Kitabı oku: «Exilium», sayfa 7
¿QUIÉN HUYE A OTRORA?
¿Quién insiste en líos
pequeñísimos?
De ser posible,
describir esos gestos,
hacerlos entrar
despacio
en el compás del
mundo.
Fluye el retrato
que nadie oye.
Fluye,
de boca en boca,
como una noche
deseosa
de menos decir.
La madurez avanza
en silla de ruedas
hacia la infancia.
TODO PUEDE OCURRIR
y nada puede ocurrir,
dicen los magos.
Se refieren al Libro
de las sensaciones,
y también al jardín
cerrado del amor,
con sus golosinas negras,
su don de hacer miedo.
Y eso,
desde la prehistoria
al futuro,
con un temblor sin fecha
de vencimiento.
Nada hay
que no siga viviendo,
incluso
la muerte.
EN ESTA CIUDAD PROMISCUA
hay un museo de órganos
y un hospital para seres
presuntamente vivos.
Hay verbos
con vocal temática
que prefiguran
la Edad Nueva
o la ofenden.
Y también distritos
de pronombres falsos
que insisten en tocar
lo inútil.
Son muchas ciudades
esta sola.
Muchos pájaros
para tan poca
emoción desabrigada.
COMO CUANDO
un ángel sexual
llama a la jauría con malicia
y el libro de grandes árboles
se llena
de besos carnívoros
persiguiendo a un ciervo
imaginario.
Es escaso lo humano
en lo humano.
Insolvente el afán
de escribir y seguir
muriendo.
Tanta nerviosa insistencia
para una acústica
muda.
Tanto renglón ingenioso
y ninguna caricia.
ESA FLOR NEGRA QUE ESTÁ
herida en la herida
desciende como luz
,
como sombra de nada
entrando por los patios
y después,
mientras duran tres robles,
inventa exequias,
contraofensivas
hasta el punto del caos
.
Poco más es real
:
un animal
que todavía no es
embebe en cenizas
la fe que lo alumbre
.








