueron importantes para el desarrollo espiritual de la joven Susie. Aunque tenemos poca información sobre Susie antes de su matrimonio con Charles, emerge la imagen de una niña y una joven influenciada por gente piadosa.

En su biografía The Life of Susannah Spurgeon [La vida de Susannah Spurgeon], escrita en 1903, Charles Ray afirma: «Las visitas de la joven a la New Park Street Chapel sin duda eran más frecuentes que lo que habrían sido debido a que los ancianos Olney le tenían mucho afecto y solían invitarla a visitarlos».42

Sin embargo, hasta los veintiún años, Susie aún no había profesado su fe en Cristo. En sus escritos, manifestaba con frecuencia que sentía convicción por sus pecados. Tal vez, su sensación de culpa le nublaba los ojos para que no viera la gracia de Cristo, obstaculizando así su confesión. Muchos años después de su conversión, Susie seguía lamentándose por sus «dudas» y «debilidades». En sus últimos años, seguía considerándose «tan olvidadiza, tan indigna, tan inexcusable», pero para aquel entonces ya entendía la bondad de Dios y buscaba en Él la ayuda para vencer sus pecados.43

Sigue siendo incierto qué tan profundas eran las convicciones religiosas de los padres de Susie; el hecho de que R. B. fuera bautizado como infante en una capilla independiente y que su esposa, Susannah Knott, también fuera bautizada de infante en la Iglesia de Inglaterra no resuelve el asunto. El hecho de que los Thompson asistieran a la NPSC, principalmente durante el pastorado del Rev. Smith, sugiere que, si alguna vez estuvieron ligados al anglicanismo, ya no lo estaban.

Probablemente, la lectura de la Escritura era una actividad habitual para la familia Thompson, como lo era para muchos hogares ingleses de la época. Aunque se sigue debatiendo qué tan profundo era el amor de Inglaterra por las Escrituras en esa época, la Biblia era, como afirma Timothy Larse, experto en la época victoriana: «una presencia dominante en el pensamiento y la cultura victoriana».44 La literatura y el arte victoriano estaban saturados de referencias a la Escritura,45 y las familias victorianas solían participar en «devocionales matutinos y vespertinos privados y familiares». Larsen afirma que la Biblia «era el lente por el cual la gente veía sus propias experiencias».46 Sin embargo, el imperio de la Biblia en el mundo victoriano era más que nada una fachada cultural.

Así y todo, es incuestionable que las personas de la era victoriana tenían presente la Biblia en todas partes, y eso nos ayuda a entender la niñez y los primeros veinte años de la vida de Susie Thompson.

Cuando Susie murió, en 1903, su hijo Thomas dijo en el culto fúnebre que «el escudero R. B. Thompson y su esposa asistían ocasionalmente a la New Park Street Chapel»,47 lo que indica que no eran miembros de la iglesia ni tampoco participantes muy activos. Eso puede indicar que luego de que Smith dejara la NPSC, los Thompson perdieron el interés o puede ser un indicio de que la Sra. Thompson desarrolló una enfermedad que le impidió participar.

Robert, Susannah y Susie se mudaron del hogar de los Kilvington al sector de Falcon Square a fines de la primavera de 1855.48 Falcon Square era un área de tiendas y hostales donde residían personas y se desarrollaba el comercio. Las oficinas centrales del trabajo de R. B. estaban cerca, y era común que Susie caminara más allá de la empresa de su padre para vitrinear los últimos productos de las tiendas. El enorme domo de la Catedral de San Pablo, un monumento imponente que da cuenta de los días de la destreza arquitectónica de Sir Christopher Wren, probablemente era visible desde la casa de Susie. Cuando salía a caminar por la ciudad, ella pasaba junto al viejo abrevadero de bovinos y caballos que estaba cerca de su casa, y solía pasear hasta acercarse a la calle Aldersgate Street, donde se convirtió el gran predicador metodista John Wesley en 1738.

La muerte de los padres de Susie

Susie se casó en 1856 y sus padres siguieron viviendo en Falcon Square. R. B. continuó trabajando como almacenista. Lamentablemente, para Susannah, la madre de Susie, comenzó un largo período de enfermedad y sufrimiento en 1862. La aflicción de la Sra. Thompson fue severa, y murió el 14 de abril. El certificado de defunción registra su causa de muerte como «Tumor abdominal de fecha incierta. Hemorragia estomacal». Su obituario, publicado en el periódico The Observer, simplemente decía: «14, Susannah, esposa del Sr. R. B. Thompson, Falcon-square City, 57 años».49 Charles Spurgeon menciona el largo período de sufrimiento de la Sra. Thompson en una carta dirigida a sus padres en abril:

21/abril/62

Queridos padre y madre:

Debido al apuro y la emoción excepcional de la semana pasada, no hice lo que debí haber hecho: informales de nuestra pérdida.

La pobre Sra. Thompson dejó de respirar la tarde del lunes pasado, y la enterré esta mañana. Había sufrido tanto tiempo que su partida es causa de gozo no fingido. La amargura de la muerte ya pasó. Fue mejor que partiera antes que se quedara aquí para transformarse en una masa de corrupción y agonía viva. Tanto Susie como nuestro pobre Sr. Thompson están tan resignados como podría desease; de hecho, al igual que yo, sienten que es bueno.

Gozó de mucha paz y se veía llena de una fe sencilla como la de un niño. Entró a la gloria como debemos hacerlo, solo por el mérito de nuestro único Salvador.

La pobre alma pecaminosa está lavada en la sangre preciosa y el cuerpo aguarda la trompeta del arcángel.

Reciban nuestro amor más afectuoso. Se acerca el tiempo en que esperamos verlos. Cuéntennos de sus planes y téngannos siempre en mente.

Sus hijos que los aman,

Charles a nombre de ambos.50

Susie sintió alivio porque el sufrimiento de su madre había terminado, pero también dolor por la pérdida. La carta no solo nos dice la fecha de muerte de Susannah y que Charles ofició su culto fúnebre, sino que también revela que la enfermedad de la Sra. Thompson le produjo un sufrimiento prolongado. Eso, en conjunto con la muerte prematura de su hermana y, después, la larga enfermedad de Susie, sugiere la posibilidad de que hayan sufrido una enfermedad hereditaria. Lo más importante de todo es que la correspondencia de Charles indica que la Sra. Thompson tenía una «fe sencilla como la de un niño».

Al parecer, la muerte de la Sra. Thompson cambió la dinámica de la relación entre Susie y su padre. A fines de la década de 1860, R. B. se trasladó de Falcon Square a Bell Street, donde trabajó como vinatero. El 18 de octubre de 1870, se casó con Mary Ann Kirkwood, una viuda, en la Christ Church, ubicada en Newgate Street. R. B. y Mary Ann vivieron en Middleton Street, Hornsey, a las afueras de Londres. Para nuestra sorpresa, no hay menciones de que Charles, Susie ni ningún pariente de los Thompson hayan participado en la boda o se hayan relacionado con R. B. después de que volviera a casarse. Más bien, el contador de R. B., Joseph Ramsdale, sirvió como testigo legal de la boda y, luego, como albacea testamentario de Thompson. La última referencia conocida de que R. B. interactuara con su familia es una carta que Charles le escribió a Susie en 1869, en la que menciona que su padre había visitado su hogar en Nightingale Lane mientras Susie se recuperaba de su cirugía en Brighton.51

Con la partida de su madre y las circunstancias inciertas de su padre, Susie se contentó con su propio hogar y sus propias actividades. Después de casarse con Charles, adoptó a los padres de su esposo hubieran sido suyos, y se refería a ellos como madre y padre. Incluso firmaba las cartas que les dirigía con el cálido título de «hija».

El censo de 1871 registra que R. B. y Mary Ann aún vivían en Hornsey y señala que Robert era vinatero y estaba desempleado.52 Por razones que se desconocen, en 1873 R. B. viajó a South Terrace, Penzance, a casi 500 kilómetros de su hogar, donde murió el 5 de octubre a la edad de sesenta y cinco años, probablemente debido a un infarto cardíaco («espasmo de estómago y corazón»).53 El periódico West Briton and Cornwall Advertiser señala que era «suegro del Rev. C. H. Spurgeon». Resulta curioso que Thompson haya sido enterrado en Penzance y no en Londres, la ciudad donde pasó la mayor parte de su vida. Si el problema hubiera sido de dinero, Susie y Charles podrían haber suplido fácilmente los recursos necesarios.

Al momento de la muerte de R. B., sus recursos habían disminuido en comparación con sus primeros días de comerciante, que fueron más fructíferos, y murió endeudado con la Asociación de Créditos Mercantiles.54 Al parecer, las finanzas de R. B. fluctuaron a lo largo de su vida, aunque sí gozó de tiempos de relativa prosperidad. En Inglaterra, la riqueza no era lo único que determinaba la clase social de una persona. Los negocios, la posesión de propiedades y los cargos laborales solían ser tan importantes como la cartera financiera personal para determinar el estatus social. Por lo tanto, el hecho de que Robert fuera descrito como escudero y caballero puede haber sido un indicio de sus propiedades, su trabajo y su posición.

La historia de R. B. termina con un dejo de tristeza. Murió y fue enterrado a kilómetros de su hogar y de su única hija, aunque es probable que su esposa haya estado con él. Cuando falleció, Susie estaba enferma y confinada en su casa la mayor parte del tiempo. Sin embargo, su carácter piadoso nos lleva a pensar que amaba a su padre y oraba por él.

A pesar de la poca información que tenemos sobre los primeros veinte años de Susie, el hecho de que afirmara que asistía a la iglesia en el vientre de su madre y que profesaba amar a Jesús desde la niñez55 indica que creció en un hogar donde se honraba a Cristo y a Su Iglesia. Y aunque no hizo una profesión de fe hasta los veintiún años, su madre, sus amigos, sus parientes y su pastor plantaron las semillas del evangelio en su corazón, semillas que a la larga brotaron en una fe genuina en Cristo que siguió aumentando.

oventa y ocho kilómetros al norte de Londres, en la capilla Zion de Cambridge, un predicador rural de diecinueve años se dirigió a la congregación reunida para celebrar el aniversario de una escuela dominical. Charles Haddon Spurgeon, pastor de la Waterbeach Baptist Chapel, ubicada al norte de los chapiteles de Cambridge, predicó con fuerza, y su sermón impresionó profundamente a otro joven que estaba presente ese día. Después de escuchar al apasionado predicador, George Gould se imaginó el revuelo que ese talento podría producir en la ciudad, y sabía cuál era la iglesia precisa. Apenas Gould volvió a Londres, se reunió con Thomas Olney y lo instó a invitar a Spurgeon a predicar en la New Park Street Chapel. Como se dice, el resto es historia.

Unos meses antes de la experiencia de Gould, un sermón transformador similar fue proclamado en Londres. La tarde de un domingo a finales de 1852, Susie Thompson salió de su casa en la ciudad, se dirigió a la calle Cheapside Street, dobló a la izquierda y entró a la iglesia Poultry Chapel para asistir al culto. No se imaginaba que el trayecto de seis minutos que emprendió esa tarde bajo la sombra de la Catedral de San Pablo y en dirección a la vieja capilla ubicada en el área comercial de Londres la llevaría a emprender otro viaje antes de que acabara la noche, un viaje de la oscuridad espiritual a la vida eterna.

Aunque Susie asistía normalmente a la New Park Street Chapel, no era inusual que de cuando en cuando participara en un culto especial de otra iglesia. El corto trayecto hacia la Poultry Chapel era familiar para Susie y sus padres, pues habían vivido en el sector durante un buen tiempo. Los orígenes de dicha capilla se remontan a 1640, y se cree que la fundó el predicador puritano Thomas Goodwin. La congregación no conformista (disidentes de la Iglesia de Inglaterra) se trasladó a Poultry, Cheapside, en 1819.56 El sector se llamaba Poultry (aves de corral en inglés) debido a los comerciantes avícolas que solían negociar allí en el pasado.

El padre de Susie nació cerca de ese lugar, en el sector de Old Artillery Grounds Parish, y fue bautizado de infante en el tabernáculo de George Whitefield, cerca de la calle Moorgate Street. Justo al norte, en el cementerio de Bunhill Fields, descansan los restos de santos como Susannah Wesley y John Bunyan, cruzando la calle desde la capilla de John Wesley.

Los hechos de que R. B. fuera bautizado en el Tabernáculo, que Susie asistiera a la Poultry Chapel y que ella y sus padres participaran en la New Park Street Chapel indican que la teología de los Thompson era más afín al no conformismo que a la Iglesia oficial de Inglaterra. En el caso de los Thompson, su no conformismo con la Iglesia de Inglaterra significaba, en parte, que creían en una iglesia libre, independiente del Estado, y que eran de naturaleza evangélica.

Esa tarde invernal, el pastor S. B. Bergne predicó a partir del libro de Romanos: «Mas ¿qué dice? Cerca de ti está la palabra, en tu boca y en tu corazón. Esta es la palabra de fe que predicamos: que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo» (Rom 10:8-9).

A pesar de la luz menguante de la tarde invernal, dentro de esa capilla relativamente pequeña y «lúgubre»,57 Susie experimentó «el amanecer de la luz verdadera» en su alma. Mientras las palabras del sermón entraban a los oídos de la congregación, Susie también escuchó otra cosa… escuchó al Señor que le decía: «Dame tu corazón».

«Constreñida por Su amor», escribió después, «esa noche fue testigo de mi resolución solemne a rendirme completamente a Él».58 Susie tenía casi veintiún años.

Al igual que muchas personas de la cultura inglesa cortés y religiosa que la rodeaba, Susie pasó sus primeros veintiún años de vida en un cristianismo asumido, leyendo la Biblia, orando y asistiendo a la iglesia. El resto de su vida cristiana sería muy distinta, aunque al principio se vio abrumada por las dudas sobre su nueva fe.

Susie recordaba su experiencia en la Poultry Chapel como el momento de su verdadera conversión a Cristo; sin embargo, allí comenzó un año de «oscuridad, desaliento y dudas». Le fue difícil enfrentar esos retos espirituales tan pronto después de su conversión, pero, peor aún, mantuvo su nueva fe y sus dudas ocultas en su corazón. Dijo que se volvió «fría e indiferente hacia las cosas de Dios» y describió su condición espiritual como «enfermiza y somnolienta».59


Aunque no se sintió impresionada la primera vez que escuchó predicar a Charles Spurgeon, Susie llegaría a ver ese primer encuentro a la luz del gobierno soberano de Dios. Le habían enseñado a apreciar lo socialmente correcto en el habla, las formas y el vestido. Chales transgredía sus nociones preconcebidas de lo que era adecuado para un joven cortés en la era victoriana y especialmente para un predicador. El cabello, el traje, los gestos y el estilo homilético provocativo de Charles le resultaron chocantes. Más adelante, reflexionando en sus primeros sentimientos, escribió:

¡Oh!, ¡cuán poco me imaginé entonces que mis ojos estaban observando al hombre que sería el amor de mi vida! ¡Cuán poco me imaginé el honor para el que Dios me estaba preparando en el futuro próximo! Es una misericordia que no seamos nosotros los que tenemos que planear nuestras vidas, sino que nuestro Padre elija por nosotros. Si no fuera así, a veces podríamos alejarnos de nuestras mejores bendiciones, y apartar de nosotros los dones más selectos y preciosos de Su providencia.60

La mañana del domingo 18 de diciembre de 1853, Charles ocupó por primera vez el púlpito de la histórica capilla. Susie, que estaba de visita en la casa de la familia de Thomas Olney, diácono de la NPSC, no asistió a ese culto matutino, pero sí vio el entusiasmo de los Olney cuando regresaron a casa: ambos estaban perplejos y sorprendidos, pues «nunca habían escuchado una predicación así… [pues] los había alimentado con manjares reales».61

Olney y su familia estaban encantados con el joven Charles, y creían que su primer sermón de ese día era un indicio de las grandes cosas que vendrían para él y, esperaban, para su iglesia.

Sin embargo, Charles tuvo una reacción distinta ante ese culto. La baja asistencia a un edificio que tenía una capacidad de más de mil personas sentadas lo desanimó, y anheló regresar a la Waterbeach Chapel, junto a la gente que lo amaba y sostenía.62 La multitud que se congregó en dicha iglesia rural la mañana en que Charles predicó en Londres superó con creces a la pequeña congregación que se juntó en la ilustre New Park Street Chapel ese domingo de diciembre. Los Olney, decididos a alentar al predicador de diecinueve años, quisieron asegurarse de que hubiera una mayor asistencia al culto vespertino, así que pasaron la tarde reclutando amigos que asistieran a oír el sermón de la tarde.

Susie fue una de las personas a las que Thomas Olney convenció.63 Mientras esperaba que Spurgeon apareciera en el púlpito, su mente se llenó de gratos recuerdos de la histórica capilla. Recordó los momentos destacados de sus primeras experiencias en la iglesia. Se acordó de todo: de las vestimentas de los diáconos, del «extraño púlpito sin escaleras» y de la manera en que el pastor anterior, James Smith, dirigía los cultos.64 Susie tenía opiniones refinadas respecto al decoro adecuado que debía haber en el culto y el pastor.

Los Olney se alegraron porque «la pequeña Susie», como le decían, los acompañaría a escuchar predicar a Spurgeon. Susie estimaba a los Onley, pero no la entusiasmaba la idea de escuchar a Charles. ¡Los «informes sobre la apariencia externa poco convencional del joven que trajeron los fieles que asistieron al culto matutino… desafiaron bastante sus ideas de lo que era digno y propio en el ministerio»! Cuando vio por primera vez a Charles en el púlpito, fue más lo que la distrajo su aspecto que lo que la atrajo su sermón. Encontró graciosa su «gran corbata de seda negra», su «cabello largo y mal cortado, y el pañuelo azul con puntos blancos».65

La preocupación de Susie por la apariencia externa del predicador da cuenta de su inmadurez espiritual y la perspectiva cultural que había forjado su educación en Londres. Esa era la condición de muchos feligreses que eran miembros de iglesias destacadas en la gran ciudad inglesa. Sin embargo, Susie quería complacer al Sr. y la Sra. Olney, así que, como escribiría muchos años después, estuvo «presente en el segundo sermón que mi precioso esposo predicó en Londres».66

Aunque accedió a asistir al culto, Susie, que no era una joven común de recursos o sentimientos humildes, no se sintió «fascinada en absoluto por la elocuencia del joven orador» y pensaba que «los gestos y el habla pueblerina [de Spurgeon] producían más lástima que reverencia».67

Años después, luego de la muerte de Spurgeon, Susie meditó en las opiniones desinformadas de sus días de juventud. Admitió que fue «necia» y que «no tenía la mentalidad espiritual suficiente para comprender su presentación ferviente del evangelio ni su ruego poderoso a los pecadores».68 Pero ese era un sermón que Susie, tan llena de incertidumbres, necesitaba oír con desesperación.

Susie y los desafíos espirituales

de la New Park Street Chapel

Las susceptibilidades ofendidas de Susie le impidieron recibir el mensaje de Charles, pero, al mismo tiempo, estaba preocupada porque no estaba segura de tener fe verdadera. Años después, reflexionó: «Nadie podría haber necesitado más la vivificación y el despertar que recibí de los ruegos y advertencias fervientes de esa voz, que pronto se convertiría en la más dulce del mundo para mí».69 Susie necesitaba predicación bíblica, y, aunque en un comienzo se mostró reticente, encontró auxilio para sus aflicciones en el ministerio de Charles.

La New Park Street Chapel tenía sus propios problemas y estaba muy mermada en comparación con sus viejos días de vitalidad. La asistencia había disminuido considerablemente, y los fieles que aun así seguían activos en la iglesia se vieron tentados a sentir desaliento. Dentro de esos pocos fieles estaba la familia Olney, que oraba para que Dios avivara la iglesia. Ahora incluso los padres de Susie rara vez se veían en la NPSC y, de no haber sido por los Olney, la misma Susie no habría asistido de forma tan activa.

Al igual que Susie, la iglesia necesitaba una renovación espiritual. Las actas de una asamblea congregacional celebrada el 14 de diciembre de 1853, apenas cuatro días antes de que Spurgeon predicara su primer sermón en la NPSC, nos dan una idea de las dificultades que enfrentaba la iglesia: «Queridos hermanos: lamentamos informar que, durante el año pasado, no hubo ninguna adición a nuestra membresía debido a que estuvimos sin pastor». Las actas, que fueron enviadas a la Asociación Bautista de Londres, terminaban con estas palabras reveladoras: «Adjuntamos nuestras estadísticas. Hermanos, oren por nosotros».70

Luego del primer sermón de Charles, la iglesia vio renovada sus esperanzas de que vinieran días mejores. Incluso antes de que se completara el período de prueba acordado, que comenzó a fines de enero de 1854, la congregación, por abrumadora mayoría, le extendió el llamado al joven Charles Spurgeon para que fuera su pastor. El 28 de abril de 1854, Spurgeon envió una carta a la iglesia, en la que simplemente indicó: «LO ACEPTO».71 Le imploró a la congregación que lo recordaran en oración y les solicitó su «cooperación en toda buena obra; en la visitación de los enfermos, en la invitación de personas interesadas y en la edificación mutua».72

Aunque tenía apenas diecinueve años, demostró madurez al solicitar ayuda y, por la gracia de Dios, estaba preparado para la tarea que tenía por delante.73 Charles no se imaginaba que su mayor ayuda vendría de una hermosa señorita londinense de cabello largo, castaño y rizado que estaba sentada en la banca ese primer domingo por la tarde. Gracias al ministerio de Charles, la iglesia se revitalizó y experimentó crecimiento numérico y espiritual. Susie Thompson también experimentó revitalización y crecimiento espiritual a nivel personal.

El Progreso del Peregrino

Como medio de asistencia Espiritual

Antes de que Charles influenciara la vida espiritual de Susie, ella buscó la guía de William Olney, el marido de su prima Susannah, que escuchó atento las inquietudes que Susie le describió respecto a su estado espiritual. Probablemente, William fue quien informó a Charles de las luchas de Susie.

Poco después de su conversación con William, Susie se sorprendió al recibir una copia ilustrada del Progreso del peregrino de John Bunyan con la siguiente inscripción: «Para la señorita Thompson, con el deseo de que progrese en la peregrinación bendita. De C. H. Spurgeon, 20 de abril de 1854».74

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